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La semana que disfruté a mi cuñada

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Me llamo Paco y esto ocurrió allá por el año de 2005, yo para ese entonces tenía 3 tres años de casado y con 34 años de edad, la llamare Zandra mi cuñada tendría alrededor de los 27 años y menos de 1 año de casada con su marido Javier de profesión administrador de empresas y trabajador de empresa de la industria del farmacéuticos en la ciudad de Guadalajara, debo decir que Zandra es una persona de muy bonita, su complexión delgada y finita, pero con un cuerpo casi perfecto, de unos 1.74 de estatura, piernas muy bien formadas, su piel clara, de senos quizás talla 32 b duritos, pero unas nalgas muy bien formadas, redonditas y duras, eso si una cara muy linda, nariz respingada, ojos amielados, en el aspecto físico fue la mas agraciada de todas sus hermanas, aunque siempre ha tenido un carácter de la fregada con la cual no compaginaba y poco me hablaba, yo por cuestión de mi trabajo, soy abogado y también acabo de terminar la carrera de contador público, las cuales mezclo, vivo en compañía de mi familia en Colima, donde también viven mis suegros y familia de mi esposa, Zandra conoció a Javier en Guadalajara cuando estudiaban la universidad, pero ambos son de Colima y por cuestión de trabajo se quedaron a vivir en la perla tapatía.

Resulta que al saber mi suegra que tendría que ir a Guadalajara por cuestión de negocios por varios días, le dijo a mi mujer que si le podría mandar a Zandra una ropa para que esta se la cambiara en una tienda de nombre Zara, y que una vez que la viera ella me entregaría unas cremas para mi mujer y mi suegra, para eso yo tenía conocimiento que Javier su esposo había salido fuera de la ciudad por 15 días, ya que tenía capacitación una vez por año en Monterrey, y para esa fecha ya tenía dos días de su salida, por lo cual ella se encontraba sola.

Siendo de madrugada me dispuse a salí de mi casa rumbo a Guadalajara, vestido en pants pensando que ya en esta ciudad e instalado en el hotel me podría cambiar para ir a mis citas de negocios, por tramites de diversos clientes y de acuerdo con la carga de trabajo vería el día que me regresaría, allá estaría al menos dos días, ya en el camino recibo una llamada de Zandra, serían las 7:40 de la mañana, quien me pregunta a qué hora aproximadamente llegaría a su casa, lo cual me extraño porque nunca intercambiaba con ella ningún tipo de llamadas por lo mamona y creída que siempre había sido, a lo cual le dije que más o menos a las 8.30 y ya casi llegaba a la zona metropolitana, quien me dice que si mejor podría llegar a las 9:15 horas, notándola con voz temblorosa, porque quería prepararse y que el carro en cuanto llegara lo dejara a la vuelta del edificio donde vive; lo que también me pareció raro, diciéndole que no había problema, aunque por dentro me moleste, porque cada que voy a Guadalajara solo, me gusta visitar una de esas estéticas donde te ponen a 10 diez muchachas para que escojas a una, te den un masaje y te hagan el servicio completo de las cuales ya había probado a tres de ellas, debo referir que en el camino me tome la mitad de esas pastillas amarillas para aprovechar el tiempo de dos horas que acostumbraba disfrutar con la chica en turno y además porque la noche anterior había tenido batalla campal con mi esposa y estaba algo deslechado y un día anterior por la mañana, me había llevado a mi secretaria al motel, de ahí que andaba todo guango; ya siendo las 9 de la mañana llegue afuera del edificio y me metí a un estacionamiento frente del mismo ahí por el rumbo de Plaza del Sol, saque las cosas que le iba a entregar y me puse una chamarra del conjunto del pants porque estaba lloviendo, y espere que se hicieran las 9:15 para llegar al edificio donde vive y de inmediato toque el timbre, para eso se suponía que Zandra ya me estaría esperando, por lo cual me extraño que se asomó a la ventana y me hizo la seña que en un momento bajaría a abrirme la puerta de acceso al edificio, cuando desde su departamento podía pulsar el botón para abrirme sin necesidad de bajar, supuse que el botón se había descompuesto, sin embargo note que se encontraba muy bien arreglada, para la hora que era, pelo suelto bien peinado, ya que sabía que se levantaba algo tarde, puesto que no trabajaba, pensé que quizás quería que le diera un aventón a algún lugar, por eso no puse mayor atención.

Cuál fue mi sorpresa, cuando la veo bajar por las escaleras, traía una minifalda estampada con flores algo holgada, la cual apenas le bajaba unos 10 centímetros de sus nalgas, con unas sandalias de color blanco y una blusa roja semitransparente que hacía ver sus senos duritos, y sus nalgas bien paraditas y duras, madre mía se veía súper cachonda, sus piernas las tenía espectaculares, duras por el ejercicio y bien depiladas y bronceadas, y se le alcanzaba a apreciar un calzón color blanco que le cubría la mitad de las nalgas, la cual le resaltaba el culazo que tenía, al verla así me quedé perplejo como hipnotizado, de hecho algo que me dejo impactado que cada escalón que bajaba, sus senos brincaban viéndose duros y perfectos, veía que me sonreía con una cara que no le conocía, se veía feliz y su mirada con algo de perversidad, el ver tal portento de mujer, el cuerpazo que se cargaba, hizo que me empezara a calentar, y sentía como mi pija se iba parando.

Al llegar a la puerta del cancel, me dijo “hola cuñis, como estas”, a lo cual yo seguía paralizado por ver el portento de mujer, y me dijo, “parece que viste al diablo” y se empezó a reír, a lo cual yo reaccione, porque se acercó a darme un beso en la mejilla y un abrazo –lo que nunca hacia-, el cual me lo dio casi pegado a la comisura de mis labios y me dio un apretón cuando me abrazo que note como sus senos me los pego y aproveche para abrazarla por la espalda y notar que no traía brassier, a lo cual le dije algo nervioso por el momento, “Que guapa estas, pareces afrodita”, diciéndome que era un mentiroso y que me pasara al departamento, a lo cual yo como buen caballero que soy, le dije que primero las damas, quería aprovechar que al subir las escaleras, poder ver ese espectáculo de revisar sus piernotas y sus nalgas a cada escalón que subía, por ello deje que ella subiera unos cuatro escalones para inclusive verle su calzón, lo que ella imagino, porque me decía que subiera casi al parejo de ella, pero le dije que venía cansado del viaje y ella solo se limitó a decir “hey, te creeré”, ya en el transcurso de las escaleras veía esas piernas que ya me imaginaba tenerlas sobre mis hombros y ese tremendo culo y cuerpo que quería hacerlo mío, sin embargo ya para llegar al tercer piso donde se encuentra su departamento, cuál fue mi sorpresa que soltó adrede su llavero al piso, y al agacharse para recogerlo me dio el mejor espectáculo en mucho tiempo, sus nalgas eran perfectas y veía como el calzón blanquito, se lo comía su almeja, lo que provocó que mi erección se hiciera más grande, yo acomedido después de visualizar tal escena, pretendí ayudarla a recoger el llavero, tomándola por la cintura, sin embargo me dijo con tono picaresco, “gracias, cuñis, pero ya lo levanté”.

Al llegar al departamento lo vi todo bien limpio, acomodado y oliendo intensamente a perfume, y le dije, “Zandra, que rico perfume traes, que acomodado esta tu departamento”, a lo cual me dijo “gracias es Poisson, y a poco solo el departamento se ve arreglado?”, lo que hizo que me sonrojara y le dijera, “bueno tú tienes todo en su lugar perfectamente, eso siempre lo he sabido”, lo que hizo que se riera y me dijera “ya veremos” y me pidió que me sentara en la sala, ofreciéndome café a lo que asentí, y le estuve mirando ese cuerpo hermoso cuando iba a la cocina, ya de vuelta me sirvió la tasa de café y otra para ella, el cual cuando lo puso en la mesa volvió a darme la espalda y mostrarme ese lindo culo, y paso a sentarse en el sillón frente al mío, y veía que adrede separaba sus piernas mostrándome el tremendo calzón blanco que se cargaba, lo que hacía que mi pija estuviera a punto de reventar, en el platica me preguntó, a qué hora empezaba mis actividades y cuantos días estaría por la ciudad, a lo cual le dije que a la 1:30 pm tenía que ir a ratificar un escrito a una notaría ahí por la Glorieta Minerva y por la tarde atendería a unos clientes por la zona de la Plaza Galerías y quizás me quedaría hasta dos días más, diciéndome “tenemos entonces mucho tiempo”, a lo cual yo le dije, picarescamente que para ella tenía todo el tiempo del mundo, notando como sus pezones se ponían firmes y se sonrojaba.

Lo cual aproveche para preguntarle que porque se había arreglado tan linda tan temprano, y me dijo que solamente se había peinado y bañado antes, para que no la viera tan desarreglada, a lo cual de inmediato le dije “tú siempre has estado guapísima y la verdad tienes un cuerpazo, y con esa ropa te ves más sensual que de costumbre”, a lo cual solo se sonrojo más y me dijo “gracias por el piropo, mentiroso, que te tomas”, a lo cual yo le dije “al rato veremos”, notando que eso la sonrojo al punto que de repente los nervios la traicionaron, y de manera inconsciente abría y cerraba sus piernas, notándole la evidente excitación que traía, en el calor de la plática me dijo que me había pedido que estacionara el carro a la vuelta del edificio y que llegara hasta las 9:15 horas porque, sus vecinos aunque no tenían trato con ellos, salían a trabajar entre las 8 a las 9 de la mañana y que preferiría que el carro no lo dejara en el cajón de estacionamiento correspondiente a su departamento, para evitar chismes que había llegado un desconocido a visitarla, ya que a hora no había nadie en el edificio, diciéndole que yo no era ningún desconocido, a lo cual me dijo que “nadie sabe lo que puede pasar, ya vez como me estas chuleando”, respondiéndole de manera picara “solo puede pasar, lo que pasa entre un hombre y una mujer”, ella se sonrojo y me dijo, “en esto no hay nada escrito”, por lo cual de momento deje el asunto así.

Estaríamos así como hasta las 9:30 es decir unos 15 minutos de mi llegada y me dijo que si le podía ayudar a acomodar unas cobijas en el closet de uno de los dormitorios, a lo que asentí, y le dije vamos, lo cual note que ella al pararse del sillón donde se encontraba, como que temblaba, cierto es que yo estaba igual de excitado, y quería en ese mismo momento abrazarla y comérmela a besos y hacerle el amor en la sala, pero me contuve, dado los antecedentes, que nos ignorábamos y lo mamona que era y no quería que ella le dijera algo a mi esposa, que me quise sobrepasar.

Ya en el camino al dormitorio me pidió que si podía ir al patio de servicio y traer una escalera que tenía allá, a lo cual fui y me traje la escalera, y al pasar por el dormitorio principal donde ella dormía con Javier, me asome y tenía como 10 calzones sobre la cama, había desde cacheteros, tangas, calzón normal, y varios con encajes –empecé a imaginar que no sabía que ponerse para calentarme y me puse a mil-, ya de regreso llegue al cuarto donde ella se encontraba, y ahí había varias colchas, sabanas, cobijas, acomodadas y olían a recién lavadas, y pensé que ocupaba que me subiera a la escalera para acomodarlas en la parte alta del closet, a lo cual de inmediato puse la escalera a un lado del closet y me iba a subir, cuando Zandra me dice, “no cuñis, yo me subiré porque prefiero acomodarlos a mi manera”, a lo cual le dije “como quieras, yo te paso las cosas”, al pasar junto a mí, vi que se volteo y rozo con sus nalgas mi verga, tenía la sensación que también estaba tan caliente, que de igual le daba miedo dar el primer paso, inmediatamente me dijo “Paco, si acomodaste bien la escalera, no me quiero caer”, a lo que yo de inmediato aproveche para decirle “Como crees, primero te abrazo para que no te caigas, una diosa como tu nunca la dejaría caer”.

Y note como me hizo un guiño con el ojo izquierdo y me mando un beso; subió la escalera y se posesiono en el cuarto peldaño, y empecé por pasarle las colchas, estar en esa posición me daba el panorama completo de sus bellísimas piernas y sus nalgas atrapadas a la mitad por un calzoncito blanco de nylon marca Victoria Secret, yo estaba que reventaba de caliente, hasta sentí que me daba fiebre de lo caliente que me sentía, sus nalgas las tenía a 20 centímetros de mi cara, quería besarlas, morderlas, atraparlas con mis manos, pero me contenía, ya casi para finalizar y pasarle las sabanas me pidió que si la podía detener porque se iba a voltear, es decir con las nalgas recargadas en la escalera, y dándome su sexo de frente, a lo cual le dije que si, al darle la espalda para ir por las sabanas, alcance a mirar por el espejo, que hizo su minifalda más para arriba como para mostrarme más sus lindas piernas, a lo cual pensé para mí, esta quiere enseñarme su coño todo mojado y me prendió más, ya cuando le pase las sabanas, me dijo que la detuviera a lo cual yo sin querer dar al primer paso, agarre sus piernas a unos 15 centímetros debajo de sus nalgas, a lo cual me dijo “No Paco, tómame más arriba, para sentirme más segura” a lo cual mi instinto fue agarrarle sus piernas y parte de sus nalgas sobre la minifalda, sintiendo los pliegues de su calzón, notando que su respiración se entrecortaba a lo cual note que ya su calzón frente a mi cara, se encontraba mojado de la parte de su vagina, ya para eso miraba descaradamente su sexo y sus piernas sin importar si ella me veía, lo cual pensé que no podía desaprovechar, y así estaríamos un minuto, cuando le dije, “oye Zandrita, como que no te puedo detener bien así, es que tu falda me resbala las manos” y ella me dijo ya con la voz entrecortada por la excitación “pues haz algo o me caigo”.

Al oír esas palabras, tome la determinación y me deje llevar por el deseo, y posé mis manos alrededor de su cadera y le desabroche la faldita, ella inmediatamente exclamó “Ahh” y su respiración se hacía más profunda, y vi como caía a sus tobillos, y volteé a mirarla, notando que sus ojos los cerraba y su respiración era más intensa, puesto que sus pechos creían y bajaban como tomando aire, ya con esa imagen, deje de lado los escrúpulos, con mis manos le agarre completamente sus nalgas, y le empecé a besar sus piernas, eran tan suaves y sin vello alguno, diciéndome, “espera Paco, como te atreves, somos cuñados”, yo al no contenerme le dije “si lo somos, pero también eres mujer y yo hombre y me tienes todo caliente” y seguí con mi acometido, besando esas piernotas y manoseándole todas sus nalgas, a lo cual de unos instantes, dijo “que rico”, a lo cual volví a arremeter con mis manos para empezar a sobarle y masajear sus nalgas durísimas, y le dije “estas bien sabrosa”, respondiéndome, “tú también me tienes bien caliente desde que sabía que ibas a venir”.

A lo cual ya teniendo su sexo frente a mí, fui más allá y empecé a besar y chupar sus muslos internos y luego las ingles, y con mis manos le seguía agasajando sus nalgas y subiéndolas hasta su espalda baja, así estuvimos unos 3 tres minutos con el faje a todo lo que daba, para inmediatamente después pedirle que uno de sus pies lo bajara al siguiente escalón, quería tener abiertas sus piernas y para tener su sexo expuesto totalmente, lo que le ayude a hacer, para después mover su calzón a un lado y meterle un dedo, lo que sentí que la tenía demasiada estrecha y sus labios externos los tenía bien cerraditos, a lo cual solo gemía y decía “Ahh, ahh, uff”, lo que me puso más caliente y le dije “quiero disfrutar esa rajita tan rosadita y apretadita y saborear esos líquidos que te salen, desde que bajaste a recibirme estabas bien mojada...” Respondiéndome, “si Paco, estoy bien caliente y desde que te estaba esperando ya estaba mojada, baje a abrirte porque quería que me vieras así, me arregle para ti, pero no quiero que me chupes mi vagina, porque Javier nunca lo ha hecho”; a lo cual le inquirí “Pues será un reverendo pendejo en no disfrutar tu puchita, porque hoy me la voy a comer todita y también quiero tu chiquito y vas mamarme el falo, vas a conocer cosas que nunca has sentido, te voy a dar por todas partes mi verga”, a lo cual me dijo “me pones nerviosa nunca me ha cogido por el culo”, diciéndole, “es que Javier es un pendejo que no sabe el monumento de vieja que tiene, veras que te va a gustar, y vas a querer más, de aquí en delante serás mía cuando quiera”.

Así que empecé a lamber y jugar con su clítoris, el olor de esa vagina sabia rico recién bañadito quizás con un shampoo vaginal, mi lengua le hacía vibrar y sentía como derramaba poco a poco sus líquidos, ya para ese entonces, agarraba mi cabeza con sus manos y me la replegaba a su panocha, la cual estaba depilada y suavecita, así dure dándole varios minutos y sentí como su vientre empezaba a convulsionar, también notaba al meter mi lengua que su almeja estaba muy estrecha, y eso me excitaba más, gritaba “ayy, ahhh, comételo, dame más, cógeme, hazme tuya…”, a lo cual me gritó que se iba a orinar, al saber que se iba a venir, quité mi boca y con dos de mis dedos le daba un rico sexo oral cada vez más rápido, lo hacía de una manera donde uno de mis dedos rozaba toda su intimidad y llegaba a un punto donde se sentía como surcos, los cuales hacían que tal fricción la excitara, cuando empezó a sacar líquidos y gritaba como loca, “quiero más, dame más, soy tuya, dámelo todo, cógeme ya, no me martirices más, ya métemela toda”.

Ya una vez que deje de darle el oral, derivado de su excitación y orgasmo, la ayude a bajar de la escalera, porque apenas si podía estarse en pie, y le dije “vamos a tu cuarto, ahí te hare mía, para estar más a gusto”, no reparo y me pidió un momento para tranquilizarse porque estaba demasiado excitada, quizás así duramos un minuto, y llegando a su cuarto, le quite la blusa y el calzón y empecé a besarla en su boca, la cual de inmediato me correspondió dejando entrar mi lengua en su boca y a su vez dándome la suya, mezclando su saliva con la mía, era rico sentir como mi lengua exploraba su boca, así como ella correspondía metiendo su lengua a mi boca, la besaba en los oídos, en su cuello y así fui bajando hasta sus tetas, las cuales estaban duras, mientras que con mis manos agarraba sus nalgas y las apretaba, y dedeaba su chocha, la cual estaba mojada.

Me decía, “Paco, no seas cabron ya métemela, te quiero dentro”, a lo cual le dije, “primero vas a comerte mi verga” y la senté ya toda desnuda en su cama y me baje el pants y me quite toda la ropa, solo quedaba mi bóxer y del cual se veía embarrado de líquido pre seminal que soltaba mi verga, la cual estaba paradísima, aunque no tengo un portento de pija, la mía mide unos 18 centímetros parada y bastante ancha, por lo que al quitarme los calzones, ella la miro y vi cómo se le salían los ojos de la impresión y me dijo, “Está muy grande y no me va a caber, la de Javier es muy chica”, a lo que sin mediar palabra, agarre su mano y la puse en mi falo y la empecé a mover de arriba abajo, la cual después de que tomo su ritmo la deje que ella sola lo hiciera, pajandome bastante bien a un ritmo rico, a lo cual después de unos dos minutos, le dije “cómetela toda, empieza por besar la punta y después lamela como si fuera una paleta de dulce por todo lo largo”, lo que hizo puntualmente, para seguir a metérselo a la boca y lo succionaba, se veía que no tenía experiencia mamando vergas, a lo cual yo le decía “chúpalo, mételo y haz como si te estuviera cogiendo por la boca”, aprendiendo rápidamente, veía como salía su saliva por las comisuras de su labios.

Y así estuvimos unos 5 minutos donde mi verga estaba a todo su potencial y veía como las venas se brotaban, hasta que le dije, “ahora sí, quiero meter mi verga en tu almejita, la vas a disfrutar y vas a querer que te coja siempre”, diciéndome “si mi amor, ya métemela, quiero que me des duro, cógeme, soy toda tuya, no me hagas sufrir, ya cógeme”, a lo cual yo me hinque en la cama, la acosté y tome sus piernas y las puse alrededor de mi cadera tomándolas con mis manos, lo que hacía que toda su vagina estuviera expuesta y a mi disposición, y empecé a metérsela poco a poco, cada vez iba sintiendo como sus paredes vaginales me apretaban el miembro, pero a cada arremetida iban cediendo a mi verga, al principio solo entraba la mitad y muy forzada, ella gemía diciéndome “me partes, para, no seas cabron, la tienes muy grande, me vas a matar”, ante lo cual le dije “es que tu vagina está muy estrecha, pero deja que se vaya amoldando y te va a entrar toda”, a lo cual fui haciendo un poco de presión y después de unos varias arremetidas, empecé a sentir que sus pliegues vaginales empezaban a ceder, por los líquidos que generaba, es decir ya volvía a excitarse al máximo, resbalando toda mi verga la cual topaba hasta el fondo.

Ella empezó a suspirar y gemía como loca, me decía “ahhh, gmmm, mmm, ayyy, eres un cabrón, me estas partiendo, me encantas, quiero tu verga, sigue, no pares, la quiero toda dentro, dame más, eres mi rey, ahh, mmm, ayyy”, me gustaba darle duro, porque sentía como pujaba y se calentaba más y más, después de unos 5 minutos la cambie de posición y me acosté boca arriba y le dije ahora tú me vas a montar, la acomode de tal manera que estaba arriba de mi, yo puse dos almohadas para acomodar mi cabeza a la altura de sus senos, y sus piernas las abrí acomodando mi verga en su vagina, veía en cada arremedita su mirada de deseo, de compasión y de maldad con la que me miraba, los gestos de sus labios, como contraía sus ojos y su respiración, lo cual me puso muy cachondo, mientras yo besaba sus senos, sus aureolas rositas y su pezones bien erectos, y con mis manos la manoseaba toda, agarraba sus nalgas y en cada penetración la empujaba hacia mí, ya a este punto ella gemía de placer, incluso dada gritos de éxtasis, y veía como su cabello se movía al compás de su cuerpo, llego un momento que con una mano empecé a restregar una de sus aureolas y pezón y eso la puso a mil, me decía que se estaba calentando muchísimo con eso que le hacía, lo que provoco que empezara a chuparle como un bebe los pechos, ella en esos momentos solo exclamaba “asi, así, voy a arder, me voy a infartar, que rico, aahhh, mmmm”, inclusive la notaba tan expuesta, que mis manos las ponía sobre sus hombros y la estrechaba hacia mi, haciéndole palanca para penetrarla más profundamente y a un ritmo más constante, posición en la que ella estaba, que quedaba a mi entera voluntad de cogerla y penetrarla duramente, lo que hacia ella gimiera y empezara a tener espasmos en todo su cuerpo, porque mi verga entraba y sentía como que ya pegaba con su matriz o lo que fuera.

El poseerla de tal manera y lo sumisa que se había vuelto conmigo en esos momentos, por lo mamona y creída que era, me daba una enorme satisfacción y el saber que podía disfrutarla a mi antojo durante estos días, hizo que mi pensamientos volaran, es decir, iría al sex shop de la vuelta de su casa a comprar algún juguete para disfrutarla al máximo y hacerle sentir placeres no conocidos por ella, lo que hizo que me excitara de más, y viendo como cabalgaba, le dije “Chiquita me voy a ir dentro de ti”, a lo que ella solo decía “ay, mmm, me voy a volver a ir, dámelos todos, córrete en mi, eres mi rey”, a lo cual explote en un orgasmo donde me chorree y sentí como le aventaba tanto líquido seminal en su ya de por si empapada chocha.

Para lo cual ella me quería quitar las manos de sus tetas que masajeaba, porque estaba teniendo un orgasmo y su sensibilidad estaba al borde, que me dijo “ya no me toques, que no vez como mi cuerpo se estremece, agg, uff, me voy a infartar”, lo que me puso más cachondo y todavía tenía mi pija dura, y la volví a tomar por los hombros y le di alrededor de unos 2 dos minutos durísimo, mi verga entrada y salía como un pistón de motor, lo que hizo que se volviera a venir, mojándome y dejando la cama muy empapada, hasta que la solté y deje que su cuerpo por la excitación que traía, dejara de convulsionarse.

Ambos quedamos tumbados en la cama, sudados al por mayor, ya tenía todo el olor de su piel en todos mis sentidos y me dijo “nunca esperaba algo como esto, ahora si sé lo que es un orgasmo y me sentir varios, eres mío”, en ese momento apenas las 10:20 horas, tiempo suficiente para disfrutarla con un descanso bien merecido, ya repuestos un poco de tal arrienda, nos abrazamos y empezamos a besarnos, diciéndome que nunca en su vida, había sentido un orgasmo, que su marido poco y mal la cogía, a lo cual yo le dije que no entendía porque de tal actitud de Javier, si ella estaba bien sabrosa, que a cualquier hombre lo pudiera hacer feliz, que era una diosa, respondiéndome con un beso intenso, mediante el cual dejábamos jugar nuestras lenguas y fluyendo nuestra saliva mutuamente, lo que hacíamos a pausas, porque entre besos y besos, nos poníamos a platicar.

En la plática me dijo que los días que iba a estar en Guadalajara, los pasara con ella, que me podía acompañar a hacer mis pendientes, y así podíamos estar juntos todo el día, a lo cual yo le dije que yo también lo deseaba, así que ocupábamos tener un plan, para que no sospechara su marido ni mi mujer, debía registrar una habitación en un hotel a mi nombre por si me buscaba mi mujer vía telefónica, dijeran que estaba registrado, a lo cual me dijo que no veía problema que ella se iba a dormir conmigo al hotel y por la tarde noche desconectaría el teléfono de su casa y le iba a decir a Javier que se había descompuesto, al cabo no tenían relación con los vecinos, o que ya en el transcurso de la marcha veríamos, pero quería pasar todo el tiempo juntos, pasando esa platica me dijo que prepararía algo para desayunar lo que hizo.

Después de comer, le dije que se sentara en mis piernas, la cual de inmediato obedeció y se me sentó, lo que aprovechamos para besarnos apasionadamente mientras manoseaba su senos y sus nalgas, un buen rato, ya al notar que mi falo se empezaba a parar y ella empezaba a ponerse cachonda, le dije al oído, “Zandrita, donde tienes la vaselina” a lo cual se puso nerviosa contestándome “Me vas a reventar el culito, me va a doler mucho”, sin embargo yo insistí diciéndole que precisamente para eso era la vaselina, para que no le doliera, a lo cual sin más, se paró y fue al baño en busca de la vaselina.

De regreso podía ver su cuerpo perfecto totalmente desnudo, caminando hacia mí con el frasco, notándola nerviosa, a lo cual me dijo, “Oye Paco, me da algo de pavor hacerlo por atrás, además me daría pena, que saliera excremento, te propongo algo, deja hacerme una lavativa ahorita y otra más tarde, y ya por la tarde, me coges el culo”, lo cual no se me hizo mala idea, puesto que sabía que suegra las había acostumbrado para desintoxicar el intestino, desde adolescentes les hacía lavativas –enemas- varias veces por año, a lo cual le dije, “me parece bien, si quieres estos días que este aquí, comemos más verduras y vegetales, para que tu intestino este más limpio”, al ver que yo accedía dejo el pomo de vaselina en la mesa y fue a darme un beso.

Inmediatamente después le dije que antes de la lavativa, quería hacerle el amor, por lo cual le pedí, se pusiera algún conjunto de lencería con encajes y unos zapatos de tacón alto, diciéndome que tenía unos blancos con ligueros que uso en su noche de bodas, lo que me prendió pidiéndole que también se pusiera las medias que había usado, y si tenía el tocado o ajuar de novia que traía en la cabeza cuando se casó, se lo pusiera, a lo cual note su excitación y me dijo que tardaría unos 10 minutos en buscarlo y ponérselo diciéndome que no lo oliera porque desde que se casó, nunca lo volvió a usar, ante lo cual yo le dije que no importaba.

Recuerdo que esos minutos se me hicieron eternos, quería verla con su ropa interior que uso en su boda, y poseerla y hacerla mía, destrozarle tal lencería, ya para ese momento veía que la mujer mamona, presumida y altanera, estaba completa a lo que yo quisiera, esperando ese momento oía que sonaba una secadora de pelo, y abrir de estuches, yo procedí entrar al baño a orinar, y a la lavarme las manos y pasarme un poco de pasta dental, porque mis cosas personales las había dejado en la maleta del carro, habrían pasado unos 9 minutos, cuando me llamo “Paquito, puedes venir a mi recamara”, a lo inmediatamente entré.

Y vaya espectáculo, estaba con un conjunto de lencería blanco de seda semitransparente con encajes, con unos ligueros que sostenían sus medias blancas semitransparentes y su corona de ajuares en la cabeza y unas zapatillas con un tacón de algunos 7 siete centímetros, parada abriendo el compás de sus piernas y con sus manos pegadas a la cintura, al verla así le dije, “no manches Zandra, estas echa para comerte completita, eres un pinche manjar que voy a saborear y disfrutar a mi antojo, quiero que te des la vuelta lentamente”, ella ya obedeciéndome, se volteaba y me dejaba ver como su tanga le dejaba resaltar se tremendo culo que poseía, duro y redondo, sus piernas bien trabajadas por el gimnasio, esa cara hermosa, a lo cual empecé a sentir nuevamente como mi falo se empezaba a enderezar, ya caliente que estaba la agarre de un brazo y le dije vamos al cuarto donde tienen el escritorio, y sin decir palabra me acompañó.

Llegamos rápidamente, ya estando ahí, le dije que sus manos las pusiera a la orilla del escritorio y que sus nalgas me dieran la espalda, yo quería tener esa visión de sus piernas abiertas y su gran culo frente a mí lo que hizo de inmediato, y ya expuesta ante mí, me agache y empecé a lamer sus piernas, las besaba, le daba pequeños mordiscos, con mis manos empezaba a sobarle las nalgas, le metía mis dedos por dentro de sus bragas y le empezaba a dedear su clítoris, recorriendo hasta llegar al punto G, el hecho de dedearla, sentía como frotaba varios surcos para llegar a su intimidad, lo que hacía que ella se empezara a mojar y a empezar a respirar más rápidamente y a decirme, que estaba muy caliente, “Que rico, eres mi rey, te amo, hazme tuya”, lo que me empezó a excitar y de un jalón le arranque los ligueros y las medias que le llegaban a la mitad de sus piernas, todas rasgadas por la calentura que traía, le quite el brasier y de un tirón le baje su tanguita todo de pura seda, me baje a su nalgas besándolas y lamiéndolas, estaba tan caliente, que le empecé a lamer el botoncito de su culito y de ahí me pasaba a su almeja ya un poco olorosa por la cogida anterior.

Ya en la calentura quizás duramos así mame y mame su ano y su culo unos 10 minutos, sentía que iba a reventar de lo excitada que estaba, yo también tenía la verga bien dura, por lo que me pare y le pedí que parara sus nalgas y se abriera más de piernas, porque la iba a penetrar, la tenía sostenida de sus senos cuando le repagaba la verga sin todavía meterla, ella decía “ya, ya, ahhh, no mames, métemela, me tienes como gata en celo, ya métela”, lo que puso a mil y entonces hice un movimiento donde su espalda la doble quedando acostada sobre el escritorio –donde por cierto estaba una foto del día de su boda con Javier-, y teniendo a mi disposición todas sus nalgas y pucha para la penetración, la tomé de los brazos y así la puse.

Ya de repente, le metí la mitad de mi verga y ella empezó a gemir, sería sus contorciones, y sin piedad le clave toda la pija, la que hizo que empezara a suspirar y gemir, a suplicar que le diera más y más, “Paco, métemela, más rápido, hazme lo que quieras hacer conmigo pero sigue así, agg, ahhh, mmm,”, estuvimos así alrededor de unos 6 minutos y le dije ahora siéntate sobre el escritorio, la senté a la orilla, y sus piernas las puse sobre mis hombros, así que la tenía toda esa rica concha para mí, y la empecé a penetrar, decía “que rica verga, esta durísima y gruesa” en ese momento empecé a sentir que mi verga ya topaba con algo sería la matriz, pero conforme empujaba más delicadamente, sentía que tal presión iba abriendo otro hoyo que a través de penetraciones se iba abriendo, sentía como ese hoyo recibía a la punta de mi verga y cedía ante él, ella ya excitada al por mayor salían sus líquidos, los cuales de repente me los tenía que quitar de mi verga, porque con tanta lubricación no se sentía la misma satisfacción, estuve dándole otros 15 minutos y empecé a sentir que se venía en un orgasmo fluyendo sus líquidos al por mayor, ya me decía “no puedo más, me voy a desmayar”,.

Yo ante estando viviendo esto, pensé era mi oportunidad para que hubiera una mayor intimidad y siempre quisiera estar conmigo, por lo cual en un arranque de pasión, la baje del escritorio y la abrace y la bese lentamente, le metía mi lengua en su boca para posteriormente recibir la de ella en la mía, y así estuvimos hasta que la lleve a la cama que estaba en esa recamara y le dije acuéstate boca abajo, y tome las almohadas que ahí estaban y se las puse debajo de su vientre, para tener así sus nalgas y vulva expuestas, a lo cual me hinque frente a las mismas, y acomodé mi verga y empecé a meterla lentamente por su almejita, la cual se encontraba súper empapada y oliendo a sexo, después de unos dos o tres minutos de arremetidas, empecé a acostarme arriba de ella, tratando de presionar lo menos su cuerpo, hasta que mi ya estando completamente arriba de ella y mi verga dándole a su vulva con buen ritmo, le tome sus manos con las mías y estire sus brazos hacia al frente lo más que pude y seguía con el vaivén de entrar y meter mi verga, mi cabeza la tenía a un lado de la suya y empezamos a besarnos –sabia por el karma Sutra que esta posición es de lo más romántico e íntimo que puede haber entre dos amantes.

Note como ella se mojaba más, y me empezaba a decir, “te amo, siempre te he deseado, quiero que seas solo mío, uff, dame más, mmm, augg, tómame, eres muy romántico y así quiero que sigas, dame más, ayyy”, si entiendo como nuestros dedos se entrelazaban y yo empujaba más, hasta que no entendía sus palabras y sabía que se iba a venir en un rico orgasmo, a lo cual yo apoyado en mis pies, le daba más y más fuerte, el cual sentí como se mojaba y salían fluidos de su panocha y fue cuando decidí correrme dentro “me voy mamacita, te voy a llenar de semen, siente mi verga”, mientras ella correspondiente diciéndome “si mi amor, dámelos todos, los quiero adentro de mí, te amo, estoy enamorada”, sintiendo como empezaba a distorsionarse su cuerpo de éxtasis, a lo cual me moví a un lado y con mis brazos la tome en mi pecho.

Después del momento de pasión, me dice Zandra que estaba feliz, que quería estar así siempre, que lo que más anhelaba es que estudiarnos libres para poder estar juntos, a lo cual yo le dije que ella siempre me había gustado y ojala lo pudiéramos en algún momento cumplir, nos besamos y así estuvimos en la cama descansando, yo creo que nos quedamos dormidos una media hora, ya despiertos me dice que eso si era hacer el amor, que con mu marido nunca salía del misionero, a lo cual solamente me limite a decirle, esto es apenas el comienzo, con el tiempo querrás estar siempre conmigo, vas a conocer cosas que nunca imaginaste, vas a conocer cada vena de mi verga y siempre la tendrás en tu mente, lo que hizo que se sonrojara y me pidió que nunca la dejara.

Le dije que quería bañarme con ella, a lo cual me dio un beso y que ella también lo deseaba, pero que antes dejara que se hiciera la lavativa, le dije “adelante, porque quiero ese chiquito toda la tarde y noche”, a lo cual solo volteo a verme cuando iba al baño y me mando un beso, pasarían unos 8 minutos, y al ratito salió ella, y me dijo, “ya estoy un poco más limpia, al rato lo vuelvo a hacer, para que ahora si me rompas cabrón”, a lo que yo solo le agarre el brazo y la traje hacia mí, y la bese, le dije cuanto me gustaba y cuanto deseaba tenerla para mí, respondiéndome que diera lo que fuera, por ser mi esposa en lugar de su hermana, yo también le dije que yo también lo deseaba.

Serían como eso de las 12:30 horas y recordando de mis pendientes, así que le dije “Zandra voy al carro, para traer ropa para cambiarme, ahorita nos bañamos juntos y prepara ropa para ti, quiero que hoy te pongas más linda que como estas, si ocupas ropa, mañana venimos por ella, porque hoy nos vamos a dormir al hotel”, respondiéndome “claro mi amor, deja llamarle a Javier para decirle que el teléfono de la casa está fallando”, camino al carro, veo que a un lado del estacionamiento, ya estaba abierta la tienda sex shop que traía en mente, a lo cual me metí y empecé a revisar los productos que ahí se vendían, a lo cual de inmediato visualice una bolas chinas de cristal las cuales preferí a de silicón, eran dos del tamaño de pelotas de ping pong, las cuales puse en el mostrador, compré un retardarte, un engrosador de pene y un spray con feromonas para mujer los cuales deje en la cajuela, recogí mi ropa de vestir, y me encamine al departamento de Zandra, cuando llego estaba hablando con Javier, a quien le decía “el teléfono de la casa está fallando mucho, ya lo reporte y me dicen que hasta la próxima semana pueden venir, así que mejor márcame al móvil, sé que las llamadas son caras, Paco no ha llegado, le hable y me dice que si no viene hoy viene mañana, porque se le juntaron varios pendientes, y pienso que para no estar sola, mejor le pido raite, el día que se vaya a Colima y me quedó en casa con mis papas, y veo si me regreso la próxima semana”, haciéndome una seña con el dedo que no hiciera ruido, al parecer Javier asintió, porque le dijo “Esta bien amorcito, entonces mañana te marco”, colgó y fue a darme un beso y yo aproveche para abrazarla, y le dije hay que bañarnos porque tengo la cita, prepara las cosas que vayas a ocupar, en cuanto nos desocupemos de la reunión, vamos a comer y luego nos vamos al hotel a registrarme.

Hasta aquí dejaré el relato, para en próximos días contar todo lo que pasó en este viaje a Guadalajara, con mi ahora amante y cuñada Zandra.

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