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Listo para conocer el placer

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Hola a todos. Espero que lo disfruten tanto como yo al escribirlo y cuídense.

Los gemidos de placer de Fran rompían el silencio en la habitación. El joven menudo tenía sus piernas en el aire separadas mientras una hermosa mujer rubia las sostenía en alto por los tobillos. Fran yacía sobre su espalda en aquella cama y disfrutaba como nunca lo había hecho en su corta vida, sus ojos se posaron brevemente en su abdomen, que bajaba y subía con rapidez al compás de su respiración, su tierno y flácido micropene reposaba inerte sobre sus propios y minúsculos testículos, goteando un poco de líquido pre-seminal.

Su culo estaba completamente lleno de la polla de su amante, que movía sus caderas en un vaivén constante y embriagador. La mujer sonreía triunfante y miraba el rostro jadeante y excitado de su pareja. Pero para saber exactamente como Fran había llegado a esa situación de estar siendo taladrado por una hermosa mujer transexual tenemos que retroceder en el tiempo, un mes atrás.

“Enhorabuena, Fran, 18 al fin chaval.”

Fran Sánchez al fin pudo soplar las velas de su pastel, ya oficialmente era un adulto. Estaba en casa reunido con sus padres y demás familiares que habían acudido para celebrarlo, además de unos pocos amigos. Fran era un chico bajo, blanco, alrededor del 1,60 y su contextura física siempre había sido delgada, su cabello corto castaño y sus ojos color miel eran un imán para las chicas, que veían en él al chico perfecto. Aunque algunos pocos dirían que Fran tenía más bien una figura grácil y algo femenina en unos aspectos, como sus nalgas respingonas pero al chaval no le incomodaba lo que podían creer los demás.

Abrazado por sus padres, luego se encontró rodeado por sus tíos y primos. Por último, Carlos y Alfonso; sus mejores amigos, algo parecidos a él pero más cachas. Carlos tenía cabello negro azabache y cejas pobladas y Alfonso, cabello castaño largo y un pendiente en su oreja derecha. Mientras su madre se dedicaba a repartir el pastel y su padre volvía a revivir viejas historias de infancia del “pequeño Francisco”, Fran salió al patio trasero de la casa acompañado por sus fieles colegas, ya que no quería que sus amigos se partiesen de risa al oír diversos e incomodos episodios de cuando era un crío. La noche era algo fría y Alfonso encendió un cigarrillo para entrar en calor.

“Vamos hombre, apaga eso,” murmuró Carlos algo molesto.

“Ya déjalo, que el pobre se ha aguantado un buen rato dentro de la casa,” reconoció Fran.

“Si Carlos, que este es mundo libre y puedo hacer lo que me venga en gana,” comentó Alfonso mientras le daba una calada a su cigarrillo.

Carlos resopló algo enfadado pero Fran se limitó a mirar delante de él, absorto por esas palabras. Ahora que tenía 18, pues ya al fin podría hacer lo que le saliera de los cojones, pensó Fran mientras una ligera sonrisa aparecía en su rostro lampiño. Podía escuchar las voces de sus amigos junto a él pero no les prestaba atención, preguntándose qué cosas podría hacer con entera libertad ahora que era mayor de edad.

“Bueno, lo primero sería perder la virginidad, claro está,” pensó Fran.

Y allí fue donde se detuvo. El tema de la sexualidad era algo que le hacía mucha emoción pero sabía que tal vez él no podría ser un semental al mejor estilo de los actores porno que vio en algunos vídeos. Y es que muy pronto Fran cayó en cuenta en algo que no le preocupó mucho al entrar en la pubertad: que su miembro era mucho más pequeño que el promedio. Y es que si algunos actores cuanto menos les medía unos 17 cm y con un grosor decente, Fran la tenía como un niño de 8 o 9 años, apenas unos 7 cm estando dura a más no poder.

Luego de haber visto videos suficientes, esa inseguridad de tener un pene muy pequeño le invadió pero las pajas eran su refugio seguro, mejor eso que quedar avergonzado frente a una tía por su miembro. Un día mientras navegaba la Internet en busca de algún vídeo, en una de las páginas que visitaba frecuentemente apareció una publicidad que lo dejo con la boca abierta.

Era una mujer morena muy sensual y de buenas tetas y culo, pero tenía un extraño bulto bajo las bragas, las cuales al hacerlas a un lado revelaron una polla gorda y flácida. A Fran le entró un ataque de tos y de estupefacción.

“Pero qué mierda…?” exclamó en voz baja Fran con los ojos fijos en la publicidad que apareció en la página.

El chaval aún no salía de su asombro pero no cerraba la publicidad emergente, mientras contemplaba como la mujer se pajeaba y su polla alcanzó dimensiones impensadas para Fran, al menos eran como unos 20 cm y gruesa. Jamás había visto a una transexual y menos tan hermosa, siempre las imaginó como crossdressers o algo parecido.

“Pero que tía… si la viera en la calle no podría saber que tiene polla,” pensó Fran sin dejar de mirar los sensuales movimientos que realizaba la mujer y sin dejar de apartar su mirada de su perfecta polla.

Ese pensamiento lo aterró un poco, que él era hetero… pero al mirar en su regazo su propio miembro infantil estaba tieso como palo, para su sorpresa. Dudando un poco, Fran puso su mano encima de su polla y comenzó a pajearse lentamente al mismo ritmo que la mujer, luego más y más rápido y en menos de 2 minutos un chorro de leche escapó de su polla y fue a depositarse sobre el teclado de su computador. Otros dos trallazos fueron a parar en su abdomen, cuando acabó, Fran no podía creer lo que había hecho, se había hecho una paja mirando a una transexual bien dotada y hermosa.

“Fran, Fran? Despierta tío, que llevas un rato como zombie,” Carlos le zarandeo mientras lo devolvía al presente.

“Eh, que sucede?” Fran dijo atropelladamente tras ser interrumpido de sus recuerdos.

“Hombre, que parece que estás en otro lugar. Te he preguntado hasta tres veces, qué harás ahora que ya tienes 18?” dijo Carlos algo impaciente.

“La verdad, no lo sé. Ya se me ocurrirá algo…” respondió Fran a su amigo.

En realidad, Fran mentía. Por supuesto que sabía que haría, pero no quería comentar su fantasía más secreta a sus amigos por temor a no ser comprendido. Estaba seguro que ellos no podrían entender lo que él sintió esa noche cuando miraba porno y esa publicidad apareció en la esquina inferior de su monitor. Desde esa noche, un desconocido e inusitado deseo por las transexuales despertó dentro de él y al menos dos veces al día dedicaba una sacudida a su pequeña polla fantaseando con una hermosa chica con polla.

Pronto, los videos ya eran de verdadera acción, al principio solo miraba a lindas chicas siendo embestidas con fuerza, pero todo cambio al ver a la primera trans activa. Y Fran lo supo en ese instante, que lo que más anhelaba era probarse con una transexual con buena polla… y activa. Considerando que probablemente no sería capaz de empotrar como se debe, era la única alternativa viable para él y la que más causaba morbo.

En ese momento Pedro, el abuelo de Fran, salió al patio donde estaban los tres amigos.

‘’Que tal están chavales, Fran… podrías venir un momento?’’ dijo Pedro.

Fran, algo ofuscado, se reunió con su abuelo lejos de sus amigos. ‘’Porque todos insisten en joderme cuando pienso’’ pensó Fran.

‘’Una vez más, mi enhorabuena. Quisiera darte un pequeño regalo, sé que te será útil’’ dijo el abuelo y sacando un sobre de su chaqueta, se lo entregó a su nieto.

‘’¿Qué es esto?’’ preguntó Fran con voz intrigada.

‘’Solo ábrelo, no te quiero arruinar la sorpresa’’ insistió Pedro.

El joven con cierto recelo rompió el sello del sobre. Sabía de sobra que su abuelo, a pesar de la edad, seguía siendo un bromista de esos pesados y por eso dudaba del contenido del sobre. Para su asombro, dentro del sobre había una buena cantidad de pasta.

Sacando el dinero, lo miró sin poder creerlo mientras su abuelo le sonreía.

‘’Oye, esto no es una broma, o sí?’’ murmuró Fran algo escéptico.

‘’Claro que no, es mi regalo para mi nieto favorito’’ admitió el abuelo.

‘’Querrás decir el único…’’ dijo Fran con algo de ironía.

‘’Y por eso eres mi favorito. Allí tienes, 2000 pavos para que los uses como desees’’ dijo el abuelo Pedro.

‘’2000? Vaya… pues gracias viejo, no esperaba esto. Pensaba que alguna broma me ibas a cascar y eso’’ reconoció el chaval, guardando el dinero en su bolsillo.

‘’Bueno si, al principio pensé en hacerlo. Pero es mejor así, solo una cosa: no te lo gastes con esos de allí…’’ dijo el abuelo en voz baja mientras miraba a Carlos y Alfonso, quienes seguían riñendo porque el segundo seguía fumando.

‘’Claro, no hace falta que me lo digas. De nuevo, gracias por esto abuelo’’ dijo Fran.

Tras un breve apretón de manos y una especie de medio abrazo, el abuelo Pedro regreso a la casa dejando a Fran con sus amigos. Una vez junto a sus amigos, estos le hicieron un espacio y este se puso en medio de ellos.

‘’Y qué tal?’’ preguntó Alfonso.

‘’Ah, nada. Ya sabes, lo típico de los abuelos’’ respondió Fran.

Uno a uno todos se fueron de la casa. Los padres de Fran subieron a dormir y el joven quedó solo en su habitación, desnudo y masajeando su trocito de carne entre su dedo pulgar y medio. No paraba de pensar cómo se sentiría una gruesa polla en su culo virgen y estrecho, hundiéndose profundamente hasta lo más recóndito de su ser.

La única cuestión era que no conocía alguna chica trans con la cual cumplir su fantasía. Y tampoco sabía de alguien que le pudiese recomendar una, pero en eso cayó en cuenta de que todo ahora era posible. Con el dinero que le había obsequiado su abuelo, sería posible pagar por los servicios de una viciosa y cañera mujer pollona.

Levantándose de su cama, se sentó frente al ordenador y lo encendió. Pronto empezó a navegar por distintas páginas de ligue de escorts transexuales en la ciudad. Mientras observaba los anuncios y las fotos, Fran no podía evitar que se le hiciera la boca agua al ver a todas esas mujeres, sus curvas, esos culazos perfectos y que decir de esas trancas tiesas y listas para entrar en acción.

Eran tantas, y cada una más hermosa que la siguiente que Fran no se decidía por un anuncio en particular. Hasta que finalmente encontró la indicada.

‘’Luana, la más sensual de Sao Paulo, 25 años. Portugués, Español e Inglés fluido, cariñosa, educada. Tengo algo entre las piernas para que lo goces, 22 cm solo para ti. Me encanta ser activa y dominante, así que si tienes el valor, escríbeme y no te arrepentirás’’ rezaba el anuncio, acompañado por una serie de fotos de una hermosa rubia de ojos verdes, grandes tetas, curvas de escándalo y un pollón que hizo que Fran abriese los ojos.

‘’Mmm… tenemos a una ganadora…’’ musitó Fran mientras se relamía los labios con lascivia.

Haciendo click en el perfil de Luana, le dio a la opción de ‘’Ver Número’’ y tras agregarlo a su WhatsApp, se quedó un rato mirando la pantalla, sin saber que escribir. Respirando profundo Fran se armó de valor y puso sus dedos en acción.

‘’Hola Luana, mi nombre es Fran y acabo de ver tu anuncio en línea y desearía reservar una cita’’ escribió Fran.

Esperó un momento a la respuesta de Luana y en tanto lo hacía, se tumbó sobre su cama una vez más con la mirada perdida al techo, con el corazón latiéndole violentamente y preguntándose si todo saldría bien.

En ese momento su móvil emitió un leve tono, indicándole que tenía un mensaje de WhatsApp. Con los nervios a flor de piel y con manos temblorosas, Fran cogió su teléfono y abrió el mensaje no leído.

‘’Hola Fran, es un placer saludarte y me alegra mucho que me hayas contactado. Como habrás leído en mi anuncio, me gusta ser activa exclusivamente, si no tienes problemas con eso pues soy la mujer ideal para ti” respondió Luana.

Al pobre Fran casi se le sale el corazón al ver que le había respondió, además de sentir una ligera punzada en su culo al leer las últimas palabras de Luana. Definitivamente era la elegida pero tenía que asegurarse de que fuese la misma mujer de las fotos.

‘’Si, no tengo problemas con ello, por eso es que decidí escribirte’’ escribió Fran.

La respuesta de Luana no se hizo esperar y la ansiedad comenzó a apoderarse de Fran.

‘’Perfecto! Te aseguro que no te arrepentirás, Fran. Para cuando deseas tener tu cita, puede ser esta misma noche, con una hora de antelación’’ informo ella.

‘’Esta noche me es difícil pero si se puede, qué tal en dos días?’’ propuso el joven.

Luana tardó un poco más en responder pero valdría la pena el corto suspenso.

‘’No suelo hacer citas con días de antelación, pero me has caído muy bien y haré una excepción. Entre tanto, te enviaré esto para calentar tus fantasías’’ se despidió Luana y le dejó unas fotos en lencería, además de un corto video de unos treinta segundos.

Sin poder creerse su buena suerte, Fran pasó casi toda la noche dándole al manubrio a más no poder. Y es que Luana estaba muy buena y le hacía honor a su origen brasileño con mucha justicia, pues vaya cuerpazo se gastaba la muy puta, pensó Fran mientras sacudía su pequeña pero dura polla mirando sus fotos y el video.

A la mañana siguiente despertó de golpe. En efecto, se había quedado dormido desnudo de tanto pajearse e incluso podía notar con claridad pequeños manchones blancos resecos sobre su abdomen, los restos silenciosos de una noche de buenas pajas gracias a Luana. Poniéndose una camisa verde y pantaloncillos, se dirigió a la cocina y preparó su desayuno.

Su madre le encontró cuando ya había dado cuenta de casi toda la comida y besando su mejilla, se sentó a comer.

“Si vas a salir hoy, podríais ir a comprar unas cosillas? Te daré una lista para que las recuerdes,” dijo su madre.

“Claro, no hay rollo. Me daré una ducha y estaré listo en 20 minutos” respondió Fran.

Una vez duchado y listo, Fran cogió el sobre con el dinero que le había obsequiado su abuelo y bajó hasta donde le esperaba su madre con una hoja con la lista de compras.

‘’Si puedes tenerlos todos antes de las 3, sería estupendo’’ dijo su madre mientras Fran hojeaba la lista.

‘’Haré lo que pueda. También tengo unas cosas que hacer pero si, confió en regresar antes de las 3’’ aseguró.

Encaminándose hacia la avenida principal de la zona, la cual quedaba a unos 200 metros de su hogar, Fran esperó unos minutos hasta llegase el Uber que solicitó antes de salir de casa. Una vez en el centro de la ciudad, el joven recorrió el paseo principal comprando los distintos elementos de la lista de su madre y al terminar se dirigió a un estrecho callejón en el cual estaba localizada la zona XXX de la ciudad.

Entrando en el primer Sex Shop que vio, con cierto cohibimiento recorrió los pasillos mirando toda la mercancía y no faltaba nada para cualquier ocasión, desde disfraces hasta lubricante. Tomando uno, luego se puso a fisgonear entre los distintos consoladores y plugs, pero solo la dependienta de la tienda, una mujer pelirroja menuda de unos treinta y tantos le observaba con una sonrisa disimulada. Después de mirar por unos cuantos minutos, Fran aún seguía sin decidir que dildo llevar para abrirse el ojete esa misma noche antes del gran día, cuando una voz suave a su espalda lo sobresaltó.

‘’Necesitas ayuda?’’ preguntó la dependienta con una mirada entre cordial y tratando de contener la risa.

‘’Eh… yo estaba… solo estaba…’’

‘’Descuida. No eres el primero que entra a la tienda buscando lubricante y un buen dildo’’ le aseguró y puso su mano en su hombro.

‘’Bueno… la verdad es…’’ volvió a balbucear.

‘’No digas más, imagino que va a ser tu primera vez y te tengo el indicado’’ afirmó la mujer a la vez que tomaba un dildo de unos 17-18 centímetros de largo y unos 3 de grosor.

Fran tragó saliva algo nervioso al mirarlo y la mujer ya no pudo seguir conteniendo la risa.

‘’Pero si es una ternurita. Te puedo decir que pollas más grandes y gruesas que esto encontraras, si tienes suerte. Antes de probarlo, puedes ir practicando con tus dedos y luego con lubricante ir metiéndote el dildo de a poco’’ aconsejó la dependienta.

‘’Qué tanto me va a doler?’’ preguntó Fran con curiosidad infantil.

‘’Qué tanto? Pues siempre dolerá…’’ respondió ella con una carcajada para a continuación agregar. ‘’Puede doler más o menos, dependiendo con cual postura deseas dilatarte el culo, yo te recomendaría que te tumbases sobre tu cama con tus piernas bien separadas, te será muy fácil y… placentero al cabo de un rato.’’

Al chaval le tranquilizó mucho esa explicación y tomó nota.

‘’G-gracias… de verdad’’ tartamudeó algo pero ya sin temor.

‘’Para eso estamos, para ayudar al cliente. Créeme, ningún dildo se compara con una buena polla, espero que lo disfrutes mucho’’ acertó la mujer y fueron hasta la caja registradora.

Después de pagar por los artículos que llevaba en una bolsa bien discreta, Fran regresó a su casa en donde esperaba su madre ansiosa por él. Entregando las compras, se encerró en su habitación, listo para poner en práctica lo comentado por la mujer de la tienda.

Deshaciéndose de su ropa, se quedó en pelotas y algo ansioso. Echándose de espaldas en la cama agarró el bote de lubricante y untó una buena cantidad en su mano para acto seguido, pasarlo entre sus dedos de manera que todos estuviesen bien lubricados y por último, comenzó a pasarlos tímidamente por su esfínter.

El contacto de sus dedos embadurnados en lubricante contra su entrada posterior se sintió muy bien y comenzó a masajear su ano, relajando lo más que pudiese el esfínter para proceder. Primero introdujo lentamente la punta de su dedo índice, y reaccionó instintivamente a la intromisión evitando que lo hundiese más.

Fran volvió a masajear los alrededores y al sentir el músculo relajado repitió la acción. Esta vez entro poco más de la mitad de su dedo y lo mantuvo inmóvil, esperando a que su agujero virgen se adaptase. Un ligero cosquilleo se expandió por todo su cuerpo y su pequeña polla también reaccionaba poniéndose bien dura, el joven no tardó en meter el resto de su dedo y un leve gemido de éxtasis escapó de su boca.

Tras varios minutos con el dedo dentro de su culo, Fran se atrevió a meterlo y sacarlo lentamente. La sensación embriagante que aquel gesto le provocó fue de mayores pulsaciones y de su polla comenzó a salir liquido pre-seminal, así que el muchacho continuó dilatando su culo. A medida que pasó el tiempo y ya estaba acostumbrado a la presencia de su travieso dedo, pensó en introducir un segundo dedo. Haciendo una pausa y moviéndose con cuidado, tras un par de intentos logro meter dos dedos en su culito.

Sintiendo el mayor grosor invadiendo su retaguardia, Fran respiró profundamente varias veces para ir acostumbrándose. Pero al igual que en su primera incursión, su culo no solo disfrutaba las caricias sino que pedía más.

‘’Bueno, es tu turno…’’ dijo quedamente mirando el dildo que había comprado.

Usando una importante cantidad de lubricante, Fran lo dejó listo y además se colocó un poco en su culo en caso de que fuese necesario, el dildo entrase con mayor facilidad. Con la punta del falo estimuló su esfínter y haciendo algo de presión, introducía la punta y la volvía a sacar de inmediato. Aquella sensación de que un objeto ajeno a su cuerpo se preparaba para penetrarlo le encantó y terminó por hundir más de la mitad del dildo en su hambriento culo.

Por primera vez en su vida se sentía realmente lleno y trató de respirar calmadamente y abrir las piernas lo más que podía para facilitar la entrada de su juguete. El acto reflejo de su cuerpo le decía que debía expulsar ese objeto fuera de su culo cuanto antes pero el cachondo joven buscó relajarse un poco más y esperar a que su trasero se adaptase al tamaño del dildo.

Una vez alcanzado el objetivo, Fran comenzó a mover su dildo despacio, tratando de meterlo lo más profundo que podía y casi terminar sacándolo para a continuación volver a empujarlo dentro de su ser. La sensación de taladrarse el culo le encantó al muchacho el cual puso los ojos en blanco y aumentó la velocidad con la que su mano llevaba el ritmo. Aquello duro más de 20 minutos en los cuales Fran eyaculó un par de veces sobre su vientre y pecho sin necesidad de pajearse. Las continuas pulsaciones anales al estimular su próstata le enviaban oleadas de placer por todo su cuerpo, en especial a su polla y nublando sus sentidos; tanto así que tuvo que taparse la boca con el puño para evitar gemir escandalosamente.

Después de ducharse y vestirse, las pulsaciones en su culo continuaron por un tiempo mientras que su mente revivía las increíbles sensaciones descubiertas. También tuvo que disimular su andar extraño frente a sus padres pero estos no notaron nada raro en su hijo, el cual devoró su cena como un poseso para estar a solas en su habitación y volver a repetir la experiencia.

De nuevo encerrado en su cuarto, Fran volvió a desnudarse y a cuatro patas sobre su cama taladró su culo con su juguete, pensando en Luana y en las ganas que tenia de ser follado por su polla perfecta. Luego de eyacular sobre la frazada de su cama y limpiarla desesperadamente, escribió a Luana para saber si podían encontrarse al día siguiente por la tarde en un famoso local de la ciudad, a lo que la mujer acepto sin reservas y, en palabras de Fran, ‘’tener una cita amena’’.

Eran las 3 de la tarde y el joven se miraba al espejo. Vestía unos vaqueros azules, camisa negra y zapatillas blancas y negras, Fran se veía casual para evitar atraer las miradas y tras considerar que estaba todo en orden, salió de casa en dirección al lugar donde había quedado con Luana. Llegó unos 20 minutos más tarde y se sentó en una mesa desocupada mientras impacientemente ojeaba su móvil para ver la hora.

A cada tanto alzaba la vista creyendo que Luana había llegado pero luego se daba cuenta que no era así. Diez minutos pasaron cuando Fran observo a una hermosa mujer que le provoco un sonrojo. Alta, de 1,80 aproximadamente; cabello rubio largo y algo ondulado en las puntas, ojos verdes brillantes, labios sensuales pintados de rojo, un par de buenos y suculentos senos, abdomen plano, cintura estrecha y caderas anchas. Para rematar la vista, sus piernas eran largas y torneadas, y tenía un culazo que hacía obvio de que era una brasileña.

Vestía un sencillo vestido negro que le llegaba por encima de las rodillas. Llevaba los brazos cubiertos, su escote no era muy pronunciado y nadie podría decir que trabajaba como escort. Fran no se lo podía creer y agitó discretamente la mano, Luana sonrió y se sentó frente a él, cruzando una pierna encima de la otra.

‘’Hola Fran, un placer conocerte’’ dijo Luana con una agradable sonrisa. Tenía una voz calmada y muy dulce.

‘’H-hola… yo digo lo mismo’’ respondió Fran algo nervioso. Y no era para menos, la mujer se veía más hermosa en persona.

‘’Lamento haberte hecho esperar, caminando hubiese llegado antes’’ se disculpó por su retraso.

‘’Ni lo menciones, no llevaba mucho tiempo aquí’’ murmuró Fran y se la quedó mirando hipnotizado.

Luana sonrió cariñosamente, pero con un dejo de picardía y sensualidad. El corazón del joven latía violentamente en su pecho, y una ligera incomodidad en su entrepierna le indicaba que su pequeña polla estaba bien dura. No tenía palabras ni un tema de conversación interesante, además sentía un nudo en su garganta debido al nerviosismo creciente que amenazaba con apoderarse de él.

Aparentemente a Luana no le era indiferente la reacción de Fran. Lo notaba en su rostro sonrosado y lampiño, aquello la divertía un poco pero era un chico muy lindo y ya quería estar a solas con él en su piso.

‘’Gustas beber algo?’’ dijo Fran al cabo de unos minutos mirándose mutuamente.

‘’Solo agua’’ respondió Luana reclinándose un poco en la silla.

Comprando agua para su hermosa acompañante, Fran se conformó con una taza de café, siempre le había ayudado a concentrarse. De regreso en la mesa, Luana se terminaba de tomar una selfie y agradeció el botellín de agua que le dio el chico. Fran se volvió a sentar torpemente pero con una risa algo forzada hizo como que nada había pasado. Además que le entregó a Luana el pago acordado y la mujer lo guardó.

‘’Y bien Fran, que quieres hacer? Podemos conversar, o simplemente caminar por ahí’’ sugirió Luana.

‘’La verdad, no lo sé…’’ Fran respondió.

‘’No sabes? Eso sí que me sorprende’’ dijo Luana con una risita.

‘’Bueno… caminar suena bien’’ aseguró Fran.

‘’Muy bien, caminaremos un rato. Mi apartamento está cerca de aquí, después pasaremos un rato más agradable’’ dijo Luana.

Retirándose del lugar, caminaron tomados de la mano. Al ser mucho más alta que él, Fran se veía obligado a mantener el rostro alzado todo el tiempo, pero valía la pena. Luana disfrutaba de la atención recibida por Fran y gozaba sobremanera de la mirada embobada del chico. Mientras caminaban hablaron de cosas triviales a la vez que Fran no dejaba de recordarle lo hermosa que era.

‘’Eres un chico muy atento y amable. Y la verdad, la vamos a pasar de maravilla,” aseguró Luana con una amplia sonrisa.

Aproximándose a un conjunto de edificios, entraron a uno de ellos. En el elevador, Luana y Fran comenzaron a morrearse un poco, respiraban agitados y la mujer logró acorralar al chico contra una de las esquinas del elevador y sus manos se deslizaron bajo la camisa del chaval y con las uñas recorrió su pecho y abdomen. El escalofrío que le provocaban las delicadas caricias de aquella sensual mujer nublaban sus sentidos y no podía pensar con lucidez.

Con algo de dificultad, Luana abrió la puerta de su apartamento y sin dejar de besarse y tropezar con mesitas, sillones y otras cosas en el camino, lograron llegar hasta la habitación. Una vez allí, se desvistieron atropelladamente. Luana hizo que Fran se sentase en el borde de la cama al tiempo que se arrodillaba frente a él con una sonrisa lasciva.

‘’Tu polla es adorable’’ aseguró la mujer mientras con un dedo acariciaba el glande, provocándole un ligero cosquilleo y una posterior erección que la llevo al máximo, unos 7 cm.

Ella aún llevaba su sujetador y braga puestos, y separando los muslos de Fran dejó expuesto su micropene y sus testículos.

‘’Quieres algo en especial?’’ dijo ella con una sonrisa pícara.

‘’Bueno… aparte de lo obvio, quisiera hundir mi lengua en ese culazo que te gastas’’ respondió Fran.

‘’Tu deseo será realidad, cariño’’ aseguró Luana y a continuación engulló sin ninguna dificultad la polla y los testículos del chaval.

Fran dejó escapar un prolongado gemido de placer al sentir la calidez y humedad de la boca de esa mujer alrededor de sus cositas. Poniendo su mano sobre sus muslos, Luana chupaba y succionaba con deleite y lujuria aquel pequeño trozo de carne, mientras que Fran cerraba sus ojos y respiraba entrecortadamente; disfrutando todo aquello.

Aquella era la primera vez que Luana chupaba una verga de minúsculas proporciones y no tendría la incomodidad de sufrir arcadas o algo similar. Fran sentía la cálida respiración de la mujer en su pelvis e hincaba sus manos sobre la cama con mucha fuerza, tratando de contener una rápida eyaculación. Luana succionaba constantemente para deleite de su joven cliente, que gemía sin parar ante el buen hacer de esa regia brasileña.

Sus manos, tan suaves como la seda, recorrían los muslos y piernas de Fran. Su lengua se movía con destreza, lamiendo su uretra y redoblando las sensaciones que el chaval experimentaba. Respiraba agitadamente y sus pensamientos eran inconexos, la escort constantemente miraba hacia arriba para ver las curiosas expresiones en el rostro lampiño de su joven amante y seguía con lo suyo.

‘’Oh joder, no pares… no pares’’ gimió Fran con voz agitada.

Luana succionó con mayor fuerza los pequeños atributos del chico, en tanto Fran arqueaba su espalda para finalmente terminar de desplomarse sobre la cama, con sus pies aun apoyados en el suelo. La escort apoyó sus manos sobre los muslos de Fran y ejerció un poco de presión sobre ellos, cada vez se agitada y respiraba como un maniático a medida que el impostergable orgasmo se acercaba. Con un prolongado gemido e incontables espasmos y temblores que se apoderaron de cada músculo de Fran, una profusa y espesa descarga de leche emanó de su micropene, llenando la voraz boca de Luana, que se tragó hasta la última gota.

La intensidad del orgasmo lo dejó aturdido, mareado pero con una media sonrisa que decía todo lo que quería expresar. Fran tenía sus labios separados, al tiempo que trataba de recobrar las fuerzas después de tan explosiva descarga, Luana estaba un poco sorprendida por la cantidad de semen que habían expulsado aquellos testículos pero se relamió de gusto y se acostó al lado de Fran, besando y lamiendo su cuello mientras sus manos recorrían el torso desnudo del chico.

Así permanecieron por largo rato, hasta que se incorporó y con ambas manos sobre el pecho de Fran, Luana le dijo con una sonrisa.

“Es hora de que me chupes el culo” le recordó Luana con morbo.

Poniéndose a cuatro patas al borde de la cama, Fran se acomodó detrás de la mujer y admiró con ojos desorbitados el espectacular culo de Luana. Su verga estaba morcillona aunque no completamente dura, colgando con orgullo entre las magníficas piernas de ese monumento de mujer.

Posando sus inquietas y temblorosas manos en las nalgas de la escort, Fran masajeó hipnotizado ese culo, Luana rio por lo bajo pero le dio confianza.

“Qué esperas, estoy cachonda y quiero sentir tu lengua devorándome toda” dijo ella.

Separando ambas nalgas, logro atisbar el cerrado ojete de la brasileña. Fran acercó su cara y con la punta de su lengua lamió alrededor, Luana dejó escapar un pequeño gemido y suspiró. El chico se vino arriba con ese gesto y esta vez pasó su lengua por todo el orificio, sujetando con una mano la polla de la mujer y pajeándola lentamente. Ella gemía con voz sensual y despacio, disfrutando cada segundo de sentir la lengua de Fran.

Enterrando su cara entre esas carnosas nalgas, Fran apenas podía respirar pero movía su lengua sin control, saboreando ese cerrado esfínter a su completa disposición. Con la punta de su lengua recorrió el perineo y de nuevo hacia arriba, sin dejar de masturbar la polla de Luana, que mordía sus labios y se entregaba a la atención de la lengua del chico.

Fran, un poco más intrépido; comenzó a lamer desde la punta del glande, deslizando su lengua por toda la extensión de esa gruesa y dura verga, al llegar a sus huevos, los chupó por separado, succionando con fuerza y sacándolos de su boca con un ligero ‘pop’. Volvía a clavar su lengua en el culo de Luana, dándole una veloz follada de lengua que la hizo gemir y suspirar sensualmente aferrando sus manos a la sabana.

El joven repitió dicha operación en varias oportunidades para luego volver a tragarse ese pollon. La sujetaba por la base y con algunas dificultades la mamaba hasta la mitad para evitar ahogarse, sus ojos llenos de lágrimas pero sintiéndose el chico más afortunado. Decidió tragársela un poco más y casi lo consigue, de no haber sido por las molestias en su cuello al estar de rodillas al borde de la cama y sin mucho espacio.

‘’Eres un cerdo, que bien la chupas. Pronto vas a ser mi putita’’ murmuró Luana con voz jadeante y complacida.

Frotándola por sus mejillas, boca y lengua, Fran buscaba impregnarse de esa tranca que lo estaba volviendo loco. Quería saborear y grabar su esencia en su boca, sentirse completamente dominado por una verdadera polla.

Levantándose y apartándose, Luana se pajeó rápidamente por unos segundos, mientras Fran se dedicaba a recuperar el aliento. Su cara estaba algo ruborizada y cubierta con su propia saliva mezclada con el líquido preseminal de Luana, y con una mano se la pasó por su mejilla y saboreó sus dedos. La escort sonrió satisfecha y le ordenó acostarse en la cama una vez más. Esta vez, Luana se trepó encima formando un 69 y su verga rozaba los labios de Fran, desde ese ángulo se veía más sublime.

‘’Abre la boca, perra. Te la voy a meter hasta la garganta’’ aseguró Luana y Fran pensó que tenía toda la razón, pero no se negaría con ese bellezón encima de él.

Al tiempo que abría su boca, ella se acomodó y su polla se hundió sin ninguna oposición. Fran no podía controlar la situación, solo colocar sus manos en ese maravilloso culo y masajearlo o darle una nalgada, a lo que Luana respondía con una risa apenas audible y movía sus caderas para follarle la boca. Aquello era la gloria, tener ese enorme trasero cerca de su cara y esa polla llegándole hasta el fondo de la garganta, dejándolo sin aliento.

Hundiendo sus rodillas en la cama, Luana movía más rápido sus caderas y Fran solo se limitaba a mantener su boca bien abierta, recibiendo cada embestida que lo aplastaba contra la cama. Dando arcadas, ella finalmente clavó todos sus 22 cm en su boca, hasta los testículos; y dejó de moverse por unos segundos.

‘’Oh siii… tu boca es jodidamente increíble’’ comentó Luana y ella acarició sus piernas y lamió y mordió un poco sus muslos.

Sacando su polla y dejando que Fran recobrase algo de aire, se la volvió a meter entera, y sacarla de nuevo. A la siguiente, el chico posó sus manos sobre sus nalgas y la ‘obligó’ a dejársela adentro, mientras la sentía bien abajo en su garganta, Fran podía sentir los huevos de Luana aplastándose contra su boca y gran cantidad de saliva escapaba por entre las comisuras. Se mantuvieron así por más de 20 segundos hasta que Fran la tocó y ella sacó su verga cubierta de babas.

Tosiendo un poco, Luana lo dejo recuperarse para a continuación follarle la boca a saco. Fran parecía una de esas muñecas inflables, tomando polla sin ninguna resistencia, Luana cerró sus ojos y gimió con lujuria antes de volver a metérsela hasta el fondo de la garganta. Después de sacársela, Luana le dio un beso y se preparó para la verdadera acción.

Colocando una almohada debajo de Fran, dejando su agujero más expuesto, Luana fue hasta la cómoda y cogió un bote de lubricante y lubricó su verga. Poniéndose de rodillas frente al culo del chico, la mujer comenzó a restregar su glande por toda la raja de Fran, que solo podía gemir al sentir esa gruesa cabeza frotándose contra su esfínter. El chico solo podía admirar a esa hermosa diosa ante él, su voluptuosa figura y sus tetas, ella le miraba con una sonrisa muy picante y a continuación, hizo algo de presión contra su ojete.

Fran dejo escapar un gemido al sentir ese pollon tratando de entrar. Luana se mordió el labio inferior con una mirada lasciva y volvió a puntearle el culo con mayor insistencia.

‘’Bien cerradito estas, me gustan así’’ murmuró Luana y se inclinó brevemente sobre Fran para besarlo.

De nuevo intentó pero la resistencia del culo de Fran a la penetración pareció divertir a Luana, que no dudo en aplicar más lubricante sobre la cabeza de su verga e intentar una tercera vez. El joven respiró calmadamente, tratando de relajarse y esta vez, la punta del glande empezó a abrirse paso lenta e implacablemente. Con un gesto de triunfo, Luana siguiendo empujando y el cerrado esfínter daba la bienvenida a la intrusión; Fran cerraba los ojos y abría la boca en una mueca, sus manos se aferraban a las sabanas como si su vida dependiese de ello.

‘’Ah…’’ salió de la boca de Fran.

‘’Si… ya te vas a enterar de lo que es bueno’’ dijo Luana, que ya le había metido la mitad de su polla, unos 11 cm.

El lubricante estaba facilitando el empalamiento, poco a poco Fran empezaba a sentirse bien lleno de verga y se preguntaba cómo quedaría al final, su micropene se sacudía espasmódicamente ante semejante invasión, la próstata estaba siendo estimulada en gran manera y otra erección era inminente. Finalmente, sintió la pelvis de Luana pegarse a su culo, se la había metido entera y su cosita estaba dura de nuevo, la escort le besó una vez más e introdujo su lengua en su boca, ambos juguetearon un poco mientras ella amoldaba su verga a su culo.

Pasaron varios minutos así, ambos podían sentir la respiración del otro muy cerca y ella le miraba directamente a los ojos, un gesto apenas perceptible de parte de Fran fue la señal y Luana se separó y se comenzó a mover despacio. El chico cerró los ojos y sintió el movimiento lento y acompasado que Luana estaba imprimiendo, pero no podía dejar de gemir en voz baja.

Luana aumentó el ritmo de sus embestidas y acarició el pecho y abdomen de Fran. Con embates cortos con los que apenas sacaba su polla, la mujer la hundía todo lo que podía en el culo del chico, que no dejaba de gemir con voz aguda. Luego sostuvo sus tobillos en alto para follarlo con más rudeza.

‘’Oh si… más duro joder!’’ exclamó Fran.

Fran miró hacia abajo y contempló su abdomen subir y bajar al compás de su respiración. Un sinnúmero de sensaciones y reacciones se apoderaban del jovencito a medida que esa verga llegaba hasta lo más profundo de su ser, apenas podía pensar con claridad y lo único que atinaba a hacer era gemir y gritar cual puta.

Inclinando su cuerpo sobre Fran, Luana ahora llegaba más profundo con cada embestida, su pelvis chocaba sordamente contra la retaguardia del muchacho y los huevos golpeaban sin pausa. La cadencia solo aumentaba a cada momento y ella lucía imponente como una amazona al contrario de su joven amante, el cual no podía describir con palabras lo cachondo que estaba.

Tras unas varias fuertes y secas estocadas, la pelvis de Luana tocaba las nalgas del chico, su ojete se contraía ligeramente, apretando esa verga que rellenaba su ser; la mujer tomó un poco de líquido preseminal que brillaba en la punta del glande de Fran y chupó su dedo con una expresión pícara. Lentamente sacó su polla del culo de Fran, contemplando el enorme agujero negro que una vez estuvo bien cerrado; el jovencito jadeó un poco aliviado pero estaba con ganas de más guerra y ella no le iba decepcionar.

‘’Ven, ponte a cuatro patas’’ dijo Luana con voz algo cansada pero con una gran sonrisa. Una ligera capa de sudor cubría sus exuberantes curvas.

Ayudando a Fran a asumir la posición, ella le facilitó unas cuantas almohadas ya que las extremidades del jovencito apenas mantenían el equilibrio. La escort no pudo evitar relamerse de gusto con esas nalgas bien carnosas pero que no caían en lo femenino y le asestó unas cuantas nalgadas hasta dejar su mano suave pero fuerte marcada en las blancas nalgas del chico.

Frotando su glande contra las nalgas y el ojete de Fran, Luana apenas hizo presión y su polla se deslizó dentro del culo del muchacho sin ninguna resistencia. Sujetándolo con firmeza, Luana comenzó a bombearlo con fuerza y embestidas duras, los gemidos incesantes de Fran y el sordo golpeteo de los huevos y pelvis de Luana eran los únicos sonidos evidentes, aparte de algún suspiro de placer proveniente de la anfitriona.

Haciendo que empinase un poco más el culo, Fran hundió su cara en una almohada y Luana reanudó las frenéticas embestidas como poseída. Parecía que su libido era infinita y con tantas acometidas dejaba al jovencito sin respiración, a cada tanto le asestaba una buena nalgada o le recordaba que era toda una puta adicta a las pollas. El micropene de Fran ya había descargado su segundo orgasmo sobre la cama sin siquiera haberse tocado un poco, era más que evidente para los dos insaciables amantes que ambos estaban hechos para eso, Luana para dar polla hasta quedarse sin fuerzas y Fran, a gemir y a tomar por culo como toda una zorra.

Así estuvieron unos 15 minutos aproximadamente, con pequeños cambios de ritmo para que pudiesen coger el aliento pero Luana era quien llevaba el control de todo, mientras que Fran tenía la cara hundida en la almohada y la mordía a cada tanto. La fogosa e infatigable brasileña imprimió un frenético y demoledor ritmo que fue el indicativo que estaba próxima a su orgasmo. Tomando a Fran de los cabellos, Luana alzó su ruborizado rostro de la almohada para lamer su cuello y morderle el hombro.

‘’Te voy a llenar el culo con mi leche, te voy a preñar’’ dijo ella con voz agitada, Fran no paraba de gritar y gemir como perra.

A continuación la escort lo bombeó con frenesí por unos diez segundos y al unísono, ambos gimieron y gritaron de placer al tiempo que Luana, alcanzando el clímax anhelado, depositaba chorros y más chorros de lefa caliente en lo más profundo de Fran, que tenía la mirada fija en el techo y juró ver unas pequeñas luces brillantes. Desplomándose sobre la cama, sin fuerzas pero ebrio de lujuria, Fran respiraba agitado y Luana, encima de él, respiraba en su cuello. Su escultural cuerpo bañado de sudor brillaba como si estuviese recubierto de rocío, las jugosas tetas de la mujer se aplastaban contra su espalda y su polla aún seguía dentro de su culo, inmóvil.

‘’Eso estuvo… de diez…’’ dijo Luana con una medio sonrisa y besó la mejilla de Fran. ‘’Espero lo hayas disfrutado tanto como yo.’’

Fran solo asintió. Estaba muy agotado para articular sonido alguno pero no podía decirse que no se lo había gozado. Era como siempre lo imaginó en sus fantasías y Luana la había hecho realidad, cuando el pollon de la mujer perdió algo de dureza esta la sacó, dejando un sonrosado y dilatado agujero; algunos resto de semen escapaban e iban a parar primero a los huevos de Fran y luego en la cama.

Ayudándolo a levantarse, ambos se ducharon juntos y Fran manoseó cada rincón de la anatomía de Luana, como si quisiera que sus manos memorizasen cada curva de esa exquisita mujer. Ya vestidos, ella le acompañó hasta la entrada del edificio, le costaba horrores caminar y ya ni decir sentarse pero Fran iba con una gran sonrisa al lado de su desvirgadora.

‘’Ha sido muy bueno, y si algún día se te antoja repetir, pues ya tienes mi número’’ dijo Luana y le dio un tierno beso de despedida.

Definitivamente, para cuando se recuperase, Fran no dudaría en volver a contactar a Luana para tener una ‘’segunda cita’’.

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