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Mi primer BDSM

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Como leéis en el título, ya sabréis de qué va este relato y el tono tan perverso y violento que tendrá, tranquilos, no hubo heridos en el proceso sexual, pero sí mucho placer y fetichismo por parte de dos chicas super cachondas que llevaban 1 mes sin sexo (yo y mi novia del anterior relato). Pero lo sorprendente no es que sea mi primer BDSM, sino que inesperadamente la sumisa fui yo, así que saltémonos los pre eliminares y os contaré en profundidad como mi chica me dejó mojada, temblando y folladísima.

Después de liarnos, preparar la cama donde iba a suceder todo cubriéndola con toallas, desnudándonos entre nosotras y seguir besándonos mostrando el insaciable apetito sexual que teníamos retenidas las dos, me puse tumbada boca arriba para que mi chica pudiese ponerme cuatro esposas a mis cuatro extremidades a cada esquina de la cama, dejándome totalmente indefensa e inmóvil, con los brazos y las piernas abiertas, a merced de su voluntad y capricho. Tras tenerme totalmente atada, puso un vendaje sobre mis ojos, sensibilizando aún más mi sentido del tacto que es del único que afortunadamente dependería en ese momento.

Ella se movía de un lado a otro de la habitación, como recogiendo cosas y poniéndolas cerca. Escuché un click y empecé a notar calor cerca de mi vientre. "¿Tienes frío cariño?" al momento adiviné que era un mechero. "Mami te va a calentar", empecé a sentir como cositas caían sobre mi vientre y me quemaban, era cera de vela lo que estaba cayendo encima de mi, con cada trocito de cera que caía sentía un ardor momentáneo que concluía con la cera solidificándose sobre mi piel. Dejó caer cera tanto en mi vientre como en mis pezones y sobre todo en mi ombligo e incluso cerca de mi coño. Aunque me doliese, me daba placer, era algo que me estaba gustando, dejar mi cuerpo total control de ella me calentaba aún más.

Noté como ella se acercaba y me besaba, me pellizcaba uno de los pezones mientras el otro lo mordía y jugueteaba con los dientes, me lamía la cara con su suave y húmeda lengua, rozaba su cuerpo contra el mío en un va y ven de cuerpo entero. Noté como en mis labios se apoyaba algo de textura elástica pero dura a la vez, lo lamí con curiosidad y mordía con hambre pensando que sería uno de sus dildos, buscaba la punta y al encontrarla mis sospechas eran ciertas, de pronto ese dildo entró entero en mi boca sin siquiera dejándome inhalar y dejando escapar unos quejidos por mi parte.

Empecé con ganas a practicarle una mamada apasionada al juguete, metiéndolo entero en mi boca, jugando con él usando mi lengua y sacándola para luego repetir el proceso el cual se volvió más intenso cuando ella me empezó a meter el dildo hasta lo más profundo de mi garganta repetidas veces acompañando dichas penetraciones con arcadas, lágrimas de placer y comentarios como "cómetelo entero puta de mierda" o "te gusta ¿verdad cerda?" que me dedicaba ella y mi me ponían.

Tras todo ello, sacó el dildo de una dejando el juguete lubricado con mis fluidos bucales que me estaban dejando la cara empapada. Me lo puso de nuevo en los labios, lo besé y ella lo hizo igual, practicando una doble mamada o como algunos lo llaman "mamada sándwich", después nos besamos, me azotó suavemente la cara con la punta del dildo y me lo metió. El dildo entró sin oponer resistencia ya que también tenía la vagina mojada de tanto placer.

Al principio empezó suave, mi coño lo estaba disfrutando y yo excitada dejaba salir gemidos suaves acompañados de movimientos de caderas. Dicha suavidad se fue rompiendo, cada vez las penetraciones eran más rápidas pero mi placer siguió estando e incluso aumentó, asimismo, mi novia empezó a azotarme las tetas por lo rápido que botaban y a taparme la boca hundiendo mi cabeza contra la almohada pero ni aun así podía callar mis gritos de éxtasis, los cuales estallaron cuando alcancé el orgasmo y dejé escapar un gran squirt a presión que dejó todo mi cuerpo temblando.

Mi chica empezó a lamer mis labios bajos probablemente saboreando el chorro que había soltado, fue bajando cada vez más hasta jugar con mi ano usando la punta de su lengua. Yo aún me estaba recuperando del orgasmo y sin que los temblores hayan acabado, seguía sintiendo mi vagina sensible. Ella pasó de lamer mi ano a meter casi por completo su lengua dentro, yo por juguetona apretaba el ano cada vez que conseguía meter si lengua dentro.

Después de ese pequeño descanso pasamos a la segunda ronda, ella se puso encima de mi, me quitó la venda, vi mi cuerpo lleno de trocitos de cera y como una gran parte de la cama estaba mojada al igual que la cara de mi chica, "¿te gusta lo que ves?" preguntó ella mientras se tocaba las tetas con una de las manos y con la otra acariciaba su coñito. Solté un "si" tímido, ella se río, "abre la boca", al hacerlo ella soltó sus babas dentro de mi boca cayendo justo encima de la punta de mi lengua "toma, tus chorritos" me dijo, me agarró la cara achuchando mis labios, los lamió y escupió en mi cara sin aviso alguno para luego volver lamerme de nuevo como si yo fuese su presa indefensa.

Después tuvimos un largo beso y ella procedió a pillar un vibrador, puso su coño encima del mío y en medio puso dicho aparato, lo encendió e instintivamente empecé a mover de nuevo las caderas en dirección al vibrador para presionar mi clítoris al juguete y sentir más placer. Mi novia hacía el mismo movimiento que yo, casi parecía que lo hacíamos al unísono, como si fuese todo preparado, las dos empezamos a suspirar, jadear y gemir con nuestras agudas voces de placer.

El vibrador hacía sonidos de más agudos a más graves en función de lo tanto que apretábamos entre nuestros húmedos labios los cuales también sonaban, incluso llegaba a sentir los labios de mi novia juntándose con los míos aun teniendo el juguete entre medias. Fue ella quien se corrió primero dejando mi vagina más mojada y siendo aún más presionada por los temblores ella, lo que hizo que yo también tuviese otro orgasmo acompañado de otro chorro que dejó la cama aún más mojada.

Ella se puso encima de mi y empezamos a besarnos de nuevo mientras pegaba todo su cuerpo junto al mío, hundiendo sus pequeños pechos contra los míos, acariciando mi pelo, mordiendo mis labios y toqueteando un poco por encima mi coño. Me quitó las esposas y me dijo que me pusiese a 4, yo la obedecí como buena sumisa que era, tumbé mi cuerpo dejando mis piernas abiertas y mi ano mojado al aire. Mi chica, tras unos azotes que hacían rebotar mis nalgas, escupió en mi agujerito, agarró el vibrador, lo lubricó y procedió a intentar metérmelo por el culo mientras lo tenía encendido.

Mi ano no opuso resistencia alguna (mucha sexo anal dio sus frutos jajaja) y la cabeza del vibrador entró entera dentro de mi, sentía como ese aparato vibraba dentro de mi recto a la vez que mi novia me lo sacaba y metía repetidas veces, tanto así que incluso metió casi la mitad del juguete dentro de mí. Yo gemía, gritaba y me dejaba llevar por el momento y el éxtasis que estaba sintiendo, a su vez me masturbaba el coño metiéndome los dedos los cuales se iban mojando cada vez más. Y por fin tuve mi tercer orgasmo, la presión hizo que el juguete se saliese y que mi vagina liberase una cascada sobre mi mano que dejó mis temblorosas piernas mojadas.

Me caí rendida sobre la cama mientras lamía los dedos mojados por mis fluidos vaginales, acaricié el divino cuerpo de mi novia mientras me daba los últimos besos, estuvimos un rato abrazadas compartiendo silencio entre risas y caricias.

-¿Te ha gustado cielo?

-Me ha encantado, aunque creo que me has roto el culo jajaja.

-Eso a ti te encanta.

-Sí, espero que lo volvamos a repetir.

-Mami te castigará las veces que quieras, tú solo pídemelo.

Y así, tras recoger todo, lavar los juguetes y darnos una ducha juntas para luego irnos a dormir, concluyó lo que fue para mí, la mejor tortura sexual que jamás experimenté. He de decir que yo soy más de tener sexo romántico pero un poco de guarreo de por medio nunca viene mal jajaja. Que tengáis un buen día y muchos besos.

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