Nuevos relatos publicados: 18

Los divorciados

  • 13
  • 16.419
  • 9,40 (5 Val.)
  • 2

Desde que me divorcié mi vida es mucho más tranquila. Estoy más seguro de mí mismo y mi autoestima uuff ni se diga ¡por los cielos!

Ahora tengo más tiempo para mí, ir al gimnasio, y sobre todo organizar la vida de mierda que mi ex esposa piensa que me dejó. Lo que ella no sabe es que me ha dejado libre de muchas cosas, pensamientos y hasta tabúes. He llegado a creer que me tenía así, solo para que nadie mas me mirara. Vida de mierda la de ella que es una gorda aburrida y nadie le hace caso.

Por ejemplo llevo quedándome calvo desde que tenía 32 años y a ella nunca le gustó la idea de que yo me rapara la cabeza. Tatuajes ni hablar, para ella eso era cosa de delincuentes y el gimnasio, allí solo van solteros a ligarse las putas que van a exhibirse con sus pantalones apretados, siempre una excusa para que yo hiciera lo que ella quería. Me repetía una y otra vez que yo tenía mucha suerte de haberla encontrado porque de lo contrario no hubiera encontrado esposa.

Aunque es dos años menor tiene la mentalidad de una abuelita de setenta y yo, por la mitad del tiempo que estuvimos juntos toleré hasta cierto punto por amor verdadero. Amor que fue muriendo poco a poco hasta terminar en un divorcio donde se quedó hasta con mi ropa cosa que le agradezco mucho porque la compraba a su gusto.

Yo soy Andy un hombre cubano emprendedor y muy “luchador” como decimos allá. Así que logré sobrepasar todo aquello y luego de algunos arreglitos he quedado como aquella casita vieja que con unos retoques y una manito de pintura queda nueva.

Ya después de tres años se van notando los cambios en mí. Mido 5”7 ni tan alto para Estados Unidos. Piel dorada por este intenso sol de Miami y la playa que me fascina literalmente. Ojos color miel claro y mandíbula sobre lo cuadrada, labios gruesos sin parecer exagerados y como ya les había hablado. Mi hermosa cabellera fue cediendo poco a poco al mal cuidado y el stress. Ahora ando rapado y con dos zafiros en mis orejas. Mi pecho ya va recuperando esa dureza que tuvo en aquella juventud de juergas y natación que tanto me gustaba. Y mis músculos volviendo a su forma original de papi sexy que volvía loca a más de una antes de conocer a la susodicha ex y madre de mis dos hijos. Por fin he logrado tener los tatuajes que tanto me han gustado. Varios de ellos en mis brazos, uno en la pierna, tobillo izquierdo, antebrazo derecho y mi ancha espalda. En fin luzco como realmente debía haber sido desde un principio si yo no hubiera aguantado tantos años de clausura social. No tengo abdomen duro, no me gusta, lo veo muy falso y además me gusta demasiado la comida. Voy al gym para hacer pesas, pecho y espalda que siempre me ha gustado. Mi ex esposa siempre tuvo una excusa para lograr que yo no hiciera ejercicios. No hay espacio me decía, mientras teníamos un inmenso guardacoches que nunca tuvo ninguno de nuestros dos carros dentro pero tampoco pude limpiar y hacer espacio para mis pesas por guardar infinidad de cajas con adornos que ella cambiaba cada estación o día festivo que se aproximaba.

Mis llanticas y mi barriguita apenas se notan ahora debido a mi ancho pecho y prominente espalda que he logrado recuperar. Los días de la semana que toca pierna, puedo darme el lujo de reír y burlarme de mis amigos a los cuales la naturaleza y la bicicleta no los dotó como a mí de unas pantorrillas envidiables y un trasero bien firme. Soy velludo, bastante diría yo. Así que para definir mis músculos me rebajo con maquina eléctrica sin llegar a rasurarme con cuchilla.

El gimnasio al que asisto está en una zona donde van varios hombres de mi edad, así que enseguida hice amigos y conocí al grupito con el que siempre me uno para mantenernos en forma. Marcus un Holandés de acento súper cómico, nos hace reír todo el tiempo con sus ocurrencias, ya se lo pueden imaginar hablando español a lo cubano, gracias a mi que siempre le estoy enseñando cosas del ardid popular como “mechar” en vez de hacer ejercicios o tronco de hembra para referirse a una mujer hermosa. Su estatura 6.3 y a sus 39 nunca se ha dejado caer, musculatura definida sobre lo delgado. Ojos verde claros y facciones finas propias de su raza, unos labios gruesos que aunque yo no era de que me atrajeran mucho los hombres cuando lo conocí , me daba deseos de mordérselos por lo sexy y deliciosos que se veían. Pezones rosados y su piel aunque blanca tiene un dorado suave. Par de huevos recogidos y una pinga bien gorda con prepucio cubierto. Su vello púbico sin afeitar es tan rubio como su cabellera y su arreglada barba.

Rodrigo el brasileño, piel oscura y ojos café verdosos, cara como de gato, sonrisa amplia con labios llenos y personalidad más seria pero buena gente, se hace llamar Roludo que eso quiere decir bien dotado en portugués, de veras le hace honor a su sobrenombre , su pinga es enorme con su prepucio cubriéndola completamente. Por ultimo Erick un Guatemalteco con acento súper marcado como sus abdominales y su culito parado, oscuro de piel, pelo bien lacio y negro, cara redondeada y dientes muy blancos, ojos café y un peculiar lunar en su mejilla izquierda. Es lampiño y se rasura a propósito su zona púbica que deja ver una pinga delgada y bastante alargada aunque no llega al tamaño de la mía. Yo, en comparación con ellos no estoy tan mal; son ocho pulgadas y media, gorda y bonita diría yo, con prepucio bien abierto que cubre solo la mitad de la cabeza. Huevos recogidos pero bastante grandecitos. Debido a nuestra madurez y confianza todos nos cambiamos de ropa sin pudor y siempre vamos a las duchas juntos, nos prestamos el champú o sea ellos se prestan el champú a mí el jabón cuando se me acaba. Nos hemos visto desnudos infinidad de veces sin nada morboso todo entre amigos, la broma más común es halarnos la toalla uno al otro cuando vamos pasando y de vez en cuando se nos escapa una que otra nalgada, o una agarrada de huevos por ahí pero todo sin malicia o la vieja broma de tirar el jabón y mandar al otro a recogerlo.

Nos gusta salir de vez en cuando a compartir juntos, bolos, billar, cervezas etc. Este específico día habíamos decidido que era noche de solteros, aunque Rodrigo y Marcus tienen cada uno su respectiva esposa, a Erick no le había ido muy bien con la suya como a mí. A la una y algo los de la madrugada los casados se zafaron dejándonos a nosotros rumbo a un club de bailarinas exóticas terminando la velada rayando las tres. Yo era el que más claro estaba así que agarré el timón y me llevé a Erick que vive cerca de mí. Íbamos conversando entre risas y comentando los cuerpos de las bailarinas, sus tetas, la forma sensual en que bailaban. Estábamos los dos bien intoxicados y sedientos de sexo. A él se le notaba un cierto morbo en la mirada y su forma de actuar.

-Oye Andy desde cuando no das una buena culeada?

-Uff papo hace como un mes que no la veo pasar.

-Ah yo estoy igual. Y esto de ir a estos lugares no ayuda nada ¿eh?

Para nada, ahora viene la paja antes de dormir y mañana será otro día, esto lo dije en confianza de hombres mientras sin ninguna intención maliciosa le decía que me estaba orinando. Todo pasaba justamente cuando llegábamos a una zona tranquila de almacenes cerrados y amplios estacionamientos desiertos y sin vigilancia ni cámaras de seguridad.

Para aquí mismo, yo tampoco puedo esperar más y a ti te queda un largo tramo por recorrer contestó Erick, mejor meamos aquí mismo dale que detrás del carro nadie nos va a ver. Dicho esto abrió la puerta y ahí mismo se sacó su miembro medio erecto. Pasaron varios minutos en lo que yo me baje del auto y di la vuelta para posicionarme alejado solo unos pasos de él y sacar mi pinga que raramente no sé si por la bebida por las ganas de orinar, tomaba forma medio erecta también. Por fin comenzó él a orinar mientras aquello crecía considerablemente, a mí me pasó lo mismo y luego de terminar parecíamos dos soldados con el sable en la mano. Nos miramos, yo comencé a reír nervioso. Él sonrió un poco y comenzó a acariciarse aquello y a acercarse a mí. Parada se veía diferente, se me antojó bonita, aunque seguía siendo delgada, no había la mejor iluminación pero se podía ver claramente un prepucio abierto como el mío, dejando a la vista la mitad de su glande y su buen tamaño también como mi miembro.

-¿Que nos hacemos una aquí mismo?

Yo me comencé a poner nervioso, esas cosas no me pasaban desde que era un crio adolescente y todo era diferente con aquello del desarrollo hormonal.

-Había como que muchos factores propicios esa noche para que las cosas se dieran, dos divorciados mayores de 30(Erick no llegaba a los 40 apenas 36) solos en medio de una noche tibia, alcoholizados y recién salidos de un club donde habían visto tetas, culos y todo en medio. Una sensación rara comenzó a recorrer mi cuerpo mientras mi pinga parecía cobrar vida propia y palpitaba en mi mano, la acaricié varias veces pajeándome descaradamente delante de él, mi amigo al ver aquello comenzó a hacer lo mismo con la única diferencia que se me iba acercando un poco.

-¿Puedo? Preguntó Erick.

Yo asentí con la cabeza, él agarró mi pinga y comenzó a masturbarla. Yo me estremecía de placer, luego de un mes sin tener nada de sexo cualquier cosa se sentía deliciosa. El alcohol ayudaba bastante. No hablamos ni una palabra, solo gemidos y susurros. Se acercó aún más a mí, pegó su cara contra la mía, yo no me resistí. Tomó mi mano como con miedo y la posicionó en su miembro. Era la primera vez que tenía una pinga en mi mano que no fuera la mía. Lo comencé a masturbar como me hubiera gustado que me hicieran a mí. Se pegó a mi cuello mientras buscaba mis atrapados testículos. Vamos dentro del carro me susurró al oído.

Entramos callados y yo posicioné el carro en uno de los puestos lo más apartado posible de vistas indiscretas, se zafó el pantalón y se lo bajó por completo, la escena lucia divina, su miembro erecto le llegaba al ombligo, una gota de pre asomaba brillante en su cabeza. Me incitó a zafarme mi pantalón ayudándome con mi cinturón, rozó ligeramente sus labios con los míos, terminó en mi cuello respirando agitadamente como con miedo. Agarré su cabeza con mis dos manos firmemente por sus orejas y le besé yo. Nunca había besado a un hombre, pero siempre hay una primera vez.

-Si lo vamos a hacer lo hacemos bien.

-Coño Andy yo nunca pensé que te gustara esto.

-Mira Erick yo tampoco pensé que me gustara ni a ti tampoco, así que cállate la boca que no sé tú, pero todo esto es nuevo para mí y estoy calentísimo.

-No, si yo soy primerizo también esto se ha dado porque estamos borra…

-Le callé su boca con la mía. Su aliento etílico sabia diferente a lo que yo estoy acostumbrado a sentir. La boca de las mujeres es más húmeda y ellas se hacen besar. En cambio Erick metía su lengua y jugaba con la mía mientras nos agarrábamos mutuamente la pinga. Lo acaricié como hubiese acariciado una mujer, se sentía delicioso el contacto físico, tibio en este caso con otro ser humano no importaba su sexo. Lo abracé varias veces, jugué con su pelo, lo besé en el cuello y en su oreja derecha, Erick se estremecía de placer y me abrazaba como podía debido al reducido y limitado espacio de mi carro. Bajé suavemente hasta su imberbe pecho, musculoso y aun oliendo a colonia. Lo besé varias veces ahí, entonces me agarró la cabeza y me la subió hasta su boca nuevamente, pasando su lengua por mis labios.

Nos masturbamos un poco más mientras seguíamos besándonos. Me dijo que no aguantaba más y se vino en mi mano. Me ayudó entonces a terminar a mí. Quedamos embarrados pero esbozando una sonrisa de felicidad.

Por suerte yo estaba entrenado por mi primo que siempre me decía: el carro de un hombre soltero siempre debe tener cosas necesarias como un rollo de papel higiénico, uno de papel toalla, condones, fosforera y destapa corchos yo por suerte tenía hasta toallitas húmedas para bebé a mano.

Conducir no fue tan incómodo como yo pensaba aunque no nos dirigimos la palabra en todo el camino. Yo nunca me había sentido tan raro en mi vida, él solo me miraba de reojo sin saber qué hacer. Llegué a los apartamentos donde vivía y me estacioné, ambos nos bajamos.

Me dijo: Esto nos lo llevamos a la tumba, creo que no nos conviene que se sepa, aunque debo admitir que besas muy sabroso, ¡eres un cabroncito! de veras hacía rato no me sentía tan bien con alguien y de que esto pasara con un extraño mejor que sea con uno de mis mejores amigos. Honestamente Andy no entiendo con las pintas esas tan chulas y esa sensualidad que tienes, tus caricias ¿por qué no eres más afortunado en el amor?; Era para que tuvieras dos o tres mujeres al mismo tiempo.

Jejeje ¿me estas tirando los perros?, nah tú también estas muy guapo y besas muy bien. (Aquello me dio un poco de vergüenza decirlo pero continué) Y es verdad, si iba a ser con alguien pues mejor que sea con uno de tus mejores amigos así se guarda el secreto. Ahí comencé a reír diciéndole y bueno… Con eso de las mujeres: Dice ese cantante de tu país Ricardo Arjona que hombre no es el que tiene mujeres y vida de tormentas, sino el que tiene una y la mantiene contenta.

-Huy si el Andy me salió poeta y todo… Jajaja

-¿Qué, quieres otro besito?

-No Erick, lo de ahorita te lo perdono porque estábamos calientes y con el morbo del club en la cabeza pero si lo hacemos ahora de nuevo ya calmados es porque nos gustó y ya eso ya es cosa de maricones.

-Dale Andy, todavía estoy caliente man.

Se acercó a mi y me tomó por la cintura, intentó rozar mis labios, su calor me resultó placentero y su aliento sabroso de nuevo pero me inundó la culpa, la duda, la vergüenza. Le di un leve empujón y me subí a mi auto. Erick quedo confundido mirándome por la ventanilla.

-Coño papo no te pongas así, es más, ya a mí se me olvido lo que pasó hace un rato.

-Así Erick, estábamos borrachos y yo tampoco me acuerdo de nada, creo que no nos conviene que piensen que somos un par de maricones después de divorciados.

Soy ThWarlock y estas son mis historias.

Sígueme aquí para más.

(9,40)