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Lo que sucede con los dentistas

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Les voy a platicar lo que pasó con mi dentista. Ya la ocasión anterior que había ido me había estado manoseando, pero de forma discreta así que esta vez decidí ponerme un vestido de mezclilla de botones al frente, corto y el bra y las bragas de color melón y encaje que deja entrever mis formas de una manera muy sensual, acompañadas de unas zapatillas nude abiertas y muy coquetas.

Fui a la cita convenida y no había más que una persona citada en los horarios que da, lo cual ha resultado conveniente; él se comportó como si nada, como si lo que hubiera pasado hace algunos días no se hubiera dado, ni por ello quiere decir que menos amable, a su modo. Esto me turbo un poco y supuse entonces que no pasaría nada. Aun así tomé unos escalones de distancia para que al ir atrás se diera cuenta de mi ropa interior, lo cual básicamente imposible que pasara por alto.

Me pidió que me acomodara en la silla y al hacerlo uno de los botones de la parte inferior al levantar la pierna se deslizó del ojal para que descubriera aún más las piernas, esto y lo corto del vestido hacían que el nacimiento de mis piernas se percibiera, el no hacía nada, pero sus ojos se posaban en ellas y en la abertura que a la altura de mis nenas se daba.

Comenzó a trabajar y entonces pude sentir que si habría algo, ya que primero comenzó a rozar con sus brazos mis nenas para luego a medida que avanzaba iba quitando alternadamente los botones del vestido, uno arriba u otro abajo, hasta que dejó al descubierto mi cuerpo, también poco a poco quito mi bra porque al estar ya con los botones liberados del vestido, paso su mano por las nenas, la deslizó por la espalda y desabrocho mi bra, paso su mano al frente y bajo la parte de las copas, delineando su figura; después siguiendo los tirantes llego a los hombros y los bajo, se dedicó más a su lado derecho y metió su mano en mi manga hasta deslizarlo por mi mano y jalarlo después, dejando libre mi nena; del otro lado no, solo lo bajo por los hombros, quitándole junto con él vestido.

Mientras me decía que no me moviera, siguió haciendo lo suyo, y en cada oportunidad delineaba con sus dedos desde mis piernas hasta la redondez de mis senos.

Al terminar de hacer lo planeado para ese día. Sin dejarme mover quito una a una de mis mangas y puso su mano entre mis piernas separándolas para introducir sus dedos en mi panochita, se había puesto otros guantes y se sintió frío, sentí que se había puesto algo viscoso (gel lubricante) en ellos que los hacía más frescos, colocó mis piernas abiertas como en mariposa y estuvo entre mis senos y mi panochita sirviéndose a su antojo, yo gemía a cada embestida. Haciendo movimientos con mi cadera, él dejaba que me moviera un poco y después me indicaba que parara. Este juego me encantaba, se inclinó para mover la lámpara y la colocó encendida en mi cara; no podía ver y este estado de incapacidad lo aprovecho para tocar mis dedos y lamerlos, morderlos, insistía además en que no me moviera, no dejaba de juguetear con mi panochita y tampoco podía ver.

De repente, de la nada sentí un filo punzante y ligero en mis senos, el cual bajo hasta la entrada de mis labios. Esta sensación hizo que me agitara mucho y la frialdad de mi panochita se calentó, tomó mi mano y la llevo a su paquete, estaba dura y se la sacó, hizo que la tocara y la apretara. Sentía la punzada aún más fuerte, dolía, pero eso me excitaba mucho, hasta el punto en que no me pude contener y percibí como el calor y la humedad seguía el camino del centro de mis ganas para envolverme toda.

No dejó que terminara de gemir y me jalo hasta la parte más baja del sillón de los dentistas y me colocó frente a él, su verga estaba fuera y erguida, jugosa y con ella la pasó por mi cara dando con su verga en mis mejillas, lo que hizo que me excitara más y deseosa de mamarla por lo que él la puso en mi boca abierta introduciéndola hasta casi sentir que me costaba trabajo respirar. Siguió guiando con sus manos su verga y yo trataba de envolverlo con mi lengua para tener el control, pero solo dejaba el momento que él quería, y después la sacaba y volvía a meter, repetidas veces.

Casi desnuda frente a él, se levantó y me hizo que me hincara, apreté sus nalgas con mis manos para sujetarme y sabía que se acercaba el final, podía sentirlo por sus movimientos, y al momento que levantaba mi cara para ver la expresión que tenía y casi al filo del clímax, sacó su verga y con un gemido dejó que su leche cayera en mis nenas desnudas y escurriera hasta mis piernas lo cual me excitaba mucho. Se levantó y se limpió, tomó unos klenex y me los dio para que yo me limpiara. Sentía el palpitar de mi panochita todavía al vestirme y al bajar por las escaleras, no dijo más solo la fecha y hora de la siguiente cita.

Me fui a casa y me metí a bañar porque olía a semen y tuve que masturbarme para bajar las ansias que aún sentía. Desde entonces me he masturbado varías veces pensando en lo que ocurrió con mi dentista. La siguiente cita él me dijo que solo estaba citada yo y que sería por la mañana.

Que creen que pase? Me cochara? Como debo de ir?

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