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La primera vez que estuve con una chica

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Está historia que les contaré ocurrió en unas vacaciones de trabajo con mi familia, donde haríamos un tour por las playas de Cancún como una manera de relacionarnos entre la familia y el trabajo. Por tal motivo la empresa contrató autobuses y vans para el recorrido. Aunque yo casi no conocía a nadie del círculo de mis padres, no estaba ni entusiasmada ya que la playa no es lo mío y eso de ir sentada durante horas me fastidiaba, pero a decir verdad tendría que aguantar eso ya que es mil veces mejor salir de vacaciones que estar encerrada en casa. Cómo sea, alisté mi maleta y no hace falta decir que llevé ropa de lo más cómoda.

Al llegar al punto de reunión vi a demasiadas familias, mi papá estacionó el coche en un sitio de la empresa y a pesar de que estaría ahí unos cuatro días, no le pasaría nada ya que es parte de una propiedad privada, así que estaba sin cuidado. Lo mismo, varias familias estacionaban sus coches en el mismo lugar para evitar usar el transporte público de regreso. Cuando comenzamos a sacar las maletas un señor se le acercó a mi papá y lo saludo muy emocionado. Solo logré escuchar que imaginó que no iba a llegar y pronto nos comenzó a ayudar con nuestras maletas para meterlas en el autobús.

Veía a muchas familias entusiasmadas y, aunque yo no radiaba lo mismo que ellos, si me emocionaba un poquito. Comenzó un pase de lista y poco a poco íbamos subiendo todos. Da igual lo qué pasó aquí, entramos y tomamos los asientos y de ahí no me moví. Sacaba mi iPad para jugar o ver películas para perder el tiempo hasta que decidí dormir. De aquí a Cancún no pasó nada extraordinario. Al llegar al hotel comenzamos a bajar nuestras maletas y poco a poco nos fueron asignando nuestras habitaciones. En un momento vi como mi familia estaba rodeada de sus compañeros de trabajo y una a una se fueron presentando hasta que tocó mi turno. ¡De flojera! Si captan que venía cansada y lo único que quería era subir y acostarme un rato y cuando sabía que mi suerte en ese instante era la peor me retracté inmediatamente.

Uno de los señores ahí presentes se presentó con mis papás y justamente mi papá me toma de los hombros y me lo presenta como su mano derecha en el trabajo, además de ser su buen amigo. Yo con cara de “hola” lo saludé, no tenía muchas ganas de estar ahí hasta que me presentó a su hija de nombre Mariel. Nos saludamos y charlamos un poco dado que tenía mi misma edad, 20 años. Yo sabía que podría pasarla con ella aunque, como yo, traía cara de que el viaje la tenía cansada. Terminaron de hablar y quedaron en que en un rato bajarían para ir a comer.

Descansé un rato hasta que nos pidieron que bajáramos ya que nos habían invitado a comer en uno de los tantos restaurantes qué hay en la zona hotelera. Nos lo topamos en el lobby y caminamos hasta el lugar. Una vez sentados quedé a un lado de Mariel que venía con el teléfono en mano al igual que yo, saber con quién estaba hablando. Nuestros padres comenzaron hablar de lo que harían en estos días, hablaban de la comida y cosas equis en eso siento como Mariel me toca con su dedo y me pregunta mi número de teléfono, le pedí que me prestara su móvil para registrarlo y al momento de hacerlo de inmediato se lo devuelvo. No pasó ni 1 minuto y ya tenía un whatsapp de ella con un mensaje de salir a caminar. Yo estaba cansada pero no quería pasar esos días sola así que accedí.

En el trayecto hablábamos de cosas interesantes, me cayó bien, parecía tener el mismo estilo de vida que el mío y eso me agrado más. ¿Tomas?, me preguntó. ¡Claro!, le dije, aunque no sé si en estos días hacerlo ya ves que estoy con mi familia. ¡Ay sí! Pero ya veremos, tengo entendido que en un antro de aquí se pondrá bueno mañana y me gustaría ir, me respondió. Con eso ya sabía que tenía mi mano derecha para estas mini vacaciones. Seguimos caminando hasta que nos regresamos al hotel. Una vez en nuestras habitaciones me volvió a mandar un mensaje para salir a ver la vista del sol desde la azotea del hotel.

Salí y ya la tenía afuera, yo solo la seguí y nos dirigimos hasta una puerta de “prohibido entrar” ella sin problemas la abrió y pudimos observar la maravillosa vista que teníamos, corría demasiado aire y en ese momento me pidió que le tomara algunas fotos. Cómo soy buena le tomé unas fotos dignas del lugar de donde estábamos, veíamos todo y de seguro era una muy buena vista para el atardecer hasta que llegó una persona con regaños hablando en inglés que luego supimos era el gerente. Creyó que éramos extranjeras y nos preguntó porque estábamos en este lugar, que estaba sumamente restringido el acceso. Mariel le pidió disculpas y se escudó diciendo que quería ver una buena vista y por eso decidió subir acompañada.

“¡No, bajen de una vez o tendremos que aplicarle una sanción o les quitemos sus habitaciones!” Hablo el gerente. “Vámonos ya” le dije a Mariel. “Está bien, adelántate Denisse” Yo solo camine a la entrada y comencé a bajar las escaleras lo más rápido cuando escuché que cerraron la puerta de arriba y sabía que allá estaba Mariel, dudé si regresar e irme a mi habitación pero no podía dejarla sola así que volví a subir sin hacer tanto ruido, puse mi oreja en la puerta para escuchar lo que pasaba y solo escuchaba el sonido de un cinturón como cuando cae y se sube. “Raro” imaginé.

Solo escuchaba ese sonido y ninguna palabra tanto del gerente como de Mariel. Por un momento iba abrir pero me detuve así que seguí escuchando hasta que después de unos minutos escucho un “Ah” de un hombre, justamente ahí me imaginé que Mariel estaba haciendo algo con el gerente pero para evitar problemas mejor baje y la esperé en el lobby. Al cabo de un rato solo vi bajar al gerente pero no a ella, opté por enviarle un whatsapp pero al mismo tiempo me llega un mensaje de ella preguntando donde estaba, bueno al menos sé que está bien, me dije. Nos encontramos por el pasillo de nuestras habitaciones y le pregunté qué había pasado para lo cual me dijo que solo nosotras teníamos permiso de subir en cualquier momento allá arriba, qué ella lo había solucionado.

Yo sabía que algo se traía y sin más le dije “mira, volví a subir y escuché que estabas con el gerente y la verdad lo que hagas me da igual”, Mariel sin pena me dijo que no había que darle importancia a eso y que para hoy en la tarde tendríamos una vista espectacular así que tocaba cargar los teléfonos y descansar para presenciar la maravillosa vista. La verdad al principio creí que era de esas chicas tímidas pero mi intuición sabía que era igual a mi o incluso más. Mariel tiene el cabello muy negro como la noche y es de tez blanca, muy blanca, tiene buen cuerpo un poco mejor que el mío y aunque tenemos las mismas aficiones es la única con la que siento que estaría en estas vacaciones ya que todos ya tenían su respectiva juntilla.

Alrededor de las 6 pm me marca para salir y juntas volvimos a la azotea del hotel. ¡Simplemente majestuoso la vista! Las fotos no se hicieron esperar y ahí estuvimos un rato hasta que llega de nuevo el gerente. “Vengo por eso que no terminamos” le dice a Mariel. “Te quedas o te vas Denisse, es que prometí algo...” oh shit, esta chica si es de las mías y a pesar de hacerme un poco la difícil le dije que esperaría mientras seguía tomando fotos. Les di la espalda y solo contemplaba la vista, de reojo vi como Mariel besaba al gerente mientras este le tocaba sus nalguitas que al parecer las tenía paradas. Solo bastó ver eso para ponerme un poquito caliente así que mejor seguí viendo el mar, las personas que a lo lejos se veían y las luces de la noche que poco a poco iban encendiéndose.

De nuevo di la vuelta y ahora veía a ella con el miembro del gerente hacía fuera jalándolo de manera muy rápida y agresiva cuando veo que al fin sale las gotitas de semen del gerente ella se acomoda y se despide de él, luego me pide que bajemos y en el trayecto hacia el lobby no decíamos nada pero sabía que lo que hacía me había puesto un poco caliente. Con actitud muy fresca me dijo que no hiciera planes al día siguiente ya que podríamos ir a caminar por toda la avenida y yo le respondí con un si seguro. Llegamos a la habitación y continuaron los mensajes de ella pero muy equis, solo quería dormir y amanecer con pilas para el día siguiente.

Por la mañana me pide que saliéramos a caminar a la playa y obvio tenía que llevar mi traje de baño. Al bajar juntas nos dirigimos a caminar y continúe hablando de temas menos importantes y al parecer ya tenía a una buena amiga. Al ser temprano era raro ver a mucha gente y nos dirigimos hacia la orilla de la playa donde al parecer había más espacio para sentarnos. Al llegar notamos que en una palapa habían unos señores, nos sentamos en la arena y Mariel siendo tan coqueta opta por bajarse el short de forma que sus nalguitas queden de frente a la vista de los señores. La verdad se veía riquísima, exquisita. Yo más reservada me quité mi short sin que nadie me viera y quedamos expuestas ante ellos. Ella cargaba un diminuto bikini que dejaba ver todo su cuerpo mientras yo cargaba un bikini no tan provocativo como el de ella. Caminamos y le pregunté cómo le había dicho al gerente para hacer lo que hizo a lo cual me respondió que no era la primera vez, que siempre le han llamado la atención los señores y aunque tiene novio ella disfruta en secreto estas situaciones. Eso me prendió aún más todavía. “¿Te hubieras unido conmigo y el gerente?” Me preguntó para lo cual le respondí que solo los veía de reojo y me dieron ganitas de entrar. “Mira, si quieres le digo que hoy nos veamos en la azotea y vemos qué pasa si?” Mmm, no pasará nada malo así que está bien le dije.

Seguimos caminando de manera que ella era el centro de atención de todos los que la lograban ver. Alrededor de las 6 de la tarde me llega un mensaje con el texto de “sube” haciendo alusión al lugar donde tenía que ir. Salí de mi habitación y me dirigí a la azotea y al abrir la puerta mi sorpresa fue grande al ver que estaba el gerente y otras dos personas ahí, “mira Denisse vinieron con el gerente y bueno tú escoge” no me sorprendió para nada y de inmediato le dije que me quedaba con el gerente, él sonrió y le dio un beso a Mariel y lo dejo con los dos tipos.

Se acercó a mí y comenzó a besarme rico y suave. Hizo una pausa para mencionarnos que apenas y tenía 20 minutos de sobra y a ver si nos dábamos prisa. Comencé tocando su miembro encima del pantalón para luego desabrocharlo y sacarlo mientras lo escupía y me lo metía a la boca. Comencé rápido mientras el se recargaba a la pared y para seguir disfrutándolo más tenía que practicarle garganta profunda. Todo iba bien hasta que escuché su teléfono y rápido se arregló para bajar. Detrás de mí veía a Mariel como la traían como muñeca de trapo mientras la tocaban de aquí y allá. “Vámonos que ya nos quieren abajo, luego le seguimos” los otros dos también bajaron y nos dejaron solas.

“Estos tipos sólo nos dejaron calientes” le comenté. “Ya sé pero ni modo, siempre me acompañarás al antro hoy?” Me preguntó. “Solo iríamos un rato es más si quieres ni tomamos, solo bailamos y ya”, bueno, le dije mientras bajábamos las escaleras. A las 10 pm te marco y nos vemos en el lobby fue lo último que me dijo. Al llegar la hora salimos del hotel con dirección al antro y mientras caminábamos veía como los hombres nos comían. Ambas veníamos de un short de esos ajustados y una blusa casual y tenía blancos. Al llegar al antro decidimos optar por una mesa arriba y pedir solo refrescos, la noche iniciábamos y comenzamos a bailar de forma que los hombres nos vieran y fuéramos fruto de deseo.

Teníamos nuestros vasos de refresco en la mano y poco a poco la música se puso más intensa de manera que Mariel y yo bailábamos de lo más pegadito. Frotaba sus nalguitas con mi cuerpo mientras yo tocaba su cintura y tomaba mi cabello para hacerlo hacia atrás de una manera muy provocativa, la verdad era un espectáculo vernos bailar. Al llegar a nuestra mesa se nos acercaron dos tipos y nos pidieron bailar y sin más Mariel acepto y obviamente también yo. El baile estuvo meh solo preguntaban de donde éramos y cosas así, le hice señas a Mariel que fuéramos a la mesa porque ya me sentía incómoda con el tipo y se terminó despidiendo de él. Le pregunté qué onda con el tipo y me dijo que si nos llegáramos a aburrir el de ofrecía a llevarnos al hotel.

La noche seguía pero sin alcohol no podríamos hacer mucho así que a casi media noche Mariel hablo con él y le pidió que si nos podría llevar al hotel para lo cual accedió. Subimos los tres en la camioneta y comenzó a darnos un tour por las calles. Estaba entretenido ver la ciudad encendida con muchos colores y las pláticas son doble sentido hacia Mariel comenzaron. “¿Grandes?” Le preguntó el tipo, Mariel solo sonreía y le seguía el juego. “Y si te estacionas y lo hablamos” mencionó Mariel. Yo no sabía cómo actuar ya que yo venía atrás pero me daba igual quería ver acción y al parecer las dos lo buscamos. El tipo se estacionó en una calle sin salida y algo oscuro, parecía que esa calle era poco transitable luego se dirigieron a la parte de atrás y entraron. “A ver Denisse dame tu lugar” me dijo y así me levanté y le di mi espacio para yo quedar a un lado de la puerta.

Se besaron y Mariel comenzó a quitarse la blusa. Esta situación me puso muy caliente y solo dirigí mi mano hacia abajo para ir frotándolo en círculos mientras veía tal escena. El tipo levantó a Mariel y comenzó a desabrochar el short y oh sorpresa tanguita de rayas, esas tangas me encienden y aunque no tenga ninguna como la de ella o la mayoría son de seda a ella le quedaba demasiado bien. Le quitó el short y su bra y la tuvo encima un buen rato. Yo moría de calor y tenía la sensación de que algo abajo ya estaba húmedo pero quería más así que cerré mis ojos y me imaginé muchas cosas mientras ellos seguían en lo suyo. Comenzó la penetración y al escuchar los gemidos de Mariel me prendían más.

En un momento nuestras miradas cruzaron y me excitó más verla toda sudada, la tomé de la mano y la presioné de manera que sintiera cómo estaba yo igual. Escuchaba el mete y saca y también el sonido de las blancas nalguitas de ella para luego escuchar que el tipo había acabado, se levantó y me dispuse a quitarle el condón. Se dirigió a su asiento mientras Mariel se acomodaba completamente.

Le pedimos que nos llevara al hotel y en el trayecto Mariel me preguntó si cómo andaba y le respondí que bien (aunque muy caliente). Bajamos en el hotel y nos despedimos del tipo y al momento de entrar me toma del brazo y me pregunta si tenía ganas y le respondí con un sí. Me dio un pequeño beso y me dijo que iba a rentar una habitación para nosotras pero trataría que fuera discreto ya que nadie podría vernos.

Con los cómplices del hotel que Mariel tenía nos llevaron a una pequeña pero elegante habitación y al momento de entrar no perdimos tiempo. Nos besamos apasionadamente, nos acostamos en la cama y continuamos besándonos mientras tocábamos nuestros exquisitos cuerpos. “Bésame más, no me quiero arrepentir” le dije, yo estaba hasta lo que le sigue de caliente y prácticamente ella se aprovechaba de mí.

Comenzó besando mi abdomen y así fue bajando poco a poco, me quito mi short y dejó ver mi tanga negra, mientras ella hacía eso yo tocaba mis pechos con mis ojos cerrados y comenzó poco a poco introducir dos dedos en mi interior. “ayyy” gemí un poco, a cómo pude quité mi bra y al abrir los ojos vi a Mariel completamente desnuda, tenía un cuerpo perfecto y demasiado lindo, la abracé para seguir besándola y aunque era mi primera experiencia lesbi no me desagrado para nada. La puse boca abajo y lo mismo que ella hizo conmigo comencé a hacerlo, baje por sus pechos y su abdomen hasta llegar hasta abajo y por instinto y calentura sabía cómo debía pasar mi lengua en su blanquito pussy. Le daba lengüetazos y a veces lograba meter un solo dedo, ella a más que quejarse solo se tomaba fuertemente de las sabanas y luego me dirigí a sus labios para continuar besándonos.

Cómo teníamos un espejo frente a nosotras lográbamos vernos y parecíamos unos ángeles completamente desnudas. Tocaba sus pechos y ella los míos. Poco a poco sus líquidos caían en una parte de mi pierna y esto me ponía más y más caliente. “Hagamos tijera y me sigues el ritmo” me dijo Mariel. Yo sabía cómo era, ya lo había visto en algunas películas pero ahora tenía que hacerlo así que colocamos nuestras piernas encima de otra de forma que nuestros pussy chocaran con nuestros movimientos y así comenzamos. Se sentía demasiado rico sin contar que ya estábamos demasiadas húmedas, esa sensación era nueva para mi y poco a poco comenzamos a movernos rápido tanto que nuestros pechos se movían demasiado y cuando yo ya no podía solté mi orgasmo.

Terminé rendida, y ella encima mio continuó besándome, me tocaba mi cabello y yo le respondía. Dejamos demasiado húmedas las sábanas de la cama así que juntas entramos al baño para ducharnos y cuando salimos le pedí si me podría obsequiar su tanga como regalo a lo cual Mariel sin más comenzó a ponérmela. “Te ves muy bien Denisse” y no era para más, esa tanga hacía ver mis nalguitas muy rico, ella se puso el mío y comenzamos a vestirnos hasta salir de la habitación. Nos despedimos de un beso y cada quién fue a su cuarto. Llegué cansada y solo me acosté a dormir. Al día siguiente me preguntó cómo había amanecido y le respondí que demasiado bien gracias a ella. Los días siguieron normales ya que ahora tocaba estar con la familia y cuando salíamos a comer con ellos no faltaba el toqueteó debajo de la mesa.

Al terminar el tour familiar nos dirigimos a CDMX y al llegar a nuestro punto de reunión quedamos en una salida pendiente que sé que pronto llegará.

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