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Mis amigas tramposas: Karla y la fiesta de su prima

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Karla regresaba de su trabajo y su prima la llamaba para que no dejara de ir a su cumpleaños, no la había pasado muy bien en su trabajo donde su jefe siempre la invitaba a salir, esa tarde él se había atrevido a decirle que no había nada malo en que la invitara a salir si eran compañeros de trabajo y le había dado una mirada que indicaba otras intenciones, ella también lo miro y él le había tomado una mano y ella no pudo sentir por primera vez un estremecimiento que la había asustado, era la primera vez y sin más se soltó y le dijo que no medio tartamudeando.

No entendía como le había pasado eso, no era la primera vez que su jefe José le pedía salir, pero si nunca había sentido un cosquilleo en todo el cuerpo, no podía explicarlo su jefe era gordo y calvo, entonces reparo en su problema, su esposo hace un mes que estaba de viaje, y era la primera vez que se separaban tanto tiempo, ahora que lo pensaba nunca debió aceptar ese trabajo si bien la paga era buena pero debía ausentarse por sus viajes al interior un mes, esas dos últimas semanas había tenido sueños eróticos con su esposo al principio y la última semana con desconocidos a quienes no podía ver la cara, y no podía evitar que estos con desconocidos la excitaran mas y hasta había amanecido totalmente mojada.

Al llegar decidió ir al cumpleaños de su prima, que era en una zona un poco peligrosa, así que se cambió se puso un vestido floreado holgado pero strapless, al fin iban a estar sus primos y se podía entretener y evitar malos pensamientos y bailar mucho, se peinó su cabello lacio negro, y se miró al espejo, se dio cuenta de sobra porque su jefe siempre la invitaba, era chaparrita pero tenía unos buenos senos y caderas, bueno al menos en la fiesta se alejaría de la tentación.

Llego como a las 10 p.m. era una casa de tres pisos, todavía de ladrillo, al llegar la recibió mi prima la abrazo y junto con otras amigas se pusieron a lorear ya que un año que no se veían, así como a tomar cervezas ya tenían varias y se sentía un poco mareada y su esposo la saco a bailar, ella estaba feliz si bien un poco mareada, bailaba con otros primos, mientras se refrescaba con cerveza, así la pasaba muy bien y sin más se dio cuenta que ya eran la una de la mañana y le dice a su prima.

-Prima creo que ya me voy es muy tarde mira que son la una, voy a pedir un taxi...

-Pero Karla como te vas a ir así, tienes que comer, así nomás no nos vemos hay que aprovechar que tu esposo está de viaje.

Entonces las dos voltearon la cara pues tres de sus primos habían dejado de bailar incluso el esposo de su prima, para ir a saludar a un recién llegado.

-Pero prima que tanto escándalo por un invitado.

-Karla lo que pasa es que ha llegado Don José el jefe de mi esposo Raúl, que es dueño de la fábrica en que trabajan varios del familia, no pensé que iba a venir pues es una persona de mucho dinero, mira allí se acerca seguro que me trae un regalo.

Karla se quedó muda y paralizada al ver al hombre que se acercaba a ella, era. Su jefe de la oficina, el quedo mirándola de arriba a abajo.

-Luisa caramba no sabía que tenías una prima tan guapa -mientras me guiñaba un ojo como para que quedara en secreto que nos conocíamos, ella lo saludaba mientras el acariciaba su mano.

-Don José no sea mandado que mi prima Karla es casada.

-Pero Luisa yo también y tú no dices nada además estoy aquí para cuidarla mientras no venga su esposo y además mira la hora, hay que llevarla a su casa que a esta hora es peligroso, pero primero hay que brindar por ti he traído dos botellas de wiskey, brindemos.

José se sentía el hombre más suertudo del mundo, había encontrado a la mujer que tanto había deseado tener en el lugar menos pensado, tenía que actuar rápido, trajeron los vaso y el los lleno hasta la mitad de wiskey, para Luisa su esposo y Karla, pidiéndoles que por ser el primer brindis lo tomaran seco y volteado, de hecho con toda la cerveza que tenían un vaso de wiskey los iba a marear mucho más, entonces sin más la saco a bailar una salsa de esas romántica y el sin más tomo fuertemente de su cintura, y comenzó a moverse siguiendo el ritmos de la música, él era un buen bailarín y Karla se dejaba llevar, ella sentía el cuerpo de José muy pegado al de ella, bueno nadie se daba cuenta pues todos estaban bailando y aparte la mayoría estaban mareados, y ella no pudo evitar otra vez sentir el estremecimiento agradable en todo el cuerpo al sentir un cuerpo de hombre tan pegado al suyo y más sabiendo que ese hombre gordo se moría por poseerla, pensó que de malo tenia jugar un poco, pero José no perdía el tiempo y sin más pego su cara a la suya y sus labios a su oído.

-Karla por fin te tengo en mis brazos no saber cuánto he soñado tener mis brazos en esta cinturita, esta noche es nuestra -y sin estrecho más su brazo, mientras la miraba hacia abajo podía tener una buena visión de sus grandes senos más aun por el vestido strapless.

-Pero Don José contrólese que nos pueden ver, mira que algunos son de mi familia y conocen a mi esposo -ella no podía evitar sonreír sin darse cuenta la falta de tener a su esposo y el licor la hacían coquetear porque el sentía que no le decían que no quería sino que lo malo era que la iban a mirar.

-Karlita mi amor, primero llámame José, que aquí nadie sabe que soy tu jefe, segundo no te preocupes que nadie dice nada tus tres primos son obreros de mi empresa y varios más de los que están en esta fiesta, es mas esta casa la construyo Luisa con un préstamo que yo les di así que tranquila por ese lado que esto será nuestro secreto -mientras la miraba le sonreía como un gato que quería comerse al ratón, ella no sabía que decir y solo sonrió mirando al suelo, en eso termino la salsa.

Él no le dejaba la mano libre, cuando se acercó Luisa y su esposo con una botella de cerveza y vasos y al verlos de la mano dijo.

-Ay primita tenga cuidado con Don José que es muy mujeriego, y Don José tranquilo que mi prima es casada, así que pórtese bien, bueno nosotros somos pobres así que brindemos con cerveza pero con vaso lleno, salud, salud -y sin más lleno los vasos hasta el borde y nos dio brindamos tomando hasta la última gota, José estaba feliz y no se molestaba sino más bien le gustaba que Luisa se dé cuenta de sus intenciones y que lo tomara a broma.

-Pero Luisa que desconfiada, yo estoy aquí para cuidar a tu prima de que no le pase nada, así que no la voy a dejar sola que le pase nada además tu sabes que en la fábrica somos como una familia así que Karla es en cierta forma mi prima y como familia debo cuidarla, así que salud otra vez y no hables tanto y llena estos vasos que tengo sed -se volvieron a llenar los vasos y los volvieron a secar, ahora Karla se sentía mas mareada y se sentía más desinhibida, es más se reía delo que decía José y no protesto cuando el hablando con su prima la sujeto con un brazo por la cintura.

En eso comenzó a sonar otra vez la música de cumbia, el sin más la tomo de una mano y la jalo a bailar, Karla le gustaba sentirse deseada y protegida por un hombre y se dejó llevar a la mitad de la cumbia se armó un trencito y todos se tomaba de la cintura, pero José se dio cuenta que era su oportunidad y sin más la abrazo fuertemente pegando su cuerpo a su espalda el podía sentir sus grandes nalgas calientes tenía a su presa y no la iba a soltar, la gente que no bailaba aplaudía mas al ver lo que hacía José.

-Pero Don José, bueno José no hagas eso pórtate bien, suéltame un poco, no seas malo.

-Pero Karlita con tu cuerpazo que tienes no hay hombre que se pueda resistir y yo soy muy débil, que rica estas -ella no podía evitar sentir un cosquilleo en todo el cuerpo al sentirse tan deseada tanta abstinencia y licor comenzaban a debilitar su resistencia, débilmente hacia movimientos para liberarse pero sin mucha convicción y no podía dejar de sonreír lo que hacía sentir a José que a ella le estaba comenzando a gustar su cercanía.

En eso comenzaron a formar una ronda y las parejas salían a bailar para algarabía de todos, a todas las parejas le pedían que se fueran poniendo en cuclillas hasta el suelo, cuando José salió a bailar con Karla él era muy ágil y cuando comenzaron a pedir al suelo al suelo, Karla se dio cuenta que ella no podía uno por los tacos que tenía y dos porque con todo el licor que había tomado tenía miedo de caerse, el seguía en el suelo, se levantó y miro a todos los que estaban en la ronda como queriendo decir algo que todos entendieron pues comenzaron a corear.

-Castigo, castigo, castigo...

-Vamos Karlita tienes que hacer el castigo.

Mientras todos seguían gritando José se paró frente a ella señalando sus labios, ella no sabía que hacer, su corazón palpitaba a 100 por minuto, sabía que era casada pero sentía que iba a quedar en ridículo si no aceptaba y es más comenzó a decirse que no había nada de malo además era todo un juego y José se había portado bien, y sin más se acercó lo tomo por el cuello y le dio un beso sintiendo unos labios calientes y húmedos, se dejó llevar y fueron unos segundos, que despertó cuando todos irrumpieron en un aplauso, gritando Don José, Don José, en eso termino la pieza y él se quedó con la dos manos de ella sujetas y mirándola a los ojos.

-Eres toda una hembra Karla esta noche es nuestra -sin más se fueron de la mano a un rincón de la habitación y el sin más fue a traer una botella de cerveza, ella no entendía pues él la trataba con frases fuertes y no le pedía permiso para tocarla ahora ella le había dado un beso y no pudo evitar estremecerse al sentir los labios caliente de un hombre que se la quería comer ella se sentía otra y tomaron toda la cerveza.

A medida que seguía la fiesta la gente estaba mas borracha sobre todo con la combinación de cerveza y wiskey, él ya la estrechaba descaradamente con los dos brazos y sus manos se le iban más abajo, mientras ella se reía y se las subía mirándolo como quien reprende a un niño, en una de esas salsas sensuales después de haberlo intentado varias veces y ella con todo su esfuerzo se había resistido, finalmente cedió y junto sus labios y sus lenguas se juntaron, ella comenzó a sentir que todo le quemaba, pero un último esfuerzo de decencia salió a flote separándolo.

-No José aquí no, aquí no, nos van a ver...

El la miro y sin más la tomo de una mano y caminaron juntos a una escalera que estaba en la esquina de la habitación, en el segundo piso había personas durmiendo en las sillas y en un sofá, siguieron al tercero que era una azotea que solo estaba iluminada con la luz de la calle, caminaron hacia un cuarto también de ladrillo, estaba con un candado, ella no sabía cómo había llegado hasta allí sin hacer resistencia, intento alguna resistencia que el no escucho, solo abrió el candado de la puerta y tomando dela mano la jalo adentro ,cerrando la puerta la recostó a la pared y sin más comenzó a besarla como loco metiendo al lengua y la saliva, ella solo le correspondía su cuerpo no le respondía, su cuerpo le ardía.

-No no, José no sigas esto no está bien, tenemos pareja está mal, déjame ir.

-Mi putita linda carajo no te vas a ir de aquí mientras no te atraviese todos tus agujero, se ve que el cachudo de tu marido no te tiene al día, pero no te preocupes que mi verga es tuya esta noche.

Sus manos no estaban quietas mientras se daban el apasionado beso el ya había bajado el cierre de su vestido y este cayó como una hoja, ahora el si recorría con sus manos todo ese cuerpo que tanto había deseado, sus mano atenazaban esas nalgas poderosas, ella se sentía que comenzaba a sentirse húmeda en su vagina quería resistirse, quería salir corriendo pero su cuerpo no le obedecía, esas palabras de putita la excitaban mas, ya no oponía ninguna resistencia y tenía que morderse los labios para no gemir de placer. En eso el dejo de besarla y cargándola como un bebe la llevo a la cama que estaba en el centro de la habitación, así echada el comenzó a besarle el ombligo y mientras tanto sus manos iban bajando la tanguita que tenía, ella cuando la tenía a la altura de las rodillas se la termino de sacar con los pies, el entonces comenzó a comerle su conchita y su clítoris ella no pudo aguantar más.

-Que rico papi, ah ah ah umm, mas sigue con esa lengua que me matas ah ah -sus últimas resistencias habían caído y ahora era una hembra que disfrutaba como loca y quería más y más.

-Que rica conchita Karla, que rica mojadita estas ya estas quedando lista para comerte la mía, te voy a atravesar.

Sin más se levantó y de un tirón se bajó el pantalón y la trusa, dejando ver una gran verga con venas y con una cabeza roja, sin más se acostó encima de ella separo sus piernas y sin más se la metió de un solo viaje entrando fácilmente con lo mojada que estaba Karla, se la comió todita.

-Ah ah ah, que rica verga, mas mas métemela toda papi más mas, soy tu puta tu perra, lo que tu ah ah quieras que sea pero sigue sigue no pares ah ah.

-Que ah ah rico me comes la verga, tienes una vagina mordiscona, estrechita, ah mi reina, vas a ser mi putita ahora, te voy a dar todos los días, ah ah ah, que huevon el cachudo de tu marido de descuidarte, a una hembra tan rica aha ah.

Si alguien hubiera entrado en ese momento hubiera visto los dos cuerpos desnudos sudorosos, con José en un mete y saca brutal, eran embestidas que hacían sonar los huevos en sus nalgas mientras ella se acoplaba a su ritmo para sentir más dentro esa vergota, así siguieron varios minutos, cuando él se salió de ella y sin más se echó.

-Mi amor ahora tienes que ganarte que te siga crucificando, así que chupámela como una puta que eres.

Ella estaba hipnotizada por esa verga y sin más se subió a él y con sus dos manitas tomo esa verga, ese monstruo de un solo ojo, y metiéndosela a la boca hasta la mitad comenzó a chuparla con desesperación, se interrumpía para besarle los testículos negros y peludos, y pasar su lengua por esas venas que parecían reventar.

-Chupa chupa mi putita, que rica boquita, ah ah ah, mas mas, sigue, esta verga es tuya, bésala, chúpala, ah ah...

Karla parecía desesperada quería comerse la verga quería complacer a su macho, al que le daba tanto placer, quería mas y seguía chupando, y por momentos miraba ese cilindro de carne que tanto placer le daba.

-Para para, mi amor que ya no voy a poder retenerlo, y quiero llenarte dentro, quiero preñarte mi putita, quiero vaciarme dentro de ti.

Sin más nuevamente se puso encima y ella inmediatamente abrió las piernas para permitirle el paso, el metió esa verga fácilmente con lo empapadita que estaba la vagina, y sin más comenzó otra vez el mete y saca, con más fuerza, pero a los tres minutos José se quedó inmóvil y su cuerpo se puso todo rígido.

-Ahora si mi amor recibe -y entonces un chorro de semen caliente inundo la vagina de Karla, la cual atenazaba con sus piernas su cintura como facilitando que todo ese semen quedara dentro de ella.

-Si papi quiero tu lechita dentro de mí, dame dame, préñame, préñame, quiero ser tu puta por siempre.

Dos chorros más ingresaron a ella, poco a poco se fueron relajando y él se rodó y se quedó dormido boca arriba, ella entonces pudo verlo detenidamente, podía ver su cabeza calva, podía ver su gran barriga peluda, pero sobre todo veía esa verga tan hermosa y ahora dormida y flácida, se quedó mirándola como si fuera el un guerrero ahora descansando y sin más se acercó y tomando esa pieza de carne la comenzó a limpiar con su lengua deglutiendo los restos de sus fluido mezclados.

Se quedaron así dormidos y los sorprendió el día, se cambiaron se besaron y se fueron juntos en el carro de José, cuando pasaron por la sala sus primos no estaban, sino muchas personas tomando y otras durmiendo.

Karla nunca volvió a ser la misma, fue para bien o para mal.

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