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La madura jefa de RRHH

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La jefa de RRHH era Irene. Cincuentona siempre con peinado así tipo rodete arriba muy tirante, mirada torva, desafiante. Alta 1,75 con tacazos pocos la alcanzaban. Siempre con tailleur negro o gris oscuro o azul, debajo de la rodilla, pero entalladísimos mostrando un culo prominente y unas tetas bien firmes, marcadas. Todo coronado con anteojos y maquillaje abundante.

Un par de veces por mes le solicitaba información (soy el contador) y nos juntábamos en su oficina, siempre prolija, perfumada. Me olvidaba usaba perfume muy sexy, dulzón, pero provocador y medias negras a veces con la línea atrás. Alguna vez cuando se cruzaba de piernas alcanzaba a ver unas ligas en las medias que me volvían loco. Pero nunca una sonrisa casa, todo muy serio y profesional. Yo alto, 1,90 (la alcanzaba en altura, de los pocos de la empresa) casi siempre pantalón de vestir, zapatos y camisa.

Hasta que hubo una demanda laboral, una pericia de un empleado antiguo que nos demandó un trabajo conjunto más exhaustivo.

- Irene cuando tenes tiempo para armar la pericia de González, piden varias cosas

- Juan como estas. Estoy con mucho lio, porque no venís a última hora yo tengo que terminar un trabajo también que me pidió gerencia, sino te molesta te voy guiando de paso me haces compañía

Había mostrado un rastro de humanidad, y mi cabeza iba a mil por hora. La espié ese día y si traía ligas con unas medias negras, ufff…

La espera hasta las 18 h se me hizo eterna. Con los papeles que me pedían subí a verla, en el camino todos se iban yendo. Me aflojé la corbata y subí.

- Bueno acá estoy, donde me puedo poner

- Fíjate en ese escritorio si te parece, así estas enfrente mío

Escritorios altos, sin fondo, desde enfrente veía las piernas de Irene y el fondo una tanga negra resaltando en sus piernas blancas, donde terminaban las medias con ligas

- Ahí te doy el legajo que necesitas

Dijo inclinándose, tenía la carpeta en el piso atrás de su escritorio, no sé si a propósito, pero al inclinarse su pollera se subió y veía el final de sus medias y sus muslos blancos contrastando.

Se quedó así unos segundos inclinada abriendo una carpeta, intencionalmente para mi gusto.

- Veni fíjate a ver si es este tengo dudas

Me dijo sin incorporarse mirándome sobre el hombro. Ya veía que las luces del resto de la oficina se apagaban y solo quedaba esta oficina. Me acerque por atrás y la apoye ya con mi pija al recontra palo. Irene sintió mi presencia y lejos de inquietarse me miro de nuevo y empezó a levantarse la pollera de los costados. En unos segundos su culo quedo a mi vista con una tanga de hilo dental que se perdía en su vagina, toda depilada pero incontenible para ese tamaño de lencería. Una vagina sabrosa, jugosa para mi

- Que te paso Juan, nunca creíste que la vieja Irene te iba a hacer calentar así

- Siempre me calentaste Irene desde el primer día que llegue, esas piernas, ese culo esas tetas.

- Nunca me lo hiciste saber, bah, en realidad lo de hoy creí que era una excusa

- Y lo es, lo de la pericia lo puedo resolver en dos minutos quería quedarme a solas con vos

- Ahí Juacitomgh

No pudo terminar la frase porque la tomé de atrás y girándole la cabeza le comí la boca. Mi lengua se hundió en su boca y percibí cierta resistencia

- Mmmghpera, espera que apago las cámaras potro

Mientras iba a un tablero empeza a sacarme la camisa

- No no mi potro te voy a desvestir yo primor

Se sacó su tailleur y no traía corpiño, ahora desabrocho su pollera y quedo en medias, ligas, un hilo dental y en tetas para mi

Arranco un cable de la impresora y me hizo sentar en su sillón.

Me saco la camisa mientras jugaba con su lengua sobre mi pecho, de pronto me puso la mano en la boca y me mordió fuerte un pezón

- Ahhmm…

- Quietito que mamita te va a hacer gozar

Rápida después de sacarme la camisa me ato las manos atrás, empezó a gatear por la oficina, se sentó empezó a sacarse las medias.

Atado a su merced se subió sobre mí y me saco el cinto, después de darme un par de cintazos en los costados me saco el pantalón y el bóxer de un tirón, mi pija durísima salto como una catapulta. Empalmado me dio una bofetada que me puso más loco todavía y me empezó a besar con violencia, mordía mis labios, pasaba su lengua por mi cuello y al llegar a mis orejas me chupaba con todo, de pronto me mordía, fuerte

Tomo su tanga hizo un bollito y me lo metió en la boca y me amordazo con su media

Saco de su cajón una fusta y empezó a pegar en el escritorio, así empezó a pegarme en las piernas, intentaba soltame, pero no podía.

De pronto se abalanzo y empezó a morderme los pezones mientras apretaba la mordaza, la mezcla de dolor y placer era intensa, mientras hacía esto acomodaba mi pija en su concha toda depiladita y me cabalgaba fuerte, intensa haciendo que mi pija entre y salga totalmente cada embestida. Un espejo ubicado estratégicamente que no había visto me mostraba sus nalgas bamboleantes. Me asombro su piel, ni una estría, ni una mancha.

- Te gusta mi culo guacho, ahora te voy a soltar y me vas a coger como a una perra en celo, sin piedad entendiste. Si no te vuelvo a atar y te arranco los pezones

Salió de la oficina a un cuartito y volvió con unas botas de cuero arriba de la rodilla y pezoneras de broche apretándole mal.

- Veni Juancito, cogeme.

Puso un equipo de música una música insinuante, sexy y se acomodó en una especie de diván que le calzaba justo. Me soltó las manos y asumiendo mi rol la tome de los pelos y la arrastre al sillón. Ahí le até las manos atrás yo y la puse boca abajo. Me enfrenté y agarrándole de la cola del pelo empecé a cojerle la boca frenético. Dándole arcadas metía y sacaba mi pija entera de su boca. De pronto la hundía hasta el fondo y la mantenía así, adentro asfixiándola casi. Tres o cuatro veces así la dejaron jadeando, pero su mirada desafiante me decía que quería más.

- Es todo Juancito, es todo lo que tenes para esta putmmgh

Le hundí el bóxer en la bocota y la amordacé con la media. La tomé de la cintura e incorporándola la puse en cuatro y la embestí con todo, a pelo hasta el fondo. El grito que pego me dio miedo, que alguien de seguridad escuche.

- Mghesta a pruebamg de sonidogh mmm… Seguimgh

Así empecé una cojida frenética jalándole el pelo, a puro chirlo en sus a esta altura rojísimas nalgas, ya no le consultaba estaba totalmente sacado. Los gritos ahogados, los ojos en blanco de Irene me hacían sentir que estaba gozando a extremo y que esta no era la primera vez que lo hacía. En eso siento un ruido. Miro por una rendija de las cortinas que había cerrado discretamente Irene, era Marcos, un morocho de casi 1,90, venezolano, el chico de la limpieza con el carrito. Amordace más fuerte a la puta y vende sus ojos con su corpiño que había encontrado en su bolso (la muy puta se lo había quitado sabiendo que venía), sigilosamente entreabrí la puerta.

- Marcos sabes guardar un secreto hasta tu tumba, mira que lo que vas a ver es secreto de estado.

- Don Juan, como no, a sus órdenes, usted siempre es muy considerado conmigo le debo muchos favom…

- Ok, habla bajo, pasa. – al entrar los ojos de Marcos se abrieron como dos huevos fritos, el culo de Irene en todo su esplendor se exhibía y la muy zorra seguía moviéndolo esperando más pija

- Ahora nos vamos a coger a la vieja entre los dos, no digas ni mu

Se desvistió y me hizo sentir mal, calzo bien, pero eso era una boa constrictora, encima cabezona.

- Anda y ensartala con todo

El morocho se acercó ya con la verga al palo, se la escupió un poco y la mando a fondo. Cerré la puerta rápido y el grito de la vieja fue increíble, me apure a hundir mi pija en su boca para que no se escuche.

Marcos no tenía piedad, bombeaba a todo trapo mientras yo le cojia la boca

- Ahora vas a sentir dos machos de verdad

- mggha, ahhh, aaah quiero mas me estan matando, pero quiero mas

- Vas a tener más.

Marcos la levanto de la cintura y me coloque abajo. Le solté las manos me coloqué abajo y se colocó sobre mí para cabalgarme, ahora suelta clavaba las uñas en mi pecho mientras la cogía como a una perra. Aun con los ojos vendados no vio venir a Marcos quien embadurnaba su pija con algo que saco de su mono, escupió sobre su culo y empezó a chuparlo a puro dedo y lengua, una cosa monstruosa lo que ese hombre tenía en su boca. Y con esa pija que parecía un bastón de mando por lo cabezona embistió contra Irene en su culo mientras yo la cogía. Rápido de reflejos le tape la boca con las manos desesperada. Marcos le tomo las manos atrás y la sujeto mientras la ensartaba con su pija jugosa. El grito traspaso mi mano, pero después de tres o cuatro embestidas el moreno se acomodó y el agujero del culo de la señora empezó a dilatar y gozar. Así la doble penetración era rítmica los dos entrabamos y salíamos coordinados como en una porno, ayudados por Irene que con sus pies apoyados en el piso seguía moviendo el culo pidiendo más y mas

Así iniciamos la embestida final frenético, imparable, nos mirábamos con Marcos, la cabeza de su pija sangraba un poquito de tan fuerte que la cojia.

- Así puta te gusta eh

- Mghhh ahh me van a matar de placer guachos quiero toda la leche adentrooo... ahhh

La embestida final conjunta nos hizo dejar un chorro enorme de leche en el culo y la concha de Irene, vaciamos hasta la última gota adentro. Le quitamos la mordaza e Irene nos limpió de punta a punta las pijas

- Ahhh… que par de hijos de puta, las mejores pijas que me cogieron, de donde sacaste este fenómeno Juan

- No sabía que Marcos

- Shhh escúchenme hoy es jueves, mañana viernes a las 22:00 se me vienen a esta dirección, yo les pago el Uber, los quiero a los dos tengo una sorpresita para ustedes, muy especial

Nos besó mordiéndonos los labios, a los dos nos dejó una gota de sangre y se fue moviendo el orto, chorreando leche en sus muslos al baño. Nos vestimos y nos miramos con el morocho a ver con que nos íbamos a encontrar al otro día.

(10,00)