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Luisa, la ahijada de mi tía

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Por motivos laborales tuve que salir de mi ciudad a realizar trabajo de campo en unas nuevas empresas que se estaban instalando en una ciudad industrial a unos 400 kilómetros de la capital donde yo vivo.

Casualmente una prima de mi madre vive en dicha cuidad (por su edad yo siempre le hemos dicho tía Mary por respeto y cariño).

La llamé, después de saludar y conversar por un rato, le hice saber que estaría trabajando por unos días cerca de su casa, ella de inmediato me interrumpe diciendo.

-Aquí estamos a la orden, está desocupada la habitación de tu primo y puedes quedarte el tiempo que desees mijo.

Yo respondí con alegría un muchas gracias y que nos veríamos el viernes a final de la tarde.

Llegué a casa de tía Mary justo a las 6:00 pm, toqué la puerta varias veces y no me abría, hasta que después de tanto darle golpes a la misma, salió una chica de baja estatura, cabello castaño, piel blanca, algo desaliñada, ropa que pareciera que le queda grande y un poco mal encarada.

Ella me pregunta “¿Quién eres?” Yo dije “buenas tardes, soy Alex el sobrino de Mary que se va a quedar aquí unos días. ¿Ella no te dijo nada?”. Contesta en voz altanera “Ah sí, puedes pasar y la esperas sentado ahí”, yo solo dije okey.

No la volví a ver más hasta que llegó mi querida tía Mary, yo estaba sentado en la sala y ella salió de algún lado a recibirla, me levanté a abrazar a mí tía, y le dije "que guapa estás tía”, le di un beso en la mejilla y ella sonrió diciendo "tú siempre tan galante con esta señora mayor". Me saludó con el cariño de siempre y me preguntó “¿Ya conociste a Luisa?”. Yo respondo “bueno tanto como conocer no, pero mucho gusto Luisa, me llamo Alex”, ella responde en voz baja, igual.

Sonriendo dije, “que efusiva”, al cual contesto Luisa. “¿Y qué quieres? ¿Qué me lance en tus brazos y te de un beso de bienvenida?”. Dichas esas palabras le dije “En realidad no”. Ella me dio la espalda y se retiró despidiéndose de mí tía, yo sin hacer caso me instalé a hablar con mi tía, no le di importancia para nada.

Después de conversar largo rato mi curiosidad salió a reducir cuando pregunté “¿Quién es Luisa?”. Al cual contesto mí tía “Es mi ahijada que se vino a vivir conmigo desde hace un tiempo porque estudia aquí una carrera técnica de informática, tiene mal carácter y está como amargada, no sé qué le pasa, y apenas tiene 21 años recién cumplidos, imagínate cuando tenga mi edad”, se ríe, me mira y me dice, “pero es muy buena persona y me ayuda bastante después que regresa de estudiar”. Le contesté con una sonrisa sin decir más nada.

Ahí quedó el tema y mi pregunta contestada.

Pasaron un par de días, yo salía temprano y regresaba a final de la tarde, las pocas veces que me crucé con Luisa me miraba con ojos de rabia, o bajaba la mirada, no se sí era su manera de esquivar, oh realmente le caía bien pesado, lo cierto es que la saludaba con cariño y me dejaba con el saludo en la boca, me torcía los ojos y decía cosas entre dientes que nunca logré entender. Yo decía a mis adentros ¿Será que le recuerdo a alguien que le hizo daño? Y al rato se me olvidaba, debe ser por qué no me llamaba la atención ver una chica de 21 años, vestida con ropa ancha, cabello recogido, mal encarada, mal educada, desaliñada, en fin no era la persona que me quitaría el sueño.

(Las pocas veces que me topé con ella intente entablar conversación, pero nada daba resultado, arisca la joven.) Para que seguir insistiendo e incomodándola.

Hasta que un mañana, yo estaba saliendo de la habitación para el baño, ella venía casi que corriendo por el pasillo, mirando al piso, yo venía distraído con el celular en la mano cuando nos conseguimos de frente y sin querer chocamos, literalmente mi celular voló por el aire, ella venía envuelta en la toalla, con el cabello suelto y mojado, rebotó de mi pecho y acto seguido su toalla cayó al piso dejándola ante mis ojos semi desnuda, sus senos quedaron desnudos, pero abajo tenía una tanga de blonda negra.

Ella me miró fijo a los ojos, se quedó paralizada, no sabía si recoger la toalla y cubrir su cuerpo, o tapar los pechos con las manos.

Me quedé mirándola, me incliné recogí la toalla, la intenté cubrir, ella seguía inmóvil en esos micro segundos que parecían largos minutos.

Cuando logró reaccionar yo seguía con la toalla en las manos, sus ojos se le querían salir de las cuencas y de repente me gritó diciendo "estúpido ¿Es que no te fijas por dónde andas?". Me dio un empujón con una mano que casi me tira al piso, me arrancó la toalla de las manos y siguió a su habitación, mi instinto me hizo quedarme parado ahí para verla por detrás mientras se retiraba llena de irá, verla de espalda fue delicioso, definitivamente ese tanga hilo le quedaba espectacular, en mi mente dije "lindas nalgas y muslos".

Yo recogí mi celular que cayó como a dos metros y me metí al baño.

Mientras me duchaba no podía sacar de mi mente esa imagen de Luisa en tanga con sus pechos desnudos. Nunca pensé que tuviera ese magnífico cuerpo debajo de esas ropas anchas y feas; y mucho menos que tuviera buen gusto para la ropa íntima.

Yo decía en mis pensamientos, que hermosos senos grandes y firmes tiene, areola rosada que casi cubre la mitad del seno, pezones como unos botones un poco grandes; vientre plano, caderas anchas y cintura moldeada, buenas piernas, en fin estaba sorprendido ante esa belleza de figura, lo que Dios no le dio de tamaño de lo dio en curvas,

Jamás la había visto con el cabello suelto y menos mojado, toda esa imagen se repetía como una película en mi cabeza, por momentos me reía por lo sucedido y por otra parte me excitaba.

Salí de la ducha, me vestí, luego tomé café, medio converse con tía, me despedí, agarré las llaves del carro y me fui, cuando iba en camino miré por reflejo a la parada, ahí estaba ella parada, se veía nerviosa, movía la pierna y a cada momento miraba el reloj, baje el vidrio y le dije “¿Quieres que te llevé?” Al cual contestó un rotundo NO. Le dije que ahí se iba a secar antes que llegara un bus y por su expresión corporal se veía que tenía prisa, le insisto de nuevo y le digo, “ven yo te llevo hasta dónde vas, aún tengo tiempo, pero por lo que pueda ver tu si tienes prisa”.

Me miró con esa cara de odio, se movió de la parada, abrió la puerta del carro se sentó y tiro la puerta tan fuerte que casi la pasa para el otro lado. Y fue cuando dije en voz fuerte "COÑO" “¡Dale más duro, primero me tiras el celular a metros de distancia luego te haces rogar para darte el aventón y ahora casi sacas la puerta! Que chica tan petulante”.

Luisa contesta. “Primero que nada yo no tiré tu celular, segundo no te pedí que me llevarás y tercero, tire la puerta por lo que me hiciste pasar esta mañana”.

“¿Yo?” Respondí de inmediato “¿Estás loca? Tú me llevaste por el medio, cosa del cual no me arrepiento para nada, además de lo único que me puedo arrepentir es haber sido un caballero contigo y buscar recoger la toalla para cubrir tu cuerpo, cosa que no te mereces por grosera y malcriada”.

Por un momento nos quedamos callados, cuando yo rompí el silencio haciendo una pregunta “¿Que te he hecho yo para que sin conocerme me trates mal y me tengas odio? Desde que llegué a casa de tía Mary solo he recibido de ti malas palabras sin contar tu mala cara, duras largo rato en el baño a sabiendas que debo llegar temprano a mi destino y sin contar que has estado hurgando mis cosas en mí habitación ¿Crees que no me he dado cuenta?”.

Ella seguía muda, sin decir nada de nada, y yo insistí en que me dijera que le pasa conmigo. Sólo me respondió -yo soy así, me quedo en la esquina.

Al detener el carro, se bajó, cerró la puerta con cuidado y ni las gracias dio la muy mal educada.

Baje el vidrio del copiloto, le toque corneta, ella volteo, le dije que se acercara un poco para decirle algo, ella lo hizo, bajo la cabeza; y fue cuando le dije con una sonrisa pícara "tienes unos hermosos senos grandes, lindo cuerpo, ese tanga hilo de blonda color negro te hace lucir muy sexy y te queda mejor el cabello suelto.

Su cara de trasformó y solo escuché una sola oración

Luisa dijo. “Hijo de puta pervertido”.

Se dio media vuelta y se fue, esas palabras no me ofendieron para nada y menos de quién venían, total llevaba tiempo recibiendo malos tratos de parte de ella y que ahora que me dijera eso con razón no me importaba.

Pasa el día visitando clientes y en reuniones con los encargados de los proyectos, estaba un poco distraído, no podía sacar de mi mente lo sucedido con Luisa en la mañana, llegó la hora de regresar a casa de tía Mary, antes pasé por una pastelería compré dulces y refresco, ya me queda poco tiempo para irme. Llegué a casa, la primera que me encuentro es a Luisa sentada en el porche de la casa, Yo saludé normal y ella contesto entre dientes "Buenas" yo sarcásticamente le respondí. WOW que mujer tan educada. Gracias por responder, me miró y me dijo -mí madrina va a tardar un poco, dejo dicho que la comida estaba en el microondas y el jugo en la nevera.

Le conteste que gracias, seguí a la cocina, pero algo vi en ella diferente, mi curiosidad me hizo devolverme hasta donde estaba ella y le dije que había traído unos dulces y que si quería comer uno, se quedó callada mirando su celular, al no responder seguí de nuevo para la cocina y al minuto la siento para detrás de mí.

Luisa. Si quiero, para ver qué compraste, le dije que ahí estaba la caja en la mesa del comedor, me volteo y quedó frente a mí a unos metros de distancia, fue cuando noté que era lo diferente que vi al entrar, tenía puesto un Shorts corto de jeans desgastado y deshilachado, una blusa straple de lunares rosa, las mangas con elásticas caían más abajo de los hombros, sandalias bajas, y el cabello largo suelto bien peinado.

Sólo me quede mirándola fijamente en silencio.

Luisa rompe el silencio con una pregunta -¿Que paso, nunca has visto a una mujer vestida así? Yo respondo de inmediato, a muchas mujeres las he visto vestidas así, pero a la chica malcriada y amargada Luisa No.

Luisa responde. Caramba, después dices que soy Yo la odiosa, pero está bien lo acepto por cómo te he tratado, está mañana me dio pena contigo aparte por lo sucedido, y aún más cuando me dijiste que sabías que metía mano a tus cosas, y sí es verdad, soy un poquito curiosa y quería ver qué había en tu maleta, disculpa por eso.

Yo. Tranquila no ha pasado nada, yo también quiero meterme en tu cuarto y hurgar tus cosas, quizá consiga cosas muy interesantes o simplemente solo encuentre ropa íntima de abuelas nada sexy, sucias y quizá una que otra limpias más un aburrido diario diciendo en cada comienzo de una historia vivida esa ridícula frase "querido diario hoy me pasó... Y bla bla bla" Contando tus amores platónicos de telenovela. Jajaja jajaja.

Luisa. Muy gracioso tú. Pues te equivocaste con eso, no soy de tener pantys sucios en mi cuarto y cómo pudiste ver está mañana no uso pantys abuelita ¿Oh se te olvidó lo que viste? Y si tengo un diario pero no soy tan inmadura.

Me quedé mirándola fijamente y le dije, ¿Eso quiere decir que lo que sucedió está mañana ¿Lo escribirás en tu diario? Y contestó -quizá.

Mi respuesta fue un simple okey, le dije. Volviendo al tema, realmente tienes razón, si toda ti ropa íntima es como la que ví está mañana, realmente no tienes calzones de abuela. Volví a reír.

Si eres tan bonita y sexy ¿Porque usas esas ropas tan anchas y feas?

Luisa. Me contesta. Simplemente por qué no me interesa que se fijen en mi esos mente de pollo con los que estudio y no viene a que se diviertan conmigo, vine a estudiar, además no me gustan los chicos de mi edad, me gustan maduros y aún no he estado con ningún hombre, solo besos y caricias prohibidas, aparte para que me voy a vestir sexy o bonita en casa de mi madrina si estamos nosotras solas, ¿A quién le voy a lucir?

Me quedé perplejo ante su madura respuesta, le dije que entendía perfectamente todo, que lo único que no entendía era su ofensivo mal trato para conmigo ¿Porque? Si yo no le había hecho nada.

Luisa. No creo que no te hayas dado cuenta. Te acabo de dar la respuesta y no captas, tomaré esté dulce y me iré a mi habitación. Hablamos luego.

Me fui a la habitación, me quite la ropa, me fui a duchar, salí me puse un bóxer y franela, me tumbe boca arriba en la cama y me puse a pesar, no salía de mi mente esa imagen de lo sucedido en la mañana y luego sus palabras en la cocina, nunca pensé que me fuera a gustar esa chica desatinada y odiosa, es más nunca me he fijado en chicas de esa edad, pero algo había en ella que literal me alboroto las hormonas.

Mientras más la pensaba más sentía deseo por ella, quería entrar en su habitación, buscar entre sus cosas a ver si había algo íntimo que pudiera disfrutar, pensando y pensando me quedé dormido hasta que sonó el despertador.

Me levanté con gran flojera, casi que dormido, y con la erección matutina, tomé la toalla y me fui al baño, no me pasaba nada por mi cabeza, hasta que abrí la puerta del baño y ella estaba ahí parada frente al espejo está vez en hilo color blanco y brasier del mismo color, mis ojos se abrieron y mi cara de sorpresa fue inevitable.

Luisa. Buen día, será que para la próxima ¿Puedes tocar la puerta?

Yo me quedé sin palabras y solo la miraba de arriba abajo, cuando reaccione le dije disculpa pero pásale cerrojo, no soy adivino.

Algo me sorprendió, fue que no se inmutó en taparse ni de ponerse como una fiera herida, se quedó parada frente al espejo pintando los labios y me miraba a través de él, como si nada, terminó salió del baño y me dijo con sarcasmo. Sé que te ha gustado lo que ves, tu bóxer me lo dice, tremenda erección o será ¿Ganas de orinar?

Terminó de salir y cerró la puerta, de verdad esa chica me va a volver loco. Hice todo lo que tenía que hacer, me duché, me fui para mí habitación, me vestí y salí, ella ya no estaba, tomé café y a mi rutina.

Creerán que es mentira pero cuando pase por la misma parada, ella estaba ahí, está vez no tuve que rogar para llevarla, para mí sorpresa tenía puesta una mini falda negra zapatos deportivos, y blusa estampada de colores llamativos, cabello suelto, se veía hermosa, no parecía la misma chica malcriada que me abrió la puerta ese día cuando llegué.

Le dije hola de nuevo, estás algo diferente, te ves muy bien, no me dí cuenta cuando saliste.

Luisa. Gracias por los halagos, quise estar diferente hoy, vamos a ver qué pasa con los chicos que estudian conmigo cuando me vean vestida así, sonrió y calló.

Yo. Bueno quedaran impactados, porque hasta yo estoy impactado al ver tu cambio.

Luisa ¿De verdad? Bueno en realidad esa era la idea desde un principio, no me vestí para ellos, me vestí para ti, y quería gustarte, deje pasar varios bus esperando que pasarás. Tú también estás bien guapo, me fijé en eso desde que llegaste y eso me gustó de ti, siempre bien vestido, bien peinado y perfumado. Por eso te evitaba, porque me gustas desde que te vi, y no quería meterme en problemas con mi madrina.

Llegamos a su instituto, se despidió de mi con un beso entre la comisuras de mí boca, me dijo "nos vemos más tarde"

Miré como se iba alejando hasta que desapareció en la entrada del plantel.

No lo podía creer que esa chica me estaba seduciendo y yo no me podía resistir.

Ese día llegué tarde por cosas de trabajo, ya que me faltaba poco para Irme a mi casa y volver a mi rutina. No me dio tiempo de darle mucha cabeza a lo ocurrido y la charla con ella en la mañana, llegué súper cansado, cuando entre ella estaba ahí como cual esposa esperando al marido que llega tardé.

Luisa. Buenas noches ¿Por qué llegaste tan tarde? Mi madrina se acostó y me dijo que te esperara para darte la comida.

Le contesté que ya mañana en la tarde me iba y tenía que adelantar lo más que pueda para dejar todo listo con esos clientes, también le dije que no tenía hambre que ya había comido algo rápido, me iré a duchar y a dormir, estoy cansado.

Luisa. Está bien ¿O sea que te vas mañana? Que lastima que ya te vas, ya me estaba acostumbrando a ti, pero ni modo.

La mire y le dije que sí, yo también me estaba acostumbrando a ella, pero ya mi trabajo estaba terminando en ese lugar. Me voy a duchar, que tengas buenas noches.

Luisa Esta bien, que duermas bien.

Fui a mí habitación me cambié, salí a bañarme, regresé y me tiré en la cama. Estaba medió dormido cuando siento que alguien me está mirando, cuando abrí los ojos, Era ella pegada de espalda a la puerta que cerro con cuidado, me miró y me dijo. -No puedo dejarte ir sin estar contigo. Primera vez que hago esto, pero de verdad me gustas bastante, y si decides estar conmigo te darás cuenta que en realidad nunca he hecho esto.

Le dije que prendiera la luz, así lo hizo y mi sorpresa fue verla parada frente e mí con una camisa blanca manga larga de botones semi transparente que llegaba un poco más arriba de la mitad del muslo, me miraba con deseo, poco a poco fue desabotonado la camisa para dejar a mi vista un conjunto estampado estilo leopardo en colores negro con dorado, el brasier era de tiras solo un rectángulo vertical cubría ligeramente el pezón y parte de la areola, el tanga realmente era diminuto adelante y atrás solo era un triángulo alargado con una tira, dicho triangulo adornaba la entrada de las nalgas y la tira se perdía entre ellas.

Me puse de pie, me acerque a ella, puse mis manos en las caderas y la besé, ella correspondido con sus brazos alrededor de mi cuello y metiendo la lengua en mi boca. Mis manos comenzaron a acariciar ese delicioso cuerpo. Ambas manos terminaron en ese par de nalgas desnudas, solo esa tanga las adornaban.

Rozando mis labios me dijo -nunca he estado con un hombre, tú serás el primero, seré tuya las veces que lo desees, haz conmigo lo que desees, quiero perder la virginidad contigo hoy.

Escuchar eso me elevó más mis deseos, dejé caer lentamente la blusa al piso, ella quito mi franela y bajo mi bóxer, quedé desnudo para ella.

Mis manos seguían acariciando su cuerpo de guitarra, ella acariciaba mi espalda mientras nos besamos, poco a poco la fui llevando a la cama, la senté en la orilla, me puse de rodillas y comencé con los pies, se los lamía y chupaba los dedos, fui subiendo con mi lengua por las piernas hasta llegar al medió, con una mano la fui llevando hasta acostarla, colocando sus piernas en mis hombros mientras iba besando esos formidables muslos, ya con ambas piernas en mis hombros procedí a levantarlas y que las rodillas estuvieran cada una al lado de sus pechos. Estaba completamente abierta para mí.

Metí la nariz en la vagina, la bese y luego rodé la prenda íntima a la ingle y comencé a explorar con la lengua esa Humedecida raja, le estaba dando sexo oral y ella tiraba de mi cabello, yo sujetaba sus muslos, buscando el clítoris, cuando lo encontré lo hale y chupe con deseo desenfrenado, ella grita de placer y gemía, sus piernas tiemblan y su vagina se moja aún más, el néctar que brota de ella se confunde con mi saliva, está tan mojada que los líquidos corren hasta el ano, lo empapan y más abajo las sábanas.

En pocos segundos explotó en mi boca dejándose correr en mi lengua. Colocó sus piernas cansadas sobre mis hombros, mi quijada estaba cansada y mi lengua igual, después de un breve descanso, me levanté me incline y quite el pantys. Verla solo con bras era excitante.

Luisa decía con voz agitada. ¡Que divino hiciste que me corriera con tu lengua! Estoy muy excitada quiero más, hazme tuya.

La tomé por ambas manos y la traje hasta una mesa que había en la habitación, la senté, yo quede parado, mi pene llegaba justo a la entrada de la vagina. Ella abrió las piernas y comenzó a tocarse y me decía -ella es tuya penétrala.

Pasaba sus dedos y daba palmadas a vulva.

Mi pene estaba bien erecto. Coloque el glande en toda la entrada, lo tome con la mano y como si fuera una pincel, le pasaba el glande por toda la raja cómo si la estuviera delineando un lienzo, con la punta acariciaba el clítoris y ella se estremecía y jadeaba, hasta que puse la cabeza en toda la entrada, comencé a dar bomba y presión para que fuera entrando.

Luisa. Me duele pero me gusta, no se te ocurra parar, me voy a mover para que entre todo. Quiero toda tu verga adentro de mi cuca. Quiero sentir ese dolor cuando esté toda adentro. No me vayas a acabar adentro recuerda que yo no me cuido.

Esas palabras vulgares de ella me excitaron aún más, así que le di más bomba, ella se movía cómo una felina en celos. Saque sus tetas del brasier, las apretaba. Ambos estábamos locos de placer. Yo sentía que no podía penetrar, mi cabeza intentaba perforar el virgo, pero estaba duro, hasta a mí me estaba doliendo, ella me decía que le dolía mucho, poco a poco le fui dando y al mismo tiempo chupaba sus tetas y lamía el cuello. Ella estaba aferrada con los brazos alrededor de mi espalda y sus talones en mis nalgas empujando hacia ella.

Hasta que en una de esas movidas de ella y mis envestidas logro pasar y entrar todo. Ella suspiró y aguanto la respiración, apretó con los dientes su labio inferior. Yo me quedé sin moverme y de pronto ella soltó el aire y comenzó a moverse más rápido. Ya mi verga entraba y salía con facilidad, pude sentir el olor a sangre y puede ver como mi pene estaba lleno de la misma, y chorreaba por mis testículos.

Luisa. Me voy otra vez no pares, por favor no pares, dale, dale ahh ahhhh que rico dale, me voy coño. Se aferró más a mii hasta que tuvo otro orgasmo.

Después de un rato la lleve al piso, mi creatividad estaba al máximo.

No podía creer lo que estaba pensando, pasé unos días en esa casa soportando malcriadecez de esa mujer atrevida, mal humorada, hasta falta de respeto ¿Ahora la tengo en el piso de la habitación en cuatro patas, con la espalda arqueada, las nalgas elevadas al techo, piernas abiertas, pegando la mejilla y las grandes tetas al piso?... ¿Esperando hacer penetrada? De verdad no lo podía creer.

Pero así la tenía frente a mí, me agache, le abrí las nalgas y le estaba dando una mamada de culo que jamás iba a olvidar. Mi lengua lamía y penetraba aquel agujero color rosa.

Luisa ¿Qué haces? ¿Me vas a coger por el culo? Eso me va a doler mucho más. Me gusta sentir tu lengua ahí, pero tengo miedo que me vaya a doler.

Yo le contesté. Sii, te voy hacerte mía por todos lados así como tú deseas ¿Te gusta cómo te mamo el culo? Ella responde -ya te dije que sí, me gusta mucho. -que rico lo tienes le digo yo. Al rato me dice. Anda mételo ya, eyacula dentro de mí.

Me puse de rodillas detrás de ella acomode mi pene en todo el hueco y poco a poco lo fui metiendo hasta que estuvo completamente dentro del culo.

Luisa. Hay, hay, coño eso me duele, pero ese dolor me está gustando, dale más duro. Dale dale ah que divino lo siento rico dentro de mi culo. Dame más. Vente dentro de mí anda vente, dame toda tu leche.

Para ser la primera vez, no pensé que ella se comportarse tan perra culeando.

Eso Me gustaba mucho más, ella seguía moviéndose y yo taladrando. Hasta que mi verga se puso más gruesa y las venas se hincharon mucho más, le dije me voy, que rico, voy a llenar tu culo de leche. Ah qué rico dale menea más ese culo, diciendo así y al mismo tiempo propinando nalgadas algo fuerte. Ella gritaba pidiendo más y arqueaba más la espalda. Hasta que acabe divinamente dentro de ella.

Me fui acostando poco a poco en su espalda y ella fue bajando hasta quedar completamente tendida en el piso con mi cuerpo encima.

Bese su cuello y le pregunté ¿Te gustó? Con voz cansada dijo -sí y mucho, me duele todo pero me gustó estar contigo.

Me levanté la tomé por una mano la paré del piso, la volví a sentar sobre la mesa, yo tomé una silla que estaba ahí y me senté frente a ella, le dije abre las piernas y comienza a pujar.

Luisa. ¿Para qué?

Solo hazlo. Puja Fuerte quiero ver cómo sale toda mi leche de tu culo.

Ella se me quedó mirando, abrió las piernas, apoyo los talones, y planta de las manos en la mesa, levanto las nalgas, y un poco el cuerpo, se hizo un poco para adelante manteniendo el equilibrio, y comenzó a pujar un poco fuerte, al poco rato fue cuando pude ver cómo salía y chorreaba la leche de su abierto y dilatado ano.

Luisa me dice. Eres un desgraciado depravado, pero eso me gusta, me pone caliente.

Fin de la historia.

Pronto escribiré la segunda parte.

D. A.

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