Nuevos relatos publicados: 6

Mi cuerpo... su postre favorito

  • 6
  • 11.768
  • 9,47 (17 Val.)
  • 6

Bueno, como les prometí, comenzaré con algunas de las primeras experiencias que viví con mi novio Manuel.

Como les comenté anteriormente, con él me abrí completamente a nuevas experiencias y a disfrutar nuevas sensaciones. Una de ellas el fetichismo de pies, siempre he considerado que mis pies son bonitos y sexys, además para mi es una de las partes más sensuales de una mujer y sé por experiencia que a muchos hombres los puedes volver locos con esa parte del cuerpo.

Para ponerlos más en contexto. Yo calzo del 22.5, mis pies son muy blancos, incluso más que el resto de mi piel ya que casi no tienen contacto con el sol.

Mis dedos van en una perfecta diagonal y se ven simétricos sin ningún tipo de detalle que pudiera bajar la libido de un hombre.

Tengo el arco muy bien definido y mis plantas son extremadamente suaves, cuando me apoyo por completo en ellos se marca el clásico tono rojizo/rosado que se queda unos segundos en mi piel debido a su blancura.

Yo ya había tenido experiencias con otros amantes, pero con Manuel llegué a otro nivel, una de las mejores experiencias vividas se las detallaré aquí...

A Manuel siempre le gustó tener mis pies a la vista, disfrutaba mucho con ellos y no perdía ninguna oportunidad para tener contacto con ellos. Al principio no me agradaba mucho que lo hiciera pero con el tiempo me enseño a disfrutarlo al mismo grado que él lo hacía.

Me demostró que podía ser un objeto de deseo para muchos hombres y que ese fetiche era más común de lo que yo podía imaginar.

Al principio solamente me pedía verlos, si estábamos viendo la televisión debía descalzarme y dejar mis plantas a su vista, lo mismo cuando teníamos sexo. Ya fuera con mis piernas levantadas hacia el mientras me penetraba o flexionando mis piernas mientras le realizaba una mamada en esa famosa "pose de pies".

Después comenzó a tener más contacto con ellos, sobre todo a olerlos besarlos y lamerlos. Pará él era todo un ritual antes de tener sexo, el los adoraba y me convenció para que pudiera abrir mi mente y darme cuenta que podía disfrutar al tener un hombre completamente sumiso a mis pies dispuesto a todo lo que yo pidiera.

Eso me gustó desde un inicio, aunque también me gusta ser sumisa y ya en el sexo ser tratada como una puta. Ser utilizada como un objeto de placer y ser humillada sexualmente.

Pero bueno, me estaba desviando del punto de éste relato.

Manuel me pidió más libertad sobre mis pies a lo cual yo accedí sin ningún problema ya que él me daba los mejores orgasmos de mi vida...

Al principio solamente se dedicaba a besar y lamer, no me hacía nada más y me dejaba con una urgencia de orgasmos extremadamente grande pero no podía hacer nada ya que me pidió que no me masturbara ya que su juego consistía en dejarme con esa necesidad y el sentir el control de la situación por completo. Por supuesto yo accedí ya que sabía que mi recompensa vendría más adelante.

Comenzó a consentirme más y empezó a sacarme citas para pedicure y spa cada 15 días, obviamente yo me deje consentir y asistía encantada.

Se sentía increíble el tratamiento recibido y siempre aplicaban un aroma diferente en cada sesión. Por lo general aromas dulces, frutales, era increíble y debo admitir que mezclados con el ligero aroma de mis pies después de caminar un rato incluso a mi comenzó a gustarme el aroma que quedaba al final.

Obviamente Manuel se volvía loco con mis pies después de cada sesión. Hablaba como si de un adicto se tratara. Nunca había visto a nadie disfrutar con el aroma de mis pies como él lo hacía y eso me excitaba, ahí es donde me di cuenta que yo podía disfrutar también con el fetiche de mi novio, pero él me llevó más allá...

En cierta ocasión el tomo mis calcetines y los acercó a mi cara, me pidió cerrar los ojos e inhalar mi propio aroma, yo ya había tenido curiosidad por el olor de mis pies después de los tratamientos pero nunca me había animado a oler directamente mis calcetines.

Obedecí y deje que los acercara a mi cara mientras trataba de concentrarme con los ojos cerrados.

Me sorprendí al comenzar a oler ya que sentí un escalofrío recorrer mi columna y como mi piel se enchinaba. Me gustaba el aroma, me excitaba y no sabía por qué.

De repente Manuel comenzó a tocarme y se percató que mi entrepierna estaba húmeda, solamente sonrió y me dijo, - sabía que esto iba a gustarte como a mi.

Me pidió que me imaginara que no eran mis calcetines, si no que eran los pies de otra mujer lo que tenía frente a mi. Instintivamente abrí la boca y saqué la lengua para poder captar un poco el sabor mientras Manuel comenzaba a masturbarme con movimientos cada vez más rápidos.

Yo estaba excitaba como nunca antes y de un momento a otro explote en un orgasmo largo e increíble. Manuel aprovecho para meterse entre mis piernas y comenzar a succionar hasta la última gota.

Después me dejó descansar y me pidió que me recostara en la mesa del comedor, yo obedecí y me recosté boca arriba y me coloque nuevamente la venda en los ojos.

Inmediatamente sentí como el comenzó a untar algo frío y pegajoso sobre mi piel desnuda.

Por el aroma me di cuenta que era mermelada, miel, chocolate y varias cosas más como si de un postre se tratara.

Me percate que dedico más tiempo a mis pies que a otra parte de mi cuerpo y una vez que terminó escuche que tomó un par de fotografías.

Me quito la venda y solo pide levantar un poco la cabeza para darme cuenta que me había convertido en un postre humano y sin mediar palabra conmigo comenzó a disfrutar de todo lo que había colocado sobre mi cuerpo.

Yo sentía como mi entrepierna comenzaba a humedecerse nuevamente mientras Manuel la mía mi cuerpo de arriba a abajo. Cuando dejó prácticamente limpio casa rincón me percate que mis pies aún tenían dulce en ellos pero no pregunté nada.

Manuel se colocó un poco de chocolate en la verga y la acercó a mi boca, y gustosamente le di una mamada como nunca antes lo había hecho, pero no termino en mi boca como le gustaba, si no que cuando sintió que ya no podía mas, estiró su verga de mi boca y dirigió su descarga a las plantas de mis pies.

La escena era excitante, Manuel nunca había hecho eso y me encantó.

Me pidió que limpiará mis pies con mi lengua, por lo que tomé primero el izquierdo y lo acerque a mi boca (soy bastante flexible) y comencé a lamer la mezcla de dulce con la leche de mi novio y el resultado era impresionante, gustosa deje completamente limpio mi pie izquierdo e inmediatamente hice lo mismo con el derecho mientras Manuel me grababa y tomaba algunas fotografías.

Al terminar me permitió bañarme y vestirme, al salir me pregunto que me había parecido a lo que sinceramente le dije que había sido de lo mejor que había hecho.

Su repuesta me dejó fría pero me excitó bastante

-Si quieres podemos repetirlo, pero habría más mujeres y más hombres para disfrutar el manjar y tú puedes ser parte del menú...

(9,47)