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La maestra de gimnasia

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Esta pequeña aventura no fue tan similar como la anterior pues está persona era aún mayor solo que yo tenía 26 años.

En la universidad en la que estudié terapia física y rehabilitación nos pedían hacer prácticas en alguna clínica y debíamos escoger 5 que nos llamaran la atención, yo quede en una que quedaba 40 minutos de mi casa y estaba muy interesante, tenía gimnasio, área de terapia y en el piso de abajo una pequeña alberca de hidromasaje...

El encargado me decía las personas que llegarían y que tenían, solo estaría allí 4 meses y terminaría mi tiempo en ese lugar.

Una vez llegó una señora de 45 años con dolor en una de sus piernas y espalda pues ella era maestra de gimnasia y me toco atenderla 2 o 3 veces a la semana, le ponía electrodos y calor en su pierna y espalda, eso sí ella tenía que estar con menos ropa y eso me ponía algo nervioso y ella lo notaba pues debía tocar tu pierna casi hasta su cadera y mover su brasier para trabajar su espalda, total semanas después de ayudarle con ejercicios en la alberca empezamos a platicar y a tenernos confianza, reíamos seguido y empecé a sentir más excitación cuando la veía en ese momento.

Ella era güera, alta y tenía buen cuerpo, unas piernas duras unas nalgas grandes y unos pechos muy formados, el traje de baño que utilizaba me permitía ver cada curva, veía su entrepierna muy descubierta y su traje de baño era algo escotado que casi parecía que sus pechos se salían.

Ella notaba que la veía mucho pero sabía disimular, entre platica le comenté como seguía su espalda y ella me dijo que sentía dolor en el cuello así que me ofrecí a darle masaje, ella se sentó en los escalones de la alberca y yo unos arriba atrás de ella, alcanzaba a verle mejor los pechos y a masajear su cuello y espalda ella gemía con poco dolor y me pidió que bajara sus tirantes del traje de baño para tener la espalda libre, yo sentía mi pena muy duro y empecé a respirar más rápido, ella lo noto y se rio, ambos entendíamos a que iba todo eso, se paró y me dijo, "hay algún lugar más privado aquí?" Le dije que hay una oficina aun lado que nadie utiliza pero que está limpia, salió de la alberca y dijo vamos, nos metimos y cerré la puerta ella se volteó a mí y bajo completamente su traje de baño mostrándome esos pechos que tanto quería ver, su cuerpo desnudo y su pubis con un poco de vello, mi filipina mostraba un bulto que ella vio, me acerqué y la empecé a tocar por todos lados ella se sentó en el escritorio y yo lamia sus pechos, tocaba su cuerpo y levante sus piernas para lamer su clítoris y sus labios mayores y menores fue lo más rico tener una figura así, ella gemía de placer y se tocaba así misma, me senté en la camilla y ella se arrodilló y sacó mi pene y se lo metió a la boca, jugaba mucho con su lengua que la verdad yo no podía con tanto, era una lengua tan grande que lamia desde lo más bajo de mis testículos hasta la punta y luego se lo metía completo.

Después ella se acostó en la camilla y abrió las piernas para que se la metiera en esa gran vagina, se lo metía y sacaba empujándola y viendo mover sus pechos de un lado a otro, cambiamos, se puso en 4 para ver como chocaba su gran culo a mi abdomen, ella gemía diciendo "me gusta que le lo hagas" y eso me prendía más, fuimos al escritorio y allí ella boca abajo seguía recibiendo las metidas de verga, se voltio y se agachó para volvérmelo a chupar solo que esta vez no lo saco de su boca, yo ya me veía y sentía ese gran cosquilleo y no me dejó que los sacará fuera sino que todo salió dentro de ella, yo gemía de placer, una experiencia única, solo sentía que ella tragaba y succionaba muy fuerte, después de eso terminamos muy agitados, se levantó y se fue a bañar, cuando salió tomó sus cosas y me dijo que vendría la siguiente semana para que la siguiera trabajando...

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