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La secretaria de mi cole me trae loco

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Esta historia aconteció cuando estaba aún en colegio a punto de graduarme, acababa de cumplir 18 años.

Siempre me gustaron las mujeres mayores que visten de forma muy sensual, muy sexy, mi fetiche preferido es que usen medias de nylon, pantimedias o medias de liguero, para mí es la prenda más sexy, sensual, más excitante, y que hace que me ponga muy cachondo.

Era el primer día de clases, estaba asistiendo a un nuevo colegio, puesto que el año pasado había sido expulsado por problemas de conducta, este nuevo colegio quedaba muy cerca de mi casa exactamente a dos cuadras, no era el mejor de la ciudad, pero no me quedaba más alternativa porque mis padres ya estaban por tirar la toalla conmigo por esos problemas de conducta ya mencionados en colegios muy prestigiosos.

Es así que llegue a la ceremonia de inicio de clases en la cual se presentaba a todo el plantel docente y administrativo del colegio, inmediatamente llamaron mi atención algunas profesoras bastante jóvenes y simpáticas las cuales lucían uniformes muy elegantes con faldas un poco más cortas que de las demás y lo más importante, todas ellas usaban pantimedias, mi fetiche favorito. Hubo una en especial que llamo mucho más mi atención era una joven de piel bronceada pelo oscuro, ella vestía un traje de tela color azul blusa de seda color crema una falda pegada que le llegaba debajo de medio muslo, dejaba ver unas torneadas y muy sexys piernas detrás de unas lindas medias nylon color negras, se le veían increíbles y para terminar unos zapatos de tacón alfiler negros brillosos. Se veía muy sexy (solo de recordarla ya me pongo muy caliente) la presentaron como la secretaria de dirección general, su nombre Marcela.

Como resultado del impacto que ella causo en mí, ese mismo día trate de establecer contacto o cualquier acercamiento con ella, llegando a su oficina en mi condición de nuevo estudiante en repetidas oportunidades con el fin de hacerle cualquier consulta, mi intención entablar conversación para acercarnos y poder conocerla. Ella se mostró siempre muy amistosa y colaborativa conmigo y eso me agrado demasiado. Esa mañana llegue como 10 veces o más a su oficina con cualquier pretexto (hecho al tonto) incluso era voluntario para ir por marcadores para los profesores, hacía de todo para ir por su oficina y ver a esa mamacita hermosa, principalmente quería ver esas piernas que tanto me habían cautivado (yo creo que se dio cuenta).

Llego la hora de salida y a lo lejos vi que ella también se retiraba del colegio, así que dejé cualquier conversación con nuevos amigos y compañeros y me fui detrás de ella. Cuando la pude alcanzar le hable ¿Marce a donde te vas tan rápido? Le pregunte, enseguida se dio vuelta para mirarme y me contesto hola… a tomar el bus que me lleva a casa debo almorzar, cambiarme la ropa e ir a pasar clases en la universidad. Yo estaba tan prendado de esta mujer que cuando ella me hizo la misma pregunta, le dije que también esperaba el bus (¡le mentí yo vivía a dos cuadras!) Lo único que quería era estar cerca de ella y poder contemplar su figura especialmente esas hermosas piernas luciendo pantimedias, eso me causaba mucha excitación.

Cuando abordamos el bus nos sentamos lado a lado y empezamos a hablar de todo yo le pregunte su edad a lo que me respondió que tenía 21 años, luego hice todas las preguntas de rigor cuando conoces a alguien que te interesa, se notaba una chica muy alegre me sonreía en todo momento y yo a ella hasta que me aventure a preguntar sobre su vida sentimental, en este punto me dijo ¡eres muy curioso eh! Pero sonrió con una carcajada y continuo diciéndome que hace más de un año no tenía novio y que estaba enfocada en preparar su tesis universitaria; esas palabras hicieron que mi corazón se acelerara, me emocionaba saber que estaba soltera y sin compromiso, cuando me hizo la misma pregunta inmediatamente respondí que estaba en la misma situación soltero, me miro con una cara de que no me creía al 100% yo le sonreí y ella también, así estuvimos en una linda charla hasta que llego a su destino, nos despedimos con un beso en la mejilla y un nos vemos mañana en el cole, se bajó, avance 2 cuadras y también baje para tomar el bus de retorno, desde ese día todas las salidas del cole nos íbamos juntos casi por dos semanas yo la acompañaba hasta su destino y un par de cuadras más yo bajaba del bus y tomaba el de regreso, era muy cómico pero esa mujer me traía literalmente babeando; me gustaba muchísimo.

Empezamos a hablar casi todas las noches por teléfono horas y horas nos contamos muchas cosas personales y así la confianza y amistad crecieron rápidamente, había una fuerte dosis de coqueteo entre ambos, le mandaba indirectas como “hoy estabas preciosa, pero me gustaría verte con una falda más corta” lo decía en tono irónico porque sus faldas eran relativamente cortas, ella se daba cuenta como me ponía, nuestras conversaciones ya subían de tono cosa que me tenía fascinado.

Hasta que después de varias semanas en ese ínterin, un día lunes llegué al colegio, cuando la vi frente a mi casi me da un infarto, estaba con una minifalda de tela color beige blusa blanca saco el mismo color que la minifalda, unas pantimedias color bronceado brillosas y zapatos de tacón color nude. Estaba hecha una Diosa del Olimpo, en ese momento decidí lanzarme a la piscina y declararme: toda la mañana pensaba en las palabras que le diría. Las horas fueron siglos literalmente, hasta que llegó la hora de la salida y fue ahí que la encontré camino a tomar el Bus, me puse muy nervioso mis manos temblaban y sudaban, la garganta se me secaba y fue ahí que le dije Marce necesito hablarte de 2 cosas muy importantes, te escucho me dijo, Marce si no estás apurada podemos ir a una calle un poco más tranquila para poder hablar mejor; le pregunte; si está bien hoy no tengo apuro, no iré a la universidad, así que vamos me respondió.

Mis nervios estaban a flor de piel, pero al observar su figura tan sensual, esas piernas talladas por los mismísimos dioses y luciendo esas pantimedias que resaltaban su embriagadora feminidad no pude aguantar más y le dije que estaba enamorado de ella y que me encantaría que fuera mi novia; cuando me escucho decir eso, se sorprendió un poco y me pregunto que si estaba bromeando; yo en ese instante aclare mi garganta y respondí obvio que no!, en verdad me gustas y quisiera que fuéramos enamorados y con un tono desconfiado me dijo que la había sorprendido con todo aquello que acababa de decirle y que le costaba un poco creerme, nuevamente le dije; sabes que Marce, me gustas! Quiero que estemos juntos ¿Por qué? Es tan difícil que me creas le pregunte, a lo que ella respondió que yo también le gustaba, y que le gustaba mucho pero…

En ese preciso momento cuando terminaba de pronunciar la palabra “pero” pensé y actué rápidamente, la tome con firmeza de los brazos la jale hacia mí y la bese de manera sorpresiva; succionaba sus labios muy apasionada y enérgicamente, en un principio Marce estaba desconcertada y congelada durante varios segundos luego empezó a corresponderme el beso y fue ahí que empezamos a besarnos tan apasionadamente que el mundo parecía detenerse para nosotros, que besos que nos dábamos, nuestras lenguas luchaban queriendo volverse una sola; yo ya estaba muy excitado y ella empezó a notarlo pero me abrazaba más fuerte por la cintura y con más fuerza, yo presionaba mi miembro contra su vientre, haciendo exactamente lo mismo tomándola por la cintura.

A modo de recuperar el aliento bajaba mis labios y mi lengua desde su cuello hasta su pecho donde empezaban sus hermosos y voluptuosos senos, mi pene estaba a mil por hora apunto de estallar y ya se notaba por debajo mi pantalón de tela gris, una tremenda erección.

En ese momento decidimos calmarnos un poco porque estábamos en la calle y ya de por si el espectáculo de los besos que nos dábamos estaba muy subido de tono; menos mal no había personas circulando por ahí en ese momento. Le propuse que vayamos por unos helados a un minimarket que quedaba muy cerca, ella acepto muy gustosa.

Cuando entramos al minimarket la dueña me saluda con bastante confianza hola Yayito como estas? A lo que respondo buenas tardes doña Clarita, muy bien gracias, le pedí 2 helados cada uno escogió su favorito la señora me cobro se despidió de mi con un ¡adiós Yayito! Y salimos del lugar, fue ahí que Marce me dice; parece que esa señora te conoce bastante bien; a lo que le contesto, Marce, mi princesa, eso es precisamente del segundo tema que quiero hablarte y te pido por favor que no te enojes y lo veas por el lado bueno, dado que acabamos de arreglarnos, fueron mis palabras. Yo te mentí un poquito respecto al lugar donde vivo, la verdad es que vivo casi llegando a la próxima esquina es por eso que la señora del minimarket me conoce y me habla con tanta confianza, o sea es mi vecina. En ese momento Marce puso en su cara una mueca poco retorcida, me pregunto ¿y por qué me mentiste?

Me quede unos segundos callado y conteste: Mira Marcelita desde el primer segundo que te vi la verdad es que quede flechado por cupido, y me dije a mi mismo que serias para mí, es por eso que siempre estoy por tu oficina con cualquier excusa, aunque sea tonta y el primer día cuando te dirigías a tomar el bus para ir a tu casa, pensé que acompañarte sería una gran oportunidad para conocerte, hacernos amigos y acercarme a ti, creo que fue una gran decisión y la verdad no me arrepiento ni un segundo. Marce se quedó pensando mientras terminaba su helado luego me tomo por el cuello me dijo susurrándome al oído; ¡que tonto! Y me dio un beso muy apasionado y así nuevamente comenzamos a devorarnos vivos.

Fue ahí que le dije, ven quiero que conozcas mi casa.

Mis padres trabajaban hasta las seis de la tarde y mis hermanos asistían a un colegio que en la mañana era un colegio normal y en la tarde era una academia de música y artes así que pasaban clases todo el día, así que yo era dueño y señor de la casa hasta casi las siete de la noche hora en la que llegaban regularmente todos los miembros de mi familia.

Cuando entramos a la casa la conduje directamente a la sala donde nos sentamos en un sofá, puse un poco de música fue ahí que le pregunté que le gustaba escuchar, de todo un poco me contesto, puse la música que pidió ella, muy complacida expreso con mucha ternura que en verdad aun no creía lo que estaba pasando entre nosotros; yo la tome por los hombros la atraje hacia mí y empecé a besarla con mucha locura ella me abrazo fuertemente y con la misma locura también me beso, yo de manera automática baje mis manos y las pose sobre sus muslos, al tocar la sedosa y delicada textura de sus pantimedias literalmente me volví loco de la excitación.

Creo que ambos nos dimos cuenta que ya no había marcha atrás, nuestros besos subieron al máximo nivel de erotismo y excitación, en ese momento con una de mis manos empecé a acariciar sus pechos aun por encima de la blusa de seda que traía puesta y mi otra mano no se desprendía de uno de sus muslos y así fui subiendo hasta llegar a su entrepierna, al principio note que se incomodó un poco por lo que baje esa mano hasta su rodilla y lenta y delicadamente volví a subir empezando un recorrido de caricias que subían desde su rodilla hasta su entrepierna, poco a poco nos calentábamos más y más al calor de los besos tan fogosos y las caricias tan atrevidas, su respiración se aceleraba cada vez más y fue la señal para empiece a acariciar su vagina por encima de sus medias y la tanga que ya se le sentían húmedas.

Marce completamente excitada jadeaba en medio de los besos que le daba, con una mano empezó a frotar mi verga por encima del pantalón, creo que esa fue otra señal que yo estaba esperando para empezar a desabotonarle la blusa hasta quitársela por completo; luego desabrochar el sensual brasier que quedo en la alfombra de la sala, y una vez liberado ese hermoso par de tetas fueron succionados feroz y apasionadamente por mi boca, lamia y chupaba sus pezones rosados, y muy parados por todo lo que les andaba haciendo con mis labios y mi lengua, mientras mis manos acariciaban sus esculturales piernas enfundadas en esas medias nylon color bronceado que me tenían loco y muy excitado.

Ella tampoco quiso quedarse atrás, me aflojo el cinturón y desabotono mi pantalón para dejar en libertad mi excitada verga y así poder acariciarla con movimientos suaves y luego más rápidos y firmes; luego de algunos minutos bajo por mi pecho recorriéndolo con sus labios y lengua hasta llegar a mi entrepierna, empezó a darme besitos en la punta de mi pene, luego lo lamio muy eróticamente para después metérselo a la boca y succionarlo con la misma intensidad con la que yo había succionado sus enormes tetas.

Así estuvimos un buen rato yo empujaba su cabeza tratando de que se tragara mi pene por completo, pero no le cabía, mi glande chocaba con su garganta y eso la hacía regurgitar; pero al margen de aquello; que rico me la chupaba Marce, se puso de rodillas frente a mí y la veía devorando mi pene que estaba a punto de estallar.

A estas alturas yo estaba ebrio de placer, excitación y morbo y como en las películas porno me incorpore, tome a Marcela por los brazos con fuerza y rapidez haciendo que se pare frente a mí girándola para luego hacer que cayera echada de espaldas en el sofá, con mis dos manos puse sus pies juntos frente a mí, acto seguido baje besando y lamiendo por encima del nylon de las medias desde sus tobillos hasta su entrepierna me detuve a la altura de su vagina; el olor de sus fluidos producto del nivel extremo de excitación, entraron en mis sentidos haciendo que pierda la cabeza.

Seguí lamiendo, besando y acariciando con mis dedos su vagina por encima las medias y la tanga negra que traía debajo, ahora podía ver ya no solo sentir con los dedos que estaba muy mojada, la humedad había traspasado la tanguita e incluso el rombo de algodón que tienen las pantimedias y fue ahí en un arranque de excitación extrema y morbo que con mis dientes rasgue el rombo de algodón de las pantimedias haciendo un agujero por el cual empecé a introducir mi lengua y mis dedos para apartar a un costado la tanga que se interponía entre mi lengua y su clítoris, en ese preciso instante sentí un gemido un poco más fuerte de lo normal, supuse que era una mezcla de sorpresa, incredulidad y excitación por lo que sucedía, yo preferí no darle mucha importancia y seguir con la sesión de sexo oral, el sabor de esa vagina tan excitada y caliente me llevaron al borde de la locura, la sentí tomar mi cabeza con sus dos manos y presionarla fuertemente contra su vagina justo cuando mi lengua masajeaba en forma circular su clítoris y fue exactamente en ese momento que empezó a retorcerse y a gemir fuertemente a causa del orgasmo tan intenso que estaba estremeciendo todo su hermoso cuerpo.

Apretaba mi cara con sus muslos yo comencé a darle suaves mordiscos, lamidas y chupetones a su clítoris y también a sus labios vaginales, empezó a apretarme más fuerte rodeándome el cuello con sus muslos a tal punto que me puse rojo, pero aun así seguía succionando como desesperado esa vagina disfrutando del sabor de los fluidos de ese orgasmo, hasta que ella termino temblando, me incorpore y vi su cara derretirse de placer sus ojos aún estaban en blanco y seguía retorciéndose como poseída, cuando vi que empezó a recobrar la cordura la bese, en mi boca estaba aún el sabor de su placer y quería que ella también lo saboreara y disfrutara.

La excitación en ambos seguía en su máximo nivel, en ese momento seguimos besándonos en la posición del misionero. Empecé a masajear su clítoris con la cabeza de mi pene haciéndose paso por el agujero de las pantimedias, la tanga la jale hacia un lado nuevamente y así de a poco introduje en su vagina mi verga totalmente dura, al principio lo hice con mucho cuidado porque no quería lastimarla, pero como estaba tan lubricada gracias al tremendo orgasmo que tuvo segundos antes no me costó mucho trabajo llegar a encajarle los más de 20 centímetros de verga que Diosito me doto.

Empecé a embestirla con un poco más de fuerza al punto en el que sentía como chocaba la punta de mi glande con la pared profunda de su vagina, eso la hacía gemir más fuerte y ponía una cara entre placer y algo de dolor; en ese momento sin sacar mi verga de su vagina me puse de rodillas, con mis manos la tome de los tobillos, los puse sobre mis hombros y empecé a moverme muy rápido y profundo, mis testículos chocaban con sus nalgas producían un sonido alucinantemente excitante, mientras que con una mano acariciaba sus piernas, sentir la fina textura de sus medias aumentaban al máximo mi excitación y con mi otra mano con los dedos índice y pulgar le daba masajes y suaves pellizcos a su excitadísimo clítoris, en ese momento la intensidad de sus gemidos nuevamente aumentaron anunciando que se venía el segundo orgasmo.

Y así fue, sus gemidos aumentaron de volumen y venían acompañados de fuertes espasmos ¡que placer el que le estaba dando a esa hembra! Mientras le quitaba los zapatos de tacón alfiler para masajear sus hermosos pies, me provoco chupar y morder suavemente todos sus deditos y también lamer la planta de sus pies por encima del nylon de las pantimedias, hecho que aumento el placer de ambos; ella aún se retorcía con los ojos cerrados y mi pene enterrado en lo más profundo de su vagina.

Cuando se recuperó de ese sensacional orgasmo me senté en el sofá y le pedí que se me montara haciendo la pose del cow-boy, así lo hizo, agarro mi pene lo puso en la entrada de su vagina introdujo mi glande con cuidado y luego de un sentón se dejo ir toda mi verga adentro de golpe, eso la hizo gemir, no solo a ella, a mí también; empezó a moverse con un sube y baja mientras nos besábamos locamente; esta es una de mis poses favoritas, porque me permite besarla, chuparle las tetas, acariciar su trasero y también sus piernas, además que permite a la mujer controlar el ritmo y la fuerza de la penetración.

Estuvimos un buen rato cogiendo en esta pose, luego ella tomo la iniciativa de ponerse en cuatro; otra de mis poses favoritas, yo penetrándola en esta pose debo confesar que fue mi punto débil, el sonido del choque de sus nalgadas contra mi pelvis sumado a sus gemidos y la vista de ese precioso trasero que brillaba tan sensualmente por el nylon de sus medias me pusieron a mil y aumentando el ritmo de mis penetraciones empecé a darle nalgadas que emitían un sonido irresistible, ella estaba al borde de la locura al igual que yo, observando y disfrutando esa escena tan erótica y lujuriosa ya no pude contenerme más, por lo que empecé a eyacular a chorros dentro de ella, la temperatura de mi semen llenando su interior acompañando las fuertes embestidas que yo le proporcionaba, hicieron que mi hermosa princesa llegue a su tercer orgasmo, creo que los gemidos se convirtieron en gritos de tanto placer que ambos habíamos alcanzado, fue increíblemente uno de los momentos más eróticos de mi vida, los gemidos de placer de ambos retumbaban en las paredes y elevaba aún más la excitación de ese momento.

Ambos caímos tendidos ella boca abajo y yo encima aun con mi pene dentro de ella, luego de un par de minutos nos pusimos de costado en cucharita; yo por nada quería sacar mi pene de su vagina, me excitaba tanto sentirme dentro de ella, pensando que esa era la primera de muchas veces que haríamos el amor, en esa posición empecé a besar, lamer y morder el lóbulo de su oreja, descubrí otro punto débil, porque nuevamente comenzó a respirar aceleradamente, con mi mano agarré la pierna que estaba hacia arriba haciendo que la flexione un poco y con la otra mano por debajo de su costado le manoseaba las tetas apretándola contra mí, así en esa posición besando y mordiéndole el cuello.

Nuevamente empecé a moverme con un mete y saca lento pero con fuerza, mirando esa pierna que se extendía en el aire apoyada con firmeza por mi mano, con el brillo y la textura tan sensual que le daba las pantimedias al tacto de mis dedos, nuevamente recobre la máxima dureza y excitación en mi pene, la empecé a penetrar cada vez más rápido y con más fuerza, el verme en esa escena tan excitante, tan erótica parecía sacada de una película porno y con tan hermosa mujer que me traía loco; hicieron que nuevamente estalle de placer y por segunda vez me vine a chorros dentro esa vagina que apretaba tan placenteramente todo mi pene, es indescriptible esa sensación.

Aun dentro de ella en esa posición giro su cabeza y nos besamos muy tiernamente; no había duda de la pasión que desbordaba entre nosotros, el tiempo parece que se detuvo mientras nos besábamos y acariciándonos cada centímetro de nuestros cuerpos, ella estaba exhausta y me pidió que paremos un momento para que pueda ir al baño a limpiarse y secarse porque la verdad fue mucho semen que deje en su interior y ambos estábamos empapados.

En eso me fijo la hora y ya daban las seis y cuarto de la tarde, habíamos estado haciendo el amor por más de tres horas y ya estaba contra el tiempo, mis padres ya estaban a poco de llegar a casa. Cuando Marcela salió del baño noté que se había quitado las pantimedias, fue algo con lo que no estaba muy contento, pero no dije nada.

La esperaba con un vaso de limonada, le ofrecí algo de comer a lo que me contesto que solo tenía sed, inmediatamente me ayudo a ordenar el tremendo desorden que se generó en la sala, producto de la brutal cogida que nos dimos… ¡ufff! Qué experiencia más deliciosa. Salimos a tomar el bus y la acompañe hasta la puerta de su casa, abordo del bus nos besamos todo lo que pudimos, también le pedí perdón por haber rasgado sus preciosas pantimedias, me las debes contesto Marce.

Sacando las pantimedias de su cartera y colocándolas muy cerca a nuestras narices, aspire profundamente ese olor a sexo que me ponía a mil, una vez más mi pene totalmente erecto formaba un bulto muy notorio debajo mi pantalón, me pidió que las llevara conmigo colocándolas dentro del bolsillo de mi pantalón para que las huela antes de acostarme para dormir, yo le prometí que le compraría unas pantimedias nuevas; cómprame muchísimas y haz lo mismo que le hiciste a estas con todas ellas, me prende mucho lucirlas mientras me haces el amor me dijo Marce, esas palabras fueron música para mis oídos y me pusieron aún más duro de lo que ya estaba. Parece que se dio cuenta de mi fetiche.

Luego ella me dijo que le encanto todo lo que había pasado entre nosotros esa tarde y que anteriormente tuvo solo dos enamorados a los cuales les tomo varios meses para llegar a tener intimidad con ella y que no piense mal al respecto. Yo le dije que nunca pensaría mal de ella, que a leguas se notaba que era una chica muy recatada y decente, pero esa tarde las cosas se dieron de una manera tan inusual que era prácticamente imposible, al menos para mí, bajar de esa nube a la que juntos nos subimos, al terminar estas palabras la bese muy apasionadamente y luego nos abrazamos. Llegamos a la puerta de su casa, le dije que le hablaría por teléfono más tarde; también le dije que ese había sido el mejor día de mi vida y no era mentira, ese día hasta hoy sigue siendo de los mejores días de mi vida.

A partir de ese momento Marcela y Yo iniciamos una relación amorosa cargada de deseo, sexo, fantasías, erotismo, fetiches y muchísimos más relatos como este.

Espero que les haya gustado bye bye.

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