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La primera vez que follamos Lucila y yo
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Como os dije en la publicación anterior, mi novia y yo quedamos en "pasear" otra vez en el coche, cuando pudiera disponer de él.

Esta vez me preparé para que no me pasara lo que la primera vez, así que antes de salir de casa me hice una buena paja, no me fuera a correr antes de tiempo.

Lo que hacíamos los días que no tenía coche era ir a la discoteca y morrearnos bien allí, pero claro, no era lo mismo que si estás en un sitio a solas.

A mi lo del portal, como hizo mi amigo, me daba miedo, te podía pillar cualquier vecino o lo que es peor, sus padres, así que esa opción estaba descartada.

Pues bien, el día en cuestión, fuimos con el coche a un descampado que había cerca y allí paramos, pero no fuimos los únicos que pensamos en ese sitio, aquello parecía un cine para coches, pero con las luces apagadas, no había problema, al fin y al cabo todos estábamos allí para lo mismo.

Nos pasamos al asiento de atrás y empezamos a besarnos y acariciarnos. Se notaba que estábamos los 2 muy calientes porque nuestras manos no dejaban de tocar y manosear al otro, pero esta vez no nos quedamos solo en los tocamientos.

Le desabroché la camisa y se quedó en sujetador, ¡¡¡madre mía, que maravilla!!! e intenté desabrocharlo, pero entre la inexperiencia y los nervios, nada, se lo tuvo que quitar ella. Me puse a tocarle las tetas y a besarlas como si no hubiera un mañana y si no llega a ser porque me había hecho una paja un rato antes, me corro allí mismo.

Pasé a quitarle los pantalones y allí se quedó, desnuda entera, joder, como tenía el corazón, me iba a estallar.

Tenía el chocho peludo chorreando, parecía que se había hecho pis de lo mojada que estaba.

Me quité los pantalones corriendo y los 2 totalmente en pelotas nos abrazamos y besamos por todos lados.

Como ya no podía más, le dije que si me dejaba penetrarla, que lo haría con cuidado para no hacerla daño.

A eso me puse, sin preservativo ni nada, con mucho cuidado, se tumbó en el asiento de atrás con las piernas abiertas y levantadas y yo me puse encima y empecé a metérsela muy despacio sin dejar de mirarla a la cara y así con movimientos suaves follamos un rato. Un momento antes de correrme la saqué para no hacerlo dentro de ella. Le llené la tripa de leche.

Ufff, que placer.

Tardé unos segundos en darme cuenta de que no se había manchado nada de sangre, pero no dije nada.

Fue ella la que me lo dijo, el novio anterior a mi fue el que la desvirgó.

Bueno, le dije que lo que hubiera hecho antes de estar conmigo que no era asunto mío y no me importaba, al contrario, me ponía cachondo cuando pensaba que ya había follado con otro.

Que yo supiera había estado con dos, mi compañero de clase que la manoseó bien y al que le hizo una paja y el novio que la desvirgó.

Y tenía 18 años, buena putita pensaba yo, y me ponía más cachondo.

Volvíamos a hacerlo siempre que teníamos ocasión, y cada vez hacíamos cosas nuevas, le lamía el clítoris hasta que se corría, me la chupaba, hacíamos el 69 para ver si nos corríamos a la vez, pero nunca lo conseguimos, siempre me corría yo antes.

Tuvimos varias anécdotas, pero esas las dejo para los siguientes publicaciones.

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