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Mi novio me descubre saliendo del motel con otro hombre

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Hola. Soy Yesica de nuevo y les cuento que luego del trío que hice con mi jefe Adrián y su amigo Jorge yo estaba más caliente que antes. A pesar de hacer el amor con mi novio durante las noches y madrugadas, esperaba con ansias llegar al trabajo pues a diario ordeñaba a Adrián una o dos veces.

Hincada frente a él, me imaginaba su gorda verga entrando y saliendo de la vagina de su esposa, si es que en la noche o por las mañanas se la cogía y con esa imagen en mi cabeza y su verga en mi boca, le exprimía hasta la última gota de leche y aunque se venía en mis labios nunca me bebí su semen, pasaba al baño a tirarlo y lavarme la boca. Me imaginaba que con su esposa ya no rendía igual en la cama y esa fue una razón para que ella sospechara algo y por eso se pasaba todo el día en el cybercafé, hacía las tareas que me tocaba hacer a mí y su actitud conmigo cambió radicalmente, parecía molesta todo el tiempo. En pocos días Adrián me despidió, me dio una buena liquidación y entendí su decisión, pues la familia siempre es lo más importante.

Con su amigo Jorge fuimos a coger dos o tres veces y no muy seguido, pues debía tomarse un tiempo en lo que juntaba la cantidad de dinero que me pagaba por coger con él. Dinero que yo desquitaba pues lo hacíamos como a él se le antojara, me ponía como él quería y yo le hacía el sexo de manera que lo disfrutara mucho, eso sí, mi límite fue nunca tocar mi ano. Él terminaba feliz en mi boca o con condón puesto, en mi vagina. Aunque está de más decirlo, mi motivación era que con ese dinero sería más rápido ahorrar para nuestra primera casa junto a mi novio y de paso disfrutar y conocer otras ricas vergas, a lo cual ya le estaba agarrando el gusto.

Gery mi novio, en aquellos años trabajaba manejando una combi de servicio público y su ruta incluía pasar frente al motel en donde iba a coger con Jorge. Nunca me pasó por la cabeza que algún día coincidiría que al nosotros ir saliendo, mi novio fuera a pasar. Y sucedió que hasta se detuvo para darnos el paso al salir y así asegurarse que era yo quien salía del motel. Sentí que el mundo se caía sobre mí. En cuanto le dije a Jorge quién nos había dado el paso, se apresuró a dejarme cerca del cuarto donde rentaba con mi novio y esa fue la última vez que lo vi.

Me sentía muy mal, no quería perder a Gery y estaba muy arrepentida. Me pasé la tarde angustiada pero él llegó hasta que terminó su turno, ya muy noche. Me lancé a sus brazos y aunque él también me abrazó, lo sentí distante. Me dijo que me amaba y que antes de decir cualquier cosa, pensara bien lo que iba a decirle. Él tampoco quería decir algo de lo que se arrepintiera después, así que propuso que pasáramos la noche separados, él se quedaría en casa de sus abuelos y yo en el cuarto. Yo no tenía nada que pensar, le contaría la verdad de todo, de Adrián, del trío, de Jorge y por supuesto del dinero ganado. Además que sabía muy bien cuánto me amaba y me ama hasta hoy día, así que esa noche dormí tranquila, pues antes de irse, me dijo muchas veces "Te amo".

Podía tener al hombre que yo quisiera a mis pies, y mi amorcito no era la excepción. Sabía que al día siguiente regresaría por la noche, así que me bañé y me puse un vestido holgado y abajo de la rodilla, con poco escote. Y bajo esta ropa usé un corsét que levantaba el tamaño de mis tetas y me puse unas medias que a Gery le encantaban, pues cada que las usaba, él, aparte de acariciar mis piernas, se tomaba un tiempo para besar esas medias con el pretexto de llenar de besos todo mi cuerpo.

Cuando llegó se sentó en una silla y colocó otra delante de él, con la idea de que yo me sentara ahí. Pero preferí sentarme en sus piernas. Me vio tan hermosa y se excitó tanto que yo sentía el tronco de su verga bajo mis piernas.

Comencé a hablar de Adrián, de las pláticas y luego el porno que llegamos a ver juntos. De la primera vez que cogimos. De cómo yo lo deslechaba a diario en el trabajo y que esa fue una razón por la que me despidieron. Le conté de la propuesta del trío y de las veces que volví a coger con Jorge. Me puse de pie y fui por una caja de mis zapatos en la cual yo había escondido el dinero que había ganado con Adrián y Jorge. Le dije a mi novio que la idea era ahorrar para nuestra casa aunque también le tuve que reconocer que lo hice por gusto.

Platicamos mucho tiempo. No era que fuéramos unos santos, habíamos hecho tantas cosas, lo que ya hemos contado en nuestros relatos anteriores. El punto de todo el problema, era que él tenía miedo de perderme. Así que me preguntó si yo tenía algún sentimiento por alguno de mis dos "amigos". No pude evitar reírme, le contesté que no, que era calentura y ganas de experimentar un poco más de lo que ya habíamos hecho juntos. Seguimos platicando y hablar esa noche y todo lo que nos dijimos, fue un pilar más para nuestra confianza y asegurar nuestro amor. Quedamos en contarnos todo y nunca más volvernos a mentir.

- ¿Te gustó coger con ellos? - Me preguntó Gery mientras nuestros besos aumentaban nuestra excitación.

- Sí. Fue rico. ¿Qué quieres saber? - Contesté.

- Quiero que me cuentes todo con lujo de detalles - Me dijo mi amor, al tiempo que me ponía de pie y bajó el cierre de mi vestido, el cual cayó al piso. Se paró también y me cargó en brazos, lo sentía muy excitado. Me llevó a la cama y me recostó mientras él se subió sobre mi cuerpo. Sentí más grande el tamaño de su tronco sobre la ropa. Se frotaba en mi panocha y la dureza con la que lo hacía me lastimaba, aun así yo le abría las piernas para lo que él quisiera hacerme. Nos besamos intensamente y al poco rato fue bajando hasta que llegó a tomar con sus dientes la parte frontal de mi cachetero y con las manos desde atrás me lo quitó. Me sentía muy húmeda, a punto del orgasmo y tan así fue que apenas y él puso su nariz dentro de mi vagina y su lengua cerca de mi ano me vine intensamente, él me atrajo con fuerza tomándome de las piernas y se bebió toda la humedad de mi orgasmo.

Intenté tomar tiempo para recuperarme, pero Gery estaba muy caliente. Me exigió los detalles de mis travesuras con Adrián y Jorge. Usé un tono muy sugestivo para relatarle lo que habíamos hecho, él con cada detalle se encendía más y de igual forma yo me calentaba de nuevo. Llegó un momento en que lo necesité dentro de mí, ya sin ropa, metió su verga de manera violenta en mi vagina y aunque me lastimó un poco, al poco rato con sus embestidas me volvió a hacer venir.

Con cada detalle que le daba, Gery parecía excitarse más. No me guardé nada, ya habíamos experimentado que contarnos nuestras experiencias o recordar lo que hacíamos juntos o por separado en la cama, nos calentaba mucho. Me encantó el momento en que me puso de a perrita, siempre ha sido mi posición favorita. Me sentí sometida y con la idea de haberme portado mal, le pedí a Gery que me cogiera muy fuerte, que me partiera en dos. Él se dedicó a darme duro y yo sentía muy rico con cada metida de verga que me daba, recosté mi pecho sobre la cama y dejé que él me embistiera todo lo que aguantara. Yo ya quería hacerlo venir, me había provocado tantos ricos orgasmos esa noche pero parecía que no tenía para cuando terminar. Hasta que dije algo, unas palabras mágicas que lo hicieron llenar de leche mi panocha en un orgasmo súper intenso. Esas palabras fueron:

"Quiero probar otras vergas". Me abrazó con fuerza y en dos o tres metidas de verga que me dio, sentí lo caliente de su venida en mi interior y no pude evitar venirme yo también. Casi un grito fue lo que salió de nuestros labios y nuestro orgasmo se prolongó por minutos, al menos así lo sentimos juntos.

Nos quedamos abrazados, recuperando nuestro aliento. No teníamos noción del tiempo. Nos besábamos con ternura y con mucho amor. Pasamos toda la noche y madrugada haciendo el amor. Gery se tuvo que ir a trabajar sin dormir, mientras yo me quedé toda la mañana durmiendo, satisfecha y con una sonrisa en los labios de oreja a oreja.

Hasta hoy en día recordamos esa noche con detalles porque nos dimos cuenta que hablar y siendo honestos en nuestra relación, haría más fuerte nuestro amor y así ha sido desde entonces.

En fin que precisamente ya que hablamos de la confianza, Gery me confesó que la noche que nos separamos no durmió en la casa de sus abuelos, terminó en la cama de otra mujer. Algo ocasional, una relación de una noche, pero muy excitante.

Ojalá les hayan gustado mis relatos, escribiré otros más, pero más adelante. No dejen de leerme. Saludos y les vuelvo a decir, quien guste comentarme con gusto contestaré.

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