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Las aventuras con el doc

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Hola a todos, mi nombre es D. Y tengo 23 años, soy de Colombia, un pueblo al sur del país, tengo pareja, que es 10 años mayor que yo, llevamos viviendo juntos ya 2 años, soy de muy buen ver, una carita muy linda y un cuerpo muy apetecible (Me lo han dicho más de una vez), mido 1.50 de estatura, piel canela claro, cabello negro y largo, no soy exagerada de adelante ni de atrás, tengo todo en su punto, las tetas son medianas pero bien firmes y paradas, igualmente las nalgas, a pesar de no hacer deporte, mantengo un cuerpo no de avispa, pero tampoco pasada de kilos, por mi estatura y mi cuerpo semidelgado, tengo un peso bajo, lo que ha facilitado hacer muchas cosas en el sexo, cuando así lo han querido hacer, por mi rostro y mi cuerpo, siempre he despertado las miradas de varias personas a lo largo de mi vida, no soy de maquillarme, tampoco de andar con ropas muy provocativas, me gustan mucho los jeans o las sudaderas, realmente una mujer casual, pero ante todo soy muy caliente, disfruto mucho hacer el amor con mi esposo (pareja).

Actualmente me desempeño como enfermera en un hospital de tamaño medio y es aquí donde empieza la historia que les voy a contar; en mi trabajo conocí a un médico rural, de esos que tienen que hacer una especie de práctica profesional de 1 año de duración, yo llevaba poco tiempo trabajando aquí, él llegó a los pocos meses de que yo llegara, la verdad compaginamos rápidamente y nos hicimos bastante cercanos, es de aclarar que un pueblo como este, no se puede salir con alguien sin esperar que nadie se entere, todo mundo conoce a todo mundo, así que una relación de amantes abierta es imposible y aquí es donde entra una característica muy especial en la relación que llevamos con mi esposo, resulta que él es muy abierto de mente y hasta le gusta que me acueste con otros y le muestre en fotos o vídeos o al menos le cuente con todos los detalles lo que hago (Luego contaré otros relatos, dependiendo de la acogida que tenga este).

Volviendo al relato en específico, cierto día después varios encuentros que habíamos tenido ya, mi esposo viajó a visitar a su familia (Viven a 3 horas de distancia, viaja cada 20 o 30 días a visitarlos), era un domingo y mi amante (Él no sabe que mi marido es conocedor del romance) cerca a las 12 del medio día me escribió que quería verme.

Él: Hola amor

Yo: Hola bebé

Él: ¿Qué estás haciendo?

Yo: Descansando, tuve turno de noche así que apenas me despierto ¿Y tú?

Él: Descansando también, tengo turno nocturno así que tengo que descansar.

Yo: Me parece excelente que descanses, no todo puede ser trabajo.

Él: ¿Y si vienes y descansamos junticos?

Yo: ¿Te parece si bajo a las 3 pm?

Él: Dale, te espero…

Mi esposo salió de viaje a la 1pm, es decir que llegaría más o menos a las 4 pm, siendo la 1 pm le escribí para decirle que iba a salir, que iría a verme con mi amante.

Yo: ¿Amor voy a bajar donde el doc C. Bueno?

Yo: Te amo

Cuando él llegó me respondió:

Yo: Hola bebé, ¿Si fue? Qué rico!!! Quiero vídeo de todo lo que hagan

Al llegar al apartamento del doc lo primero que hizo fue besarme, ni siquiera habíamos cerrado la puerta y me estaba comiendo a besos, como pude cerré esa puerta y le respondí a sus besos, mientras él agarraba mis nalgas a dos manos, me tocaba las tetas y todo lo que podía por encima de la ropa, estuvimos ahí un par de minutos hasta que me invitó a subir, él arrendaba un pequeño apartamento con un cuarto, una pequeña cocina, lavadero y comedor, al llegar al cuarto saludé a su perro y él se sentó en la cama y me jaló hacia él, quedando yo de pie frente a él, ahí siguió manoseándome por todo lado y empezó a quitarme la ropa lentamente, empezando por mi blusa, mientras la quitaba me besaba el abdomen, el pecho, el cuello y la boca, habiéndome quitado la blusa siguió con el brasier, quedando yo de pie frente a él con mi parte superior totalmente desnuda, ahí fue donde empezó a chuparme las tetas como sólo él lo sabía hacer, de forma suave y delicada, metiendo los pezones completos en su boca y succionándolos como un bebé al que se amamanta, esto realmente me tenía muy caliente, sólo quería que me quitara todo y me hiciera suya como quisiera hacerlo.

En ese momento me desabrochó el pantalón, me nalgueó y me quitó la tanga (brasilera llevaba en ese momento), me pedía que se la regale como recuerdo y simplemente me reí, me acostó boca arriba en su cama y empezó a hacerme un oral que de solo recordarlo me vuelvo a mojar, fue espectacular, chupaba mi vagina, pasaba su lengua, mordisqueaba mi clítoris, yo simplemente pedía que sólo parara para meterme su miembro hasta lo más profundo de mi ser, finalmente escuchó mis súplicas, se levantó, abrió mis piernas, apuntó su miembro a la entrada de mi pequeña y apretada vagina y de lo mojada que estaba lo hundió fácilmente y hasta el fondo, empezando a sacarlo y meterlo nuevamente de forma suave, hasta que empezó a emocionarse y empezó el más espectacular vaivén, entrando y saliendo con fuerza, llenando toda mi concha con su miembro, empezó a ahorcarme mientras me cogía fuertemente, fue fantástico, estuvo así por unos 10 minutos, hasta que me llenó de su espesa leche, en ese momento nos quedamos acostados descansando un rato, mientras retomaba fuerza para la faena tardía que tendríamos.

Después de 10 minutos de descanso, empezó a besarme nuevamente, ahí acostados, tuvimos un beso muy apasionado, empezando a tocarme las tetas y las nalgas nuevamente, cuando me doy cuenta, ya está erecto nuevamente y yo más que mojada, con ganas de mucho más, así que me hace voltearme, darle la espalda, mete un par de dedos y me estimula, yo con ganas de que vuelva a metérmelo hasta el fondo y me suba al cielo y así lo hizo, estando de lado, dándole la espalda, empieza a introducir ese trozo de carne que me encanta, lo fue introduciendo lentamente hasta que tocó fondo y esta vez no empezó una aceleración constante, fue inmediata, me cogió del pelo, me haló hacia él y empezó a bombear como poseído, mientras tanto yo entre gemidos intentando articular palabra y diciendo “Eso así, hasta el fondo, dame más, me encanta!!!”, él sabiendo escucharme, chocaba cada vez más fuerte sus testículos con mis nalgas ¡Oh Dios, alcancé el cielo! Y aún faltaba, en esa pose estuvo taladrándome durante 10 minutos más, 10 minutos de gloria, donde sentía que alcanza el cielo y volvía a bajar, mis jugos bañaban cada vez más su miembro, envolviéndolo en gran cantidad de lubricante, lo que hacía cada vez más espectacular la cogida que me estaba dando en ese momento, hasta que sentí que volvió a llenarme de leche mi concha y me hizo llegar a un orgasmo profundo, donde sólo podía gemir y agradecer por tanto placer alcanzado, me abraza y así nos quedamos durante unos 30 minutos.

Yo pensando que ya había alcanzado el clímax, estando así relajada charlando dándole la espalda, cuando siento que vuelve a crecer y me empieza a besar el cuello, la espalda, la oreja…

Nuevamente estaba ahí, acostada dándole la espalda, mojándome en exceso por el gran placer que me estaba dando mi amante, no terminaba de asimilar lo que estaba pasando cuando sentí que empezó a introducirlo nuevamente, estando tan mojada no le di batalla alguna, simplemente me volvió a llenar mis entrañas con ese maravilloso miembro, me dio un rato así, me lo sacó y siguió manoseándome todo mi pequeño cuerpo, me tenía realmente a sus pies, se acostó boca arriba e inmediatamente entendí que era mi turno de dar placer, así que sin perder tiempo me subí y me lo introduce lentamente hasta que quedé sentada sobre él, dando comienzo a una cabalgada sin antecedentes por lo bien lubricada y caliente que estaba.

Empiezo con mis movimientos hacia adelante y hacia atrás, mojando hasta sus testículos con mis jugos, mientras tanto él se entretenía ahorcándome, cogiéndome las tetas, chupándomelas y nalgueándome, simplemente yo estaba en el olimpo sexual, al haberse venido 2 veces ya, demoró bastante en venirse nuevamente, mientras yo disfrutaba con mis movimientos, alternándolos con un sube y baja sin compasión alguna, es ahí cuando me dice “Ponte en 4”, yo sin pensarlo simplemente obedecí como la putica que soy, me puse en 4 al filo de la cama, él se pone detrás de mí, me da un par de buenas nalgadas, apunta y de una sola estocada lo llega al fondo, me coge el pelo y empieza a penetrarme salvajemente en 4.

Yo sólo atinaba a pedir más y más, porque no quería que esto acabara, fue realmente fuerte, me suelta el pelo y lo premio poniendo mi pecho sobre el colchón, dándole una espectacular vista de mi culo mientras me daba una fuerte penetración vaginal, nuevamente me ordena cambiar de pose, me pone boca arriba, yo nuevamente obedezco y lo recibo encima de mí, abriendo lo que más puedo mis piernas, cuando se recuesta encima yo lo rodeo con mis piernas y mis brazos, recibiendo con gusto ese miembro que tanta dicha me estaba otorgando esa tarde de mucho sexo, mientras pensaba en lo perrita que me había convertido y lo feliz que estaba de serlo, escucho nueva orden y yo simplemente me volteo, ya por la inercia de una sumisa complacida.

Estando boca abajo me besa la espalda y el cuello, me nalguea nuevamente y vuelve a penetrarme, es una pose que me encanta porque logro sentir que me llegan a lo más profundo de mi ser, es así como después de 3 orgasmos en esa tarde, vuelvo a correrme (No soy de las que hace lluvia dorada, pero si me vine tanto que alcancé a gotear un poco a la sábana), pero esta cogida para mi gusto aún no había terminado, así que simplemente me hala y me pone de pie contra la pared, nuevamente halándome del pelo diciéndome implícitamente que soy su perrita y sólo debo obedecer, y así de pie contra la pared me penetra nuevamente hasta que siendo que me llena por tercera vez de leche, de mi boca sólo alcanzaba a salir un ¡Qué delicia! mientras mis piernas temblorosas a duras penas me tienen en pie, por su mirada supe que la tarde aún no terminaba…

Después de unos pocos minutos de descanso, empieza a besarme y nuevamente me hace un oral, yo simplemente disfrutaba sabiendo que el 4 round iba a estar aún más largo y para mi fortuna no me equivoqué, estando boca arriba volvió a introducirlo, su ritmo no había bajado, este pobre hombre se nota que llevaba varias semanas sin ser deslechado, pero ahí tenía a su perrita sumisa para que lo consolara, no era sino que me llamara cuando él quisiera yo ya mojada, bajaba a deslecharlo, lo saca y me manosea todo mi cuerpo nuevamente y da la orden de que me suba, sin chistar un solo segundo así lo hago, obedezco y empiezo con el vaivén de mis caderas, pero a este hombre no le gusta una sola pose, así que ordena nuevamente que me ponga en 4, yo lo complazco poniéndome nuevamente de tal forma que dejo a su alcance mi culo y mi concha, nuevamente me da una buena cogida en 4, bastante fuerte, de forma salvaje como para que lo recuerde por muchos días, para finalizar me pide que me acueste boca abajo y después de unos minutos en esa posición vuelve a llenarme, ya eran 4 veces que me llenaba, la vagina ya estaba llena y yo lo disfrutaba como loca, ahí se queda un rato hasta que me dice que debe irse.

Nos besamos y me paré a vestirme, realmente no quería hacerlo, porque quería que siguiera la tarde y la noche llenándome de leche la concha, siendo su perrita sumisa pero era hora de partir, goteando su leche aún subí a mi hogar, saludando a mi marido de beso con la misma boca que había estado mamando una verga ajena minutos antes, él pidiéndome detalles y yo con la concha goteando y realmente adolorida, después de la faena sentí los estragos de 4 cogidas por más de 2 horas, ardía un poco pero eso simplemente me hacía feliz, porque era el resultado de una maravillosa tarde de sexo con mi amante…

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