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Mi primera vez, mi fantasía

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Comenzaré diciendo que, aunque soy heterosexual, siempre me ha excitado la idea de probar una verga, no sé si solo como fantasía, o realmente me iba a atrever a hacerlo algún día.

Entro regularmente a páginas donde se anuncian escort, y siempre me excitaba leyendo lo que ofrecían si contrataba sus servicios.

Un día que tuve que salir de viaje por cuestión de mi trabajo, fantaseé con la idea de contratar alguno, y cuando llegué al hotel me comencé a masturbar viendo películas y entrando a ver los citados anuncios. uno de ellos me atrajo mucho, pues la verga del escort se veía impresionante, gruesa y larga, él era musculoso y prometía aguantar dos horas cogiendo, que era un macho, no amanerado como otros que se anuncian, esa descripción me excitó muchísimo porque mi deseo es estar con un hombre, uno que me domine, que me coja como quiera, que me disfrute completo, que bese y lama todo mi cuerpo; que me use para disfrutar y me haga gozar, así que quise llamar cuando menos para escuchar lo que me decía por teléfono.

Cuando me contestó, me dijo que estaba disponible, que era rudo pero que no me iba a lastimar, me dijo “si me vas a contratar debes ser muy caliente, te voy a tratar como a una puta, como a mi hembra, te voy a coger como yo quiera y muy duro, y te voy a dar verga hasta que me digas que pare, te voy a nalguear fuerte y te voy a dar mi leche donde quieras, te voy a hablar, fajar, manosear, lamer, chupar y a embestir como a una de mis putas, nadie, pero nadie, te va a coger como yo” esas palabras me excitaron tanto que ya no pude pensar, no sé de dónde saqué valor y acepté, me dijo que no tardaría en llegar. efectivamente llegó como en media hora, tiempo que aproveché para bañarme y rasurarme todo el cuerpo.

Cuando tocó, mi corazón comenzó a latir más fuerte, estaba a punto de realizar la fantasía que había tenido durante tanto tiempo. Abrí la puerta y las piernas me temblaban.

Era como se veía en los anuncios, como de mi estatura, y bajo su playera se apreciaba que era muy fuerte y musculoso, sus pantalones le quedaban apretados, pues tenía las piernas muy gruesas. debo admitir que en la primera oportunidad, mis ojos fueron a su entrepierna, como buscando ver si su verga se alcanzaba a apreciar, cosa que el notó, así como mis nervios, pues me dijo; tranquilo, te va a gustar, te voy a tratar como a mi putita, vas a ver.

Me dijo que para estar más cómodos y el servicio fuera más limpio se iba a bañar, yo le dije que lo acababa de hacer y me dio una bolsa diciéndome; mientras me baño ponte esto ¿Qué es? le pregunté, y me dijo; es lencería de encaje rojo, es que los putos vestidos así me calientan mucho.

Era una tanga con encaje que dejaba ver mis redondas nalgas (No es por nada, pero son redondas y paraditas), y una falda que no alcanzaba a cubrirlas, se veían muy ricas, así como mis piernas recién rasuradas. también unas zapatillas. me puse todo y él salió del baño envuelto de la cintura para abajo con una toalla. me dijo; que buena te ves, déjame verte las nalgas, me volteé de espaldas a él para que me viera, temblaba excitado pensando en lo que estaba por venir, realmente estaba deseando a ese macho que estaba ahí para cogerme y hacerme sentir como una puta.

Se acercó a mí y se me pegó a la espalda, acariciando mis nalgas y besándome el cuello, sentí como la sangre subía a mi cabeza y se me nublaba el entendimiento, cerré los ojos dejándome llevar y gozando el momento, sentí en mis nalgas cómo su verga comenzaba a pararse, y mi mano fue a ella alcanzando a acariciarla un poco sobre la toalla. me inclinó sobre el respaldo de un sofá y me abrió las piernas, mis nalgas y mi culo quedaron expuestos e indefensos ante él, que se puso en cuclillas y me dijo que me abriera las nalgas con las manos. empezó a lamerme el culo, me recorría la raja de mis nalgas con su lengua, y después la introdujo en mi culo, haciendo como que me cogía con ella.

Yo gemía excitado, era más placer de lo que podía haber imaginado, comenzó también a meterme un dedo y después dos, yo gemía como una puta, y él me decía; así mami, goza que ahorita te voy a coger de verdad, vas a conocer a un verdadero macho. Mientras me decía cosas así me nalgueaba fuerte, eso me calentó aún más y le pedía que me diera más duro. Después se levantó, y cuando volteé ya no tenía la toalla, tenía la verga completamente parada.

Por fin la tenía frente a mí, era como la había visto en sus anuncios, larga y gruesa, más ancha en su base y curvada hacia arriba, desafiante, y coronada con una cabeza roja y gruesa, unos huevos depilados y que colgaban, se me antojaron muchísimo, aunque también sentí cierto temor al pensar que ese pedazo de carne me iba a penetrar, creí que no me entraría.

Entonces me dijo “acaríciala” y tomó mi mano y la llevó a esa verga hermosa, la agarré y sentí cómo palpitaba, empecé a subir y bajar mi mano por ella mientras con la otra comencé a acariciar sus huevos. Estaba caliente, palpitante, era deliciosa. Después de unos minutos de quedar embelesado con ese trozo de carne me dijo “chúpala” y cuando lo dijo ya me estaba jalando de la nuca hacia su verga, sin decir palabra me dejé llevar.

Me la empezó a pasar por los labios, por las mejillas, por toda la cara, yo disfrutaba su olor a macho, entonces me dijo “anda puta, chúpame la verga” Esas palabras me encendieron aún más y saqué mi lengua, primero se la pasé por la cabeza, y después comencé a lamerle todo el tronco, desde los huevos hasta el glande, mientras le acariciaba las piernas musculosas y gruesas.

Después de un rato de lamérsela toda, por fin me la metí a la boca, comencé a mamar ese pingón mientras me decía “sí dale, chúpamela toda putita” Yo solo mamaba como una puta caliente, después de un rato me la sacó de la boca y comenzó a darme vergazos en la cara y me decía ¿Te gusta puto? Ahora quiero que me chupes los huevos, y empecé a chupárselos, se sentían muy ricos en mi boca, Estaba sorprendido de lo excitado que me sentía, tenía mi verga durísima de solo mamar la de él.

Me empujaba la verga hasta donde me cabía en la boca y me decía “chupa cabrón puto que ahora te la voy a meter en ese culo de puta que tienes” Escuchar esas palabras me calentaban más y le mamaba la tranca más duro y rápido, se la lamía desde los huevos hasta la cabeza, donde ya me dejaba saborear las gotas de lubricante que empezaban a salir de la cabeza de su verga. Mientras me cogía por la boca yo intentaba metérmela lo más que podía, agarrándome de sus nalgas y jalándolo hacia mí.

Después de un buen rato que yo no quería que terminara me dijo; Bueno, es hora de darte verga en ese rico culo que tienes ¿Quieres que te la meta toda verdad maricón? ¿Estás ansioso de sentir mi verga en tu culo? A lo que apenas pude responder con la respiración entrecortada “Sí, cógeme ya por favor, méteme ese vergón en el culo” Realmente estaba ansioso de tener una verga dentro de mí, sentir cómo me cogía un macho verdadero como ése que tenía enfrente, no me importó el tamaño o que me doliera, solo quería tener ese trozo de carne dura y caliente dentro de mí.

Me dijo: Voltéate y ponte en cuatro, así lo hice y me empezó a chupar y a meterme la lengua en el culo, yo gemía como la perra caliente que era en ese momento. Así me tuvo por no sé cuánto tiempo que no quería que terminara, y me dijo “Bueno mamita, ya estás bien mojada y abierta, ábrete bien el culo para que te la meta” Obedecí y agarrándome las nalgas las abrí lo más que pude con las dos manos y sentí cuando me puso la punta de su vergota en la entrada, y después cómo empezó a empujar, sentí cómo mi culo se empezó a abrir para recibir a su macho, sentí entrar cada centímetro de esa verga que tanto deseaba, y aunque casi no me dolía porque me había dilatado con su lengua y dedos, cuando me la metió toda y sentí como sus huevos tocaban mis nalgas nos quedamos unos momentos inmóviles para que mi culo se acostumbrara al tamaño de esa verga, cosa que yo disfruté sintiendo como ese macho me llenaba completamente.

Entonces me dijo “Prepárate putita que te voy a partir el culo” y empezó a darme una culeada durísima, me bombeaba fuerte y nalgadas mientras me decía: Te dije que te iba a gustar mi verga, que me ibas a pedir más, y yo decía “Sí papi, tienes una verga grandísima y bien dura y rica, cógeme así duro cabrón”

Después me pudo boca arriba y me dijo: Quiero ver tu cara de puto cada vez que te la meto y quiero escuchar cómo gimes como la perra que eres. Yo con las piernas en sus hombros sentía como me bombeaba riquísimo con esa verga dura y gruesa, gemía diciéndole: No pares cógeme bien duro, métemela hasta que me partas en dos, soy tu puta cabrón, dame más verga.

Después de estarme dando así se sentó y me dijo que me montara de frente a él, me la metí despacio, disfrutando cada centímetro de carne caliente que entraba por mi culo hasta que quedé completamente ensartada en su pene ¡Qué rico!¡Cómo disfrutaba esa cogida que me estaba dando! Comencé a cabalgar su verga mientras me apretaba las nalgas y me las azotaba duro, me mordisqueaba y lamía los pezones; me estaba volviendo loco de placer.

Así estuvimos cogiendo, me acomodó de las formas que quiso, me chupó todo el cuerpo, me nalgueó, me lamió, me manoseó todo disfrutando de mi cuerpo y haciéndome disfrutar como nunca hasta que me dijo ¿Quieres mi leche en tu boca verdad? Sé que te mueres por probarla, sí papi, le dije; cuando termines quiero que lo hagas en mi boca, quiero deleitarme con tu sabor de macho. Pero después me dijo; Mejor te voy a preñar el culo porque voy a hacerte mi hembra, y después me vas a limpiar la verga con tu lengua, no quiero que desperdicies ni una gota.

Ya me voy a venir me dijo, y comenzó a darme más duro hasta que me clavó su verga hasta el fondo y comenzó a soltarme chorros de semen en el culo, estaba tan lleno que la leche comenzó a salir y escurrir por mis nalgas, caliente, espesa. Me la sacó y limpió con su miembro lo que había escurrido y me la puso en la boca, se la limpié toda. Desde los huevos, no podía desperdiciar esa rica leche de mi macho.

Nos quedamos acostado un rato más en el que acariciaba mis nalgas y yo su cuerpo, y luego me dijo; Qué rica puta eres, tienes unas nalgas deliciosas y mamas riquísimo, me gustaste mucho porque eres bien puto, desde hoy te voy a coger cada vez que quiera, yo le contesté que sí, que me había hecho sentir toda una puta y que seguramente nos íbamos a ver seguido.

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