Nuevos relatos publicados: 18

¿Mi tío?

  • 2
  • 17.739
  • Sin valorar (0 Val.)
  • 0

Zoe Mattew una chica de 21 años comienza una relación con uno de los mejores amigos de su padre, a pesar de que lo conoce desde que era una niña y en algún momento lo vio como su tío todo comenzó a cambiar cuando en una noche que Alex Melik se quedó a “cuidarla” mientras sus padres viajaban.

Estábamos en la cocina, la cena estaba lista y mientras decidí preguntarle cosas a Alex.

-¿Por qué de un momento a otro piensas que necesito una niñera?

-Porque estás pequeña aun, y necesitas un adulto que te cuide.

-No soy una niña -Reproche

-Si lo eres.

En eso comenzamos una pequeña discusión de él porque no necesitaba una niñera hasta que solo dijo:

-Cállate niñata.

Deje mis cosas y subí a mi habitación molesta, mientras estaba ya en pijama en la cama sentí como abrían la puerta y solo me acosté y me di la vuelta, tenía una pequeña bata para dormir cosa que hacía que mi trasero sobresaliera. Alex no me decía nada, solo escuche unos cuantos suspiros de parte de él, podía apostar que miraba mi trasero, eso era algo que me gustaba…

-Abrázame. - Le dije. No me respondió nada por unos segundos, pero luego pude sentir como se acostó de lado al igual que yo, pude sentir su polla dura en mi trasero casi desnudo, al sentir su gran bulto solté un gran suspiro y dije: “Acaríciame por favor” Ale se apegó más a mí y su mano la poso en mi cintura, la subía y bajaba, lo hacía lento y con miedo lo podía sentir. Tome su mano y la puse en mis contillas, solo quería que se relajara y al parecer tuvo resultado.

Alex: No sé qué estoy haciendo. -Su mano subió a mi seno y lo apretó haciéndome soltar un gemido.

-No es nada malo.

Luego de unos me quito la única prenda que tenía encima de mi cuerpo y con delicadeza abría mis pliegues y yo le di paso, sentí como empezó a acariciar lentamente esa parte tan sensible y no pude evitar gemir con fuerza, y poco a poco vi como acercó su boca y paso su lengua por toda mi humedad, simplemente, eso era lo más delicioso.

Podía sentir como mi húmeda zona palpitaba en su lengua, la sentía caliente, esto era grandioso, no paraba de gemir, hasta que sentí que una de sus manos se deslizo para tocar mi clítoris, caliente, húmedo, lleno de deseo, vi como comenzó a masajear y no pude evitar gritar más fuerte, quería más, mucho más así que le dije que siguiera, sentí como utilizo su otra mano para penetrarme con un dedo, un grito salió de mis labios, dolía, pero no me dejaba de gustar, y sentí como se formó una sonrisa en el mientras seguía lamiendo, me estaba dando demasiado placer y eso él lo sabía, pronto pude sentir como se contraían mis músculos y empezaba a gozar del placer.

NOTA: si quieres una historia personalizada sígueme en Instagram: @ohsirisi.

(Sin valorar)