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Me enamoré de una ninfómana y no lo sabía

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De un tiempo para acá he estado mirando estas páginas de relatos donde la gente publica sus historias aunque la mayoría, por no decir que todos suelen ser ficticios, pero la realidad siempre supera a la fantasía así que me decidí por compartir aquí algunas cosas que me sucedieron en mi anterior relación.

Primero quiero describirme un poco y también describir a mi pareja de ese momento para poner un contexto de los hechos: Soy bisexual y en el pasado he tenido relaciones con hombres y mujeres en diferentes momentos de mi vida, aunque es algo que mantengo en secreto y sólo muy pocas personas lo saben. Vivo en la ciudad de Bogotá, Colombia. Ella se llama Helena, es una chica de piel muy blanca y suave, cabello negro, liso y largo a media cintura, ojos cafés, 1.60 m de estatura, bonito cuerpo con tetas talla 34b y un buen culito redondo y rellenito, nariz respingona y labios pequeños. Es menor que yo 10 años.

Nos conocimos por medio de una prima mía, ella tenía 18 años recientemente cumplidos y su belleza me atrapó por completo. Empezamos a hablar y poco a poco nos fuimos enredando en una relación que al principio fue solo una amistad pero con mucho de atractivo e interés mutuo. El caso es que al poco tiempo ya era mi novia.

Muy pronto y como es normal, empezamos a tener relaciones sexuales casi que en cualquier lugar y circunstancia que fuera posible: en su casa o en la mía, a solas o con más personas en casa, en la habitación, en el baño, en la sala, etc. Por su juventud había muchas cosas que para ella venían siendo su "primera vez" y fuimos descubriendo paulatinamente...: Por ejemplo, me había dicho que aunque no era virgen, pues antes de mí había tenido un novio, en la práctica nunca había visto a un hombre eyaculando, así que un día quise que me masturbara con su mano mientras con la otra se alistaba a recibir mi semen en su palma para que lo pudiera ver con sus propios ojos... Otra cosa que tampoco había hecho era sexo oral así que un día se preparó y sin decírmelo estando a solas en mi casa me hizo una deliciosa mamada que me hizo correrme en su boca. Sobra decir que se lo tragó lo cual me pareció muy excitante y delicioso.

En fin, conmigo ella empezaba a experimentar algunas cosas que no había vivido antes, pues con su anterior novio que se llamaba José (quien además fue su primer novio), tuvieron sexo muy pocas veces y siempre en la pose del misionero, según ella me comentó.

Quiero aclarar que en algún momento conversamos el tema de utilizar preservativo, pero coincidimos en que ni a ella ni a mí nunca nos gustó hacerlo así, siempre hemos preferido sentir la piel sobre la piel, siempre, y nunca utilizamos condón... así que ella decidió planificar con el implante subdermico que les colocan a las mujeres en el brazo y que tiene efecto por 5 años. Ya sé que a pesar de evitar embarazos no deseados, el implante no previene enfermedades de transmisión sexual y sé que asumimos riesgos muy grandes por esas prácticas, sin embargo la verdad es que las ETS no era algo en lo que pensáramos mucho en esos momentos y más importante aún, nunca resultamos infectados durante los 6 años que duró la relación.

En una oportunidad en mi casa estando solos, decidí hacerle sentir lo que es un buen sexo oral, así que primero nos besamos un buen rato, nos tocamos hasta que ya estábamos excitados y después la desnudé toda de cintura para abajo y la recosté en mi cama con las piernas bien abiertas mientras yo la iba recorriendo despacio con mi boca y nariz desde los pies hasta su coñito que ya estaba muy húmedo y caliente y al llegar ahí me aferré a su sexo como un ternero hambriento recorriendo cada centímetro de su intimidad, lamiendo su vagina y su clítoris, sintiendo sus espasmos y gemidos de placer con cada pasar de mi lengua hasta que empezó a liberar un pequeño chorrito de un líquido que en principio identifiqué como su orina pues tenía un ligero sabor saladito, sin embargo decidí continuar y me lo tragué todo poco a poco y lentamente a medida que iba brotando de su cuerpo. Al rato le pregunté y me dijo que estaba tan excitada que no había sentido que soltaba ese chorrito.

Ella siempre gustó de mantener su vulva y ano completamente depilados en todo momento. Su vulva es rosada y suave y de ese estilo donde los labios menores sobresalen un poquito al exterior y su ano es pequeñito y de un color ligeramente más oscuro que la piel que lo rodea.

En otra ocasión me dijo que quería tener sexo anal, que quería saber que se sentía ser penetrada por el ano. En ese momento estábamos en su casa, así que esperamos que sus papás se durmieran y en una silla de la sala lo hicimos. Sentados, ella encima de mí, le apunte el pene en el ano y poco a poco le fue entrando... Realmente no fue la mejor experiencia por la incomodidad del momento y porque tampoco habíamos usado lubricante, es más, yo ni siquiera logré venirme, pero esta experiencia le quedaría a ella como uno de sus asuntos pendientes por llevar a cabo más adelante...

Tuvimos sexo en muchas ocasiones y lugares, una vez lo hicimos al aire libre en un parque natural cercano a la ciudad, incluso varias veces lo hicimos teniendo ella su periodo menstrual.

Otra vez fuimos a un motel, y ya estando desnudos en la cama me pidió abrir las piernas y cerrar los ojos, yo pensé que me iba a meter un dedo, pero lo que sentí fue su lengua calientica y húmeda recorriendo los pliegues de mi ano, y esa sensación me hizo casi saltar de placer. En fin, ella iba descubriendo con total curiosidad el mundo del placer sexual.

Con el paso del tiempo y a medida que nos íbamos teniendo más confianza, ella me confesó que su deseo e interés en los temas sexuales había despertado desde que se empezó a desarrollar como mujer, y que desde entonces se ha masturbado frecuentemente y que cualquier situación erótica por pequeña que fuera encendía sus pasiones.

Normalmente yo iba de pasada a su casa una o dos veces entre semana en la noche después de llegar de trabajar y si se daba la oportunidad lo hacíamos a escondidas, y ella también venía a mi casa y se quedaba conmigo desde el viernes hasta el domingo por la tarde, y teníamos sexo delicioso unas tres o cuatro veces cada noche. En total veníamos teniendo sexo en promedio unas 6 - 10 veces por semana. Aclaro que no siempre era así, también había ocasiones en que por otras circunstancias no podíamos ni siquiera vernos.

Así habían pasado ya unos 2 años con esa intensidad y poco a poco iba bajando la frecuencia con que lo hacíamos hasta que habían días en que después de haber tenido sexo 2 veces seguidas yo ya empezaba a cansarme y no quería más, pero ella siempre quedaba con ganas de más, y un buen día discutimos fuerte por eso y le dije que era una ninfómana. Ese fue el principio del fin. Las cosas pronto se calmaron pero el daño había sido hecho. Por ese entonces ella se encontraba estudiando un curso técnico en contabilidad y en pocos meses lo terminaría.

Aproximadamente dos meses después, un sábado me encontraba yo en mi casa revisando un computador portátil que alguien me había pedido que revisara, y ella llegó, entró y hablamos un rato y enseguida me pidió que dejara lo que estaba haciendo y que tuviéramos sexo y le dije que no podía porque me había comprometido a hacer ese trabajo, entonces ella estalló y se fue.

Duramos aproximadamente dos semanas sin hablar pues ella estaba demasiado enojada conmigo porque no quise tener sexo ese día, sin embargo cuando regresó varias cosas habían cambiado para siempre en la relación... Durante ese tiempo había estado pensando lo que pasó y que como yo le había dicho que era una ninfómana entonces había aceptado una invitación a salir que le hizo un amigo de estudio el fin de semana anterior, que fueron a tomar algo y a bailar y que después habían pasado toda la noche en un motel teniendo sexo hasta la mañana siguiente.

Para mí fue un golpe muy duro en ese momento pero aun la quería demasiado y no quería perderla, sin embargo ella ya había cambiado, no sería más la misma niña de antes... Fue una decisión muy difícil porque ya llevábamos un buen tiempo juntos y yo la quería mucho a pesar de todo pero ella estaba firme y no iba a cambiar, se había revelado, había "abierto sus ojos" y las cosas no iban a seguir como antes. Era dejarla, olvidarla y que todo terminara o seguir una nueva relación bajo nuevas reglas, así que tuve que tomar una decisión...

Al principio no fue nada fácil, saber que de vez en cuando ella seguiría saliendo con su amiguito, pero yo la había iniciado cuando le dije que era ninfómana, y con el hecho de que cada vez íbamos teniendo menos sexo, además una de las nuevas normas era que si alguno de los dos iba a salir con alguien más le comentaría al otro con honestidad y detalle las cosas que fueran pasando.

Al cabo de unos 3 meses las cosas habían alcanzado un extraño nivel de normalidad. Ella me decía: "...mañana no nos vemos porque voy a salir con Jhonatan, te llamo después..." y poco a poco fui normalizando la situación. De hecho desde que empezó a salir con él tambíen cambió conmigo, se volvió un poco más cariñosa y amable, extrañamente todo iba mejorando.

Unos pocos meses después ella consiguió un trabajo en una pequeña oficina de abogados donde sería asistente contable. En esa empresa duraría un año y medio, tiempo suficiente para conocer a un nuevo amigo con quien un día tambíen haría de las suyas...

Se trataba de un joven estudiante de derecho que estaba haciendo allí sus prácticas para profesional y con quien entablaría una gran amistad. Ella misma me iba contando todas las cosas que pasaban entre ellos, y que su nuevo amigo la estaba empezando a cortejar a pesar que desde un principio ella le había dicho que tenía novio hacia casi 3 años, sin embargo Helena empezó a jugar el juego de hacerse la difícil para no caer tan rápido, a pesar que él ya la había invitado a salir varias veces ella siempre se hacía de rogar, siempre tenía una excusa y nunca le acepto las salidas, estaba jugando al gato y al ratón, todo sería cuestión de tiempo...

Andrés era un muchacho de unos 27 años, mediría quizás 1.75 de estatura, moreno, delgado, utilizaba gafas y era muy educado, según ella.

Llego diciembre y la empresa había organizado una salida de fin de año lo cual es costumbre pues las empresas acostumbran dedicar un día para agradecer a sus empleados, algunas hacen fiestas, otras organizan salidas a clubes y otras van más allá y realizan actividades recreativas en hoteles y balnearios cerca de la ciudad.

La salida sería un sábado regresando al otro día, todo estaba incluido, transporte, alimentación y hospedaje, como era una empresa pequeña de no más de 15 empleados, se habían hecho reservas de habitación por persona. Ella ya me había dicho que ahí si iba a ser... yo le dije que se divirtiera y lo disfrutara y que al otro día cuando regresara me contara todo en detalle cómo había sucedido.

Y así fue, llego el día, el bus que los recogía salía a las 8 am y al llegar allá lo primero que hicieron fue instalarse cada uno en su habitación y cambiarse de ropa por otra más cómoda pues en el lugar la temperatura promedio era de unos 28 grados centígrados. Ella se vistió con una blusa delgada de color blanco que transparentaba y dejaba entrever su brassier, un pantalón azul muy corto y ceñido al cuerpo y unas sandalias para poder lucir sus hermosos pies y el pedicure que se había mandado hacer la noche anterior, unas gafas oscuras y un sombrerito. El hotel tenía piscina y zona de juegos. Los hombres fueron acomodados en habitaciones del segundo piso y las mujeres en el tercero. Era un hotel muy pequeño. Hubo música, bebidas y celebración. Se entregaron regalos y por la tarde se sirvió el almuerzo y enseguida un DJ animó la celebración poniendo a todos a bailar hasta las 8 pm, hora en que cada quien fue retirándose a descansar. Solo dos de ellos se quedaron tomando. Ellos habían estado juntos todo el día y ya lo tenían planeado, se retirarían cada uno a su cuarto a ducharse y arreglarse un poco y a eso de las 9 pm Andrés pasaría al cuarto de ella...

Todo el tiempo se iban hablando por whatsapp. A la hora que habían acordado, Andrés llegó caminando descalzo y despacio para evitar hacer ruido, llevaba una pantaloneta negra y una camisa oscura de manga corta. Tocó suavemente la puerta y ella abrió. En ese momento ella también ya se había puesto algo más cómodo... Tenía puesto un camisón rosado y largo hasta la mitad de la pierna, no llevaba ropa interior y también estaba descalza. Lo dejó entrar, cerraron la puerta con llave, se sentaron al borde de la cama y enseguida empezaron a besarse... Su habitación era muy pequeña, apenas cabía la cama y un pequeño mueble, tenía vista a la piscina. Creo que sobra decir lo que pasó esa noche, Helena se entregó por fin en brazos de Andrés quien pudo finalmente saciarse las ganas que le tenía...

Después de un largo beso y ya con algo de excitación encima, ella se puso de rodillas frente a él bajándole la pantaloneta para empezar a hacerle sexo oral, Andrés se encontraba aún sentado en el borde de la cama y la dejó hacer.

Mi novia que para ése entonces ya había estado perfeccionando su técnica de sexo oral conmigo y con Jhonatan le lubricó los genitales con un poco de saliva y recorrió con boca y lengua su pene y testículos hasta empalmarlo bien y cuando ya estaba a punto de eyacular se lo metió todo en la boca hasta la garganta y así lo hizo venirse tragándoselo todo sin desperdiciar ni una sola gota.

Se recostaron y ella lo dejó descansar recostado sobre la cama con la camisa aún puesta y se tendió a su lado. Estuvieron hablando de varias cosas sin mayor importancia.

Unos 45 minutos después, cuando Andrés dio muestras de estar recuperado ella estiró su mano y lo empezó a masturbar suavemente, se sacaron la camisa y el camisón quedando completamente desnudos y ella lo montó a él quedando de espaldas enseñándole de primera mano su culo abierto y dejándole ver como su pene entraba en su ya húmeda vagina mientras ella llevaba el ritmo subiendo y bajando a su antojo, al tiempo que ella lo tomaba a él por los tobillos y jugaba con su liso cabello negro haciéndolo pasar entre los dedos de sus pies.

Unos diez minutos más tarde Andrés estaba a punto de explotar de nuevo y Helena ya estaba excitadísima tanto así que sus jugos lubricantes habían escurrido por el pene de Andrés mojando sus testículos y hasta las sábanas. No aguantaron más y explotaron cada uno a su manera uno dentro del otro.

Nuevo descanso y nuevo espacio para conversar. Él le hizo saber que nunca antes le habían hecho una mamada tan deliciosa como la que ella la había hecho hacía un rato y que esa pose que acababan de hacer también lo había dejado muerto. La suave sensación de sentir su cabello en los pies mientras la penetraba y al mismo tiempo podía ver cómo le salía y le entraba el pene de su vagina había sido algo espectacular. Ella se sonrió.

A pesar de estar cansados no podían dejarse vencer por el sueño por el riesgo de que al otro día los encontraran a ambos en la misma habitación, y sin embargo él quería seguir repitiendo, así que después de más o menos una hora Andrés recargó energías y empezó a besarla nuevamente. Entre caricias y besos de parte y parte Helena también volvió a calentarse y se puso como perrita en 4 pies sobre la cama para que él pudiera comérsela a su antojo. Enseguida Andrés estaba sentado a un lado de la cama con el culo de Helena en bandeja listo para ser comido. Primero lo recorrió bien con la lengua y cuando estuvo listo se puso de pie para penetrarla. Ella ya le había indicado que solo harían sexo vaginal entonces la montó y empezó a hacerla suya de nuevo con sus movimientos de cadera acompasados adelante y atrás, sucesivamente, sin interrupción.

Se quedaron así en esa pose y al cabo de unos 15 minutos, él ya se estaba corriendo de nuevo en sus entrañas.

Otra vez a descansar y recargar energías. Se recostaron desnudos en la cama uno junto al otro abrazados y pusieron música en el celular para no caer dormidos. En ese descanso aprovecharon para ir cada uno al baño y siguieron conversando como dos buenos amigos.

Según Helena, serían quizás las 3 am y ya llevaban casi 3 horas conversando en buena onda. Ambos seguían acostados desnudos en la cama pero ya hacía más de una hora que ella se había girado 180° quedando a los pies de él, conversando y riendo cuando se le ocurrió jugar de nuevo pasando suavemente sus mechones de cabello por entre los dedos de los pies de Andrés como lo había hecho hace unas horas y él empezó de nuevo a excitarse.

Ella se sonrió al verlo así y se le ocurrió que hicieran un 69 aprovechando que se encontraban en esa posición invertida. De inmediato ella se giró colocándose sobre él boca abajo pero a la altura de los pies. La idea es que empezaran a lamerse desde ahí y fueran bajando poco a poco hasta llegar a la cintura para hacer el juego un poco más caliente.

En esa posición ambos cuerpos desnudos se tocaban piel a piel, él acostado boca arriba y ella encima de él boca abajo, entonces ella empezó lamiendo sus pies al tiempo que él hacía lo mismo con los de ella.

La cosa poco a poco se fue calentando y pasaron de una simple lamida a chuparse los dedos uno a uno, del grande al pequeño y de vuelta. Ella pasaba su lengua por el espacio entre los dedos lo cual le encantaba a Andrés por los pequeños gemidos que daba. Poco a poco fueron bajando por las plantas a los tobillos y rápidamente pasaron a las piernas, Andrés la recorría a ella por la parte interior de sus muslos y eso la ponía muy caliente.

En menos de nada ya estaban formalmente haciendo el 69. Helena empezaba a darle nuevamente una gran mamada y él mientras tanto alternaba clavando su lengua lo más profundo posible en el fondo de su vagina y dándole unos repasos en el capuchón de su clítoris, escapándose de vez en cuando para salvar su ano que palpitaba con fuerza.

Antes de que llegaran a correrse así ella se levantó rápidamente dándose la vuelta para quedar de frente a él y con una mano dirigió el pene hasta su vagina clavándolo tan profundo como podía y empezó a cabalgarlo.

Andrés la miraba a los ojos mientras le acariciaba las tetas que de vez en cuando llegaba a chupar, después bajaba sus manos agarrándole el culo mientras ella seguía subiendo y bajando a su propio ritmo.

No tardaron mucho en venirse, Andrés gimió de placer mientras la llenaba con semen e inmediatamente ella también soltó un ligero gemido. Ella se tiró a un lado para descansar.

Se recostaron un poco, colocaron alarmas en los celulares y durmieron un par de horas para intentar recuperarse. Los teléfonos sonaron a las 5:00 y a las 5:10 am, se despertaron y se quedaron así abrazados en posición de cucharita sin cruzar palabra. Mi novia me había contado que así en esa posición ella podía sentir el pene de Andrés en las nalgas pero que no lo tenía parado y dio por sentado que ahí había terminado esa aventura pero que al poco rato empezó a sentir como le crecía lentamente y se le ponía cada vez más duro.

Ella giró la cabeza rápidamente para mirarlo a la cara y él por toda respuesta sólo le dio un beso en la boca y apoyó su mano sobre la cintura de ella. Ya estaba listo y preparado para entrar de nuevo en combate y así mismo en cucharita como estaban la penetró nuevamente.

Ella me dijo que ni siquiera se movió y sólo lo dejó a él que lo hiciera, sin embargo alcanzó a excitarse ella también y tuvo que ayudarse con su propia mano mientras Andrés se movía adelante y atrás... En cuestión de minutos había logrado eyacular por quinta y última vez ése día dentro de Helena pero ésta vez no le sacó el pene sino que lo dejo ahí adentro de ella hasta que la erección le fue pasando y se salió por sí solo.

Se levantó enseguida, se limpió los rastros de semen con el camisón de Helena, se vistió, le dio un beso y se volvió a ir igual como había llegado.

Todas estas cosas me las contó ella ése mismo día al regresar cuando nos vimos en su casa, tal y como habíamos acordado en nuestras nuevas reglas, y a mí más allá de haber normalizado todo, me empezaba a desarrollar un gusto morboso y una curiosidad por saber sus nuevas aventuras en otras camas, me empezaba a parecer incluso excitante... Según sus palabras, Andrés la penetro 4 veces en toda la noche y ella le hizo sexo oral 1 vez, siempre sin condón pues como ya dije antes, le gustaba hacerlo así. Al día siguiente antes de las 6 am ya habían terminado y él se escapaba silenciosamente a su cuarto para que nadie sospechara nada y así fue… Ese día a las 10 am salía el bus de regreso con todo el equipo de trabajo luego de tomar el desayuno y nadie había sospechado absolutamente nada...

En este momento mi novia ya estaba saliendo con dos tipos más aparte de mí: Jhonatan, el amigo de estudio y Andrés, el compañero de trabajo.

Pasaron seis meses más y ella seguía saliendo ocasionalmente con sus nuevos amantes, una, dos o tres veces al mes aparte de las veces que tenía sexo conmigo hasta que ella se retiró de la oficina pues le había salido otro empleo donde ganaría un poco más y además quedaba muy cerca de una universidad donde ella tenía pensado hacer la carrera profesional del curso técnico que había hecho.

Al cabo de unos meses, y ya estando estudiando en la universidad conoció un tipo que era fisicoculturista y asistía a algunas clases con ella. Se llamaba Giovanni. Ella me confesó sentirse atraída por sus brazos musculosos y su porte altivo y le pregunté si pensaba salir con él, la respuesta era más que obvia.

Todo sucedió más o menos igual, ellos acordaron salir un viernes después de clases. Lo que pasó me lo contó ella un par de días después:

A eso de las 8 pm ya habían salido de clases y estaban afuera, se dirigieron a un bar cercano donde tomaron unos tragos, conversaron un rato de todo un poco, Giovanni le dijo que tenía novia y que esa noche se inventó que se iba a ir a tomar con unos amigos para que ella no lo molestara y mi novia le dijo que tenía una relación conmigo pero que yo estaba enterado de lo que ella estaba haciendo esa noche y que no había ningún problema. Se besaron y salieron a buscar habitación pasadas las 9:30 pm.

Aquí en Colombia se pueden rentar habitaciones de motel sencillas o con sauna y jacuzzi y temáticas por un rato de 3 horas o amanecida por 12 horas, para salir al otro día según la hora a la que uno llega, 12 horas después. Este último plan es el que Helena siempre prefiere.

Ya en la habitación continuaron besándose un rato y se desnudaron rápidamente, ella sentada al borde de la cama le hizo un poco de sexo oral pero él casi enseguida retiró el pene de su boca, la tumbó sobre la cama y se le echo encima penetrándola desesperadamente mientras la besaba en la boca y el cuello y en cuestión de pocos minutos ya se había corrido adentro llenándola con su semen. En ese momento ella pensó que el tipo iba a ser malo en el sexo porque se había corrido muy rápido y ella ni siquiera había alcanzado a disfrutarlo.

Descansaron un rato, tomaron el jacuzzi para relajarse y retomar energías y regresaron de vuelta a la cama. Mientras veían televisión desnudos, Helena le dijo que quería darle un masaje (porque de esa manera ella podría saciar su gusto de contemplar y acariciar su musculoso cuerpo). Giovanni llevaba 5 años asistiendo al gimnasio y su musculatura estaba bien desarrollada, tenía 25 años y medía 1.80 m, mi novia apenas media 1.60 m.

Mi ninfómana novia ya lo tenía todo preparado y había llevado un frasco de aceite esencial de naranja para masajes y comenzó entonces a darle su masaje desde el cuello estando él acostado boca abajo sobre las sábanas y ella sentada encima de él, con las piernas abiertas a lado y lado de manera tal que con su vulva acariciaba también su espalda. Continuó masajeando su ancha espalda y fue bajando por sus caderas, sus glúteos, sus fibrosas piernas, las pantorrillas y terminando con un pequeño ejercicio en las plantas de sus pies. Después lo hizo voltearse boca arriba y así pudo verle la fuerte erección que ya tenía y que la estaba esperando.

Helena continuó donde había quedado. Terminó de darle masaje en los dedos de los pies y en el empeine y empezó a subir por los tobillos, lentamente recorriendo sus gruesas piernas y cuando llegó a la cintura lo calentó un poco mas con unas suaves lamidas y chupaditas en los testículos y en el pene, agarrándolo suave pero firmemente con una mano y bajándole el prepucio para comerle bien el glande pero sin dejar que llegara a eyacularle en la boca... Luego de eso fue subiendo por su abdomen marcado y sus pectorales hasta su boca y ahí fue que mientras la besaba, Giovanni la agarro con un brazo mientras con el otro se cogía el pene y lo colocaba en la entrada de su vagina y empezó de nuevo a penetrarla.

Según ella esta vez duró un poco más, quizás unos 15 minutos alternando entre esa posición donde ella estaba encima de él cabalgándolo y la pose del misionero cambiando el ritmo de penetración de lento y pausado a rápido y duro y nuevamente suave y despacio hasta que estando de nuevo ella encima, él volvió a explotar en sus entrañas, al tiempo que ella también lograba su primer orgasmo de la noche...

Hay un mito por ahí que dice que los hombres musculosos tienen el pene pequeño a causa de los esteroides que se inyectan, pero mi novia decía que Giovanni está muy bien dotado y que le debe medir unos 17 cm mas o menos, y que como todo fisicoculturista tiene el cuerpo completamente depilado.

Luego de esto, se quedaron dormidos viendo televisión por el cansancio pero que en la madrugada él se despertó excitado y de nuevo la cogió. Helena dijo que en ese momento ella estaba dormida boca abajo con la cabeza hacia un lado, con el cuerpo desarropado y el culo expuesto, entonces Giovanni se le montó encima dispuesto a penetrarla y cuando ella despertó y se dio cuenta, abrió un poco las piernas para dejarlo entrar pero que estaba demasiado cansada para unirse a la fiesta así que lo dejó que se divirtiera él solo mientras ella intentaba seguir durmiendo, así entonces él la penetró de nuevo vaginalmente...

Al amanecer del otro día ya se habían despertado antes de las 8 am y estaban hablando de todo un poco y lo bien que la habían pasado esa noche, pero debían entregar habitación a las 10 am pues habían llegado la noche anterior a las 10 pm. Por supuesto tuvieron sexo una vez más antes de levantarse. pero ésta vez él le pidió a ella que se pusiera en 4 pies bien abierta sobre el borde de la cama para comerle el culito un rato y luego cogerla así de perrito. Yo sé que a ella le encanta la sensación de sentir una lengua recorriéndole el culo, pero aún no se animaba a dejarse penetrar por detrás pues había quedado una mala experiencia desde la vez que lo intentó conmigo, entonces hasta ahora solo permitía sexo vaginal, y como siempre, sin condón, como a ella le gustaba.

Descansaron un poco y antes de salir mientras se estaban duchando, Giovanni la volvió a coger en el baño contra la pared y bajo el chorro de agua tibia.

Salieron, desayunaron algo por ahí y luego él la acompañó hasta el frente de su casa pues vivían más o menos cerca. Se despidieron con un beso.

En total fueron nuevamente 5 veces que fue penetrada esa vez, igual que la noche que estuvo con Andrés en la despedida de la empresa de fin de año.

A estas alturas ella ya tenía 21 años cumplidos y estaba empezando a vivir las cosas que quería experimentar y conocer.

Hasta aquí ya eran tres sus nuevos amiguitos; Jhonatan, Andrés y Giovanni, aparte de mí, los que disfrutábamos ese placer y a cada uno nos dedicaba un fin de semana al mes, y yo de vez en cuando entre semana cuando se podía por cuestiones de tiempo. Así duramos aproximadamente unos ocho o nueve meses más en ésta extraña relación felices los cinco, pero siempre nos atendía de a uno. Nunca nos atrevimos hasta el momento a hacer un trío.

Por supuesto todos sabían de mí pues ella siempre les dejó claro desde el principio que yo era su novio, pero ninguno sabía de la existencia de los otros. Incluso en alguna ocasión llegué a conocerlos en determinadas circunstancias: A Jhonatan lo conocí un día que se reunieron en la casa de ella a hacer algún trabajo que les habían dejado del instituto, yo estaba ahí y él llegó al rato. Ese día sin embargo estuve con ellos todo el tiempo hasta que él se fue, no por celos porque al fin y al cabo yo ya sabía que ellos salían a veces sino porque ese día me quedé con ella.

A Andrés lo conocí un viernes en que él la había invitado a cine. Ese día yo almorcé con ella en el mismo centro comercial y pasamos la tarde juntos. Ya por la noche se vería con él y estarían juntos hasta el otro día.

Y finalmente a Giovanni lo conocí un sábado por la mañana cuando ellos venían saliendo de pasar la noche juntos en un motel porque habíamos quedado de vernos ése día con mi novia para hacer algunas vueltas, y como a él siempre le gustaba acompañarla a ella pues así nos conocimos.

Sin embargo las cosas no se detendrían ahí pues en la empresa en la que ella había entrado a trabajar hace poco, la que quedaba cerca de su universidad, tuvo otras experiencias, y más adelante pasó algo más durante un paseo de vacaciones que hicimos ella y yo a la costa caribe donde unos amigos míos, pero eso se los contaré más adelante.

Quizás ustedes se estarán preguntando que cómo permití yo algo así y que las cosas hayan llegado hasta ese punto pero como les digo, fueron varias las razones que me llevaron a vivir estas experiencias:

1) Ya sabía yo que ella era una ninfómana insaciable y que sólo conmigo no le iba a alcanzar para satisfacerse sexualmente, pero yo la amaba y no quería que la relación se terminara, entonces evolucionamos.

2) Preferí que fuera así y no que hiciera cosas a mis espaldas, por lo menos sabía lo que estaba haciendo.

3) No me molestaba que otros hombres se la comieran porque al fin y al cabo el sexo es sólo la satisfacción física de una necesidad humana (y ella siempre tuvo necesidades muy altas), pero los sentimientos son sólo para uno. No importa la cantidad de veces que se tenga sexo, la calidad de una persona no se determina por el número de cogidas que haya tenido.

4) Haciendo a un lado el tema de las ETS que ya hablé de eso, y teniendo en cuenta que a ella siempre le gustó más tener sexo sin condón, aun así el riesgo de embarazo era demasiado bajo por su método de planificación, y en todo caso ya habíamos hablado ella y yo en alguna oportunidad que si llegara a quedar embarazada yo asumiría la paternidad sin importar quién hubiera sido el papá biológico.

5) Alguna vez investigué los beneficios del semen en el cuerpo de la mujer y aparte del contenido de minerales, vitaminas y hormonas que influyen positivamente en su salud y estado de ánimo, resulta que los propios espermatozoides a pesar de que pueden sobrevivir en el interior del cuerpo de una mujer hasta 72 horas o más después de la eyaculación, al final son absorbidos así estén vivos allí donde hayan quedado, bien sea en la vagina, el interior del útero o en la curvatura de las trompas de Falopio cerca a los ovarios que es hasta donde finalmente llegan en su desplazamiento por el aparato reproductivo de la mujer, por unas células especiales que se llaman macrófagos las cuales detectan esos "cuerpos extraños" y literalmente los devoran alimentándose de ellos y aprovechando su energía celular, así que entre más sexo tuviera más "alimentada" iba a estar y así se iba a sentir mejor.

6) Me parecía bien y siempre estuve de acuerdo en que saliera y se divirtiera con sus amigos y sus amantes y que cambiara de ambiente. Incluso a veces yo mismo la animaba a que lo hiciera. El hecho de que tuviera relaciones sexuales con otros hombres me alivianaba un poco a mí la carga de tener que satisfacerla plenamente como ella quería.

7) Ella podía explotar toda su sexualidad y su personalidad y sentirse toda una hembra. Una mujer que se siente atractiva y muy deseada eleva su autoestima

8) Aparte de todo, la relación mejoró contra todo pronóstico

Todo lo que le he dicho aquí ha ocurrido en realidad. Yo sé que por ahí hay muchas mujeres que han hecho estas cosas y hasta más, solo que pocas se atreven a confesarlo y mucho menos a negociarlo con sus parejas.

Próximamente les compartiré el resto de la historia.

Hasta pronto!

(9,59)