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La semana que disfruté a mi cuñada (III)

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Como lo mencioné en el relato anterior, en el primer día de mi llegada a Guadalajara, tuve sexo con mi cuñada Zandra en su departamento, aprovechando la ausencia de Javier su esposo, y por la tarde nos fuimos a pasar unos días a un hotel, momentos que aproveché para saborear a tan rico manjar que es mi cuñada.

Por la mañana del día siguiente, despertamos aproximadamente a las 7 horas y como todo niño con juguete nuevo, no desperdiciamos para iniciar con un mañanero donde casi todo el trabajo lo hizo Zandra al cabalgarme, posición de volví aprovechar para saborear sus ricas tetas y manosear sus duras nalgas, y besarnos a total antojo, hasta que llegó el momento de que me fui en su rica almeja, por lo que una vez descansados, me pidió que fuéramos a correr al parque que le había prometido, motivo por el cual nos cambiamos, yo me puse un pants con su respectiva chamarra, mientras ella se calzaba un short que le hacían lucir sus lindas piernas y una playera del mismo conjunto en color verde agua.

Al subirnos a mi carro, agarré las bolas chinas y le pedí que al llegar al parque conocido como los Colomos, abriera la bolsa que las contenía, ella no sabía que había adentro, comentándome si la podía abrir, a lo cual yo le dije que hasta que estuviéramos en el estacionamiento, ya arribando al mismo, abrió la bolsa, y al sacar el tubo que las contenía, pensó que era un consolador, a lo cual yo le dije que abriera el tubo, y fue sacando primero una bola y posteriormente la otra, las cuales estaban unidas por un hilo, pidiéndole que las moviera, porque adentro de cada una había otra bola más pequeña, por lo que al realizar tal movimiento, sintió que hacían una vibración en su mano, diciéndome que no sabía que eran las mismas, a lo cual yo le comenté que se llamaban bolas chinas y que quería durante el recorrido de vuelta se las pusiera, diciéndome “Paco, no me van a caber, están muy grandes, son del tamaño de pelotas de ping pong”, “Verás que si cuñada, claro que te van a caber a la perfección” yo le contesté.

Por sus comentarios noté que no sabía para que servían tales bolas, ni el efecto que iba a hacer en su cuerpo, por ello no quise decirle nada, así que cuando veníamos a mitad del circuito, nos paramos y nos metimos dentro del bosque donde nadie nos viera, y aproveche para bajarle sus shorts y le dije “Zandrita, ahora sí quiero que te metas las bolas por tu vagina”, “Está bien Paco, solo que ocupo que me lubriques”, por lo que yo de inmediato me hinque y le empecé a besar su rica almeja, aprovechando para meter mis dedos hasta que noté que empezaba a respirar más profundamente y viendo que sus líquidos ya empezaban a mojar bien su raja, y tomó con la palma de su mano derecha la primera bola y la metió sin tanto problema, siguiendo con la segunda y dejando afuera una tirita para en su momento facilitar su extracción.

Ya puestas se subió su short y le dije vamos a terminar el circuito, y ella me preguntó “¿Que me vas a hacer?”, “Tú solo empieza a correr y no digas nada, yo correré un poco atrás de Ti” le contesté; Así que empezamos a correr, así que de inmediato noté como el efecto de las bolas se hacían sentir por su cuerpo, quizás no corrimos más de 300 metros cuando me dijo, “Paco, que son esas bolas, cada que doy un paso siento que me vibra mi vagina hasta el clítoris, me estoy mojando de tantos líquidos que fluyen, la gente me va a ver” a lo que yo le insistí que yo se los iba a retirar hasta que llegáramos al hotel, respondiéndome “Eres un cabrón vas a hacer que tenga orgasmo tras orgasmo”, a lo cual asentí con la cabeza, me gustaba verla correr y como se contorsionaba a momentos, así que en cuanto llegamos al carro, me dijo “Paco, cógeme, estoy toda mojada, me escurren líquidos por todas las piernas, ve mi short todo empapado”, aprovechando su calentura, ya subidos al carro, ella seguía masturbándose con sud dedos, así que aproveché para moverle el calzón y le empecé a meter mano a su rica raja.

Al sentir la humedad que ella traía, lo cual me puso tan caliente, que me acomodé en el asiento del copiloto y le dije “Cabroncita, aquí mismo te voy a coger”, así que aprovechando que el vehículo estaba estacionado algo lejos de otro vehículo, la subí arriba de mí, le quité el short y la blusa y la puse a cabalgar, no sin antes quitarle las bolas, las cuales salieron todas empapadas de sus fluidos vaginales, así que aproveche el tenerla arriba de mi para estrujar sus ricas nalgas y besar sus bubis a mi total disposición, “uff, mm, que rico, estoy muy caliente” me decía Zandra, yo también me excité demasiado y empezaba a nalguearla sin importarme si le dejara alguna marca, besando sus tetas y chupándoselas fuertemente, así estaríamos unos 5 cinco minutos, así que le dije “Me voy cuñadita, te los voy a dejar ir en su puchita, uff, ahh”, hasta que sentí como un chorro caliente salió de me verga que inundó a mi cuñada en su cueva, diciendo “Tu semen está muy caliente, dámelos todos, ahh, mmm, me tienes loquita”, acabando de irme dentro, salimos del estacionamiento rumbo al hotel.

Previo a llegar al hotel compramos unos jugos y fruta con yogurt, diciéndome mi cuñada “Paco, quiero que me vuelvas a coger”, yo al verla como caminaba y las contorciones que hizo cuando traía esas lindas bolas chinas, le dije “Nos bañamos primero, porque quiero romperte el culo”, ya saliendo del baño, me frote mi falo con el engrosador de pene y el retardante sin que ella viera, así que nos empezamos a besar y a darnos un buen agasaje, cuando noté, como mi verga crecía y le dije “Zandrita, quiero cogerte por el culo, pero primero quiero darte por tu almeja”, por lo que ella sin problema abrió sus piernas y le dije, “Agarra mi verga, métela por su raja”, “Paco, está súper dura y bien grande y gruesa, me vas a partir” me dijo, “Tu tranquila, vas a ver que tu culito va a pegar con mis huevos”, le respondí.

Así que opte por tomar mi verga toda grande y gruesa y la coloqué al ingreso de su puchita, y poco a poco empezó a entrar, ella de inmediato notó la diferencia, puesto que me decía “Paco, se te puso muy grande, me vas a matar”, yo sin hacer caso de sus suplicas, y al sentir sus fluidos ya bastantes, de golpe le metí la mitad de golpe, “Ahh, Uff, me partes en dos” gemía, así que tan caliente que estaba empecé a darle duro y constante, hasta que empecé a sentir como mi falo entraba completamente y entraba a la pared donde topaba –matriz- y ella solo alcanzaba a seguir gimiendo “ohm, para, me abres, agg, mmm”, así que después de estar dándole así unos 10 minutos, sentía como escurrían sus líquidos vaginales, la acomodé de perrito, y posesioné bien mis manos sobre sus caderas y empecé a meter primero un dedo, después el segundo, y ya estaba tan caliente que no esperé en meterle el tercero, para acomodar la punta de mi verga en la entrada de su ano, y empecé por penetrarla poco a poco hasta que sentí como la mitad ya la tenía adentro, solamente ella alcanzaba a decir “ahh, uff, me estas rompiendo el culo, por favor hasta ahí nomás”.

Ante tal suplica, yo me excité como nunca y en cada empuje iba metiendo más y más mi falo, ella trataba de quitarse, pero la tenía bien sujeta, así que después de varios intentos mis huevos pegaban con sus nalgas, ya para ese momento ella me pedía que me quitara y gemía “Para por favor, me duele, tu verga está bien gruesa, uff, mmm, ayy, me matas”, a lo cual yo quizás así la tuve alrededor de unos 20 minutos, ambos sudábamos al por mayor, hasta que durante ese lapso, me dijo “Paco, que rico me estas cogiendo, dámelos todos en mi culo”, así que después de un rato más yo exclamaba, “”Uff, Zandrita estas hecha una diosa, ahh, me voy” así que solo empecé a sentir como borbotones de semen salía de mi verga que inundaba su rico ano.

Estas intimidades las tuvimos no solo esa semana que estuve en Guadalajara, sino con posterioridad, cuando por azar del destino o porque ella lo quería se fue a vivir por un año a Colima y de lunes a viernes durante ese año, mientras Javier estaba en Guadalajara y solo iba a verla los fines de semana, de hecho cuando escribo esta historia, fui hace algunos días a Guadalajara con mi familia, sin embargo nos ingeniamos para volver a coger, pero eso será parte de otro relato.

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