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Mi vecino el ex convicto

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Eran cerca de las 6.15 pm y el tráfico no avanzaba en la I95. Me di un buche de agua y literalmente se podía terminar una sopa con ella.

Al entrar al edificio le pasé por al lado a un tipo que iba de salida, era de estatura más chica que la mía súper delgado, portaba pantalones deportivos como los que yo uso y camiseta sin mangas no le di importancia y continué hacia mis aposentos.

El apartamento olía raro, a éste se le olvido botar la basura siempre anda en las nubes dije yo refiriéndome a mi compañero de piso, luego de quitarme la ropa toda sudada le hice un nudo a la bolsa de basura y salí a botarla. El sujeto fumaba en el portal casi en el parqueo. Botó la colilla y me miró a la cara, la suya tenía facciones serias como de no hablar con nadie, nariz fina, ojos oscuros y una barbita descuidada. Lucia joven pero se veía que la vida no lo trataba muy bien, o el cigarro. Era bonito y se veía que bañado y arreglado luciría bien. Hola me dijo y sonrió, me llamo Israel y me extendió su mano, Javier mucho gusto le saludé yo. Me extendió un cigarrillo súper delgado de la marca Virginia Slim, hice un gesto con la mano de rechazo, miré el cigarro unos segundos y él comenzó a reír.

-Si ya sé que son de mujer pero estos son los que me gustan.

-Yo no sabía que los cigarros los vendían según el sexo de la persona.

Continuamos riendo; Sus brazos definidos no poseían volumen como lo míos, eran solo músculo y mostraban variedad de tatuajes que no coincidían en diseño.

-Estoy arriba de ustedes en el 208 nos mudamos hace unos días mi papá, yo y mi esposa.

-Mi esposa y yo.

-Tu esposa y tu ¿qué?

-Se dice mi esposa y yo, el burro de último.

Sonrió y me dijo: Es verdad yo apenas fui a la escuela, caí preso súper joven y después cuando me pasaron…. Calló y bajó la cabeza.

-No tengas vergüenza papo ya pasó, tú eres joven seguro que este país te va a dar las oportunidades que no tenías en...

-Venezuela soy de Maracaibo.

Lo dejé encendiendo un tercer cigarro y me fui con la excusa de hacer algo de comer.

Llegó el fin de semana, la alegría y el calor de Miami. Roberto mi compañero de piso y yo nos fuimos a Rumbear. En aquella época yo tenía solo 25 años y Roberto casi 27. Era obligatorio y sin excusa irse de pachanga los sábados a los clubs de moda a bailar salsa.

Para los que aún no me conocen: Mido 5”7 ni tan alto para Estados Unidos. Piel dorada por este intenso sol de Miami y la playa que me fascina literalmente. Ojos color miel claro y mandíbula sobre lo cuadrada, labios gruesos sin parecer exagerados. Mi pelo lacio y alborotado porque no me peino. Mi pecho duro por la natación. Y mis músculos definidos sin ser exagerados. No tengo abdomen duro, no me gusta, lo veo muy falso y además me gustan mucho las pizzas. Voy al Gym para hacer pesas, pecho y espalda que siempre me ha gustado. Soy velludo, bastante diría yo. Así que para definir mis músculos me rebajo con maquina eléctrica sin llegar a rasurarme con cuchilla. Estoy mejor dotado que muchos por ahí, tengo un miembro más allá de lo normal para los estándares del país donde vivo. Son ocho pulgadas y media, gorda y bonita diría yo, con prepucio bien abierto que cubre solo la mitad de la cabeza. Huevos recogidos pero bastante grandecitos. Roberto blanquito y rubio con labios rosados, pezones y testículos del mismo color, de ojos intensamente azules y cara europea sin confusión. Músculos definidos pero de trabajar como mecánico. Corre conmigo todas las mañanas y se rehúsa a tomar cerveza en exceso como yo. Tiene buenas nalgas redondas y musculosas; Y una bonita pinga normal como de 7 pulgadas de cabeza pequeña y escondida. Es de ascendencia Ucraniana pero fue adoptado por una familia Cubana de ahí el nombre y su perfecto español. Nos conocimos hace dos años en la estación de servicio donde él trabaja y yo llevé mi viejo Volvo a cambiar el aceite, andaba buscando un compañero de piso. Luego de una borrachera nos dimos cuenta que teníamos tendencias bisexuales y tenemos encuentros furtivos solo dentro de nuestro apartamento y con mucho cuidado. Para el resto de la sociedad, sus padres y los míos somos un par de heteros más que comparten apartamento.

Esa noche tomamos, bailamos y tratamos de conquistar varias chicas en vano, por supuesto regresamos con más de tres copas encima y bien cachondos. Después de convivir con él, sabía que se pone romanticón conmigo cuando toma y nos volvemos unos sucios. Eso me gustaba porque me hacía sentirme deseado aunque tenía que estar dando excusas constantes a amigos y conocidos por su comportamiento dulce hacia mí siendo heteros para una entera sociedad. El estacionamiento lleno nos hizo parquear en la calle. Al bajarnos Roberto se abrazó a mí y comenzó a besarme el cachete.

Nos dispusimos a caminamos las dos cuadras distantes, me puso la mano en la portañuela.

-Espera a llegar que nos pueden ver.

-Son las tres y media ¿quién va a estar despierto a esta hora?

-Shhh mira ¿ves esa lucecita roja? Es un cigarro ahí hay alguien fumando.

Se compuso y sacó su brazo de mi hombro.

Nos cruzamos con quien yo pensé que era Israel en la oscuridad del portal. Se veía sucio, a su lado una botella de algo que yo no conocía y una mano en la cara. Roberto me dio un codazo.

-¿Israel?

Levantó la cabeza, eh, Javier, aquí fumándome un cigarro.

- ¿Estás bien?

Si si yo entro ahorita todo bien.

¿Que fue eso? Preguntó mi amigo ajeno.

Le expliqué a Roberto lo que yo sabía de esa familia y me miró a la cara diciéndome: No te metas en eso esa gente parece problemática ven dame un besito.

-No, ese tipo me dio lastima ya se me quitaron las ganas.

-Hay Javi que estoy caliente no me dejes así.

-Que no chico que a ese muchacho le pasa algo.

-Está bien pero después no me digas que no te lo advertí.

Preparé un sándwich y lo envolví en una servilleta, tomé una Coca Cola del refrigerador y me dirigí hacia el portal. Vi cómo se adentraba en la penumbra y bajaba la cabeza.

-Toma y le extendí el sándwich.

- ¿Por qué haces esto?

-Porque sé que no has comido hoy.

-Gracias muchas gracias, no hay gente como tú ya.

Me alejé y entré. Robertosky como yo le llamo de cariño andaba como era de esperar en cueros empinado al galón de leche con sus nalgas redondas al aire.

Lo abracé por detrás ¿Nos damos una ducha calientica?

-A ti no hay quien te entienda vamos.

Intentó cargarme mientras yo le decía: yo estoy más fuerte que tú, ¿quién es tu macho?

-Tú eres mi machote rico y no te voy a dejar ir nunca, me besaba más y más mientras trataba de quitarme la ropa rumbo a la ducha.

Quedamos extenuados con la lujuria de otra noche de sexo y nos dormimos abrazados.

No volví a cruzarme con Israel por algunas semanas, hasta pensé que se había mudado.

Era sábado fin de mes y había que ahorrar para pagar gastos, solo nos quedaba dinero para quedarnos en casa y tomar algo, comenzamos cerca de las 5 pm y ya para las 10 pm estábamos borrachos y haciendo el amor nuevamente en mi cama.

Abrí un ojo y vi a Roberto mirando mi cuerpo, los dos desnudos como tantas veces. El televisor mudo y él a mi lado con su taza de café en la mano.

-No te quería despertar.

-Me vas a comer con la vista.

-Es que tú me gustas. Me he dado cuenta de que cada día me gustas más y las mujeres me interesan menos. Y tú anoche te viraste de nuevo, esta es la segunda vez que lo haces.

-Por qué siempre hablas de lo mismo ¿tú no quieres una esposa, familia, hijos, una casa?

-Si quiero todo eso pero también te quiero a ti. ¿Y tú qué quieres?

-Yo no sé lo que quiero vístete vamos a correr un poco que entre el dolor en el culo y la resaca si sigo aquí no hago ejercicio hoy.

Salimos al portal y vimos un bulto recostado a la pared, los rayos apuntaban el amanecer y mi amigo me agarró por un brazo.

-Ese no es tu problema ¿Me oíste? Le pasas por el lado y ni saludes.

Al pasar, vi que Israel se llevaba las manos a la cara y se paraba para echar a andar.

Buenos días nos dijo con voz tenue.

Volteé a ver como se alejaba y vi como cojeaba de la pierna izquierda.

-Ese tipo no está bien mira como cojea.

Javier haz lo que quieras ve a ver qué le pasa si quieres, yo voy a correr.

Oye ¿Israel que te ocurre?, volteó tenía un gran moretón en la parte superior izquierda de su frente y el ojo morado y el pantalón manchado de sangre en el muslo. Lo tomé por las axilas. Olía a no haberse bañado en dos días, a cigarro y a alcohol. Me dijo: Tuve un accidente anoche yo estoy bien suéltame que me voy a mi casa. ¿Accidente o pelea? A mí me puedes contar lo que sea, ven que yo te curo, entra conmigo y si te pasa algo de nuevo tócame en la puerta, ¿has dormido en el portal?, asintió con la cabeza -Tonto nosotros aunque sea en el sofá te hubiéramos dejado dormir. A lo lejos se veía un hombre maduro pero no anciano que se acercaba hacia nosotros. Delgado se parecía mucho a Israel pero más viejo entraba del parqueo y nos encontró, venía con ropa de trabajo y fumando, lo miró y le dijo: ¡Te lo dije imbécil! detrás le seguía también fumando otro chico que parecía el gemelo de Israel pero más alto, fornido y lucia mayor que él. Perdóname mijo, gracias soy Ismael su papá. Yo soy su hermano hola gracias dámelo que yo me lo llevo dijo el hermano y se marcharon.

Le conté a Roberto que me advirtió: Te lo dije no te metas con esa gente y me aconsejó una vez más que me alejara de esa familia. Yo solo pensaba en el pobre muchacho, además estaba graciosito, para jugar no estaría mal. Pasaron como 15 días y era viernes, mi amigo partió a encontrarse con unos parientes en Orlando. Eran las 10 y algo de la noche cuando oí que tocaban a la puerta.

- ¿Quién es?

-Soy yo Israel.

Abrí sin camisa y en shorts sin calzoncillos debajo; Él se quedó estático mirando mi pecho y mis brazos. Bajó la cabeza.

-Me dijiste que si me pasaba algo te viniera a ver. ¿Tu amigo no está?

-No, se fue con su familia por el fin de semana.

- ¿Te puedo preguntar algo? ¿Ustedes son pareja?

-No, ese es el muchacho que renta conmigo ¿Qué, se nos nota algo?

Por eso es que pregunté porque no se les nota nada y quiero estar seguro de no meterme donde no me llaman. Igual yo soy muy abierto de mente, estuve preso y para mí es normal ver a dos tipos ahí dale que dale, yo soy amigo de todo el mundo y aquí tienes un amigo.

Me extendió la mano, luego del apretón me dijo: Mira tengo problemas con mi mujer de nuevo y ya ves como quedé la vez pasada. ¿Me puedo quedar en el sofá?

-Tu mujer te golpeó y te hirió y tú sigues con ella.

-No juzgues, solo dime sino me voy.

-Dame un minuto ya regreso.

Me fui a la cocina donde por suerte había teléfono y se podía ver el sofá, de ahí se veía Israel con una camiseta negra ancha y jeans también anchos, tenis nuevos y despeinado. Por su tamaño parecía un muñequito y se me antojó tenerlo en mi cama. Yo tenía la sospecha de que al tipo no le importaba hacer cositas sucias y me dio morbo verlo.

-Estás loco Javier, sé por dónde viene esto ya lo quieres meter en tu cama y me llamaste porque te dio remordimiento.

-Que ¿estas celoso? Además para que te llamaría si lo puedo hacer en secreto. Estoy siendo sincero me vino a pedir ayuda, lo de la otra vez fue que la mujer lo golpeó.

Se hizo un silencio del otro lado de la línea. Pobrecito está bien pero ten cuidado, esconde tus cosas de valor y cierra mi cuarto. Colgamos y me dirigía Israel.

- ¿Ya comiste?

-Si vengo de la calle. ¿Qué, te dieron permiso?

-Si que eres arrogante, vienes a pedir limosnas con escopeta.

-Jeje esa no la había oído. De veras perdóname es que yo no sé comportarme muy decente yo no tengo estudios como tú. Además estoy muy nervioso yo no quiero dormir en el portal y no tengo a donde ir.

-Te puedes quedar pero sin fumar aquí dentro.

Yo me porto bien chamo, esta cara de malo es solo de adorno. Me abrazó y me dio un beso en el cachete. Gracias vengo ahora este es el último cigarro te lo prometo.

Regresó todo sudado que ¡calor! ¿Tienes un cepillo extra?

Yo que ya conocía como iba a seguir la noche le mostré un bultico encima de mi cama con un cepillo de dientes uno de mis shorts y una camiseta. Se desnudó ahí mismo enfrente de mí, se sentó en la cama mientras me decía: Mira la cicatriz ya está sanita no me tuvieron que dar ni puntos solo fue la piel. Me acerqué a observar, llevaba calzoncillos negros bien corrientes y no se le notaba mucho en su entrepierna. En su pecho llevaba tatuajes dispersos y su barriguita no exhibía músculos abdominales pero tampoco grasa llena de vello oscuro que venía desde el centro del pecho hasta formar un montículo que se perdía dentro donde yo aún no podía ver. Olía a sudor y a cigarro, más bien a macho, como decía Roberto. Me dio un morbo tremendo y me comencé a excitar. Me viré de espaldas lo más rápido que pude para disimular la obvia erección que se comenzaba a formar en mis shorts comencé a caminar hacia la puerta mientras le decía: te espero en la cocina ¿quieres una cerveza?

Apareció en calzoncillos, los shorts están muy anchos me siento más cómodo así. Agarró la cerveza y la chocó contra la mía.

-A mí no me importa mírame a mí.

-Si, si ya te vi, no tienes interiores puestos pero yo no estoy en nada Javier y he tenido que convivir con gente que no merece ni mi amistad, en cambio tú eres muy generoso no sé cómo agradecerte de verdad.

Me agarró por un brazo e intentó abrazarme nuevamente, su olor era raramente excitante como medio agrio, sin colonia ni desodorante pero no a sucio. Me pegó su erección en la pierna y toco la mía. Se sentía delicioso lo agarré por las reducidas nalgas y lo apreté a mi cuerpo.

-Hacía tiempo que no hacia esto, se siente rico, hoy puedes hacer conmigo lo que quieras yo por tal de no dormir en el portal me dejo hacer lo que sea. Vamos para la ducha que no se si a ti te gusta abrazarme así todo sudado, no tuve tiempo de bañarme con la discusión.

Entramos, me comenzó a besar el cuello sin dejar de tocarme la pinga ni un instante, agarré una esponja y comencé a recorrer su cuerpo desnudo con ella, su pinga resbalaba deliciosamente en mi mano y para ser un flaco tenía buen material, era blanca como todo su cuerpo y el prepucio era bien ancho, se podía ver fácilmente su cabeza rosada que salía con facilidad, tenía un par de reducidos testículos y se notaba que nada de aquello había visto una cuchilla jamás.

Se puso de espaldas y tiro el jabón a propósito, se dobló a recogerlo y se quedó así comenzó a reír y yo ni corto ni perezoso lo recogí para pasarlo por toda el área de su trasero flaco musculoso y peludito también. Anduve lavando bien todo aquello y le pase la lengua varias veces por el ojete, se retorció y me agarró la cabeza con fuerza empujándome mi cara enterrándola bien en su culo comenzando a moverse en círculos y a darse placer con ella. Gemía con voz ronca y aguda, se volteó y me ayudó a incorporarme, me comenzó a lamer el cuello y mis tetillas, estuvo rato jugando con mi pecho y me levantó un brazo, pasó su lengua sutilmente por mis bíceps que yo flexione a propósito. Me gusta tu cuerpo me dijo, espérame en la cama que me voy a terminar de limpiar bien, a nadie le gusta estar con un sucio como yo. Se me estrujó el corazón con el comentario, callé y me fui mientras una abundante cantidad de espuma bajaba de su cabeza. Por favor yo sé que es mucho pedir pero dime si puedo utilizar más cosas del baño.

-Usa lo que quieras ahí hay de todo.

Regresó buen rato después, venia desnudo como era de esperar, se acercó a mí y olía a menta traía la pinga dura y su barba arreglada hacia honor a todo el rato que había pasado en el baño.

Me besó en los labios y lo apreté fuerte a mí, besaba muy rico, era como si supiera que hacer para complacerme, cada caricia, las manos puestas en el lugar correcto al tiempo adecuado. Me preguntaba todo el tiempo si me gustaba lo que me hacía, yo solo gemía de placer, era suave y delicado nada que ver con la imagen anterior del tipo sucio rudo y raro que yo había conocido. Se metió mi pinga en la boca mientras hacía círculos suaves con su lengua en la cabeza, me descubrió la parte más sensible de ella, la piel que conecta el prepucio con el glande al tiempo que delicadamente metía su dedo y jugaba circularmente con mi próstata.

-No te vayas a venir, avisa.

-Estoy a punto.

Cerró fuerte la base con sus dedos como haciendo un anillo sacó el dedo estuvo así un rato me acaricio los testículos y los lamio mojándolos. Yo nunca había estado con un sujeto tan dedicado a dar placer y me excité el doble por todas las cosas que sentía. Me tocó mi turno, me metí su pinga en la boca e intenté imitar sus movimientos se puso de espaldas y abrió las piernas en el aire; Dejándome aquel ya limpio orificio a la merced de mi lengua, sabia a menta como su boca se había dedicado a ponerse enjuague bucal ahí, eso aparte de no esperármelo nunca se me hubiese ocurrido. Me correspondía a mi darle placer y no me hice esperar. Recorrí su hueco en círculos y chupé por largo rato sus nalgas y su raja deliciosa al tiempo que nuevamente me apretaba la cabeza y me aplastaba la cara.

Se sentó encima de mi a horcajadas mientras me besaba los labios y me los chupaba eufóricamente, su peso era delicioso y ligero y sus brazos rodeando mi cuello. ¿Tienes condones? Le indiqué a la gaveta cerca de él y me puso uno, se sentó de un tirón encima de mi pinga que al encontrar sus entrañas parecía que iba a explotar. Así a horcajadas me siguió besando los labios, el cuello, los músculos, cabalgaba como un jinete mientras ya la temperatura del ambiente nos hacía sudar. Cerró los ojos mientras se movía bien rápido me abrazaba duro y cerraba su esfínter provocando una sensación bien extraña pero deliciosa me comenzó a golpear el pecho suavemente pero con puñetazos firmes de hombre. Lo agarré con fuerza por su cintura mientras lo clavaba una y otra vez. Quiero que me la eches toda en las nalgas y se volteó acostado boca abajo. Lo que él no sabía era que yo me había masturbado como una hora antes de que se me apareciera en la puerta y que luego de eso podía aguantar toda la noche si quería gozando de ese culo que me estaba volviendo más excitado que el del propio Roberto. Lo penetré una vez más mientras lo ponía en cuatro puntos como perritos y le susurraba en la oreja ¿quién te dijo que yo me quiero venir? Hazme lo que tú quieras hazme tuyo todo lo que quieras úsame, hoy soy tu putica y me extendió la lengua para que lo besara. Lo agarré del pelo y lo embestí de nuevo con locura, pasión y deseo. Pasamos así cerca de 30 minutos, se volteó con ella toda dentro teniendo cuidado de que no se saliera y comenzó a masturbarse intensamente mientras seguía moviendo su cintura en círculos apretando su esfínter nuevamente para darme placer.

-Me avisas para venirnos juntos, ¿me la saco?

-No, sigue moviéndote que estoy a punto. Nos vinimos al unísono estoy seguro de que su esposa oyó los gritos.

Se abrazó a mí y recostó su cabeza en mi pecho.

Desde que salí de la prisión no estaba con un hombre, se me había olvidado lo que se siente darse placer mutuo. Allá dentro hay veces que tienes que hacer cosas para sobrevivir y luego ya te sigue gustando. Sobre todo si eres un miserable perdedor como yo.

-Israel tú no eres ni miserable, ni perdedor. Por favor no te humilles más a ti mismo. ¿Es que no tienes orgullo propio? Tú eres un tipo atractivo, tu barba, tu pelo oscuro, tus facciones finas. Besas riquísimo mejor que (Ahí pensé en Roberto pero lo callé)… cualquiera y el sexo uff eres experto. Te ayudo porque me nace y por qué te veo normal eso que tú dices está solo en tu mente. O quizás porque de eso te ha convencido alguien.

Calló y me abrazó.

-A mí nunca me habían hecho tantos halagos me dijo con los ojos aguados. ¿De verdad piensas que soy bueno en el sexo?

-Uff papo y creativo ¿a quién se le ocurre ponerse enjuague bucal en el culo?

-En la prisión hacíamos de todo para estar limpios y había tiempo de sobra para perfeccionar el placer, es hombre con hombre uno sabe dónde se siente rico.

Todo lo que decía tenía sentido, lo que no tenía sentido para mí era por que andaba con una mujer que lo golpeaba y al parecer le había hecho creer que no era nadie pero como bien decía Roberto ese no era mi problema.

-Me voy a fumar un cigarro ya regreso. Se vistió con su ropa sin calzoncillos, los busqué estaban en el baño, me los llevé a la nariz, olían a él, a su cuerpo, a sus hormonas, ahora entendía por qué a Roberto le gustaba tanto oler los míos.

Encendí el televisor y me senté como antes a ver la tele, entró y fue directo al baño regresó y se tumbó a mi lado desnudo como yo, olía de nuevo a menta.

-¿Cuándo regresa tu amante?

-Jeje somos amigos nada mas ya te dije que no somos nada. Y él regresa el lunes.

-El otro día yo los miraba de lejos te dio un beso, te tocó la pinga, venia abrazado a ti. Se separaron cuando me vieron.

-Igual no somos nada, a nosotros nos gustan las mujeres como a ti que estas con esa que…

Dilo, dilo de una vez, que me pega, me insulta y me quita todo el dinero pero me sacó de la calle y de las drogas y ahora tengo pena de acusarla porque soy hombre y se van a reír de mí.

Lo abracé tiernamente mientras jugaba con su pelo.

-Iba a decirte que parece que es ella quien te ha convencido de que no vales nada pero ya que confiesas te diré que vales mucho y tienes aquí un futuro por delante y mil posibilidades, es que no quiero líos con tu mujer; Mira que si se entera nos mata así que mejor te arreglas con ella pronto y mi amigo viene el lunes temprano.

Sonreímos -¿Quieres de nuevo? Tenemos toda la noche, me dijo con una sonrisa pícara en los labios.

Se me acercó y se me colocó nuevamente a horcajadas encima me comenzó a besar el cuello, la oreja, el pecho mientras yo involuntariamente comenzaba a tener otra erección y él me decía, dale mira que rico como se te para ya estás listo de nuevo. Yo me arreglo mañana con mi mujer pero hoy quiero disfrutar.

-Está bien quédate si quieres pero no me metas en problemas con tu mujer. Y déjame descansar un poco primero que ya yo me había venido antes de que tu llegaras.

-OK chamo, descansamos un poco, mira que esta noche no te voy a dejar dormir, desde que te vi en el parqueo quería tocarte ese pecho y esas nalgotas. Y mañana en agradecimiento te hago desayuno, te voy a hacer unos huevos riquísimos que me ensenaron a hacer mis amigos y te los voy a llevar a la cama con cafecito, ¿te gusta la idea?

-Todo a cambio de que tu mujer no se entere, hasta yo le tengo miedo...

Reímos y se abrazó a mí.

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Siempre tuyo

ThWarlock

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