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Mi nueva muñeca (parte 2)

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Nos decidimos a volver a mi casa y explicarle esto a Claudia mi esposa, como podría ser posible que Mónica y yo intercambiáramos cuerpos, es una locura, pero me dije encontraré la manera de convencerla y volver a mi cuerpo, así que le pedí a Mónica que hablara primero por teléfono, además que de seguro Claudia no estaría tan contenta que hubiera pasado la noche en el departamento de Mónica y creo que el confesarle que Mónica ahora era su esposo pues no pone las cosas fáciles.

Le dije solo dile que ya vas para allá que el carro no quiso arrancar por la lluvia y por eso te quedaste pero que ya encendió, yo pensé que con esa mentirilla sería un poco más fácil hacer acto de presencia y ella no estaría tan enojada, llamo y puso la llamada en altavoz.

Y al contestar pregunto Claudia, ¿que paso, ya vienes? ¿Te abro la puerta?, ¿desayunaste?

A lo que conteste, hola tía buenos días ¿cómo esta?

Claudia cambio su tono de voz a algo más tranquilo, estoy bien mi niña ¿y ustedes?

-Pues cayó un aguacero, pero todo está bien, también nos quedamos sin luz gran parte de la noche y el carro apenas y llego casi se queda tirado mi tío, respondí.

-Que suerte -contesto Claudia.

A lo que Mónica contesto con mi voz, -ya salgo para allá en un rato más te veo.

-Ok contesto Claudia, te espero para desayunar y colgó.

Bueno el primer paso del plan parece haber funcionado, pude pasar por Mónica y Mónica pudo hacerse pasar por mí aparentemente sin ningún problema.

Una vez más nos quedamos viendo después de colgar el teléfono y dije:

-pues vámonos tu manejas, tienes mis identificaciones así que no debes tener ningún problema para conducir.

A lo que me contesto, -he… hay un problema, no se conducir y nunca he tenido automóvil por lo que no tengo licencia tampoco

-Bueno -le conteste- dame las llaves yo manejo, si nos detienen en el camino tu pon la cara seria, no te rías y yo sonreiré y diré que eres mi tío y me estas enseñando a conducir y le enseñas tus identificaciones.

A lo que contesto -de acuerdo vámonos.

Nos subimos al auto, sentí raro, todo desde mi nueva perspectiva era más grande, Mónica también dijo, ahora siento que el auto es más pequeño, si que ahora soy un hombre grande.

Ajuste el asiento del auto, los retrovisores a mi nueva altura y salimos hacia mi casa, donde nos espera Claudia mi esposa para recibirnos.

En el camino fui preparando a Mónica con las preguntas que de seguro le cuestionaría Claudia, me imagine la enorme lista, ¿y por qué? ¿y por qué?... A lo que nos dio un momento de risa y relajación mientras nos acercábamos más y más.

Mónica antes de llegar me dijo, la veo y mi rostro se ve muy bien desde aquí, incluso cuando se pone serio se ve bonita.

Solté una risa un poco burlona y pensé. ¿Primero intercambiamos cuerpos sin razón y ahora que lleva unas cuantas horas como hombre me quiere seducir?

Por fin llegamos a mi casa, Claudia nos esperaba en la entrada con la cerca abierta, y se sorprendió cuando me vio conduciendo el auto, cuando bajamos del auto, se dirigió conmigo y me pregunto, a poco ya sabes muñeca.

Si tía conteste, aprendí antes de venir a la ciudad, pero mi tío Joel me quiso enseñar como manejar en la ciudad y conociera las calles antes de ir hacer mi prueba de manejo.

En verdad respondió Claudia, aquí normalmente no quiere hacer nada y no me dijo nada, pero pasen y siéntense, como has estado.

Entramos a la casa, Mónica se sentó en la mesa en el lugar que normal uso yo y yo me pase al de los invitados.

Claudia pregunto: Ya desayunaron, les voy a preparar algo.

A lo que respondí: yo les quiero preparar el desayuno, quédense ahí sentados.

Fui a la cocina y le empecé a llamar Claudia seguido para que me dijera donde estaban los sartenes, el aceite hasta que logre que pasara más tiempo conmigo y no darle oportunidad a que hablara con Mónica y fuera a decir algo que nos metiera en problemas en ese momento.

Terminamos de comer y como lo había planeado con Mónica en el trayecto a casa, dijo que le dolía la espalda, se levantó, le dio un beso en el cachete a Claudia y se fue al cuarto a ver TV a lo que Claudia dijo que delicado eres, no puedes pasar ni una noche en una cama que no sea la tuya sin que te duela nada, con una voz sarcástica.

Yo estaba nervioso porque no encontraba la manera de iniciar la plática cuando Claudia me dijo.

Hay mi niña, te quedo muy rico el desayuno, tienes la misma sazón para cocinar que tu tío, al menos eso me gusta mucho de él.

Gracias tía, conteste.

Sabe me gustaría platicar algo personal con usted, le dije.

Cuando me interrumpió y me dijo sabes que, ahora tengo que ir a recoger a la tienda unas cosas que compre por internet, si quieres vamos para que la conozcas, hay muchas cositas que de seguro te van a gustar y ahí podemos platicar a gusto, desde el cuarto se escuchaba la televisión como normalmente yo la veía.

¿Le pregunte y mi tío?

Ni se va a dar cuenta que nos fuimos no te preocupes.

Tomamos un taxi y nos llevó a la tienda, tuve que fingir que me impresiono mucho pues yo ya había acompañado a Claudia muchas veces a esa tienda, sobre todo cuando estábamos de novios.

Una vez dentro, fuimos a donde estaba la ropa, poco a poco se me hacía más difícil fingir gusto pues a mí nunca me ha gustado comprar ropa, últimamente cuando íbamos a esa tienda yo me escapaba al área de electrónica y televisiones, pero dije tengo que aguantar, al menos esta vez mientras le explico la situación entre Mónica y yo.

Ella empezó a buscarme blusas, pantalones, zapatos, ropa interior y yo me empecé a probar todo lo que traía a petición de ella, cuando escuché que dijo:

No lo puedo creer, pruébate este vestido

A lo que no me quedo de otra que entrar al probador y ponerme el vestido, yo creo que el enfado que sentía ya no lo podía ocultar, cuando me probe el vestido, salí del probador y me vi en el espejo, el reflejo fue el de una jovencita con un vestido bello que resaltaba su belleza natural, no era que Mónica tuviera grandes atributos de mujer, pero, aun así, el reflejo en el espejo decía otra cosa.

Claudia dijo: ya viste que bien te queda, este te lo voy a regalar quieras o no para que lo estrenes el primer día de clases.

A lo que conteste gracias tía.

De ahí recogimos las cosas que había ella encargado y me pregunto, en la casa me dijiste que querías hablar de algo conmigo, ¿de qué se trata?

De verdad tía no quisiera hablar de ese tema aquí, hay mucha gente, prefiero un lugar más tranquilo, que le parece si vamos a algún otro lugar y ahí le contare todo.

De acuerdo, vamos a pedir un taxi conozco un parque cerca de aquí y ahí platicamos.

Se lo agradezco conteste.

Una vez llegamos al parque, ese parque tenía algo especial, en ese parque después de salir por meses, ahí fue donde Claudia y yo nos enamoramos y pensé tengo que aprovechar esta oportunidad.

Me pregunto dónde te quieres sentar y señale una banca del parque, que sabía que era especial para nosotros.

Y me dijo que tino tienes niña, sabes por qué.

Y guarde silencio para que ella me dijera.

En esa banca tu tío me pidió que fuéramos novios y años después también ahí me propuso matrimonio.

¿En verdad? Conteste

Bueno dijo Claudia, no vinimos aquí tan solo para revivir mis recuerdos de mi juventud, dime que es lo que te da tanta pena decirme y que te has guardado hasta llegar aquí.

Y antes de que pudiera contestar me preguntó.

¿Extrañas tu casa? ¿Quieres volver con tus amigos? ¿O extrañas a tu novio? ¿O peor, estas embarazada?

A lo que conteste, no, haciendo gestos y moviendo la cabeza, nada de eso le quiero confesar.

Entonces, porque sería muy bonito que tuvieras un bebé, sería el primer nieto en la familia aunque apenas estas empezando tus estudios de seguro tu tío y yo te ayudaríamos económicamente para que puedas criarlo.

A lo que replique, no estoy embarazada, ni tengo novio y pues es muy difícil de explicártelo porque ni siquiera yo soy capaz de entender este problema.

Entonces pregunto, ¿estás enferma?

Cambie mi tono de voz y dije seriamente: No, lo que le voy a platicar es algo muy extraño, es increíble, y espero que no se altere, estoy segura que al inicio no me lo creerás pero me alegro que hayamos venido a este lugar.

Bueno ya cuéntame.

Bien dije, yo sé que Joel.

Me interrumpió y dijo, ese condenado ya me imagino.

Y la detuve, déjeme continuar y después diga lo que quiera de él, yo lo único que sé es que el la ama mucho aunque últimamente se han distanciado, como el día que le pidió ser su novia en esta banca.

Si te lo mencione hace un momento.

Si, pero también ese día usted llevaba puesta una blusa rosa con un pantalón negro, y vinieron a la banca por que acababan de salir del cine, él había ahorrado de su primer trabajo como mesero, por dos meses y le regalo un anillo de plata con sus iniciales grabadas.

Me pregunto: él te platico eso.

También sé que usted no quería ponerse de novio con él porque no sabía si su familia la aceptaría a usted por su enfermedad, que de seguro la dejaría al poco tiempo y no quería usted terminar con el corazón roto.

Bien dijo Claudia, pero hasta ahora no entiendo que me quieres decir con todo esto, por lo visto has hablado mucho con el en el poco tiempo que has estado viviendo aquí.

Y dije: iré directo al punto sin más rodeos, tome un respiro agarre fuerzas y le dije, yo no soy Mónica, soy tu esposo Joel, y Joel que lo viste que se acostó en la habitación es tu sobrina Mónica.

A lo que soltó una risa en burla y dijo: hay niña como crees que voy a creerte eso, seguro anoche tu tío y tú se pusieron de acuerdo para jugarme una broma de mal gusto.

Dije Dulzura, no te acuerdas cuando nos conocimos por que tu compañera de cuarto me invito a una fiesta que darían en su departamento, y que ahí te conocí, tomamos y bailamos toda la noche y sin duda fue la mejor de mi vida y de ahí no nos hemos separado ni un día desde entonces.

Claudia pensó todo lo que le dije y me dijo, pues es increíble lo que me estas confesando sobre todo que me estas contando detalles de nuestra vida que Joel no le cuenta a cualquiera.

Además, que ganaría yo aparte de quedar como un tonto, con hacerte una broma de este tipo, no sé qué fue lo que paso y lo único que me gustaría que me dieras en este momento es tu apoyo, eso es lo único que necesito de ti en este momento.

Me pregunto Claudia, entonces esto paso de la noche a la mañana, ¿solo despertaste así?

Pues es lo que recuerdo en este momento, si hay más espero acordarme pronto, omití contarle la parte que amanecimos completamente desnudos en cama.

Nos quedamos en el parque un rato más, platicando como hacía años no lo habíamos hecho, casi como cuando estábamos de novios y entonces me pregunto algo que para mí estaba fuera de lugar:

Entonces ahora como le haces para orinar.

Conteste, pues como todas las mujeres, me siento.

¿Y se siente diferente?

Si es diferente, y no diré más.

Además, vas a tener que aprender a cambiarte y a verte como mujer.

A lo que conteste, espero no estar así por siempre.

Volvimos a la casa, bajamos las cosas, Mónica salió a recibirnos y dijo cariño a Claudia, a lo que contesto, ya me dijo que no eres Joel, que eres Mónica así que no pretendas ser el conmigo, porque yo sigo siendo tu tía, a lo que como niña regañada bajo la cabeza y dijo en voz más tenue, si tía claro.

De ahí en adelante pues pensamos en un plan para mantener las apariencias, Joel tenía un trabajo como ingeniero del cual obviamente Mónica no sabía nada y Joel en el cuerpo de Mónica tendría que ir a la escuela mientras encontraban una solución para este problema. Por lo pronto acordaron que los tres se quedarían en la misma casa y mientras arreglaban este problema Joel llamaría al trabajo para pedir algunas semanas de vacaciones, siendo el último recurso renunciar por que tenía una oferta mejor y no darles tiempo de negociar.

Mónica se quedaría en la habitación de invitados y yo dormiría en la habitación con Claudia.

Las primeras noches fueron un poco extrañas, pues estaba al lado de mi esposa y tenía muchos deseos de tocarla, los primeros días aguante las ganas y lograba conseguir dormir, pero la cuarta noche, no soporte más y la abrace como lo hacía normalmente cuando era Joel, subí mi pierna sobre la suya, con una mano abrace su abdomen y recargue mi cabeza en su seno.

Al rato no soporte más fui subiendo mi mano por su cintura y al llegar a su seno me detuvo y me dijo, estas seguro, a lo que dije si, tengo muchas ganas de tocarte, a lo que me dijo solo esta vez porque veo que tienes muchas ganas, coloque mi mano sobre su seno y la empecé a acariciar, ahora mis manos eran más pequeñas eso hizo que sus senos se sintieran más grandes, moví mi cabeza buscando darle un beso a lo que ella voltio su cara y termine besando su mejilla, no me molesto mucho eso dada la situación, decidí sacar su seno de su pijama y comencé a besar sus pezones mientras con mi otra mano acariciaba su otro seno, a lo que la escuche dar un gemido, indicándome que lo estaba disfrutando.

Después con su mano aparto mi mano de su seno y la dirigió hasta su vagina, hasta que toque su clítoris el cual empecé a acariciar, yo cada vez me sentía más excitado y continue tocándola hasta que termino en un orgasmo muy intenso, a lo que me quede acostado sobre su seno mientras que ella recuperaba el aliento y me dijo, ahora te toca a ti, ella se dio vuelta hacia mí y me levando la blusa de la pijama y con una mano empezó a acariciar mis senos, que no eran tan grandes como los de ella pero si muy sensibles, a lo que me empezó a dar más ganas, que me tocara más, que fuera más afondo, baje mi short y mi panti hasta los tobillos y me acomode abriendo las piernas invitándola a tocarme.

Pero cuando me toco sentí como una corriente eléctrica pasara por mi cuerpo lo que me hizo cerrar las piernas y agarrarle la mano, ella se rio y me dijo, ahora ya saber por qué cierro las piernas cuando me tocas muy brusco ahí con los dedos, se detuvo por un momento, me beso y dijo relájate me beso nuevamente, esta vez en la boca y deslizo suavemente su mano hasta alcanzar mi clítoris, lo empezó a acariciar rítmicamente hasta hacerme perder el control, empecé a gemir más y más sin control y comencé a sentir un deseo incontrolable de tener algo adentro de mí, hasta que por fin sentí un fuerte espasmo, era mi primer orgasmo y aprete las piernas y le dije ya termine, tratando de normalizar mi respiración, apartando sus manos de mi vagina, cuando por fin recupere la respiración me dijo que rápido terminaste, sí que tenías muchas ganas, además metió su mano un poco más adentro, y si estas muy mojaste, como toda una niña, he Muñeca.

No sé si fueron las ganas, la curiosidad o el deseo de estar con ella, pero fue increíble, aunque termine me sentí que me había hecho faltaba algo más, tal vez este cuerpo es exigente pero después de esto al menos ya pude dormir de esa noche en adelante, más tranquilo sabiendo que tenía a alguien a mi lado que independientemente de lo que pasara estaría conmigo incondicionalmente.

Continuará.

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