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Los cinco sentidos (noveno capitulo)

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A media noche Tania se despertó sudando, se sentía excitada.  Creía que tenía apartado de su mente a ese hombre, pero esa noche soñó con Carlos.  Soñó que de nuevo estaba en aquella terraza y que volvía a separar sus piernas para sentir la mirada de ese hombre entre ellas. En el sueño Carlos la follaba de nuevo de aquella manera que tanto le había gustado. Aquella polla le hacía sentir un placer desmesurado.

Cuando se despertó sentía su cuerpo totalmente acelerado, caliente. Rodrigo aún dormía a su lado. Intentando no hacer ruido metió su mano entre las piernas y su mano sintió que tenía el coño empapado. Palpó la ropa de cama y estaba mojada. Acaso se había corrido con ese sueño? Masajeó su clítoris para calmarlo, estaba totalmente hinchado. Recordó cada detalle de lo que había soñado. Tuvo que tapar su cara con la almohada, para ahogar sus gemidos cuando se corrió pensando en la gruesa polla de aquel señor. Era la primera vez que había tenido que tocarse en mitad de la noche, con su marido al lado, por culpa de un sueño. Tanto morbo le provocaba aquella polla? Se ruborizó al darse cuenta que si.

La luz de la mañana la despertó colándose entre las rendijas de la persiana, se sobresaltó al ver tanta claridad, que hora seria? Mierda, faltaban diez minutos para las ocho. Sintió la cama mojada y recordó lo sucedido durante la noche. Que le estaba pasando? El hecho de recordar la hizo excitar de nuevo. Se levantó rápida de la cama y se puso una camiseta larga y unas bragas.

Cuando salió de casa vio que Braulio la estaba esperando para ir a caminar. Puso cara de desconcierto al ver que su vestimenta no era la apropiada para ese fin.

-Buenos días joven

-Buenos días Braulio -lo miro con cara entre avergonzada y de súplica -Lléveme a su casa porfa.

-Que te pasa?

-Luego se lo explico -mirando a ambos lados de la calle comprobó que no había nadie y le cogió la mano para arrastrarlo hacia su casa.

Dentro de casa, Braulio vio como se quitaba la camiseta y las bragas. Desnuda se acercó a él y lo desnudó. Estaba erecto por completo, cada vez que estaba con esa joven lo hacía ponerse así. Tania lo besó con avidez y lo llevó hacia el baño.

-Folleme en la ducha por favor.

No hizo falta decirse nada mas. Deseaba cumplir los deseos de esa muchacha, por ella, y porque en ese momento no había nada que deseara más que follarla.

Tania rodeó su cuello con los brazos y separó sus piernas ofreciéndole su coño para que lo penetrara. Se besaron con pasión y gimieron al sentir que sus sexos se unían. Aquella joven estaba desatada y le pedía que la follara fuerte.

Lo abrazó con fuerza, cerró los ojos. Cuando sentía que ralentizaba las embestidas ella misma movía sus caderas descontroladamente. Se corrieron juntos sin reprimir sus jadeos y gemidos de placer. Mientras su cuerpo y su vagina iban recuperándose ella mantuvo su cara en el pecho de él. Muchas veces había pensado en Braulio cuando follaba con su marido, pero ahora, que era él quien la estaba follando, había pensado en el señor Carlos y en su polla.

Tania estaba temblorosa, le fallaban las piernas y la llevó en brazos hasta la cama. Allí la secó con delicadeza, tenia el cuerpo sensible.

-Aquí xfa -abrió las piernas y su dedo señalaba su vagina, su cara era de picardía -Ah no, eso no agua de la ducha, es por su culpa. -fascinada vio como la polla de ese hombre se estaba poniendo dura de nuevo -Quiere follarme otra vez?

Braulio se situó entre las piernas de esa joven y metió su polla en aquel coño tan suave y caliente. Cuando sintió las contracciones de aquella estrecha vagina sintiendo un orgasmo se corrió de nuevo dentro de ella.

Estaban abrazados y Tania le empezó a contar.

-Braulio estaré enferma?

-Por qué dices eso? -le sorprendió esa pregunta de ella -Que te pasa?

-Es que estoy todo el día excitada y solo pienso en sexo todo el día. Creo que el estudio de los cinco sentidos me ha cambiado el cuerpo.

-Tu cuerpo es el mismo cariño -la mano de él le acariciaba el pelo y la espalda.

-No sé, mis pezones están mas grandes y mi vagina está como hinchada. Antes no era así.

-Eso es porque tu vagina y tus pezones están excitados todo el tiempo cielo. No te gusta sentirte así?

-Me encanta pero me asusta un poco. Anoche tuve un sueño y creo que me corrí sobre la cama durmiendo.

-Por eso me pediste que te follara en la ducha?

-Si, es que soñé eso -no quería decirle toda la verdad y confesarle que había soñado con el señor de la terraza. -Y me desperté en mitad de la noche y tuve que masturbarme con mi marido durmiendo al lado.

-Habíais follado antes de dormir?

-Si. Lo habíamos hecho, estuvimos dos horas follando -estaba recordando el día anterior y se sorprendía -y eso que acababa de follar con usted. Dice mi marido que voy a acabar con él de tanto sexo.

-Y conmigo cariño.

-Con usted también? Pero no le gusta follarme?

-Me encanta.

-Pues entonces acabaré con los dos -le encantaba saber que su marido y Braulio se ponían tan excitados con ella.

A media mañana se fue de casa su vecino pues tenia que hacer unas compras y había quedado con Rodrigo para que así la ayudara a llevar las bolsas en el coche.

Con su esposo era feliz, muy feliz y de un tiempo a esta parte sentía que su sexualidad juntos había mejorado muchísimo, quizás demasiado. Lo único que echaba en falta con él eran los juegos fuera de su casa y hacer el amor en otros momentos que no fueran solo por la noche. Comprando ropa en su compañía, intentó en varias ocasiones provocarlo, pero como única respuesta recibía un, estás loca, aquí nos pueden ver. Es que su marido no era capaz de darse cuenta que estaba todo el día excitada?

Comieron juntos y después de dar un paseo y hacer mas compras para Rodrigo y para casa regresaron. La casa de su vecino estaba totalmente cerrada y viendo la hora supuso que su amiga aún estaría alli. Después de desempaquetar todo lo que habían comprado, de nuevo intentó provocar a su esposo y se sintió rechazada cuando éste le dijo que tenía que enviar unos correos electrónicos de trabajo y que ya follarían por la noche. Molesta se fue al jardín a tomar el sol.

En esos momentos, en la casa de al lado, su amiga Estela estaba totalmente desnuda sobre la cama de Braulio, tenia las piernas totalmente abiertas y ese hombre la estaba masturbando.

Habían estado hablando mucho tiempo en el sofá. Braulio masajeaba sus pies como hacía a diario y veía como esa joven cerraba los ojos y su cara era de placer. Estela le había dicho que necesitaba ir al baño y al salir ella no había vuelto al sofá. La vio como se desnudaba allí de pie frente a él y una vez desnuda se fue hacia la habitación. Enseguida siguió su mismo camino y la vio sobre la cama.

-Un segundo, voy a por el aceite.

-No, tóqueme esta vez sin aceite por favor.

Acarició su cuerpo con parsimonia, ella respondía a sus caricias con suspiros que se tornaban en gemidos cuando sus manos acariciaban sus tetas y atrapaba sus pezones entre los dedos.

A Estela le excitaba mucho ver la cara de ese hombre mientras la tocaba. Miraba su cuerpo fascinado, sus tetas, su coño. En esos momentos la estaba mirando entre las piernas y su cara era de auténtico deseo.

-Le gusta?

-Es perfecto -los dedos acariciaban con delicadeza aquel sexo suave, lo abría delicadamente -Tu coño incita a muchas cosas.

-Besarlo es una de esas cosas?

-Debe ser delicioso besarlo.

-Hágalo por favor. Bese mi coño.

Al instante tuvo la cabeza de ese hombre entre sus piernas. No podía evitar gemir cuando la lengua se movía por su vagina de manera magistral. La sentía caliente, húmeda, subiendo y bajando entre sus labios vaginales. Su cuerpo vibraba de placer con aquella boca. Ella misma participaba en aquella fantástica mamada de coño levantando sus caderas y moviéndose de forma descontrolada frotándolo contra la cara y boca de Braulio. Se corrió enseguida con sus manos apretando la cabeza de ese señor contra su coño.

Estela se quedó feliz, relajada. Aún con la sensación del orgasmo en su vagina se incorporó y abrazo a Braulio. Le dio un beso en los labios y este sorprendido por aquel gesto le correspondió con otro beso.

-Gracias! Me hace sentir muy valorada y deseada. Y estos orgasmos que me hace tener son maravillosos.

-Estabas muy bloqueada sexualmente.

Estuvieron hablando muchísimo tiempo de sus vidas, de su matrimonio y como la trataba Andrés. Cuando se dieron cuenta era mas tarde de lo habitual.

Tania estaba tumbada en el jardín cuando escuchó la puerta de su vecino abrirse. Se puso muy celosa cuando vio que su amiga salía sonriente y como despedida le daba a su vecino un beso en los labios. Disimuló lo mejor que pudo cuando vio como Braulio le daba una palmada en el culo como despedida. Estela miró hacia donde estaba ella.

-Hola cariño! -se puso contenta de ver a su amiga en casa, no se lo esperaba.

-Hola Estela, que tal estás?

-Genial tía -el placer entre las piernas aún estaba presente al andar hacia donde estaba su amiga -gracias por aconsejarme a que diera el paso de hacer terapia.

-Te ha vuelto a pegar?

-No -se puso muy colorada -Otra cosa.

-Que ha te hecho? -Intentaba que no fueran evidentes sus celos.

-Me dio un masaje y… -se acercó a ella para decirlo en voz baja, casi un susurro -… me comió el chochete. Uff.

-Veo que te gustó mucho por lo que me dices -estaba sintiendo celos por no ser ella quien lo había hecho? O los celos eran por miedo a que a su vecino le gustara mas el coño de su amiga que el de ella?.

-Eh! -Estela sintió a su amiga rara -Me gustó mucho pero tu también lo haces de maravilla.

-Quedamos mañana y estamos juntas?

-No se si podré -sabia perfectamente que si quería podía quedar -mañana te digo algo. Vale?

-Vale, avísame si puedes por favor. Ahora tengo que irme, mi Andrés me va a matar.

-Chao.

-Chao cariño.

Tania la vio alejarse y no podía dejar de mirar el culo de su amiga. Estaba enchochada por ella?

Cuando vio el coche de Estela alejarse se levantó y entró en casa. Rodrigo estaba en el cuarto que hacia las veces de despacho, lo vio sentado al ordenador, estaba entretenido.

-Cariño voy un momento a casa del vecino que quiero preguntarle unas cosas de los apuntes.

-Vale cielo, cuando vuelvas cenamos.

Cuando Braulio abrió la puerta y la vio se quedó sorprendido. Aquella joven tenía el rostro desencajado y sus ojos brillaban pues estaba a punto de empezar a llorar.

-Tania que sucede? – entró sin esperar la invitación de que pasase.

-A usted le gusta mi amiga? -ella se quedó de pie frente a él. Estaba muy alterada, furiosa y le hablaba gritando.

-A que viene esa pregunta?

-Hoy vi como se despedían con un beso en la boca y se fue muy tarde de aquí. Estela me confesó que le había comido el coño. -con un gesto de rabia se bajó la braga del biquini -Le gusta mas el suyo que el mío?

-Por Dios, no pienses eso cariño -Braulio la estrechó entre sus brazos y ella se derrumbó comenzando a llorar -Tranquila, desahógate. Estás conmigo mi niña.

-Es que no soporto la idea de que usted me deje de lado por mi amiga. Yo entiendo que ella tiene un cuerpo muy llamativo y su coño es precioso pero no quiero perderle ni a usted ni a ella.

-Eso nunca sucederá cariño. Las dos sois unas muchachas maravillosas y solo deseo veros bien. A ella también la deseas, verdad?

-Si y es algo que me asusta y me da vergüenza.

-Es normal cielo. Pero nadie tiene porque saber lo vuestro.

-Usted lo sabía?

-Ayer os escuché cuando estabais tomando el sol y entrasteis en casa. -le acariciaba el pelo y era hermoso tener a aquella joven entre sus brazos -Hicisteis bastante escándalo, se nota que estabais disfrutando mucho.

-Es que no lo podía evitar.

-Y tu marido aún no ha llegado?

-Si, está en casa pero necesitaba venir ajunto suyo.

Tania se sintió feliz de nuevo al ver como ese hombre se arrodillaba delante de ella y la miraba el coño fascinado. Sintió como acercaba su rostro y lo estaba oliendo.

-Tienes un coño hermoso mi niña.

-Mas que el de Estela?

-Son totalmente diferentes cariño. Los dos son preciosos y te aseguro que nunca cambiaré este coño tuyo por ninguno.

Los dedos de él abrieron su sexo con delicadeza y hundió su boca en él. Se lo besó y chupó como si estuviera comiendo el mejor de los manjares. Ella abría sus piernas y se agarraba a los hombros de él para no caerse pues éstas temblaban como preludio del orgasmo que se estaba adueñando de su cuerpo. Gimió y gritó de placer cuando comenzó a eyacular en su boca.

Estaba en una nube con el placer que había sentido. Solo podía sentir agradecimiento hacia aquel hombre. Cuando Braulio volvió a ponerse de pie ella se fijó en el bulto que tenía bajo el pantalón. Hacerle aquella comida de coño lo había excitado mucho. Lo acarició sobre el pantalón, su erección era intensa. Tania se quitó la camiseta y el sujetador del biquini y lo desnudó. Lo empezó a masturbar despacio y le encantaba ver la cara de placer que Braulio ponía con sus caricias. Lo agarró de la mano y lo hizo sentarse en el sofá. Esta vez fue ella la que se arrodilló entre las piernas de él, fue ella la que se entretuvo oliendo aquel sexo varonil totalmente y fue su boca la que se dedicó a saborear aquella polla. Le fascinaba sentir aquel glande dentro de su boca y masturbarlo al mismo tiempo con su pequeña mano. Cuando lo sintió totalmente entregado al placer, se subió sobre él. Lo mojada que estaba hizo que aquella polla resbalara perfectamente a su interior. Se miraban a los ojos. Estaba muy cachonda y comenzó a moverse de manera rápida, intensa. Le gustaba follarlo y sentir que aquel señor estaba a su merced. Se corrieron juntos, mirándose. Hasta que sintió que aquel hombre se vaciaba por completo no se levantó.

Braulio la miraba feliz. La vio desaparecer en el baño y cuando regresó traía en su mano una toalla. Con mucha delicadeza le secó las piernas y el estómago, lo había dejado empapado con su orgasmo.

Esa noche cuando regresó a casa, Rodrigo le había dejado una nota sobre la mesa del salón diciéndole que se iba para cama que ya era tarde. Miró el reloj y era medianoche. Había estado con su vecino y en ningún momento había pensado en su marido. Cuando se metió en cama después de darse una ducha, lo abrazó pensando que no había podido evitarlo. Esa noche hubiera podido follar con él, pero había preferido hacerlo con su vecino.

Braulio se despertó sobresaltado al escuchar el timbre. Miró el reloj y eran las dos de la mañana. Quien sería a esas horas? Se asustó al abrir la puerta y ver a Estela en la puerta del jardín con una pequeña bolsa de deportes. Su cara estaba desencajada.

-Que ha pasado?

-Perdone que venga a estas horas, pero no sabía adonde ir.

-Pasa, por favor.

Estela le contó que había llegado a casa y Andrés, su esposo, estaba como loco. Habían discutido y ella había decidido coger algo de ropa y marcharse.

-He llamado a Tania pero tenía teléfono apagado y ayer la noté como enfadada conmigo.

-No te preocupes, puedes quedarte aquí.

-Cree que hice bien en irme? Estaba asustada, nunca viera a mi Andrés así.

-Has hecho bien, mañana cuando esté mas tranquilo, podréis hablar como personas adultas que sois.

-Gracias por dejarme dormir aquí.

-No pasa nada, dormiré aquí en el sofá, tu vete a mi cama.

-No por favor, me sentiría aún peor si por mi culpa tiene que dormir aquí. Quiere que durmamos juntos en su cama?

-Estela eso depende de ti. Quieres que durmamos juntos?

-Ahora al pensarlo si que quiero.

Se fueron para la habitación juntos. Él se metió en la cama, normalmente dormía desnudo pero se dejó con la camiseta y el bóxer que se había puesto para abrir la puerta. Vio como ella se desnudaba. Lo miró con cierta timidez cuando se bajó las braguitas quedando totalmente desnuda. Enseguida se metió bajo la sabana y lo abrazó agradecida.

-Hacia mucho tiempo que no estaba abrazada así con alguien para dormir.

-A tu esposo no lo abrazas?

-No, si lo abrazo él enseguida quiere follarme y me siento utilizada.

-Tranquila, yo no soy como tu esposo.

-Usted quiere follarme?

-Eres una mujer hermosa Estela, cualquier hombre desearía hacerlo contigo -sentir los pechos de esa chica apoyados en su torso lo estaban excitando mucho, pero nunca haría nada que pudiera hacerla sentir mal.

-Hoy me gustó muchísimo lo que me hizo -la mano de Estela acariciaba los vellos del pecho de él. Sentía los latidos del corazón de Braulio muy agitados -Está nervioso?

-Si te soy sincero si lo estoy. -la mano de ella estaba descendiendo muy despacio por su estómago.

-Yo también lo estoy. -su mano se introdujo por el elástico de la ropa interior masculina y se encontró con el sexo erecto. Gimió al sentir lo excitado que estaba ese señor con ella -Está muy dura.

-Me excitas mucho Estela.

Se besaron con deseo mientras se acariciaban. Para Estela era la primera vez que acariciaba a un hombre mayor como Braulio y le resultaba emocionante y muy excitante. Él le besó los pechos, estaban muy duros y ella mientras sentía esos besos lo masturbaba con cariño. Fue ella quien lo desnudó y la que dio el paso de pedirle que se pusiera sobre ella. Él dio el paso de penetrarla y moverse sobre ella llevándola a alcanzar varios orgasmos. Hacia mucho tiempo que no se corría siendo follada y lo miraba feliz. Los orgasmos de aquella joven eran intensos, su coño se descontrolaba y se contraía internamente de una manera deliciosa. Sentía en su polla cada contracción y lo hizo correrse dentro de ella. Le fascinó estar eyaculando y sentir la mano de ella en sus testículos agarrándolos con cariño.

Por la mañana se despertó abrazado a ella. Sus manos sobre aquellos pechos que demostraban su excitación por sentirse de nuevo importantes para alguien, su sexo apoyado sobre aquellas nalgas perfectas. Estaba muy excitado de despertar con aquella joven a su lado.

Estela se estaba despertando y sintió su sexo humedecerse. Se dio cuenta de donde estaba. No era su cama y aquel hombre que la abrazaba con tanto deseo no era su marido. Deseó sentirlo de nuevo dentro de ella y con su mano se lo hizo saber al llevarla hacia atrás y colocarla en su entrada. Él empujó con ternura, una ternura que se volvió ansia y esa ansia se volvió placer. Cada embestida era acompañada de un gemido intenso y escucharla le hacía penetrarla cada vez mas fuerte. Follaron como animales en celo. Estela quedó exhausta después de que ese hombre la hiciera correrse varias veces.

-Buenos días -ella lo abrazó, estaba sudorosa y su piel morena brillaba -esto si que es empezar el día bien.

-Buenos días. Que tal has descansado?

-De maravilla

Estuvieron hablando y dándose muestras de cariño mucho tiempo. Braulio estaba feliz pero no podía evitar pensar en Tania y como se tomaría que su amiga hubiera pasado la noche en casa, en su sitio donde sentirse libre.

Al encender el teléfono se asustó tenía cuatro llamadas de Estela y habían sido de madrugada. Al instante le llegaron varios mensajes de WhatsApp, eran de ella, le decía que había discutido con Andrés y se había ido de casa. Donde estaría? Decidió llamarla. No soportaba la idea de pensar que su amiga estaba mal.

-Acabo de encender el teléfono. Estás bien? Que ha pasado? -un torbellino de preguntas con voz nerviosa delataba su preocupación.

-Estoy bien cariño, es que te llamé y estaba apagado el teléfono.

-Donde estás cielo? Vente para aquí por favor.

-Estoy en casa de Braulio, no sabía a donde ir.

-De Braulio?

-Si. Puedes venir? Necesito verte cari.

-Claro, me pongo algo y voy para ahí.

Se puso algo rápido y salió de casa y cuando se vieron no pudieron evitar abrazarse. Estela lloraba abrazada a su amiga. Para Tania era una sensación extraña pensar que su amiga había dormido allí, pero lo único que le importaba en ese momento era que Estela estuviera bien.

Cuando se separaron Tania miró a Braulio y vio su cara de preocupación. No pudo evitar abrazarlo a él también ante la mirada de sorpresa de su amiga. Estela se dio cuenta que aquel abrazo era especial y no un simple abrazo entre vecinos.

Braulio las hizo sentar en el sofá y les trajo café. Su amiga les contó con detalle todo lo sucedido en casa con Andrés. Su miedo de verlo así, su desesperación por no saber que hacer, su rabia de sentir que su matrimonio podía irse a pique a pesar de quererse tanto.

Estuvo una hora narrando todo y desahogándose. Cuando terminó miró a su amiga y a Braulio y tenía que decir aquello.

-No sabía que Braulio y tu estabais juntos. Ahora entiendo que estuvieras celosa conmigo.

-Estela… -Tania se había puesto muy colorada -No estamos juntos. Es difícil de explicar.

-Me lo podéis contar? Sabes que puedes confiar en mi.

-Cuénteselo usted por favor. A mi me da vergüenza.

Braulio le contó lo de su estudio sobre los sentidos y como había surgido aquella relación tan especial con su amiga.

-Y también follais? -Estela como siempre tan directa con sus comentarios se lo preguntó a su amiga.

-Tía que bruta eres!!

-Eso es un si, verdad? -su amiga solo pudo afirmar con la cabeza -Tonta no te pongas roja, Braulio es un cielo de hombre y es normal.

-Me vais a sonrojar a mi -Braulio sentía felicidad de ver como aquellas dos amigas podían entenderse hablando las cosas pero a la vez también estaba avergonzado.

-Pero tu con Rodrigo estás bien, no?

-Si, estoy en el mejor momento de nuestra vida juntos. Esto no tiene nada que ver con él, como dice Braulio es mi sexualidad y desde que empezó todo, el sexo con Rodrigo es mucho mejor.

-Que alegría me acabas de dar -emocionada abrazó a su amiga -Pensé que igual estabas mal con tu marido.

Con la aprobación de los tres decidieron que Estela se quedaría en casa de Braulio una temporada hasta que se arreglara su problema con Andrés. Al principio ella no quería por no interferir en las vidas de su amiga y Braulio pero ellos insistieron.

-Te prometo que este sitio seguirá siendo el lugar donde sentirte libre y cuando necesites estar a solas con Braulio yo me iré a dar una vuelta. Vale?

-Vale -escuchar eso la hacía enrojecer -Gracias.

Aquella mañana la vida de los tres había dado un giro inesperado.

Tania miraba a Braulio y a Estela. Aquellas dos personas habían cambiado su sexualidad por completo. Habían hecho que su cuerpo estuviera revolucionado todo el día. Los miraba ahora, juntos bajo el mismo techo y era extraño. Se preguntaba si habrían follado esa noche. Estela le habría chupado la polla alguna vez a Braulio? Y si lo había hecho, le gustaría tanto su sabor como a ella? Sentada en el sofá estaba distraída con esos pensamientos que la abrumaban.

Estela había ido a la habitación a cambiar la cama y Braulio se sentó a su lado en el sofá. Le acaricio la cara con cariño.

-Que tal estás? -necesitaba saber como se sentía después de todo aquello -Que pensabas tan concentrada?

-Pensaba en todo esto y por una parte estoy feliz. Después de mi marido sois las personas mas importantes en mi vida.

-Y por la otra parte?

-Estoy como avergonzada de que Estela sepa lo nuestro. Y además no se si seré capaz de sentirme libre con ella aquí. Sería una situación muy extraña.

-Debes intentarlo cariño -la mano de Braulio acariciaba su pierna con delicadeza -Ahora mismo que te gustaría?

-Ahora mismo?

-Si

-Pues… -con su dedo señaló entre sus piernas con timidez.

-Ya te has olvidado que debes decirme las cosas que desees?

-Me gustaría… -miró hacia la habitación por si la escuchaba su amiga -Que me lamiera el coño pero está ella por casa.

-Espera -Braulio se levantó y le escuchó hablar con su amiga y cerró la puerta al terminar. Volvió a su lado enseguida -Así mejor?

-Si, gracias.

Braulio se arrodilló frente al sofá y le quitó las bragas. Ella no podía evitar mirar hacia la puerta cerrada mientras separaba sus piernas y las subía al sofá quedando totalmente abierta para recibir aquel placer. Sentir como aquel señor le estaba comiendo el coño con su amiga al otro lado de la puerta era una sensación extraña, le daba morbo pero también reparo. Se tapaba la boca con la mano para que los gemidos no se escucharan mas allá del salón. Se corrió enseguida, aquel hombre le comía el coño como nunca nadie lo había hecho.

Cuando estuvo relajada Braulio le puso de nuevo las bragas y le besó la boca antes de ir a abrir de nuevo la puerta de la habitación. Estela apareció al poco rato y se acercó a ella.

-Gracias por no molestarte que me quede aquí cariño -y esta vez el beso en la boca fue de su amiga. -Te quiero mucho.

-Y yo a ti cielo.

Ese día Estela recibió muchas llamadas de Andrés pero ella no le contestó. También llamó a Tania, preguntándole por su mujer y rogándole que la convenciera para volver a casa que estaba muy arrepentido. La decisión de Estela estaba tomada y no pensaba volver a su casa tan pronto, aquello le serviría de escarmiento.

Era muy raro para Tania ver a su amiga en casa de su vecino. Esa tarde la invitaron a merendar y aprovechando que Rodrigo no estaba aceptó. Estela estaba feliz como hacía mucho tiempo que no lo estaba. Se sentía querida, valorada, admirada, tanto por Braulio como por su amiga.

-Puedo hacer una cosa que llevo años sin hacer? Con vosotros me siento cómoda.

-Claro. -respondieron a la vez Braulio y Tania y eso les hizo sonreír a los tres.

-Ahora vengo -desapareció tras la puerta de la habitación.

Cuando volvió a aparecer vestía solo una camiseta que dejaba claro que no llevaba sujetador, pues transparentaba por completo sus pezones grandes y oscuros, y por debajo estaba con un minúsculo tanguita. Tanto Braulio como Tania la miraron fascinados pues su cuerpo era espectacular.

-Os gusta? -se giró sobre si misma para mostrarles su cuerpo.

-Estás preciosa cariño. Verdad que está preciosa Braulio?

-Si, está preciosa.

-Que culazo tienes tía!!

-Me encanta como miráis mi culo. Se siente muy querido por vosotros.

-A mi me gusta que nos lo dejes ver -Tania se sorprendía de decirle eso y mas con Braulio alli delante.

-Es tuyo cielo, bueno y de Braulio también si tu quieres.

-Será de los dos entonces.

-Y el tuyo? -Estela le dio una pequeña palmada en el culo a su amiga.

-El mío no es tan bonito como el tuyo.

-Serás tonta! -se acercó a ella y le levantó la camiseta para mostrárselo a Braulio -verdad que su culo es precioso?

-Lo es.

Se creyó morir de vergüenza al sentir que su amiga le estaba acariciando las nalgas delante de él. Sabía como acariciarla y enseguida sintió que estaba excitada. Cuando Estela le agarró las manos y las puso sobre su culo todas sus fuerzas por no caer en la tentación se esfumaron.

-Tía aquí no por favor -estar haciendo eso con su amiga delante de Braulio le daba reparo.

-Vamos a la cama -la llevó de la mano hacia la habitación.

En la habitación se desnudaron con prisa, las dos deseaban estar juntas de nuevo. Estela besó cada centímetro del cuerpo de su amiga haciéndola gemir. Ella hizo lo mismo con su amiga. Besó y chupo sus pechos, sus nalgas, su culo, su coño. Estaban muy cachondas. Cuando Estela le empezó a comer el coño gimió y se dio cuenta que habían dejado la puerta abierta. Se tapó la boca con la mano.

El placer era indescriptible cuando su amiga entrelazó las piernas con las suyas juntando sus vaginas. Estaban empapadas y resbalaban una sobre la otra. Se iban a correr juntas. No pudo evitar tapar su cara cuando vio que Braulio, desde la puerta, estaba mirando como estallaba de placer gracias a su amiga.

Estela se dio cuenta de lo que pasaba y también se avergonzó. Estaban temblando y se tumbó sobre su amiga para ocultar su rostro sonrojado.

-Ha sido hermoso -Braulio se había acercado a la cama y acariciaba sus cabellos -Sois dos amigas que os queréis y os gusta daros cariño. Por hacer eso no debéis sentir vergüenza. Gracias por permitirme ver algo tan bonito.

-Le ha gustado vernos? – la voz de Braulio las tranquilizaba.

-Muchísimo. Hay algo mas excitante que ver a dos bellezas como vosotras dándose placer? – estirando el brazo cogió una toallita húmeda de la mesilla de noche y comenzó a limpiar con ella sus coños. Las dos suspiraron al sentir aquel contacto tan tierno.

-No por favor. Mi coño está muy sensible. -Estela gemía al sentirse limpiada por él.

-Y el mío -Tania se estremecía cada vez que su coño sentía aquella toallita húmeda.

-Disfrutar como os merecéis.

Se quedaron abrazadas sintiendo como las empezaba a masturbar con delicadeza. Sus coños pegados y las caricias de ese hombre las hacia excitar muchísimo. Ellas se besaban y frotaban sus tetas.

Cuando Estela sintió que Braulio le acariciaba el ano gimió alto y se puso colorada.

--Que te hizo? -Tania con curiosidad le preguntó al oído a su amiga -Te pusiste colorada.

-Nada -otro gemido mas intenso se escapó de su garganta cuando sintió que las manos de ese hombre le abrían las nalgas y le besaba entre ellas.

-Dímelo porfa.

-Me está besando entre las nalgas tía.

-Y eso te gusta?

-Muchísimo, es la primera vez -casi no podía hablar. -Me voy a correr cariño.

-Córrete cielo -Tania llevo su mano entre las piernas de ambas y comenzó a masturbar a su amiga.

-Tía me estáis volviendo loca -comenzó a temblar muchísimo. La lengua de Braulio en su ano y la mano de su amiga en el coño la estaban llevando a un placer inigualable.

Tania sintió como su amiga se estaba corriendo, y tuvo que abrazarla pues temblaba muchísimo. Se asustó un poco al ver los ojos en blanco de Estela pero enseguida supo que era porque estaba sintiendo un orgasmo demasiado intenso. La llenó de besos en la cara y la boca para calmarla.

-Joder tía -estaba jadeante y sudorosa -Me habéis hecho sentir un orgasmo bestial.

-Yo también quiero -Tania sintió que ahora la boca de Braulio estaba en su coño -Me está lamiendo.

-El culo?

-Nooooo -solo pensarlo le dio vergüenza -El coño.

-Y no te gustaría en el culo? Te juro que es alucinante.

-Pero me da vergüenza.

Siguieron besándose y Tania gemía al sentir la lengua de Braulio por su coño. Estela la hizo girar y ponerse ahora ella debajo de su amiga. La abrazó y mientras la besaba acariciaba sus nalgas. Tania sintió las manos de su amiga abriéndolas.

-Cariño te voy a matar.

Al separar sus nalgas tanto, Tania entendió que su amiga le estaba ofreciendo su ano a Braulio y éste entendió el mensaje. Sentir el dedo de ese hombre acariciar su ano la hizo taparse la cara y gimió. Era una sensación extraña pero muy placentera. Gimió cuando sintió un tierno beso en esa parte de su cuerpo que tanta vergüenza le daba. Le estaba pasando la lengua por él y le daba placer. Sus gemidos se hicieron mas intensos.

-Mírame cariño

-Es que me da corte tía.

-Te gusta?

-Si, mucho.

Tania se corrió mientras su amiga le apartaba las manos de la cara. Tembló como pocas veces lo había hecho. Aquel señor la había hecho sentir un orgasmo, lamiendo y chupando su ano mientras la masturbaba, como solo él y su amiga sabían hacerlo.

Quedaron exhaustas, abrazadas, felices de poder compartir aquel placer juntas. Tania pensaba que era extraño, las dos habían gozado muchísimo y había sido con un hombre que no era ninguno de sus maridos.

Se fue de aquella casa y era tarde. Sintió algo de envidia al despedirse de su amiga y saber que ella iba a dormir con Braulio esa noche y estaba segura que follarian de nuevo. Pensó en Rodrigo. Por lo menos yo voy a dormir con el hombre que amo y Estela no, pensó como consuelo.

En casa se dio una ducha antes de que llegara su esposo. Necesitaba borrar cualquier vestigio del placer que había sentido en la casa de al lado. Al enjabonarse se dio cuenta que aún tenia el ano muy sensible. Como sería que me hiciera lo mismo Rodrigo? El nunca se lo había lamido y pensar en pedirle que lo hiciera le dio reparo.

Por la noche, en cama con su esposo, estuvieron follando. No podía evitar pensar en su amiga y en Braulio y eso le hizo tener mas orgasmos de lo normal. Se sentía culpable pero viendo a su esposo feliz, ella también lo era. Abrazada a su esposo ya dormido, una pregunta martilleaba su cabeza. El sexo puede hacer enamorarse de alguien? Puede el sexo dominar la vida de una persona?

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