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Mujer vendida por su marido
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Les vengo a contar otro de estos juegos que le propongo a mi pareja sobre inventar historias, creo que ese es mi talento.

Una noche de esas que vas a dormir, pero se cruzan las ganas un segundo y ya te pueden, ya no es lo mismo no podes sacarte la idea de gozar.

Gire en mi cama y apoyé a mí mujer, ella dormida, comenzó a sentir mi bulto ya duro entre sus nalgas sumado a mis besos en su cuello y caricias, comprendió mis intenciones, al principio no cooperó, pero como toda mujer si sabes mimarla no soportan la tentación.

Comenzamos a besarnos, ella no tardó nada en sujetarme el miembro y decirme lo grande que estaba.

Yo ya no pude con mi ingenio y comencé el juego.

-Bueno ya le pagué a tu marido vamos a empezar.

Su risita lo decía todo, otra vez la envolvía en mis juegos de lujuria.

-Hace mucho te vende tu hombre?

-No, pero necesitamos el dinero

Solo dijo eso y sola se dirigió a mi pene y comenzó a besarlo y chuparlo como sabe.

Mis primeros gemidos con solo verla metérselo en la boca me calentó de una manera.

-Ay bebé cómo la chupas toda una profesional

-Vos decís?

-Sí que suerte tu esposo -cerraba los ojos gozando sus constantes chupones y lamidos- se ve que te gusta.

-Si me encanta -lo dijo pasando su lengua todo a lo largo de mi miembro y eso me enloqueció.

-Y qué pasa si a él le pagan mujeres, lo dejas que se lo cojan?

-Si pagan bien si, cual es el problema?

-Ninguno bebé

Aclaro que en ningún momento dejó de tocarme y besarme el pene que ya estaba todo mojado a esa altura.

El placer era terrible y mi mente solo inventaba situaciones para ser más grande ese placer.

-Y si te vende a un hombre y llegas y hay dos?

Se dedicó unos segundos a sacar todo el sabor de mi pene y luego me descolocó con su respuesta.

-Mmm mejor, el sueño de toda mujer tener dos pijas

No podía creer lo que escuchaba, era una mezcla de calentura con excitación al máximo nivel, le tomé la cabeza e hice que se tragara todo mí pedazo, sin una sola queja suya, una y otra vez.

-Ay putita no podes estar tan buena.

Ella solo se rio y siguió sus deliciosas chupadas…

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