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Locutora caliente (I)

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La conocí en un grupo literario, era una mujer poseedora de una personalidad única, en ella se mezclan dos fantasías de mi juventud, tiene la inocente belleza de Irán Castillo combinada con la imagen perversa y voluptuosidad de Elvira "La Dama de la Noche", además de ser culta, inteligente, directa muy directa, también es poseedora de una sensualidad tremenda, sensualidad que destila por cada uno de los poros de su nívea piel, la expresión inocente y tierna de sus ojos color miel contrasta con lo que proyectan los tatuajes que adornan su escultural cuerpo.

Como describí en un principio, tiene una extraña y única personalidad que me atrae mucho, cuando uno mira su rostro, se encuentra con una mirada angelical e inocente detrás de los lentes que le dan un toque muy intelectual, es de piel blanca, cabello lacio de color negro al hombro, conforme la mirada desciende, la piel blanca de su cuello va adquiriendo matices de colores debido a los tatuajes que tiene, al llegar a su escote ufff, la vista es increíble, tiene un par de tetas grandes adornadas con tatuajes multicolores que combinan perfecto en su blanca piel, más abajo se dibujan unas curvas de vértigo que definen unas caderas amplias sostenidas por un par de piernas de concurso, su vestimenta es una combinación de oscuridad y luz, casi siempre utilizando prendas de color blanco y negro.

Cuando nos conocimos, en una sesión del grupo literario, hubo un click inmediato, constantemente intercambiábamos miradas, después sonrisas, la invité varias veces a salir, debido a su trabajo como locutora y escritora le queda muy poco tiempo libre, un día al fin aceptó salir conmigo, así que nos fuimos a comer cerca de la estación de radio para la que trabaja, después de una opípara comida, acompañada de una amena y candente plática que pasó de las palabras a las caricias nos dirigimos a un hotel cercano.

Rumbo al hotel de destino me mostraba los tatuajes de sus grandes y hermosas tetas mientras jugaba con ellas, al mismo tiempo que nos besábamos en cada luz roja de los semáforos ella acariciaba mi erecto miembro, era tal nuestra excitación que lo saqué del pantalón para que ella me diera una excitante mamada, cuando se levantaba y había oportunidad acariciaba sus tetas, mordía sus pezones, fue un corto pero excitante viaje porque ya no llegamos al hotel.

Vi un estacionamiento de varios pisos, entré de inmediato a éste, me estacioné en un lugar alejado con poca luz, hice su asiento para atrás, lo recliné, me giré para quedar encima de ella, con un poco de esfuerzo y risas nos desnudamos lo suficiente para poder dar rienda suelta a nuestra excitación, el espacio era insuficiente, así que nos cambiamos al asiento trasero, empecé a besar sus labios, fui bajando lentamente, pasando por su cuello, besé todos sus tatuajes, me entretuve en sus grandes tetas, mis dedos exploraban su mojada vagina, mi boca bajo más, una vez en su ombligo me empujó hacia abajo, ella tenía las piernas abiertas dejando ver su mojada y caliente vagina, mi lengua se encontró con sus rosados y mojados labios vaginales, los chupé, los mordí también antes de introducir mi lengua, sus manos me empujaban más, parecía quererme meter dentro de ella, con mis mano apretaba sus tetas y sus pezones, cuando mi lengua estimulaba su clítoris ella arqueó la espalda al momento de correrse en mi cara, mojando mis labios y mi barba, aún recuerdo ese intenso sabor y aroma.

Me separé un poco, la abracé, giramos para quedar yo abajo de ella, abrió sus piernas sobre mí, de un movimiento introdujo todo mi falo erecto, su vagina estaba caliente, completamente mojada, la tomé de las nalgas para ayudarle a subir y bajar, la cadencia de los movimientos aumentan, el golpeteo de nuestros cuerpos mojados al chocar me excitaba mas, sus tetas se mecían al compás de su cuerpo, por momentos las besaba o mordía, apretaba sus blancas nalgas con mis manos, de pronto me abrazo, clavó sus uñas en mi espalda, mordió mi hombro para ahogar un grito, apretó sus muslos y sentí un chorro caliente sobre mi verga, ella siguió moviéndose un poco más, finalmente me puse rígido y dejé fluir mi leche dentro de ella, quedamos abrazados por unos minutos, nos vestimos y decidimos seguir la historia en el hotel.

Continuará...

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