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Los cinco sentidos (octavo capítulo)

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En cuanto escuchó que su marido se marchaba a trabajar se levantó y se dio una ducha. Con sigilo para no ser vista por ningún vecino y que Braulio no la escuchara, se acercó al lateral donde estaba escondida la llave y la cogió. Sintió que se excitó al tener esa llave en la mano. Entró en la casa, estaba todo a oscuras y solo se escuchaba la respiración de su vecino que aún dormía. Se desnudó en el salón. Al acercarse a la habitación, gracias a la penumbra, vio a Braulio y sintió que se alegraba mucho de poder volver a estar a solas con él. Su cuerpo también estaba contento de verlo pues sintió como sus pezones se endurecían mucho y su vagina la notaba empapada. Se metió en la cama despacio. Tumbado boca abajo, su vecino dormía plácidamente, estaba totalmente desnudo. Le gustaba mirarlo, aunque hubiera preferido que entrara mas claridad por la persiana apenas abierta. Acostada de lado lo miraba y acercó su mano y acaricio muy levemente sus hombros, su espalda. Le acarició las nalgas, y sintió que Braulio movía su cabeza un momento pero siguió durmiendo. Tania introdujo la mano entre los muslos de él y muy suavemente abarcó sus testículos y cerró la mano. Le excitaba tener los testículos de ese hombre en su mano.

Braulio dormía y sintió una agradable sensación entre sus muslos. Soñaba que le estaban masajeando los huevos y sentía placer. En su sueño no podía ver la cara de la masajista pero su mano era suave y pequeña. Se puso muy cachondo cuando esa masajista le estaba besando las nalgas y los genitales. Pasaba su lengua por ellos. Aquella sensación tan placentera era muy real. Abrió los ojos sorprendido y comprendió que su sueño no era tal sino que sus testículos estaban siendo lamidos de verdad. Su polla se puso dura por completo. Gimió cuando aquella mano agarro su sexo y lo movió lentamente.

-Buenos días dormilón -su lengua seguía lamiendo entre palabra y palabra.

-Buenos días joven -su voz grave delataba su excitación.

-Me desperté y pensé que me apetecía desayunar esto.

-Me vas a matar cariño

-Si pero de placer. No quiere? -con un gesto lo obligó a girarse y quedar boca arriba. Se metió la polla en la boca y la chupó con deseo -Es que está tan rica su polla.

-Me alegra que te gusta cielo.

-Muchísimo. Porfa encienda la luz, quiero verla. -satisfaciendo su deseo, estiró el brazo y encendió la luz. Ella miraba su polla y sus testículos -Me excita mucho mirarle la polla así dura.

-Tu haces que se ponga así siempre.

-Siempre? -Tania se sentó sobre su estómago. Con su mano abrió su vagina para mostrarle como estaba -Mi vagina está empapada siempre por su culpa.

-Si, siempre se me pone dura contigo.

-Cuando caminamos también? -se movía sobre su cuerpo frotándose contra su barriga. -Cuando vamos a caminar va excitado?

-Si, cada vez que te veo, sea la situación que sea, me empalmo.

-Y le gusta que le pase eso? -se dejó ir hacia atrás un poco y ahora se frotaba contra la polla. Estaba muy excitada.

-Si, aunque a veces me da reparo que me pase eso.

-Cuando le da reparo empalmarse por mi culpa?

-Por ejemplo cuando está tu marido delante.

-Cuando está Rodrigo conmigo también se pone dura?

-Si, ya te he dicho que siempre que te veo me empalmo.

-A mi me gusta que se le ponga dura siempre por mi culpa. Y sabe? A veces cuando estoy con mi marido en el jardín también me mojo al mirarle a usted. Se que no le gusta que mezcle el amor por mi esposo con usted y no debería decirle estas cosas.

-Debes decirme todo. Lo que sientas, lo que desees, aquí eres libre cariño.

-Todo?

-Si. Todo.

-Entonces lo diré todo -se dejó caer sobre el pecho de él y acercó su boca al oído -Quiero que me folle señor Braulio -dándole un beso en la mejilla se echó a un lado y abrió sus piernas mucho -Porfa métame la polla.

-Quieres que te folle? -el de rodillas entre las piernas de ella acariciaba su coño con su polla, estaba empapada.

-Si por favor. Deseo que me folle.

-Estás empapada cariño -su glande resbaló y lo dejó dentro.

-Mas, métala mas -lo miraba con cara suplicante, cara de placer y de desesperación.

-Quieres un poco mas de mi polla dentro de ti?

-Si por favor.

-Cuanto mas quieres que la meta? Debes decírmelo todo.

-Toda, la quiero toda dentro -al escuchar decirle eso, se la metió toda de golpe arrancando un gemido fuerte de ella -Siii. Gracias por follarme.

Comenzó a follarla fuerte, los dos gemían excitados. El placer era intenso. Las manos de ella abrazaban su cuello y lo atraía. Lo besó con pasión gimiendo en su boca con cada embestida. Su coño se deshacía de gusto. Braulio besó su boca, su cuello, sus pechos. Chupó sus pezones que estaban grandes y duros.

-Me gusta como me folla. Lo deseaba.

-Deseabas que te follara? -el seguía follándola fuerte, profundo

-Siii. Deseaba que me follara -se sorprendía de decirle esas cosas tan abiertamente -Lo deseaba mucho.

-Desde cuando deseabas que te follara?

-Es que me da reparo.

-Debes decirlo todo joven. Nunca lo olvides.

-Desde el día que le mostré mi monte de venus en el banco sentados -gimió al sentir como aquella polla la follaba fuerte -al ver su erección bajo el pantalón desee que me follara algún día.

-Eso fue el segundo día de caminar juntos.

-Lo sé, por eso me daba vergüenza decirlo. – el cuerpo de Tania volvía a temblar en un nuevo orgasmo -Me corro otra vez Braulio.

-Córrete Tania

-Acérquese a mi -cuando la abrazó sintió como la vagina de esa joven comenzó a expulsar chorritos, se estaba corriendo, temblando, abrazada a él -A veces cuando follo con mi marido pienso en usted.

-Vas a hacer que me corra con lo que me dices Tania.

-Es la verdad. Mi marido me folla y cierro los ojos y pienso que es usted quien lo hace – al escucharla él se ponía cachondo y se movía rápido. Los dos gemían por el placer tan grande que sentían.

-Sigue, dilo todo.

-Y cuando pienso que es usted tengo los orgasmos mas intensos. – estaban a punto de correrse -Me gusta mas su polla que la de mi marido. -confesar eso la puso muy cachonda -Me corro otra vez. Me encanta su polla.

Ambos comenzaron a temblar y se abrazaron fuerte. Se besaron muy profundo, mezclando sus salivas. El orgasmo los alcanzó cuando literalmente se comían uno la boca del otro. Tania pudo sentir perfectamente, en su coño sensible, como ese hombre se vaciaba dentro de ella.

Se quedaron abrazados mucho tiempo. Tania le contó que había quedado con Estela para comer pero que vendría temprano, por lo que decidieron que esa mañana no iría a caminar.

-Como encuentras a tu amiga desde que viene a la terapia?

-Está mucho mas contenta -al hablar de su amiga recordó las marcas que Braulio le había dejado en las nalgas -Se que usted me hizo prometerle que no le preguntaría cosas sobre la terapia pero que Estela podría contarme lo que ella quisiera.

-Así es, ella si quiere puede contarte lo que quiera. Yo no te contaré nada por respeto a ella y su privacidad, como tampoco jamás contaría nada de lo que hacemos tu y yo.

-Gracias, es usted muy bueno conmigo -ella estaba apoyada en el pecho de él y este le acariciaba el pelo y la espalda -Ayer Estela me contó lo de su culete, nos íbamos a cambiar y vi las marcas en sus nalgas. Pensé que fuera Andrés quien le había pegado y le pregunté y me contó que fue usted.

-Si Tania, fui yo.

-Pero le pegó muy fuerte, tenia el culo colorado.

-Le pegué con la fuerza que ella necesitaba, comprendo que es difícil de entender para ti.

-Pero no le dolía?

-Claro que le dolía pero hay mujeres que ese dolor las excita y llega un momento que el dolor desaparece y se convierte en placer.

-Eso me dijo ella, que se excitaba al pegarse. -aquello le daba curiosidad -Si alguna vez se lo pido, usted me pegaría?

-Todo lo que desees lo haré cariño, aunque te confieso que me resultará difícil al principio.

-Gracias -le dio un beso en el pecho – ahora tendré que irme. No quiero que mi amiga me vea salir de su casa.

-Si, será mejor.

-Ah! Estela me dijo que le había dicho que las sesiones serían mas cortas – se estaba vistiendo y el la miraba fascinado -Gracias! -se acercó a la cama y le dio un beso en la boca. Lo inesperado de ese beso lo hizo excitar y ella vio como el miembro viril se puso duro enseguida. Con su mano lo agarró y lo comenzó a masturbar -Me encanta su polla y como se pone.

Deseó sentirla en su boca y sin decir, ni preguntar nada, se acercó a ella y la chupó con deseo. Se sintió feliz cuando aquel hombre eyaculó en su boca.

-No pude evitarlo -su cara de niña traviesa le encantó -ahora si que me voy.

-Regresa cuando quieras cielo.

-Claro, este es mi sitio donde me siento libre -se fue y él la miró caminar moviendo sus caderas exageradamente -No me mire así que sino me dan ganas de quedarme.

Devolvió la llave a su escondite, cualquiera que pudiera verla en ese momento, vería que estaba feliz, sonriendo, por fin ese hombre la había follado y le había encantado como lo había hecho.

Ya en casa se dio una ducha y recogió un poco el salón y la cocina. Cada poco tiempo miraba el reloj, estaba deseando que llegara su amiga y no le daba pasado el tiempo.

Cuando llegó se dieron un abrazo, las dos estaban nerviosas y algo avergonzadas por lo que estaban sintiendo.

-No pude venir antes cari. Que tal estás?

-Bien, bueno un poco nerviosa -se apartó de ella un poco para verla como iba vestida -Tía estás guapísima -llevaba unos leguins negros que se ajustaban totalmente a sus piernas y sus nalgas. Por arriba llevaba una camiseta blanca que realzaba su pecho con un ligero escote.

-Tengo que superar mi trauma con la ropa y pensé que te gustaría. Tu también estás muy guapa.-Tania se había puesto solo una camiseta larga que llegaba a medio muslo y una braguita azul de encajes.

-Claro. Me encanta -agarrando la mano de su amiga la hizo girar – Tienes un culo perfecto cabrona. -sin darse cuenta le dio una palmada en las nalgas.

-Ay!! -se apartó pues aún tenia el culo dolorido.

-Perdón, perdón. No me di cuenta -la abrazó y su boca buscó la de su amiga fundiéndose en un beso húmedo -Te duelen mucho?

-Un poco.

-Ven, vamos a la habitación. Quieres?

-Pensé que no me lo ibas a decir nunca.

-Tonta, es que me daba corte decírtelo.

Se fueron de la mano juntas a la habitación. Se quedaron de pie abrazadas y besándose cada vez con mas pasión. Sus respiraciones agitadas delataban lo que estaban sintiendo. Tania no tardó en poner sus manos sobre las nalgas de su amiga, era extraño pero el culo de su amiga le gustaba mucho.

-Me encanta tu culo tía.

-Es tuyo siempre que lo trates bien.

-Es mío?

-Si.

-Entonces fuera esto -se agachó detrás de ella y la descalzó, le quitó el pantalón. Tener aquel culo que tanto le gustaba delante de su cara la hizo excitar. Vio que aún tenia marcas de los dedos de Braulio y acercando sus labios besó sobre éstas. Estela se estremeció cuando la lengua de su amiga lamió sus glúteos-Saben muy rico tus nalgas.

-Te gusta su sabor? -Estela se sentía avergonzada al notar que aquello la estaba haciendo mojar mucho su coño.

-Mucho – pasó la lengua por cada nalga desde donde terminan hasta la espalda. Cuando le quitó la braga sintió sus mejillas encenderse al ver de cerca el coño y el ano de su amiga y sentir que deseaba pasar la lengua por ellos. -Puedo?

-Haz lo que quieras tía. Me gusta como me haces sentir.

Tania agarró las nalgas y las separó. Estela gimió cuando sintió la lengua de su amiga pasar entre sus nalgas y sentir que le lamía el ano.

-Que vergüenza cari!!

-Te gusta sentir mi lengua ahí?

-Si, mucho. Y a ti hacerlo?

-Me encanta -y hundió su cara entre las nalgas para lamer y chupar aquel agujerito que tanto le gustaba.

Estela casi pierde el equilibrio cuando sintió que su amiga le estaba lamiendo el coño. Tuvo que apoyarse en la cama y no podía aguantar sin gemir de manera escandalosa. Su amiga le estaba comiendo el coño y lo hacía de manera muy apasionada.

-Dios! Me vas a hacer correrme cariño.

Escuchar eso hizo que Tania siguiera haciéndolo con mas deseo, estaba muy excitada dándole placer a su amiga. Gimió de excitación cuando sintió que ese primer coño que lamia comenzó a eyacular y ella intentaba tragarse todo aquel delicioso liquido que expulsaba en pequeños chorros.

Cuando se recuperó del intenso orgasmo se giró y ayudó a levantarse a su amiga. Se miraron con las mejillas coloradas. Tania tenía la barbilla mojada por su corrida y ella la limpió con agradecimiento.

-Te he mojado cariño. Dios que placer me has dado mi niña. – la besaba y buscó el borde de la camiseta para quitársela. Tania estaba ahora solo con las bragas -Es que mira que eres bonita, eh! – con mucha delicadeza le acarició los pechos y sus dedos rozaban sus pezones que estaban totalmente duros.

-Te gustan mis tetas?

-Si me gustan? -acercó su boca a los pechos y los besó con curiosidad, con deseo -Me encantan cielo.

-A mi me gustan las tuyas -deseó ver las tetas de su amiga y de manera rápida le quitó la camiseta y el sujetador para tocárselas -Me dejarás tocártelas siempre?

-Siempre que quieras podrás tocármelas. Tía me pones mucho.

-Y tu a mi.

Se alternaban para besarse las tetas y chuparse los pezones. Estela le quitó las bragas y la hizo tumbarse en la cama. Tania se moría de placer cuando sintió como su amiga le acarició el coño a la vez que le daba pequeños mordiscos en los pezones.

-Puedo lamerte yo el chochito?

-Haz lo que desees. Es tuyo.

-Espero hacerlo bien cariño, nunca hice esto -Estela besó y lamió entre sus piernas -Te gusta?

-Sii, sigue por favor.

Su amiga lamió su coño y lo chupó con maestría, la hacía retorcerse de placer. Le gustaba acariciar el pelo de Estela mientras le comía el sexo por completo.

-Entonces te gustan mis tetas?

-Me encantan cariño.

-Entonces siéntelas cariño -puso una de sus tetas contra la vagina y comenzó a moverla, el pezón duro se restregaba por su clítoris.

-Me corro cielo. Que sensación, me vuelve loca. -Su cuerpo comenzó a temblar y se corrió contra aquella teta tan suave.

-Mira -se puso a su altura y le mostró el pecho totalmente mojado -Lo quieres?

-Si por favor -Tania lamió y chupó, aquella teta sabía a su coño, a su placer.

-Que bien la chupas cielo.

Tuvieron varios orgasmos mas lamiéndose, frotando sus coños entre si, metiéndose los dedos.

-Esto es increíble mi niña -estaban abrazadas, desnudas -Nos estaremos volviendo lesbianas?

-Como mucho bisexuales aunque no creo. A mi no me gustan las mujeres, solo tu Estela.

-A mi tampoco me gustan las mujeres, pero tu me pones muy cachonda tía.

-Y tu a mi. Nunca pensé que me pasaría esto.

-Ni yo lo había imaginado nunca.

Cuando llegó la hora de comer lo hicieron desnudas. Les gustaba mirarse y de vez en cuando se besaban o daban caricias llenas de cariño.

-Me ha gustado mucho todo contigo hoy -Estela estaba vistiéndose pues eran las cuatro menos cuarto -Cuando volvemos a quedar?

-Cuando quieras sabes que normalmente estoy en casa, bueno por las mañanas voy a caminar.

-Sigues yendo a caminar con Braulio?

-Si, casi todos los días. -Tania tenía miedo o vergüenza de que su amiga notara algo.

-Te pusiste colorada. Tenías razón cuando me decías que ese señor es diferente.

-Si lo es. Te gusta Braulio?

-Gustarme? Nooo. Podría ser casi nuestro abuelo pero tiene algo que fascina, no se explicarlo. Verdad?

-Si, es eso que dices tú.

-Anda que si Rodrigo o mi Andrés nos escucharan…

-Calla, calla. Nos matarían.

-Pues si. Cuando salga de la sesión te gustaría volver a tomar el sol como el otro día?

-Como el otro día?

-Si, cuando dejamos que tu vecino nos viera juntas en biquini. Me dijiste que te gustaba la sensación de que te viera. A mi me gustó hacerlo.

-Si me gusta esa sensación.

-Entonces quedamos después?

-Vale.

-Entonces luego nos vemos. Chao cariño, voy a llegar tarde.

-Chao cielo.

Cuando Braulio le abrió la puerta la vio risueña, feliz. Se apartó invitándola a pasar y no pasó desapercibido para él que esa tarde llevaba esos pantalones que tanta vergüenza le daba ponerse. Se dio cuenta que tenía razón y su culo llamaba la atención con ellos puestos.

-Que tal estás? Como ha ido la comida con tu amiga?

-Muy bien, es que Tania es adorable. La quiero muchísimo. Luego al terminar quedé en volver a su casa para tomar el sol juntas -quería que él lo supiera para que así saliera a verlas.

-Veo que te has atrevido a ponerte leguins.

-Si, otras veces los ponía pero con camisetas mas largas para tapar. Ya sabe.

-Lo se, para tapar el culo.

-Si -le gustaba que ese hombre hablara con claridad, sin tapujos, cosa que a ella aún le costaba algo -Gracias a usted estoy superando esa vergüenza.

-Me alegra que sea así Estela. Te sientes feliz de estar superando esa vergüenza?

-Si, es como estar descubriendo una persona diferente que llevaba dentro.

-Es que en eso consiste, muchas veces bloqueamos nuestro verdadero yo por inseguridades y es necesario superar esos bloqueos.

Como en todas las sesiones, Estela se descalzó y se tumbó en el sofá con los pies sobre los muslos de Braulio. Conversaron bastante rato sobre sus miedos, sus vergüenzas. Ella echaba en falta sentir las manos de ese señor masajeando sus pies. Ya no le gustaría hacerlo? Pensaba decepcionada.

-Hoy no me da masaje en los pies? -con vergüenza se atrevió a preguntárselo.

-Quieres?

-Es que me gusta mucho cuando me da masaje. A usted le gusta?

-Claro que me gusta.

-Y por qué no lo hace?

-Quiero que seas capaz de superar tu vergüenza y que tengas la confianza de pedirme lo que desees, es parte de la terapia.

-Me da un masaje en los pies?

-Por supuesto.

Se sintió feliz de volver a sentir aquellas manos en sus pies, se dio cuenta que era una sensación de necesidad el notar el contacto de piel sobre piel. Lo ocurrido apenas hacía unas horas con su amiga la había dejado muy sensible y comenzó a excitarse con el masaje. Estuvieron en silencio. Estela con los ojos cerrados disfrutando con aquellos dedos que resbalaban entre los suyos de los pies. Braulio la miraba, aquella mujer era hermosa y extremadamente sensible. Se fijó en sus rasgos exóticos, en sus pechos que debido a la respiración agitada subían y bajaban.

-Braulio… -la tierna voz de Estela era nerviosa.

-Dime.

-Quiere darme un masaje en la cama?

-Claro! Será un premio por atreverte a pedírmelo.

-Gracias.

-Ya sabes donde está el baño, ponte cómoda.

Le dio un tiempo para cambiarse mientras él se fue a la cocina. Cuando entró en la habitación lo que vio lo dejó fascinado. Aquella joven estaba tumbada boca arriba en la cama totalmente desnuda, tenía los ojos cerrados. No pudo evitar mirar su cuerpo. Tenía los pechos grandes, morenos, coronados por unos pezones oscuros que se notaba perfectamente que estaban duros, su vientre plano estaba adornado por un piercing en el ombligo, vio su pubis sin ningún vello, sus piernas eran largas.

Estela se estremeció cuando sintió el aceite derramarse por su cuerpo. Masajeó sus brazos, su cuello, su estómago. Aquellas manos evitaban entrar en contacto con sus tetas y ella en ese momento era lo que mas deseaba pues sus pezones casi le dolían de lo duros que estaban. Él la notaba inquieta.

--Que te sucede?

--Es que me duelen.

--Que es lo que te duele?

--Los pezones.

--Están totalmente duros Estela.

--Si por favor, deme masaje en las tetas.

Cuando las manos de Braulio se apoyaron en sus pechos gimió, sintió alivio en sus pezones cuando se los masajeó despacio. Estaba recibiendo su premio por ser capaz de pedírselo. Aquel hombre rodeaba con dos dedos cada uno de sus pezones y los estiraba de una manera que la volvía loca. Sentía que podría llegar a correrse solo con ese contacto en los pechos. Las manos abandonaron sus pechos y se sintió triste, ahora estaban por sus piernas. Masajeaban sus gemelos, rodillas, muslos. Se estremeció cuando sintió que le abría las piernas mucho, nunca había estado tan abierta. Sus abductores estaban tensos debido a esa postura. Gimió de placer cuando aquellas manos comenzaron a masajear sus ingles aliviándola. Estaba totalmente abierta delante de un hombre que no era su esposo. Le daba igual, estaba demasiado excitada en esos momentos. Sentía su vagina abrirse cuando las manos masajeaban hacia fuera, se cerraba cuando hacía el movimiento hacia dentro. Estela solo deseaba que ese hombre masajeara su coño pero ese hombre no lo hacia y se desesperaba.

-Por favor hágalo

-Que quieres que haga?

-Deme masaje en la vagina. Lo necesito.

Estela se retorció de placer cuando ese hombre masajeó su coño, estaba recibiendo el mejor de los premios por ser capaz de decírselo. Tenía el coño empapado pero le daba igual que ese señor notara lo cachonda que le ponían sus masajes. Empezó a temblar cuando aquellos dedos acariciaban cada fibra nerviosa de su coño. Un potente chorro salió despedido desde su coño, se estaba corriendo. Se tapó la cara con las manos al sentir que estaba eyaculando. Dos chorros, tres, un cuarto mas débil. La caricia se hizo mas suave, mas delicada, ese hombre estaba relajando su coño después de aquel orgasmo tan brutal. Le estaba cerrando las piernas, su vagina palpitaba. Estela miró entre sus dedos, pues seguía con las manos sobre su cara y vio los pantalones de aquel hombre empapados.

-Perdone, le he puesto perdido.

-Ha sido delicioso verte disfrutar de mi masaje.

-Me encantan sus masajes

Tania se despertó y vio que eran las seis de la tarde. Cuando su amiga se fue decidió echar una siesta, estaba cansada después del día que llevaba, primero follando con su vecino y después con Estela. Aún sentía en su vagina pequeñas punzadas de placer y sus pezones seguían erectos. Se dio cuenta que durante los últimos días estaba todo el tiempo excitada y eso la avergonzó un poco pero la verdad es que le gustaba esa sensación. Pensó en Rodrigo, cada día sentía que lo amaba más y el sexo con él era cada vez mas intenso. Era distinto a hacerlo con su vecino e incluso con el señor Carlos, con ellos era un sexo mas salvaje, mas morboso, los orgasmos eran mas fuertes pero pensó que era normal porque con ellos era una sensación de estar haciendo algo prohibido. No pudo evitar recordar como aquel hombre la había follado en la ducha de su casa, recordó su polla y le llamaba la atención lo grueso que tenía el glande. Las pollas de Braulio y su marido eran mas parecidas entre ellas, quitando el tamaño de los testículos, que los de su vecino eran bastante mas grandes. También pensó en Estela y en como le estaba atrayendo el cuerpo de su amiga. Sería bisexual como decía su amiga? Lo descartó enseguida porque no le atraía ninguna otra mujer, Estela si le atraía y mucho. Rememoró con reparo como le había gustado pasar su lengua por las partes mas íntimas de ella, la sensación de rodear aquellos pezones con los labios y chuparlos despacio. Estaría horas con su pezón en la boca, pensó sonriente. Se estaba excitando con todos esos pensamientos y decidió levantarse.

Se dio una ducha y se puso un biquini. Pronto llegaría su amiga y le había propuesto lo de tomar el sol juntas. La idea le gustaba aunque era arriesgada, siempre temía que Estela pudiese notar lo que Braulio provocaba en su cuerpo.

Hoy también le pegaría en las nalgas como el día anterior? La curiosidad por saber que pasaría detrás de la pared del salón era muy grande. Ojalá su amiga quisiera contarle algo.

Sonó el timbre de la puerta y Tania le abrió enseguida. Cuando Estela vio a su amiga no pudo evitar sentir algo de corte. Recordar que Braulio la había masturbado y que horas antes habían tenido sexo juntas provocaba en ella esa sensación. Se abrazaron y se dieron un beso en los labios.

-Que tal estás cariño? Te estaba esperando.

-Ya veo -se fijó que solo estaba con el biquini puesto -Pero que guapa estás cielo.

-Ven, ya te preparé un biquini. -cogió de la mano a su amiga y se la llevó a la habitación.

-Tía estás loca? -aquel biquini era pequeño, Estela levantaba la braga de éste para ver su tamaño – Con esto se me verá hasta el chochete. Acaso quieres que tu vecino me vea lo vea?

-Ya te vio el culete y hasta te pegó en él. -de nuevo su curiosidad le embargaba -nunca te vio el resto?

-No seas bicha -sus mejillas se pusieron de todos los colores.

-Uy te has puesto muy roja. Te lo vio, a que si?

-Luego te cuento.

-Venga porfa ponte este biquini -la abrazo y le dio muchos besos en ambas mejillas para convencerla.

-Me lo pongo con una condición.

-Que condición?

-Que tu también te pongas uno que te quede pequeño. Sino no.

-Eres una bruja!! -se abrazaron riendo, eran como dos niñas preparando una diablura.

Cuando salieron al jardín vieron que Braulio estaba sentado fuera de su casa. Lo saludaron con la mano. Ambas pensaban que ese señor les había hecho sentir mucho placer ese día.

Se tumbaron en una misma toalla que era extra grande, las dos entraban en ella perfectamente.

-Tía siento como el biquini se me mete por el chochete -el biquini de Estela le quedaba muy pequeño y sus nalgas quedaban totalmente al aire -estamos locas.

-El mío también se me mete -Tania se había puesto un biquini de hacía muchos años, lo tenía guardado por si alguna vez hacia falta a alguna sobrina de Rodrigo. Cuando Estela lo vio en el cajón había insistido que tenia que ponerse ese o ella no se pondría el suyo – Me tienes que contar algo. Recuerdas?

-Uy tengo poca memoria -se volvió a ruborizar – Que tengo que contarte?

-Braulio te vio el chochete?

-Si… -se tapó la cara con las manos -Estoy loca cariño.

-Cuéntame porfa.

-Es que hoy me dio un masaje -solo recordarlo su cara subía de temperatura.

-Desnuda?

-Si

-De todo?

-De todo.

-Y te gustó?

-Mucho. Por favor no seas mala y no me hagas recordarlo. -al recordarlo sentía que se estaba excitando.

-Eso es porque te gustó mucho y te excitas al recordarlo. Verdad? Te conozco muy bien cielo.

-Es inevitable. Y este biquini que se me mete no me ayuda nada eh!!

-Abre las piernas un poco -Tania también se sentía excitada y deseaba jugar un poco.

-Nooo. Me verá Braulio y me da cosa.

-Venga, no seas mala conmigo. Si en total ya te vio.

-Ya, pero no sé.

-Si las separas un poco después te doy compenso.

-Ah si? Y como lo harás?

-Antes de que te vayas -acercó su boca al oído de su amiga -te como otra vez el coño. Quieres?

-Eso no puedo perdérmelo -Tania vio como su amiga separaba las piernas.

-No las cierres eh! -Tania se incorporó un poco y giro su cara hacia el jardín de su vecino, él estaba leyendo -Braulio!

-Dime Tania -al ver hacia ellas vio a Estela con las piernas abiertas, la braga del biquini apenas se veía pues estaba dentro de aquel coño tan bonito.

-Te voy a matar -Estela le hablaba en bajo mientras escuchaba a Braulio hablar con su amiga.

-Cuando tendrá un momento para explicarme una cosa de las oposiciones? -estaba inventando una excusa para llamar su atención y que viera a su amiga así.

-Cuando quieras te acercas por casa e intentaré ayudarte.

-Ah vale, genial. Gracias! Bueno no le molesto mas.

-Nunca molestáis Tania.

-Ya. Te ha gustado? -Tania volvía a hablarle a su amiga.

-Eres la leche cariño. Menuda vergüenza me has hecho pasar.

-Aquel día me dijiste que te gustó la experiencia de que mirara tus nalgas.

-Pues ahora tú. – Estela quería que su amiga también viviera esa sensación.

-Yo? Lo que?

-Separa las piernas tu también.

-Estás loca? Se me verá todo.

-Tu me dijiste que la sensación de que tu vecino te viera las nalgas te gustaba.

-Las nalgas si pero el coño es otra cosa. -pensar que Braulio podría mirar su vagina la excitaba pero que lo hiciera delante de su amiga le ponía nerviosa.

-Si lo haces, te como yo a ti tu coño después.

-Eres una bicha. Está bien, lo haré.

Tania separó sus piernas. Con el paso de los días sabía perfectamente cuando la mirada de su vecino estaba sobre ella y ese era uno de esos momentos. Estela giró su cara para ver si era verdad que las había separado y se excitó de comprobar que así era. Su amiga también le estaba mostrando su vagina a ese señor y se sintió mojada con la sensación de estar así, las dos juntas, enseñándole sus coños.

-Te gusta que te lo esté mirando? -Estela sentía curiosidad por lo que estaría sintiendo su amiga.

-Me da vergüenza pero es una sensación muy fuerte.

-A mi también me gusta cariño. Siento que estoy empapada. Tu no?

-Sii. Creo que estamos mojando la toalla. Yo por lo menos.

-Si estuviéramos solas te comía el chochete aquí mismo.

-Estás loca.

-Es que me muero de ganas por hacértelo. Vamos a dentro?

-Quieres?

-Si quiero? Es lo único que deseo en estos momentos.

-Vamos?

Se levantaron y se fueron hacia la casa. Nada mas traspasar la puerta Estela la abrazó y le bajó la braguita. Vio que estaba totalmente mojada. Se agachó y comenzó a besarle el coño. Lo lamia con desesperación y deseo. Tania le acarició el pelo mientras se lo hacía.

-No pares cariño, me vas a hacer correrme – gemía muy excitada, aquella boca le daba muchísimo placer -Me encanta! -empezó a temblar y sintió como su amiga recibía en la boca su orgasmo. -Uff como me pones tía. -ayudó a ponerla de pie y fue ella la que ahora le bajó la braga -Gírate porfa.

Estela sonrió al darse cuenta que a su amiga le gustaba su culo. Feliz se giró y le ofreció sus nalgas.

--Es que me gusta demasiado -gimió al sentir como Tania besaba sus glúteos, los lamia, chupaba, los acariciaba con las dos manos. Sintió como los separaba y aquella boca se perdía entre ellos para besar y lamer su coño y su ano. -Estás empapada cielo.

-Tu me pones así cariño -cada vez gemía mas fuerte, se movía para pasar su culo por la cara de su amiga -Me voy a correr cielo -sus piernas temblaban, llevó sus manos hacia atrás para apretar la cara contra ella y empezó a correrse. -Dios que bien lo haces tía.

Se fundieron en un abrazo fuerte y se besaron saboreando sus orgasmos.

Cuando salieron al jardín, Braulio las miró feliz. Ellas no se habían dado cuenta pero había escuchado los gemidos que provenían de detrás de la puerta y le encantaba verlas así.

Se volvieron a tumbar en la toalla y se miraban con complicidad. Tania se dio cuenta que su amiga estaba con las piernas separadas sin habérselo pedido, ahora estaba mostrándole el coño a su vecino por voluntad propia. Se sintió algo celosa de pensar que a su amiga le podía gustar Braulio. Y a Braulio le podría estar gustando su amiga? Ella también separó las piernas sin decírselo a Estela.

-Estela y que tal te va con Andrés? -quería saber si su matrimonio estaba mejorando con la terapia -Nunca te pregunto y quizás necesites hablar sobre eso.

-Mi matrimonio mal cielo -su amiga se puso algo triste al hablar de ese tema -Mira que quiero a mi Andrés eh!!, pero es un tonto. Se que me quiere pero no me valora como mujer. En estos dos días me siento mas valorada como mujer, gracias a ti y a Braulio, que en los últimos años con mi marido.

-Pero no te desea? No follais?

-Llevamos semanas sin follar cariño. Mi Andrés me busca, no te vayas a pensar que no, pero soy yo la que no quiero.

-No te pone tu marido?

-Si que me pone y en la cama es un toro desbocado, pero no me gusta sentirme un trozo de carne. Ya sabes, me gustaría que me acariciara y estuviera mas pendiente de mi. -la miro con picardía-como haces tu por ejemplo cielo.

-Un toro desbocado -esa expresión le hizo gracia -estás loca cariño.

-Es que es la verdad. Hace años me ponía mucho eso. Todo el tiempo quería follarme y mira que recuperaba pronto el cabronazo. Me dejaba escocida. -recordando aquellos tiempos la tristeza era evidente en su rostro.

-Que bruta eres cariño -al ver su tristeza la abrazo -ojala os arregléis cielo.

-Ojalá cariño pero si no cambia lo veo complicado, al no tener sexo, todos los días estamos discutiendo y eso me destroza, no soporto discutir con mi Andrés. Gracias por preguntarme.

-Y en una cosa tienes razón.

-En cual?

-Que es un tonto porque estás muy buena.

-Hay mi niña, tu si que estás buena.

Se sonrojaron al darse cuenta de las cosas que se estaban diciendo después de tantos años siendo amigas.

Eran las nueve de la noche cuando Estela se fue para casa, Tania se despidió de ella y al cerrar la puerta del jardín vio que su vecino aún seguía sentado donde antes las observaba. Ella entró en casa y se puso una camiseta larga y cogió unos apuntes pues no sabía a que hora llegaría Rodrigo.

No dijo nada cuando entró en el jardín de su vecino y pasó por delante de él. El la miraba caminar hacia su casa y vio como movía su culo. Desapareció tras el umbral de la puerta y no pudo aguantar, mas que unos segundos, en levantarse de su silla y seguirla. Estaba excitado ante la idea de poder estar con su joven vecina de nuevo. Cuando cerró la puerta vio que ella lo esperaba en el salón sentada en el sofá.

Al verlo se dio cuenta que estaba excitado, su bañador estaba muy abultado y eso la hizo sentirse aún mas mojada. Se levantó yendo hacia él y lo abrazó y comenzó a besarlo buscando su boca y gimió excitada cuando ese hombre unió su lengua con la suya. Lo desnudó con prisa, con deseo. Al ver su erecto sexo se lo acarició. En ese momento sintió ganas de tener aquella polla en su boca pero necesitaba otra cosa con mas urgencia. Lo empujó hacia el sofá y cayó sentado sobre éste. Se miraron con deseo, los dos estaban muy cachondos.

Braulio la contemplaba expectante, observó como se quitaba la camiseta, como se quitaba el sujetador del biquini y se bajaba las bragas. Enseguida se acercó a él y abriendo sus piernas se subió sobre sus piernas. Ella misma agarro su duro sexo y lo dirigió hacia la abertura húmeda de su vagina. Se dejó caer sobre él y gimieron de placer al sentir como aquel miembro penetraba por completo el coño empapado. Tania se movía sobre él desesperada. Lo miraba a los ojos sin dejar de balancearse sobre él. Ella dirigía aquel acto sexual tan salvaje. Sus manos pequeñas buscaron las de él y las puso sobre sus tetas. Cada vez aquel movimiento de caderas era mas rápido. No tardó en hacerlo correrse dentro de ella. Sintió su semen regando su interior y ella comenzó a correrse sobre él. Estómago y muslos mojados por el liquido que aquel coño expulsaba con un orgasmo rápido pero igual de intenso que ese hombre siempre conseguía hacerla alcanzar.

Tania lo abrazó y volvió a besarlo para acto seguido levantarse y comenzar a ponerse el biquini. Lo miró sonriente.

-Desde esta mañana deseaba volver a follar con usted.

-Y yo contigo cariño, gracias por escaparte este ratito.

-Tengo que irme, no se a que hora llegará mi marido.

-Vete cielo, no te arriesgues.

-Hasta mañana Braulio -salió de su casa con los apuntes en la mano.

-Hasta mañana -habían pasado quince minutos desde que entraran en casa y le había hecho tener un orgasmo increíble en tan breve tiempo.

(Continuará)

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