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Mi esposa me enseñó
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Hola. Me presento. Mi nombre es Gabriel y soy nuevo en esto de escribir vivencias o cuentos. Hace poco entré buscando (como todos creo) un poco de excitación y satisfacción, leí unos cuantos relatos y vaya que me sirvió.

Soy maduro, tengo 50 años, alguna vez estuve casado con una hermosa y demasiado fogosa mujer quien me enseñó campos del sexo que no conocía, me enseñó el placer de sentirme cornudo, el placer de mirar sin participar, pero sobre todo me enseñó a disfrutar de un hombre… Sí, de un hombre.

Alexa es una mujer muy atractiva, su cuerpo sin ser voluptuoso, llama las miradas de los hombres morbosos y hasta de las mujeres. Posee ese encanto de llamar la atención donde quiera que se pare, ella es más bien bajita 1.52 metros, cada centímetro de su cuerpo es una llama ardiente buscando satisfacción. Sus tetas pequeñas pero bien firmes y redondas se coronan con sus pezones de aureola rosada y cuando está excitada no hay manera de esconderlo, ya que sus pezones se ponen duros y resaltan de entre sus ropas, que dicho sea de paso son pequeñas y muy delgadas (a ella le encanta que la miren). Su cintura es delgada muy bien formada de curvas que invitan a posar las manos sobre ella. Sus nalgas son más bien breves pero muy firmes y levantadas que dejan imaginar su culo redondo y desesperadamente perfecto que cuando se encuentra caliente despide un aroma de diosa del sexo. Sus muslos bien torneados hacen juego con sus pantorrillas de corredora para terminar en dos hermosos pies sumamente calientes y excitantes que siempre van calzados con tacones altos y descubiertos.

Yo pues, un hombre más que normal con un poco de panza que a veces no me deja mirar mi pene mediano o más bien debo decir chico, debo confesar que yo nunca fui suficiente para ella, nunca pude llenarla y siempre terminaba lengüeteando su insaciable vagina hasta conseguir de ella algo que parecía ser un orgasmo, aunque estoy seguro que siempre fue actuado y debo agradecer esa consideración que siempre me tuvo, pero siempre supe que ella necesitaba un hombre de verdad o más bien muchos.

Contrario a lo que he leído en varios relatos donde el hombre siempre es quien trata de convencer a su mujer de coger con algún desconocido, ella siempre era quien me planteaba la posibilidad, cuando estábamos en la cama ya muy calientes siempre me decía que imaginara cómo sería que alguien más estuviera entre nosotros, "¿Te imaginas que alguien más estuviera cogiéndome aquí frente a ti?". Me decía con voz sumamente excitada dándome a entender que de verdad lo necesitaba.

Al principio la idea me provocaba celos y ella siempre me decía que no me preocupara que era solo sexo y ella me amaba profundamente a mí y siempre cuando llegábamos al orgasmo terminaba con la misma pregunta "¿Te gustaría papito? ¿Algún día me darás permiso? Tal era su calentura cuando me lo decía que comencé a cambiar de opinión y de repente le decía que lo iba a pensar pero la realidad era que tan solo pensarlo me provocaba una tremenda erección imaginando la escena, mirando como por fin mi esposa disfrutaba con un macho de verdad.

Una noche, mientras cogíamos le dije que si… Ella con voz nerviosa y extrañada me dijo "¿Sí qué papi? … Quiero que alguien más te coja, le dije con tono serio y mirándola a los ojos, esos ojos que no escondían la felicidad al escuchar mis palabras, se abalanzó sobre mí y me llenó de besos, tomó mi verga y la metió a su boca al instante, en señal de agradecimiento me hizo la mejor mamada de mi vida, no le costó trabajo, ella es realmente una experta.

Cuando terminamos, ella aún relamiendo sus labios de mi semen y yo respirando fuerte le pregunté si tenía un prospecto… Presa de la emoción, Alexa no midió sus palabras y me dijo "¡Ay papi, tienes una esposa muy caliente! ¡Claro que tengo prospectos! Desde los nuevos hasta los que desde hace mucho todavía hacen su lucha" eso me hizo pensar que yo ya era cornudo de hace mucho y no lo sabía, le pregunté entonces ¿Y con ninguno has tenido algo en todo este tiempo? Nerviosa y dándose cuenta que habló de más me dijo "Nooo papito! Bueno… Solo un beso, pero hace mucho" ¿Sólo eso? Le pregunté con tono incrédulo y celoso pero la verdad de solo imaginar estaba ya muy caliente, no sé por qué. Ella: "Bueno me besó y lo dejé que me manoseara un poquito, sólo un poquito" Uff eso me puso a mil. Ella muy lista se acercó a mi y tocando mi verga me dijo " mmm papi! Parece que te gusta ¡Mira como te pusiste! Avergonzado sólo bajé la mirada.

Continuará…

Espero les guste y si gustan escribirme mi correo es: gabi5070@yahoo.com.

Recibo sus comentarios y opiniones. Gracias.

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