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Las reinas de la oficina (II)

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Yo: ¡¿Qué pasó?!

Elsie: ¿A qué te refieres?

Yo: Bien sabes de que hablo… no eras tú a quien me encontré el viernes en el baño!

Elsie: Pero igual te la cogiste ¿no?

Yo: sí, pero… ¿quién era?

Elsie: Te la cogiste sin saber verdad…

Elsie: Es que te mirabas tan diligente con todo lo que te pedían las chicas, que pensé que bien podrías atenderlas de mejor forma… jijiji!

Se rio en mi cara, cruzando la pierna, ajustándose el escote, no podía decir nada en contra, porque era cierto, me di cuenta que no era ella e igual me la cogí, aunque si tenía mis sospechas y eso me excito mucho, eso fue lo que hizo que la tuviera más dura que de costumbre.

Elsie: ya caíste en cuenta de quién era?

Ahí caí en cuenta, no sé porque no la identifique en el momento, seguro por la excitación, pero ya era muy claro, ella es muy parecida a Elsie en altura y cuerpo, aunque de cabello castaño claro, pero como estábamos a oscuras y se tapaba con el mismo tipo de saco que Elsie.

Comienza el video.

Elsie: oye, ayer casi los atrapo en la jugada…

Edith: no sé de qué hablas! no pasaba nada…

Elsie: no te creo, ayer te estaban manoseando, no lo niegues!

Edith: bueno, pero no es para tanto! no pasó nada!

Elsie: no pasó nada porque nos escucharon llegar…

Edith: qué vergüenza! es que ese le encanta sonsacarme, pero no pasa de ahí!

Elsie: te gustaría comértelo verdad?

Edith: la verdad que si… ya le tantee que si la tiene grande.

Elsie: es un culero! se las pasa de calentón y después no se atreve!

Edith: le dije que tengo novio y que nos vamos a casar, por eso no pasa de la calentada

Elsie: a mí me trae ganas también, le dejo a la vista mi escote y se excita rápido

Edith: a mí me deja caliente el pendejo, me voy caliente a la casa.

Elsie: y no aprovechas con tu novio a quitarte la calentura?

Edith: ese pasa mucho afuera de la ciudad, unas dos veces me lo he montado como zorra, pero la mayoría del tiempo me he tenido que saciar sola…

Elsie: y quedas satisfecha?

Edith: claro que no! pero ese pendejo no se atreve a llevarme a un lado

Elsie: llévatelo vos…

Edith: no, tampoco… aunque le tenga ganas al perro.

Elsie: yo sé cómo lograr que te lo comas

Edith: mmm… a ver?

Elsie: a mí también me trae ganas, pero yo si me lanzo, esperando esta que le dé carta blanca

Edith: y ahí? como entro yo?

Elsie: ahorita te lo cuento, sé que lo vas a disfrutar…

Paro el video y sin dejarme tiempo de reaccionar puso otro:

Estaban otra vez en la oficina, las dos solas, cada quien en su escritorio y la cámara de Elsie apuntando hacia Edith.

Elsie: apúrate, que quiero saber que tal te fue?

Edith: sos una cabrona, tal como dijiste, se me fue encima en el baño

Elsie: y que tal estuvo?

Edith: me cogió bien rico! jijiji! ayyy que te digo, me mordí la lengua para no gemir y gritarle!

Elsie: jajaja! Así de bueno estuvo?

Edith: ya días lo estuvieras montando!

Elsie: es que primero quería confirmar si valía la pena

Edith: cómo!? Que perra… me mandaste para probarlo!

Elsie: pero que bien que lo probaste… ahora quiero yo

Ahí paró el video.

Estaba sorprendido y sin palabras, se me había calentado la sangre y no sabía que decir, me calenté de solo escuchar eso y mire a Elsy, le brillaban los ojos y tenía una sonrisa de placer al ver mi reacción.

-Sígueme- me susurro al oído al levantarse de su silla y saliendo de la oficina, yo quede viendo hacia mis compañeras y ellas esbozaron una sonrisa de complicidad que no esperaba.

Iba detrás de ella admirando sus pantorrillas, viendo el contoneo de sus nalgas y cuando llego a la puerta de la oficina me pegue detrás, entramos y ella se arrimó al escritorio, me fui sobre ella abriéndole la chaqueta, sus pechos altivos y bien parados, fui por ellos, quería sentirlos, apretarlos y dejarlos a la luz para comerlos, la senté sobre el escritorio y le afloje la blusa y comencé a chuparle los pechos.

Sus pechos estaban firmes, sus pezones duros y bien parados, con una aureola marcada y rugosa, que lamí y lamí. Ella me rodeo con sus piernas y fui acariciando sus muslos, la hice inclinarse sobre el mueble, subí su falda cuanto pude y baje la cabeza por su cintura hasta llegar entre sus piernas, pegue mi cara entre ellas, eso la hizo dar un suspira largo, comencé a morder y estimularla, rápidamente se calentaba y sentía como se mojó, su olor de mujer caliente me invadió por la nariz. Ella inclino la cabeza con el pelo cayéndole enfrente, como ocultando la cara para que no se viera su reacción.

Abrió más las piernas cuando pase las manos por sus nalgas y luego a sus pechos, mi cara entre sus piernas y mi lengua saboreando sobre su pantaleta, la humedad que brotaba; jale con mi boca su prenda, y con una mano termine de deslizarla por sus piernas, ella colaboró acomodándose, ahora tenía vista a sus carnosos labios vaginales, que brillaban ante mis ojos, mi verga su puso dura, pero aun quería calentarla más antes que nada, así que ahora pase mi lengua libremente en su coño, eso la hizo chillar. Seguí agarrando sus pechos y frotando sus piernas, mientras ella trataba de alcanzar mi espalda para jalar de mi camisa, pues solo me agarraba el cuello. Se estremeció varias veces antes de que terminara de darle con mi lengua y explorando con dos dedos en su coño.

Ya mi verga estaba bien dura, me desabroche el pantalón y me pegue a sus nalgas, metí la mano bajo la pantaleta y sentí su vello púbico, fui frotando y metiendo cada vez más, hasta que mi mano se empapó en sus secreciones cálidas y palpe entre sus labios vaginales, estaba muy mojada, se estremeció cuando mis dedos entraron, se apoyó contra la pared e inclinó el torso hasta que su cabeza se apoyó contra la pared, sus nalgas ahora se ofrecían directamente contra mi verga. Aunque corta, fue una cogida intensa, me corrí con ganas y ella me dejo hacerlo dentro “no te asustes, tomo la pastilla”, me dijo cuándo trate de sacarla y apretó más sus piernas alrededor de mi cintura, me aferre a sus pechos para correrme e inundarla con todo lo que tenía, sus pezones eran duros y los apreté con fuerza, ella no se quejó, lo disfruto con ganas

Cuando salimos de la oficina, las otras estaban en sus cubículos, una nos miró con avidez…

Edith estaba con la mirada perdida, tenía entre las piernas un consolador y la blusa a medio abrir. Obvio tenían su propia fiesta.

Marlen se puso en pie, estaba con la cara roja y se fue abriendo la blusa, tenía un cuerpo menudo y de pechos pequeños pero bien parados.

Yo también quiero.

Se vino hacia mí y me hizo sentarme en la silla más próxima, luego me desabrocho el pantalón y saco mi verga, comenzó a frotarla y lamerla, hizo todo para ponérmela dura de nuevo hasta que lo logro…

Me saco otro poco de leche antes de acabar el turno de la noche.

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