“Max” se preparaba para el espectáculo. Se veía vanidosamente en el espejo de cuerpo completo que estaba detrás del escenario y admiraba sus perfectos músculos bien definidos. No tenía esos músculos obscenos y gigantescos que no le gustan a nadie más que a los jueces de fisicoculturismo. Tenía esos agradables músculos grandes y bien definidos sin ser exagerados, esos que les encantan a las mujeres. Brazos, espalda, pectorales, un buen six pack en el abdomen e incluso su redondo trasero lucía fenomenal esa noche. “La proteína está pagándose sola”.
Su lindo rostro estilo “baby face” y bien rasurado, su cabello negro carbón bien recortado y su buena estatura completaban el paquete. Por algo lo habían contratado en ese club sin siquiera haberlo visto en ropa interior.
Tenía ese tonto disfraz de bombero que no le encantaba, pero no quería gastar en otro, esto era para él más que nada un hobbie, un entretenimiento y sobre todo, un excelente lugar de caza, tan buen lugar de caza era que las presas pagaban y se lanzaban ellas mismas a las trampas mortales. Ese trabajo era para él como para cualquier otro hombre ir de antro, pero mil veces mejor, sin los trámites sociales tediosos o aburridos, de un baile, una copa, las miradas y el cortejo, mucho más fácil y más importante aún, mucho más rápido, la paga era solo un maravilloso extra. Tenía 27 años y un trabajo “normal” entre semana como capturista de datos en una aburrida oficina, pero era el trabajo que pagaba las cuentas y del que podía hablar sin pudor con sus familiares y amigos. Él siempre esperaba el fin de semana para llegar a su trabajo en “Escorpion’s”, ahí se sentía realmente en su elemento.
Terminaba de aceitar su cuerpo para que las luces resaltarán mejor sus músculos y con timing perfecto el presentador lo anunciaba a él junto a otros 2 compañeros con sus alias falsos.
Presentador: la noche está por ponerse mejor chicas! – aullidos y gritos estruendosos femeninos llenaban el lugar – ¡Con ustedes, Randal, Kevin y Max! ¡Disfrútenlos!
Escuchaba su pseudónimo “Max” y alcanzaba a sus otros 2 compañeros bomberos para salir al escenario. Las chicas gritaban histéricas y se reían en igual cantidad. Se ponía en línea con “Randal” y “Kevin” para comenzar la sencilla coreografía que hacían todos los fines de semana, nada extraordinario, ni siquiera dirías que bueno, solo un pretexto para mover el trasero e irse quitando la ropa, las mujeres no son tan distintas a los hombres cuando se trata de ver morbosamente, solo quieren ver.
Algunos movimientos simples y se iba quitando el uniforme, los gritos histéricos aumentaba de nivel mientras los 3 atractivos hombres iban quedando en paños menores y Max hacia sonrisas tontas acompañando sus bailes ridículos y lanzaba su mirada al público buscando alguna buena presa, siempre era obvio las que miraban más y que por tanto, querían más que mirar. La noche ya estaba avanzada, ya se habían presentado los pesos ligeros para desnudarse, las chicas ya habían visto algunas buenas vergas y ya habían pasado las 2 pausas dónde los meseros se esforzaban en mover la bebida, las presas estaban por completo listas, ebrias, enfiestadas, desinhibidas y ya habían estado cachondas durante un buen rato, como dije, las presas estaban listas.
Se quitaba los boxers y sacaba a pasear su enorme verga, larga y gorda, con un buen par de bolas colgando, completamente rasurada, si, también tenía buena verga, lo sé la genética es injusta. Los gritos histéricos y risas escandalosas siempre eran ensordecedoras cuando los 3 hombres sacaban a relucir sus buenas vergas y posaban tontamente apretando los bíceps para las chicas. Su acto constaba de 2 partes, desnudarse y bailar tontamente y luego bajar del escenario para iniciar la segunda fase.
Presentador: ¿Quiénes serán las afortunadas? ¿Quiénes serán? – decía cómicamente mientras los 3 strippers comenzaban a deambular por el lugar.
Nuestro protagonista y los otros 2 strippers deambulaban por las mesas, separados, dividiéndose deportivamente el lugar, que de hecho era grande, le permitía caminar rápidamente y andar por ahí varios minutos sin toparse con el fondo del club.
Presentador: ¡Solo 3 afortunadas chicas podrán disfrutar la experiencia VIP! – decía y todas reían histéricas y emocionadas.
Max deambulaba por las mesas y se acercaba a algunas, en una mesa de chicas jóvenes ellas se hacían para atrás riendo histéricamente viendo fijamente su verga como si fuera un arma mortal, esta mesa no, caminaba a toda velocidad 2 mesas más, típica mesa de mujeres maduras, sonreían sin impresionarse demasiado y una que fumaba le tomaba la verga firmemente, esa mujer no estaba mal, en sus 45 tal vez, buenas tetas, muy buenas, tal vez operadas, pero era una presa demasiado obvia, la dejaba disfrutar con su verga erecta en la mano mientras sus amigas reían un poco y una le tomaba una foto sosteniéndole la verga y riendo, se iba y avanzaba a otra mesa, la canción de trololo puesta sarcásticamente a propósito terminaba.
Presentador: ¡Es el momento! ¡Tomen a las elegidas, escorpiones!
Decía el presentador riendo y apresurando a los hombres. Apresuraban la música cómicamente y el presentador seguía presionando.
Presentador: ¡Se acaba el tiempo!
Ese anuncio siempre tenía el mismo efecto, las chicas veían atentamente y muchas alzaban la mano sin saber siquiera que se aproximaba, algunas levantaban la mano por completo riendo escandalosamente y saltando en su asiento animadas por sus amigas, esas no, solo quieren ser graciosas y cool, no había acción real ahí, algunas chicas le levantaban la mano cómicamente a alguna de sus amigas, esas menos, había que arrastrarlas al escenario y nunca querían hacer nada, solo reían nerviosas y esperaban que todo terminara, otras apuntaban con ambas manos a alguna mujer que reía nerviosamente, tampoco, pero estaban las favoritas de Max, las que levantaban la mano tímidamente sin rebasar su propio cabeza, sin llamar la atención, como si casi no quisieras ser vistas, parecía que sabían lo que querían, pero se resistían de sus propios impulsos, levantaban la mano tímidamente y lo hacían exactamente y solo cuando él las miraba, con la mirada nerviosa y una sonrisa tonta, a veces cuando las veía por más de un segundo bajaban la mano riendo e intentaban hacerse las idiotas, esas estaban en el punto exacto, lo suficientemente ebrias para ser divertidas, pero no tanto como para que fuera un delito, lo suficientemente curiosas y perversas como para querer llamar su atención, pero con el punto exacto de timidez como para dejarlo llevar la situación a él.
Lanzaba su mirada por varias mesas mientras la música casi terminaba y algunas encajaban en la ya mencionada precisa descripción que él buscaba, vio a la perfecta para esa noche, una chica de piel aperlada y con el cabello chino, estaba sentada, parecía delgada y de unos 35 años, cuando ella levantó la mano izquierda y él vio perfectamente los 2 anillos en el dedo anular la eligió de inmediato. Corrió hacia ella apuntándola cómicamente, ella bajaba la mano riendo y sus amigas la empujaban, él llegaba a ella, la tomaba de la mano y lo acompañaba riendo sin resistirse demasiado.
Presentador: ¡Traigan los muros de la diversión!
Anunciaba jocosamente y otros chicos que ya se habían presentado y estaban demasiado vestidos para no robar la atención, colocaban unos paneles semitransparentes sobre el escenario, tres paneles semitransparentes. A la altura perfecta para taparlos a ellos hasta el ombligo y lo suficientemente amplios para taparlas a ellas perfectamente de rodillas.
Todas gritaban como locas y reían en igual manera, mientras los otros hombres colocaban los paneles blancos semitransparentes sobre el escenario, Max dejaba subir primero a su elegida al escenario pero yendo bastante cerca de ella para mirarla, ella llevaba jeans ajustados, si era delgada y tenía un trasero bastante lindo, él metía la mano sin vergüenza entre sus lindas nalgas y acariciaba firmemente entre sus cachetes carnosos llegando con la punta de los dedos hasta la vagina, ella le dirigía esa mirada que había visto mil veces cuando él mil veces había hecho eso, una mirada nerviosa, confundida y algo emocionada, parece que todas siempre quisieron decir algo, ninguna lo hizo nunca.
Las 3 parejas subían al escenario, nuestro protagonista siempre pedía estar en medio en el primer acto, quería ser el centro de atención lo más posible para tener mejores posibilidades cuando bajaba a elegir, pero en el segundo acto siempre tomaba uno de los paneles de la orilla, necesitaba aunque fuera un poco de privacidad, la mirada siempre intenta ir al centro, él contaba con eso. Incluso tomaba el ligero panel de plástico y fingía acomodarlo, mientras realmente lo hacía unos o dos metros hacia atrás y medio metro aún más hacia la orilla, le gustaba estar lo más alejado posible del centro, ahora no solo no estaría en el centro, ni siquiera sería el panel que estuviera más al frente.
Max: ¿Eres casada? – le preguntaba haciéndote el idiota, le ponía cachondo hacer que ellas lo admitieran
Chica casada de buen culo: s-si – parecía dudar por un segundo, pero respondía tímidamente sin dejar de ver ingenuamente los paneles
Presentador: de rodillas preciosa – decía cómicamente a la chica que estaba con “Kevin” en la otra orilla, la chica reía y se negaba un poco, pero se ponía de rodillas, como todas, como siempre y resguardándose en el panel
Chica casada de buen culo: ¡¿Se supone que te la voy a chupar?! – preguntaba nerviosa y está vez si dirigiéndole la mirada a Max esperando respuesta
Max: si – le decía simplemente.
Y enseguida le metía la mano de nuevo firmemente entre sus lindas nalgas, no una caricia tímida y superficial, no, le metía la mano profundamente entre las nalgas, apretando con fuerza su lindo trasero y alcanzando su vagina con la punta de los dedos de nuevo y ella de nuevo lo miraba tímidamente, casi diciéndole algo, pero sin decir nada otra vez, eso sí, él cuidaba que nadie en el público pudiera ver, se mantenía pegado a lado de ella y lanzaba su mano despistadamente a su trasero para disfrutar tocando morbosamente su culo, estás chicas tenían la moral retorcida y harían cualquier cosa siempre y cuando no quedará evidencia ni fuera completamente obvio, lo suficientemente ambiguo como para que pudieran mentir, restarle interés o hacerse las idiotas, él lo sabía.
Chica casada de buen culo: pe-pero – ella intentaba articular y él intentaba fingir no escucharla, era mejor no dejarlas pensar demasiado
Presentador: ¡De rodillas! – decía a la segunda chica que se ponía de rodillas más fácilmente y más feliz que la primera, todas gritaban histéricas
Chica casada de buen culo: oye pe-pero – intentaba volver a articular algo y Max la interrumpía
Max: te toca – le decía con autoridad, ella volteaba de inmediato al presentador que la veía con una mirada tonta y cómica indicándole el piso con la mano
Presentador: usted también no se haga wey
Decía graciosamente y todos reían, la chica volteaba a ver Max un segundo y él evitaba su mirada mientras animaba tontamente al público alzando los brazos que respondía gritando y riendo, la chica cedía poniéndose de rodillas riendo nerviosamente.
Presentador: 3 canciones chicas, 3 canciones para hacer lo que quieran con esas pinches manguerotas – todos reían, los 3 hombres se retiraban el bóxer por fuera del panel, los 3 completamente erectos, las chicas del publico aullaban como locas mientras ellos jugueteaban con su verga para su disfrute visual – ¡Y ni siquiera tendrán que pagar extra! Aquí en Escorpion’s es todo incluido.
Terminaba su frase y era correspondido con risas y aplausos mientras una canción de reggaetón comenzaba, los 3 hombres tomaban posición frente a sus chicas que estaban de rodillas resguardadas por el panel y la mitad de sus cuerpos dejaban de ser visibles para el público, ahora era un show privado en primer plano en la cara de las 3 afortunadas.
La música comenzaba y Max le acercaba la verga lo más que podía a la cara a su elegida, ella le sonreía desde abajo negando con la cabeza, él bajaba la cabeza y alcanzaba su oído, ella escuchaba atenta entre el estruendoso ruido de la música.
Max: puedes chuparla todo lo que quieras, neta no hay problema – le decía firmemente al oído para que lo escuchara perfectamente.
Él siempre usaba esa frase prefabricada, les decía casi como si estuviera haciéndoles un favor, él tenía la idea de que eso causaba un efecto en la mente de ellas, el efecto de mostrarse como un alfa jodidamente seguro de si mismo, un alfa que les daba el enorme beneficio de dejarlas complacerlo oralmente, como si los papales estuvieran invertidos, funcionaba de maravilla. Además él sabía que ellas sabían que podían hacerlo, era obvio, ¿No? Pero dejarlo claro segundo uno las animaba más, dejaba las cosas claras y cualquier duda quedaba disipada.
Chica cada de buen culo: no te la voy a chupar no mames jajaja – decía riendo con cara de incredulidad, él no prestaba atención, la respuesta inicial era casi siempre la misma.
Comenzaba a bailar ridículamente, apretando los brazos y moviéndose de medio cuerpo para arriba como idiota, las chicas reían y algunas se acercaban al escenario intentando espiar por los lados, sus esfuerzos eran en vano, estaba todo pensado y los de seguridad las veían atentamente cuidando que no saltarán arriba, podían ver desde ahí cuánto pudieran y quisieran, pero si intentaban saltar irían por ellas en un segundo.
Max bailaba tontamente sin moverse de su lugar mientras la primer canción llegaba a la mitad y se aseguraba de acercarle la verga a la cara a su elegida, ella le acariciaba el muslo riendo y alejaba la cara tímidamente de su enorme y erecto falo, él le dirigía miradas de vez en cuando y ella desaprobaba con la cabeza. La primera canción siempre era así, él no se preocupaba, sabía manejar los tiempos.
La primer canción terminaba, se hacía un poco de silencio, el presentador pasaba y entrevistaba cómicamente a la primer chica.
Presentador: ¿Qué tal sabe? – preguntaba y todos reían escandalosamente por su sarcástica falta de tacto
Primera chica: ¡Jajajaja!
Presentador: dice que sabe a paleta payaso – risas estruendosas – ¡Solo 2 canciones más! – decía y veía al chico que estaba escondido en la orilla del escenario que asentía y ponía enseguida otra canción de reggaetón
Max: te va gustar, sin pena.
Le decía seriamente ofreciéndole la verga con una mano, sin sonreír, ni risas nerviosas, ella de pronto cambiaba la actitud y lo veía seriamente también, analizando su rostro, él sabía que lo peor que podía hacer en esa situación era reír o hacerlo parecer algo cómico, lo aprendió en sus primeras experiencias, cuando él reía y hacia bromas, ellas solo se relajaban y reían hasta que todo terminaba y se despedían de él amablemente como se despedirían de cualquier amigo, nada de diversión, ya no cometía ese error.
La música comenzaba y él le acercaba lentamente la verga a la boca, ella no dejaba de verlo seriamente, abría la boca cuando él rozaba sus labios con la punta húmeda de su firme falo y ella cerraba los ojos dejando entrar su verga en su húmeda y cálida boca, él no pudo evitar sonreír, ¡Bingo!
Él tomaba suavemente la cabeza de ella haciéndola ir más profundo, aún no emplearía toda su fuerza ni iría hasta el fondo, primero la haría sentir cómoda bajando por su verga lentamente mientras él disfrutaba la mamada. Empujaba su cabeza suavemente con una mano e intentaba seguir haciendo caras idiotas de placer desmesurado hacia el público femenino que distribuía su atención entre los 3 espectáculos que sucedían al mismo tiempo en el escenario, su teoría funcionaba, ellas definitivamente parecían ver bastante más lo que sucedía al centro.
Le sacaba la verga de la boca y con una mano la hacía ir más abajo para que le lamiera sus bolas rasuradas, ella lo hacía y lo veía con esa mirada lujuriosa que él sabía que significaba que estaba completamente metida en el asunto. La hacia que lo complaciera con su lengua caliente y húmeda que se sentía asombrosa en sus bolas y le restregaba la verga en la cara, se retorcía sobre su lindo rostro por el placer de su lengua yendo de sus bolas a su periné y era difícil no enfocarse 100% en eso y seguir “actuando” para el público.
Ella tenía sus manos sobre sus fuertes muslos y ya se dejaba llevar por completo, le lamía las bolas y lo hacía retorcerse, luego iba a seguir la mamada y lo veía con completa lujuria mientras disfrutaba el amargo sabor de su líquido pre seminal, él disfrutaba la cálida y suave boca de esa desconocida casada, puta y lujuriosa complaciéndolo.
La segunda canción terminaba, se hacía silencio y ella le pasaba la lengua por todo lo largo de la verga sosteniendo el falo con una mano y sonriéndole un poco, ella estaba en el mood perfecto, él lo sabía.
Presentador: necesitarás peinarte – decía cómicamente metiendo el micrófono en el panel central y todos reían
Segunda chica: ¡No es cierto! Jajaja – respondía la chica que estaba de rodillas en medio y todos reían
Presentador: bueno… – decía sarcásticamente haciendo una cara idiota de incredulidad exagerada hacia el público que seguía riendo
Max: te follaré la cara – le decía agachando la cara a su chica, ella lo veía nerviosa y sonreía incrédula – agárrate de mi trasero – le decía con firmeza, ella reía y no sabía que hacer – agárrate de mis nalgas, te va encantar neta – le decía sonriendo pícaramente.
Ella subía sus manos lentamente por detrás de sus muslos hasta llegar a su firme trasero y se afianzada con ambas manos, una mano en cada una de sus firmes nalgas.
Presentador: ¡Última canción! – gritaba triunfalmente y las chicas reían, aullaban, gritaban e incluso algunas aplaudían
Max: te va encantar – le decía poniendo deliberadamente una cara lujuriosa para que ella se pusiera más cachonda, funcionaba, ella lo veía nerviosa, él ponía ambas manos sobre su cabeza y ella esbozaba una leve sonrisa – no me sueltes el trasero – le decía sonriendo y ella negaba con la cabeza sonriendo aún.
La música comenzaba, él empujaba firmemente a la mujer por la cabeza con ambas manos, firme pero lento, ella le apretaba las nalgas mientras dejaba entrar su verga casi por completo y él gemía honestamente sin limitarse por primera vez en el espectáculo, al sentir como su verga topaba con la garganta de ella y la mujer hacia esa cara de asco que a él tanto le ponía cachondo.
Tenían un acuerdo ellos 3, la última canción era para ellos, en la última canción siempre buscarían su placer por encima del espectáculo y se desentenderían del público, si los 3 lo hacían, parecería parte del show, ninguno desentonaría y no parecería raro. Él levantó la mirada una última vez para comprobar esto, sus 2 compañeros parecían también en lo suyo y entonces se entregó al placer de la húmeda, suave y cálida boca de la puta que tenía de rodillas.
La tomaba de la cabeza e iba hasta el fondo dejando su verga dentro de su garganta varios segundos, disfrutando su caliente lengua vagar por toda su verga, ella hacia esas fantásticas caras de asco y lanzaba una arcada, se liberaba de su agarre y él le permitía respirar desesperadamente. La tomaba de nuevo y volvía a follarle la cara, más fuerte, más rápido, más violento, con todas su fuerzas y a toda velocidad, se sentía maravilloso, su cálida lengua, su saliva escurriendo descuidadamente, sus suaves labios alrededor de su falo, las caras histéricas y distorsionadas de ella que lo veía desde abajo pareciendo que suplicaba piedad, pero sin soltarse de su firme trasero, él solo iba a más velocidad y alzaba la cara disfrutando la boca de la zorra de la que ni sabía su nombre, ni se preocupó en preguntar, él iba hasta dentro de ella de manera cruel y grosera, solo quería su placer, si ella se molestaba no le importaba, ¿Por qué carajos le importaría?
Ella era buena, soportaba la velocidad, la fuerza y la profundidad, se preguntó si era así con su marido, seguramente no. Él le permitía respirar y ella le sonreía lujuriosa mientras recuperaba la respiración escandalosamente y lagrimeaba un poco, él necesitaba hacerlo, la vio fijamente le empujó la verga de nuevo y comenzó a follarle la cara a toda velocidad, pero ahora todo sería con precisión, dirigiéndola exactamente donde él necesitaba esa estimulación oral, a una cuarta parte de la base de su verga y terminando justo debajo de su glande, la tomaba firmemente de la cabeza por los lados para ganar precisión sacrificando firmeza, y la subía y bajaba con fuerza exactamente en esa zona, a una cuarta parte de la base de su verga y terminando justo en donde iniciaba su glande, ella lo entendía y dejaba que él la manejara como un juguete sexual, como si se estuviera masturbando con su boca, apretaba sus labios para maximizar su placer y él se retorcía y gemía sin dejar de verla, manteniendo la velocidad y enfocándose exactamente en la zona que él necesitaba.
Siempre usaban las 3 mismas canciones, él sabía que se acercaba el final, subió un poco más la velocidad y lo logró, sintió ese cálido y satisfactorio calambre viniéndole de dentro y terminando en su verga, puso rápidamente sus manos sobre la nuca de ella de nuevo, una milésima de segundo antes de que ella notara que sucedía, no la dejaría escapar, como dije, no le importaba un carajo si ella se molestaba, la tomó firmemente de la nuca e introdujo todo lo que pudo su verga hasta su garganta, la primera y violenta palpitación de su verga en la boca de ella la hizo retorcerse histéricamente y casi logra soltarse, pero él en serio la tenía firmemente tomada por la nuca y no la dejó escapar, y no había cosa que él más disfrutara en la vida que esa cara histérica de sorpresa y asco mientras su verga palpitaba dentro de la boca de alguna desconocida y dejaba caer su espesa y amarga corrida en su boca.
Su verga se retorcía violentamente por segunda vez dentro de la boca de ella mientras la veía fijamente disfrutando su orgasmo y podía sentir su garganta moviéndose para tragar, ella apretaba los ojos haciendo caras de asco y le golpeaba el muslo un poco molesta, aunque se quedaba en la posición mientras se tragaba sus asquerosos mecos amargos y espesos. Una tercera carga y soltaba apenas un poco su agarre, ella lo veía fijamente y no podía evitar hacer caras de asco mientras su verga palpitaba y bombeaba en su boca una vez más y ella tragaba con dificultad, la chica se retiraba lentamente y tragaba con dificultad lo último que quedaba en su boca, él le acariciaba la cabeza y le ofrecía la verga con una mano para que ella comiera la última gota que salía de su punta, por alguna razón ella lo hizo, por alguna razón ellas siempre lo hacían aunque parecieran furiosas, sumisión total. La canción terminaba mientras ella podía “saborear” ese penetrante, espeso y amargo sabor en su saliva.
Presentador: en la vida hay tragos amargos… – decía cómicamente el presentador y todas estallaban en risas, preguntándole a la chica que seguía de rodillas frente a nuestro protagonista, él había visto todo morbosamente, le encantaba ver lo que sucedía ahí debajo siempre, la chica seguía tragando y no sabía que decir – ¿Quieres una menta? – preguntaba sarcásticamente y el público reía más
Chica casada de buen culo – ¡Cállate! Jajaja – decía riendo nerviosa, reía más por los nervios, pero si que parecía molesta
Presentador: ¡No mames aguanta con tu aliento a verga! – Decía cómicamente retirándose rápidamente volteando la cara haciendo una expresión de asco exagerado y el público reía y aplaudía – ¡Apláudanle a nuestras chicas! – decía triunfalmente después de disfrutar los aplausos, cada hombre tomaba a su chica y las ponían de pie mientras el público aplaudía y reía
Chica casada de buen culo: ¿Por qué no me avisaste no mames? – decía molesta sin verlo a la cara mientras los aplausos continuaban
Max: porque quería eyacular en tu boca – decía cínicamente tocándole el trasero por tercera vez, él disfrutaba ser un sádico, ella lo veía incrédula por su cinismo
Chica casada de buen culo: eres un pendejo… – decía débilmente, parecía casi decepcionada
Max: y tú una puta – le decía cruelmente – ella se daba la vuelta y se iba – no beses a tu marido con aliento a mi verga, ¡Se va dar cuenta! Jajaja – le decía en voz alta para que ella escuchara, ella escuchó mientras bajaba del escenario
Presentador: ¡Muchas gracias por venir esta noche! ¡Más diversión y más vergas mañana muchachas! – decía mientras las luces se encendían, los 3 hombres hacían un gesto ridículo de despedirse como si fuera una obra de teatro y recibían aplausos, algunos sinceros, algunos irónicos – tengan su número a mano para recoger sus abrigos – decía seriamente como instrucción final.
Los strippers se vestían, bromeaban y presumían sobre la noche, luego se iban a casa. Max estaba feliz por la interesante noche, nunca se volvía aburrido.