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Los primeros cuernos consentidos de mi marido (1)

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Bueno, pues en esta ocasión les voy a relatar como fue que le puse los primeros cuernos consentidos a mi pareja, con un exnovio con el que tenía una atracción sexual increíble.

Esto sucedió algún tiempo después de mi experiencia con el gerente en el bar.

Manuel y yo pasamos por algunas experiencias buenas y malas después de lo que sucedió con el gerente del bar la primera vez, pero eso serán historias para otra ocasión. Ya cuando estábamos concretando que íbamos a tener una relación abierta, comenzamos a poner nuestras condiciones.

Decidimos que podríamos tener encuentros con otras personas, siempre y cuando nos informamos mutuamente de lo que íbamos a hacer y con quién, que día, que hora y en qué lugar. Sin necesariamente estar presentes al momento de hacerlo.

Obviamente otra condición fue no involucrarse sentimentalmente, todo lo que íbamos a hacer era 100% sexual.

Una vez aclarados los puntos le dije a Manuel que el primero con el que iba a estrenar sus cuernos consentidos era mi ex novio Alan.

No le hizo mucha gracia, ya que ellos nunca se llevaron bien. Pero el hecho de dejar que otros me cogieran frente a él (a excepción de la ocasión del bar) era una idea que lo excitaba mucho y que a pesar de ser una persona que no era de su agrado, podía permitir, además que me encargué de terminar de convencerlo en ese mismo momento... Me puse de rodillas frente a él y liberé su verga mientras terminaba de convencerlo.

C: ¿Entonces papi, me vas a dejar coger con Alan otra vez? Dije mientras comenzaba a masturbarlo

M: No lo sé, él nunca me cayó bien y no se cansa de hacerle saber a todos nuestros amigos y conocidos que sexualmente hacia contigo lo que él quería...

Comencé a dar lengüetazos en su cabeza mientras seguía masturbándolo con una mano.

C: Pero yo me encargaría de que no siguiera siendo así, además ya te dije. Podría convencerlo de muchas cosas, y hacia el solamente tengo atracción sexual. No tengo ningún interés adicional.

M: Que te hace pensar que ese cabron no te va a decir que se va a quedar callado y a tus espaldas va a presumir con todos que se está cogiendo a mi novia...

C: Confía en mi, al final siempre logro lo que quiero y puedo hacer que los hombres me obedezcan, no confías en tu gatita?

Comencé una mamada en forma y mi cabeza iba de adelante hacia atrás, muy rápido, sentía como su verga llegaba a mi garganta y salía llena de mi saliva.

M: ahhh si, me gusta. Pero no estoy seguro...

Interrumpí la mamada que le estaba haciendo y le dije que iba a convencerlo, le dije que fuera a la recámara y se sentara con la espalda recargada en la cabecera, que no tardaría en alcanzarlo.

Entre a buscar algo para provocarlo y hacer que me dejara coger con Alan de nuevo.

Me puse una tanga negra con pedrería, un arnés dejando libres mis pechos y unas zapatillas negras abiertas. Camine a la recámara y lo encontré desnudo sentado como se lo indique, en cuanto me vio, note su mirada lujuriosa y comenzó a frotarse la verga que para ese momento ya se encontraba flácida debido al tiempo que lo hice esperar.

C: Y bien, ¿qué te parece?

M: Riquísima

C: A poco esta hembra no merece tener más de una verga a su disposición

M: Supongo que si

C: ¿Y no te gustaría poder ver a detalle todo lo que le haga al macho que este en tu lugar?

M: Eso no lo sé todavía

C: Bueno, no me dejas más opción que hacerte entrar en razón

Inmediatamente me subí a la cama, recostándome de frente a el para poder tener a la mano su miembro. Comencé a frotarlo suavemente mientras movía mis piernas en el aire en la famosa "pose de pies" y levantaba un poco mis glúteos para darle una mejor vista, por experiencia sé que a Manuel y a la mayoría de los fetichistas, tener a una hembra en esa pose, con esa vista y trabajando su miembro los vuelve locos, por lo que hacer que Manuel aceptara lo de Alan era pan comido.

Casi instantáneamente su verga se puso dura, se veía deliciosa, rígida como un roble venosa, aunque no le llegaba a la talla a las de los amantes que a escondidas había tenido anteriormente no voy a negar que era lo bastante grande para poder satisfacerme sin ningún problema. Pero en esta ocasión iba a tener que aguantar las ganas por qué mi objetivo era solo uno...

Comencé con ligeros lengüetazos desde la base hasta la punta, lo que le provocaba algunos espasmos y sentía como su miembro palpitaba con el paso de mi lengua.

Después comencé a meterla poco a poco para que fuera sintiendo el calor de mi boca envolviendo su verga.

Sentí como su miembro alcanzaba su tamaño máximo mientras él iba gimiendo más fuerte cada vez que hacía que llegara hasta mi garganta. Lo tenía exactamente como quería y procedí a seguir hablando con él para convencerlo, hice que entrara una última vez hasta el fondo, provocando una arcada y llevándolo de saliva para sacarlo y comenzar a masturbarlo con una mano.

C: ¿Entonces que papi, vas a dejar que Alan se vuelva a coger a esta perrita?

M: No veo cuál sea la necesidad de que sea específicamente el...

C: Pues ya te dije, que con él tendría más confianza de hacer esto por primera vez (estar frente a él con su consentimiento por qué cornudo ya era desde hace tiempo sin saberlo) y yo puedo convencerlo de no decir nada a nadie...

M: No sé... No gusta la idea de que sea él.

Seguía resistiéndose a ceder por lo que busque darle el mayor placer posible. Me escupí en la mano derecha para poder masturbarlo mejor, el ruido que hacía mi mano al subir y bajar en su verga era como si me la estuviera metiendo de lo mojada que estaba, con la otra mano desabroché mis zapatillas para dejar expuestos mis piecitos blancos a su vista y que viera mis plantitas moverse y arrugarse cuando los movía y con la lengua comencé a jugar con sus huevos para dejarlos bien mojados.

M: ahhh chiquita sabes que eso le encanta y más con esta vista que me regalas de tu culo y tus piecitos...

C: Bueno pues sabes que esto te lo hago en ocasiones especiales, pero si abrimos nuestra relación como lo habíamos hablado... Tendrías esto cada que me lo pidieras. Es más, podrías tener a otras junto a mi haciendo esto cuando lo pidas.

M: ¿En serio? ¿Y a quien podría tener para esto?

C: A quien desees y puedas convencer de hacerlo papito (no pensé bien mi repuesta en mi afán de lograr que Alan me cogiera frente a él)

M: ¿Ah sí? Bueno chiquita, se me ocurre por ejemplo tu amiga Lucia o tu hermana Daniela (lo dijo mirándome a los ojos con extrema lujuria como desafiándome)

Un escalofrío recorrió mi columna, en parte tenía ganas de soltarle un golpe y mandarlo a la chingada, pero busque concentrarme y pensar como me lo cobraría después.

C: ¿Eso es lo que quieres papi? Está bien, vas a poder tenerlas

M: ¿En serio chiquita?

C: Claro que si papito, lo que pidas. Bueno, siempre y cuando logres convencerlas... Eso sí cabroncito, nuestra relación va a ser abierta por igual

M: Si, como tú digas chiquita, pero ya ayúdame a terminar. Quiero darte lechita en esa boquita que sabes usar tan bien.

El objetivo estaba logrado, por lo que procedí a complacerlo. Metí su verga lo más profundo que pude en mi garganta, me escupí en ambas manos y comencé a masturbarlo de manera rápida, el sonido de mis manos subiendo y bajando por su miembro, llenas de saliva era muy excitante. Todo esto mientras seguía en la misma pose. Moviendo mis piernas y mostrándole mis plantitas y estaba chupando sus huevos como una desquiciada…

No duró más de dos minutos cuando me dijo que iba a terminar y procedí a meterme su verga en la garganta y sentí su descarga inmensa en mi garganta como nunca antes.

Al dejarlo completamente seco, procedí a meterme a bañar, ya con su autorización podía buscar a Alan para seguir con mi plan.

Pero eso va a ser material para una segunda parte si es que ustedes así lo desean.

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