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Mi despertar (1)

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Deseo empezar estos relatos hablándoles un poco de mí, nací en Medellín hace 47 años, me bautizaron con el nombre de Vanessa, mido 154, peso 48 kg, mi busto es 34b, tengo una linda cola, piel blanca, cabello largo color castaño, no me considero una belleza, pero llamo la atención cuando estoy en público. Trabajo en un spa de estética, mi esposo se dedica al diseño y desarrollo de proyectos de construcción, tenemos un hijo universitario.

Me casa virgen a los 20 años con un ser humano maravilloso 15 años mayor que yo. Con él viví mis primeras experiencias sexuales, el me enseñó todo lo relativo al sexo y aprendí a disfrutar: el vaginal, anal y oral; me enseñó también a escribir mi cuerpo semidesnudo y desnudo en lugares públicos como: gimnasios, saunas y playas nudistas ya que mi esposo es un hombre muy seguro de sí mismo y también es de mente abierta. Más tarde entendería para que me estaba preparando.

Luego de varios años de vida marital muy satisfactoria y después del nacimiento de nuestro único hijo, José, empezó a insinuarme que deseaba que me abriera sexualmente para que viviera nuevas experiencias, según él, satisfactorias para ambos que además le pondrían "pimienta" a nuestra vida sexual.

"Como así amor?, ¿qué quieres que haga?, estoy muy feliz sexualmente contigo ".

"Lo se BB, (siempre me llama así) eres una mujer muy hermosa, apasionada y deseable soy muy afortunado de tenerte, sería un pecado y muy egoísta de mi parte ser el único en disfrutarte, ¿no crees?".

"Lo que creo es que deseas estar con otras mujeres y solo estas buscando una excusa para poder hacerlo".

"BB como puedes pensar eso, si hicieras lo que te estoy pidiendo sería fiel a ti eternamente, además me harías el hombre más feliz del mundo ".

"mmmm no sé, no creo ser capaz de estar con otro hombre, porque eso es lo que quieres, ¿verdad?"."

"Si BB, ¿no te parece excitante?, no te causa curiosidad?, ¿otros hombres, otros olores, otras vergas, otros sabores?".

"Mmmm no sé, no creo estar preparada para eso, pero te amo y sabes que no puedo negarte nada, te prometo que lo voy a pensar, contento?".

Estas conversaciones se volvieron recurrentes cada que estábamos haciendo o terminábamos de hacer el amor, José me sorprendió cuando apareció con un dildo negro de 8 pulgadas el cual bautizamos Javier que fue uno de mis noviecitos, un plug anal al cual le pusimos Cesar, también compramos un par de esposas de juguete, estos se volvieron parte activa de nuestra intensa vida sexual, aprendí a disfrutarlos; algunas veces en medio de nuestras culiadas le decía: "mor quiero follar con Javier". "Siii amor déjame lo llamo para que te lo meta".

Entonces me follaba con el dildo. Después de varios meses disfrutando de esos juegos eróticos la curiosidad empezó a despertar en mí deseos de vivir otras experiencias; pensando que estas en realidad harían feliz a mi esposo como a cada rato me lo repetía, una noche después de jugar con Javier, Cesar y follar con mi esposo le dije: "mor creo que estoy lista para dar el siguiente paso". "Como así BB de verdad?". "deseo hacerte feliz, si quieres que folle con otros hombres creo que ya estoy lista para hacerlo". José feliz con una gran sonrisa y excitación: "te amo BB, eres única, gracias por atreverte a hacerlo, te amo".

No podía creer lo feliz que estaba, tuvo una erección de inmediato y me follo con una intensidad diferente; establecimos las reglas para lo que sería nuestra vida sexual a partir de ese momento.

Deberían ser hombres mayores de 50 años, morbosos, pervertidos, dominantes, pulcros y discretos, cero dinero, cero drogas, cero cigarrillo, poco alcohol, debían vivir en Medellín o cerca. José los conocería personalmente antes de que yo tuviera contacto con cualquiera de los de ellos, pero yo tendría la última palabra y nunca los traeríamos a nuestro apartamento.

A continuación, José abrió un perfil en una página de contactos (guía cereza), tomó fotos de mi cuerpo desnudo ya que esto ampliaría nuestras posibilidades. Empecé a chatear y al poco tiempo hice contacto con un señor que cumplía todos nuestros requisitos menos uno ya que él residía en Bogotá, don Luis, chateábamos casi todos los días, en mi trabajo permanecía excitada y ansiosa de que llegara la noche para poderme conectar; a mi esposo le pareció interesante no solo el señor sino la posibilidad de un paseo sexual, intercambiamos Skype y yo me desnudaba y me tocaba para él, disfrutamos de sexo virtual por algunos meses, entonces decidimos viajar a Bogotá don Luis nos había ofrecido su casa para hospedarnos.

No se imaginan queridos lectores los nervios y la excitación los días previos al viaje. José quería follar todos los días, yo, por el contrario, quería guardarme. Yo era un mar de nervios, excitación y lujuria cuando lo vimos personalmente en el aeropuerto.

Don Luis tenía 56 años, cosa que me encantó desde que chateamos por primera vez, más o menos 180 de estatura, delgado sin ser flaco con una barriga incipiente, medio canoso con una barba corta muy bien cuidada, en la entrepierna se le notaba un bulto, se veía pulcro y muy seguro de sí mismo. Físicamente todo lo contrario de mi esposo José, nos presentamos...

"Mucho gusto Luis encantado de conocerlos y poder ser su anfitrión". José: "encantado amigo espero que esta sea una experiencia inolvidable para todos nosotros ". "Eso se lo aseguro amigo mío, Vanessa ven acá". En medio de mi nerviosismo y mi excitación me acerque a él ".

Don Luis se inclinó y me dio un suave beso en los labios, me paso el brazo por los hombros y así caminamos hasta el coche con mi esposo siguiéndonos a escasos pasos, en el coche ocupe el asiento del pasajero por indicación de don Luis mientras mi esposo lo hacía en la parte de atrás, antes de arrancar don Luis volvió a besarme, esta vez, más apasionada y largamente, excitada respondí a la caricia, me moje al sentir unos labios una lengua y un olor diferente, me sentí suya, en el trayecto hablamos de cosas triviales: familia, música, aficiones, comida, poco a poco nos fuimos relajando.

Llegamos a la casa (barrio normandia) no muy lejos del aeropuerto, nos indicó el dormitorio que íbamos a ocupar en la segunda planta y nos dijo: "los espero abajo en la sala".

Al quedarnos solos José me abrazo, me beso con pasión: "cómo te sientes BB, nerviosa, excitada, te gusto cuando te beso, te gusto como hombre?".

"Si amor, estoy toda mojada, esto es una deliciosa locura y tu amor ¿cómo estás?". "Feliz más excitado que tú, mira como la tengo", y se señaló la entrepierna.

Don Luis estaba sentado en el sofá, con un par de palmadas al cojín me indicó que me sentará a su lado, mientras tanto le indico a José que sirviera tres copas de vino a continuación, ignorando completamente a José, cogió mis manos y mirándome sádicamente a los ojos me pregunto: "dime Vanessa aquí delante de tu esposo; que te gusta, que disfrutas, ¿que esperas encontrar en mí?".

En medio de mi nerviosismo no encontré palabras para responder. José vino a mi rescate, intervino y le dijo: "soy un hombre de mente abierta considero, como puede ver, mi esposa es una mujer muy hermosa, atractiva y apasionada". Don Luis: "totalmente de acuerdo más en persona que en cámara". A lo que José contestó: "sería un pecado disfrutarla y poseerla solo yo, por esa razón, nos pusimos de acuerdo para que ella disfrute su sexualidad y viva nuevas experiencias, eso contribuirá a que nuestra relación no caiga en la rutina y nos hará felices a los dos". "Eso es seguro dijo don Luis, y agregó: "pero no quiero límites, todo se hará como yo diga".

De acuerdo amigo, "toda suya", José se acercó a mí me beso con pasión y me susurro al oído: "déjate ir, no le niegues nada, se su puta, recuerda que te amo y me haces feliz".

Y me dejo en manos de don Luis, que me miraba con lujuria y deseo.

Continuará...

(9,11)