Desde muy joven me empezaron a gustar los hombres, sobre todo los hombres mayores, siempre lo supe, a medida que fui creciendo mi deseo sexual fue despertando, empecé a observar a los hombres que me rodeaban, mis hermanos mayores, mi padre, los demás hombres de mi familia, sobre todo a Mario, mi padre.
Debido a que mis hermanos Julio (seis años mayor que yo) y Nelson (ocho años mayor) siempre estaban juntos y me excluían de todas sus actividades por ser muy pequeño, Mario, mi padre siempre estaba conmigo consintiendo todos mis caprichos para consolarme cuando me ponía triste porque mis hermanos me dejaban de lado, al ser huérfanos de madre, mis hermanos se tenían el uno a otro, y mi padre me daba a mi toda la atención y el amor que mis hermanos parecían rechazar o no necesitar, esto hizo que mi padre y yo tuviéramos una relación muy fuerte, siempre hacia lo que yo quería, cuando me sentía mal o me enfermaba me llevaba a dormir con él, los fines de semana me llevaba a parques y otros lugares para divertirnos juntos, con el tiempo mis hermanos tal vez sintiéndose culpables también empezaron a darme mucha atención, me convertí en el niño consentido de los tres.
Mi amor por mi padre era muy fuerte, pero empezó a tomar una nota romántica y sexual, pensaba en cómo se sentiría besar a mi papá, cuando me abrazaba trataba de mantenerme en ese abrazo el mayor tiempo posible para sentir su cuerpo contra el mío, para disfrutar su olor, mi padre es muy guapo, mide 1,86, tiene piel blanca, cabello negro rizado, ojos grandes muy oscuros, una sonrisa coqueta, siempre presencie como las mujeres y algunos hombres no podían quitarle la vista de encima cuando paseábamos por la calle; los meses de verano papá siempre ha andado por la casa descalzo, sin camisa, lo que en esa etapa de mi vida me permitía ver sus brazos fuertes que rematan en unas manos grandes con venas marcadas, su torso velludo, fornido, con unos fuertes pectorales y algo de barriga, le gusta también usar shorts de futbolista, lo cual me permitió por aquel entonces notar algo en lo que jamás había centrado mi atención, papá tenía unas fuertes piernas y en medio de estas marcaba un prominente paquete, su bulto notoriamente grande comenzó a ser objeto de mi atención, en ese tiempo también descubrí el porno y empecé a fantasear con perder mi virginidad con mi padre pero sabía que esos pensamientos estaban mal y que esto era imposible, sin embargo pase mucho tiempo tocándome pensando en él.
El día que cumplí los 18 aprovechando que era viernes celebré con unos amigos y tomé algunas cervezas, nunca había tomado más de una por lo cual me emborraché un poco, recuerdo que me llevaron a mi casa al anochecer y cuando desperté en la madrugada estaba en la cama de mi padre, usando solo un short, papá me había llevado ahí y me había cambiado de ropa, fui al baño de su cuarto y al volver a la cama pude verlo gracias a la luz de la luna que se filtraba por las cortinas de la ventana, estaba plácidamente dormido, debido al calor que hacia solo usaba unos bóxer blancos, tenía una muy evidente erección, el elástico del bóxer estaba ligeramente levantado debido a la dureza de su verga y dejaba ver algo de vello púbico más espeso que el de su abdomen, sentí muchas ganas de tocarlo, me imaginé dándole una mamada y escalofrío se apodero de mi cuerpo, me acosté a su lado y le di un beso en la mejilla, observé sus hermosos labios rosados y me decidí a besarlo suavemente, luego besé su cuello y su pecho que estaba algo húmedo por el sudor, empecé a acariciar su torso, mi mano fue bajando hacia su entrepierna lentamente y finalmente se posó sobre su bulto, palpitaba, se sentía caliente, comencé a masajear con mi mano la erección de mi padre, y entonces me decidí a bajar su bóxer, lo hice lentamente poniendo atención a sus leves ronquidos que me garantizaban acceso libre a su cuerpo, su verga salió disparada como un resorte, un gran trozo de carne, venoso, grueso, muy largo que culminaba en un glande rosado parcialmente cubierto por su prepucio, acomodé el elástico de su bóxer por debajo de sus bolas grandes y rosadas, tomé su pene y empecé a masturbarlo suavemente mientras acariciaba su torso con mi otra mano, deposité suaves besos en su pecho, mi padre soltó un leve gemido que me hizo alejarme inmediatamente, seguía dormido, volví a masturbarlo y fui acercando mi cara inconscientemente a su pene, olía a sudor y a jabón, lentamente pase mi lengua desde la base de su pene hasta el glande, sabia salado, introduje su cálido glande en mi boca y cerré mis labios sobre este, poco a poco fui consiguiendo que entrara un poco más en mi boca mientras subía y bajaba rítmicamente, solo cabía en la boca poco más de la mitad pero yo quería más, hice algo de presión y conseguí que entrara un poco más, las manos de mi padre me tomaron la cabeza por sorpresa y subió su cadera introduciendo su verga en mi garganta, sentía sus bolas en mi mentón y sus vellos púbicos me cosquilleaban en la nariz, sentí una arcada antes de que mi papá me apartara de si para sentarse y estamparme un beso profundo y húmedo.
– Si te vas a comer mi verga tienes que comértela entera –dijo apenas me soltó-
No podía salir de mi asombro, pensé que estaba dormido, pensé que de despertarse lo haría enojado conmigo, que tal vez me golpearía, pero por el contrario lo estaba disfrutando y me había metido su verga hasta el fondo de la garganta, no le importaba que fuera su hijo en ese momento solo era un chico que le estaba dando placer.
– ¿Te vas a quedar mirándome o vas a terminar lo que empezaste? –preguntó-
– ¿Quieres que continúe?
– Hasta que te tragues toda la leche de tu papi.
Escucharlo decir eso me excito de sobremanera, inmediatamente me abalance sobre el besándolo con pasión, bese su cuello y fui bajando por su torso hasta llegar a su verga, comencé chupar con intensidad, mi padre gemía y suspiraba, me acariciaba el cabello con una mano y con la otra me daba palmaditas suaves en la mejilla, por momentos tomaba mi cabeza con ambas manos y me obligaba a meterme su verga hasta el fondo de mi garganta al tiempo que movía su cadera de arriba abajo, cuando no podía respirar, me apartaba de si, para dejarme hacerlo a mi ritmo hasta que nuevamente me ahogaba con su verga, así permanecimos un buen rato hasta que mi padre me avisó que se iba a venir, entonces comencé a masturbarlo rápidamente mientras chupaba y lamia su glande, mi padre empezó a jadear, su abdomen comenzó a contraerse, era el momento entonces aparté mi mano y me metí todo su miembro en la boca, sentí su semen caliente bajando por mi garganta, tuve que sacarme parte de su verga de la boca para no ahogarme, trague todo ese delicioso néctar, me aparté de él saboreando los restos que quedaron en mi boca, sabia salado y algo ácido, me acosté en su pecho y empecé a acariciarlo y darle algunos besos, él me beso en la cabeza.
– ¿Te gustó tragarte mi leche bebe?
– Sabe delicioso papi, hace mucho quería probarla.
– Puedo darte leche cuando quieras mi niño, si la querías debiste pedirla antes.
– Me daba mucho miedo intentar cualquier cosa, no quería que te enojaras conmigo.
– Jamás podría enojarme con mi niño lindo.
– Ya no soy un niño.
– No importa cuánto crezcas o que tan bien me comas la verga, siempre vas a ser mi niñito consentido.
– Tu niño consentido quiere que le rompas el culo.
– ¿Quieres que te coja?
– ¿Quién mejor para desvirgarme que mi papito?
– Pensé que ya tenías experiencia, haces muy buenas mamadas.
– Es la primera vez que lo hago, quería que la primera fuera contigo.
– ¿Estás seguro de que quieres que sea tu primer macho?
– Muy seguro.
Me subí a horcajadas sobre mi padre para besarlo, él me abrazó, sus manos bajaron lentamente por mi espalda hasta mis nalgas, apretó con fuerza mi trasero, me nalgueó, yo empecé a moverme frotándome sobre su verga erecta mientras nos besábamos, disfrutaba de sus caricias, de la sensación de su verga rozándome, mi padre se sentó mientras besaba mi cuello haciendo que yo quedara boca arriba en la cama con su cuerpo sobre el mío, me besaba con desesperación, su barba raspaba mi mentón mientras su lengua entraba en mi boca, volvió a besar mi cuello intensamente, me mordió suavemente, estaba dejando marcas, yo era suyo, bajo dando besos por mi torso hasta llegar a mi paquete, me bajó los shorts de golpe y me los quitó con algo de dificultad, separo mis piernas y clavó su cara en mi entrepierna inhalando, era una bestia segada por el deseo sexual.
-Hueles tan bien.
Me miro mientras decía eso, sus ojos reflejaban deseo, tenía una mirada casi animal, él era un depredador y yo su presa, introdujo mi pene en su boca y comenzó a succionar con fuerza moviendo la cabeza de arriba abajo rápidamente, me estremecí por el placer, mis piernas se retorcían mientras la boca experta de mi padre me daba la sensación más placentera que había sentido, bajo un poco más levantando mi cadera y empezó a comerme el culo mientras me masturbaba, ya me había metido los dedos varias veces en el pasado así que su habilidosa lengua entró en mi agujero con algo de facilidad, separo su boca para meterme un dedo suavemente, yo solté un leve gemido, inmediatamente comenzó a mamar mi verga de nuevo mientras su dedo entraba y salía con rapidez de mi agujero, yo gemía como un loco, mi padre volvió a comerme el culo mientras me masturbaba, no pude más y me vine sobre mi abdomen, me miró sonriendo antes de escupir sobre su mano, para mojarse bien la verga.
-Esto te va a doler un poco.
-Lo sé, me da miedo.
-Relájate, iré despacio y con cuidado para que no te duela mucho, poco a poco hasta que la tengas toda dentro.
Confié en sus palabras y me relaje, él apoyo la húmeda cabeza de su verga en mi ano presionando levemente, el calor de ese tremendo pedazo de carne palpitante ardía sobre mi piel, empujo suavemente y con algo de dificultad hasta que introdujo todo su glande, el dolor era moderado pero el ardor era demasiado, se inclinó para besarme, se enderezó nuevamente y me miró fijamente con una gran sonrisa, entonces empujo su cadera hacia adelante con fuerza metiendo toda su verga de golpe en mi culo, solté un grito de dolor que papá calló con un beso.
-Si lo hacía despacio solo prolongaría tu dolor mi amor.
-Por favor sácala papi, no lo soporto.
-Aguanta mi niño, después de un rato te acostumbras.
-No papi, de verdad no puedo, duele mucho, sácala por favor.
-Quédate quieto, ya pasará.
Se acostó sobre mi besando mi cara suavemente, luego me besó mientras masajeaba mis piernas, el dolor fue disminuyendo y se lo hice saber, entonces empezó a moverse suavemente, sentía cada centímetro de su enorme verga rosando mi interior, el placer empezó a manifestarse, comencé a gemir como un loco, mi padre fue aumentando poco a poco el ritmo de sus embestidas mientras lamia mi cuello, sentí su pene salir de mí mientras se apartaba y entonces me volvió a penetrar con fuerza arrancándome un grito, puso mis piernas sobre sus hombros y apoyando sus manos a cada lado de mi cabeza empezó a embestirme con fuerza, me miraba fijamente a los ojos, el sudor de su cuerpo goteaba sobre mí, sus embestidas eran cada vez más rápidas, ambos gemíamos por el placer, duramos un buen rato así hasta que papá puso mis piernas a cada lado de su cuerpo y me sujeto de la cadera mientras me penetraba, estaba sonrojado, el sudor escurría por su frente y por su velludo pecho, recostó su cuerpo sobre el mío sin dejar de follarme con fuerza y me besó, aumento la velocidad y fuerza de sus embestidas, sentía que me iba a destrozar pero no me importaba, el placer era demasiado, lo abracé mientras enrollaba mis piernas en su cadera con fuerza, esto pareció excitarlo más porque me empezó a follar con mucha más fuerza, yo no paraba de gemir, el roce de su abdomen con mi miembro y el estímulo de su verga en mi culo me hicieron acabar, unos minutos después papá emitió un último gemido al tiempo que sentí chorros de su leche caliente inundar mi interior, solté mi agarre jadeando, él me sujeto de la espalda y giramos sobre la cama, sentí su verga salir de mí, quede acostado sobre su cuerpo oyendo su corazón acelerado, permanecimos así recuperando el aliento hasta que nos dormimos.
En la mañana papá me despertó con un beso, me había desvirgado mi propio padre como siempre lo había soñado, papá tenía una gran erección que necesitaba atender, pero esa es historia para después.