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Mi esposa devota al sexo

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Y después de un día peculiar, mi cabeza no podía dejar de pensar en las palabras que había leído, esas palabras que recorrieron todo mi ser y daban vueltas en mi cabeza: Fui infiel.

Desde el momento que las leí, no pude dejar de pensar en los detalles de esa noche de pasión que había vivido mi esposa, lejos de mi, muy lejos, aquello que solo había sido una fantasía, fue realidad, sin saberlo, y no podía estar mas confundido, mi cuerpo y mi mente no estaban en sincronía ya que mi cuerpo estaba lleno de frustración, pero mi mente llena de morbo y deseo, llena de curiosidad, ansiosa por detalles que no había tenido el valor de pedir, detalles que fueron superficiales y siendo honestos con eso basto para desatar mi imaginación y por fin dejarme llevar y aceptar que el acto me había excitado, me había invadido de morbo, al saber que el cuerpo de mi esposa había sido saboreado por alguien mas. Ese cuerpo tan perfecto, tan sensual y sobre todo sexual, que esa vibra que emana desde sus labios hasta sus pies había sido sentida por un tercero que logro provocar en ella sensaciones, logro provocar el morbo y desató el deseo que llevaba por dentro, ese fuego que había estado dormido pero que no necesito mucho para ser encendido y luego consumido.

Esa noche fue la primera vez que sin saber saboreé el sexo de otro hombre sobre el cuerpo de mi mujer.

Su cuerpo que es éxtasis puro, es el deseo hecho carne, es aquella bebida que al probarla una vez se siente la necesidad de embriagarse con ella, sus labios tienen la medida perfecta para una mas que angelical mamada, sus ojos son especiales pues al estar excitada tienen un brillo, lleno de deseo, que lo único que incitan es a seguir esa mirada entre tierna y diabólica que envuelve y hace desear explorar mas y mas, sus pechos, pequeños pero a la medida perfecta de una boca con hambre, con ganas de morder, su culo el mas perfecto que jamas haya existido, que se viste con los hilos mas excitantes y que llaman a cualquiera a querer penetrar sin parar, que llaman al deseo de querer arrancarlos pero al mismo tiempo disfrutarlos rozando los dedos entre ellos, entre esa linea prohibida de sus caderas y sus nalgas, y que decir de su coneja, esa perfecta, que no es pura, pero llena de experiencia, llena de tantos arrebatos de locura y pasión, que solo dan ganas de tocarla, morderla y penetrarla así en ese orden.

Esa noche probé lo que ni yo mismo sabia que seria mi mayor fuente de deseo, esa noche pase mi lengua donde otro había entrado y salido, donde otro toco el cielo y el infierno al mismo tiempo, esa noche supe lo que era ser un hombre afortunado de tener una esposa devota al sexo, una esposa devota a mi, que a pesar de estar saciada se entrego sin dudarlo, esa noche sin saberlo, me volví el hombre con mas suerte del mundo.

Su noche había empezado tranquila, vistiéndose para ir de fiesta y yo disfrutando de su cuerpo mientras se cambiaba, disfrutando ver su culo apretado en esos hilos que vuelven loco a cualquiera.

Con un par de copas encima, y ya algo excitada por las charlas y canciones recibió el mensaje que quizá ella esperaba, que quizá lo anhelaba, ese mensaje que la invitaba, que la incitaba a dejarse llevar, que con el valor del alcohol y con el fuego dentro a punto de estallar respondió con un: Donde nos vemos?

3 palabras que significan tan poco para muchos pero que para nosotros significó el comienzo de muchas fantasias.

Decidida y sobre todo excitada por el momento, se puso en marcha a su lugar de encuentro un encuentro casual que terminaría en un momento de pasión y de sexo nada mas que eso… sexo.

En el momento del encuentro sin lujos de detalles ella confesó, que lo que sobró fueron besos y caricias, que la ropa no voló pero que tampoco estorbó, que su pantalón fue desvestido a la medida perfecta para dejar ver su hermoso y perfecto culo, que su hilo, solamente fue tocado para abrir la puerta, la puerta que dio paso a una penetración, penetración excitante que culminaba un momento bendito, que en mi ignorancia no sabia que era algo que quería vivir, que era algo que quiero vivir.

Los detalles de ese encuentro, no detalles planos, los detalles con momentos y acciones precisas todavía son un misterio, es una deuda pendiente entre ella y yo, una deuda espero sea saldada.

Mi esposa si algún dia lee esto, quiero que vista sus mejores galas, y haga uso de su boca y sus manos, que a ciegas saldemos esa deuda, porque mi ser entero pide que ese secreto sea revelado, ese secreto de saber como otro hombre provocó lujuria, e hizo que ella como toda una puta decidiera que era momento de liberar ese sexo que había estado guardando.

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