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Nicolás

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Íbamos por la carretera hacia la playa para pasar cuatro días de descanso, apretujados en el automóvil de papá que se le ocurrió ni más ni menos que invitar a su amigo y señora.

Adelante iba mamá y papá, atrás íbamos su amigo Nicolás, yo en medio y su señora Claudia. Como soy el más delgado me puse entre los dos. Mi esposa no nos había acompañado pues se iba unas semanas con su mamá a casa de su abuela. Yo iba con pantalón corto y una polera, Nicolás también iba con pantalón corto, sus piernas peludas rosaban las mías, me ponía nervioso, he de confesar que en la universidad tuve un compañero al que masturbé un par de veces y se lo chupé también, pero luego no volvió a ocurrir nada, aunque mis ojos se iban tras un hombre guapo a veces.

La carretera se hacía interminable y el calor insoportable, la señora de Nicolás se puso a dormir porque se oían los ronquidos, papá y mamá conversaban de sus cosas. Nicolás apegaba mucho su pierna contra la mía, sentía el sudor mezclándose con el mío, se acercó a mi oído y me preguntó si iba muy incómodo, le dije que no, entonces se sacó la polera quedando sólo con el pantalón corto, puso su polera sobre el regazo cubriendo su paquete. En un momento dado mis ojos se encontraron con los suyos, él sonrío, yo también. La verdad es que nunca me había fijado en ese hombre de unos 50 años que los domingos iba a casa y se ponían a beber unas cervezas y mirar futbol con papá, cuando iba a visitarlos me lo encontraba, mientras mamá con la esposa de Nicolás conversaban en la otra habitación.

Nicolás puso su mano bajo la polera metida en su pantalón corto, podía verlo claramente, me puse rojo de nervios, él me miró y comenzó a pajearse, era increíble se estaba pajeando en el auto con mis padres adelante y su esposa durmiendo al lado mío! No dije nada, aparté la mirada y luego volví a mirar, él me miró y apartó un poco su pantalón con la mano dejando ver parte de su pedazo de carne erecto.

Mi cabeza dio vueltas y sin tomar en cuenta la locura que estaba sucediendo alargué la mano y la metí en el pantalón de Nicolás apreté ese delicioso pedazo de miembro viril, lo pajeaba y él hacía esfuerzos para no gemir, miré a su mujer no daba señales de despertar, mis padres ni se percataban de lo que sucedía atrás, me fui deslizando poco a poco hacia Nicolás hasta que inclinado sobre su asiento, mi boca se encontró con su verga y me la tragué entera, chupé con desesperación reprimiendo mis gemidos al igual que Nicolás, luego sin pensar en las consecuencias si es que se daban cuenta los demás lo que pasaba, me incliné hacia el otro lado, teniendo sumo cuidado en no despertar a la mujer de Nicolás.

Bajé mi pantalón un poco y le ofrecí mis nalgas, Nicolás se ensalivó la verga y mi culo y de un empujón me ensartó completamente, quise gritar, pero no podía, me acomodé lo mejor que pude, mi corazón me latía, el amigo de mi papá me estaba dando verga en su auto con su mujer al lado! Nicolás se movía pasó su mano por debajo y comenzó a pajearme a mí, fueron momentos de locura hasta que Nicolás me hizo saber que iba a correrse, mi culo apretó fuerte la verga de Nicolás y como una boca tragó los chorros de semen hasta el fondo, yo también me corrí, él sacó la mano llena de mi semen y se lo tragó.

Llegamos a destino, me fui a mi dormitorio, cuál no sería mi sorpresa que papá por ´equivocación¨ había reservado una habitación compartida entre Nicolás y yo, otra para él y mamá y no había reservado para Claudia, tratamos de resolver el tema, pero el hotel estaba copado y las reservas eran inamovibles, finalmente encontramos una solución, Claudia se quedaría en una habitación contigua a la de papá y mamá que acababa de dejar una pareja, el precio era alto, pero me ofrecí a pagarlo con tal que Claudia se quedara en esa habitación. Nos ubicamos en nuestras habitaciones y quedamos en juntarnos en el comedor a tal hora para cenar y luego salir a dar una vuelta.

Nicolás cerró con llave y se sacó el miembro por la pernera del pantalón, como un ternerito me colgué de su verga deliciosa, luego me puse a cuatros patas sobre la cama y él me ensartó hasta correrse, yo aún no me corría así es que metí mi verga en su boca hasta que la leche de mi palo caliente escurrió por sus labios.

Nos juntamos a comer todos muy contentos, Nicolás se sentó con Claudia y se besaban mientras él me miraba, yo pensaba si supiera que esa boca hace minutos estuvo repleta de mi leche.

Nos fuimos a pasear por la costanera cerca del mar, mamá y la esposa de Nicolás se sentaron a beber una cerveza mientras papá, Nicolás y yo nos metíamos al mar, el agua estaba fría, comenzamos a jugar como niños pequeños, nos arrojábamos agua entre nosotros, luego salimos empapados, como hacía calor no nos importó, seguimos caminando, y llegamos a un lugar donde había un bar abierto, nos sentamos mojados y pedimos unas cervezas, la ropa prácticamente se fue secando rápidamente, después de un rato fui al baño, estaba ahí cuando entró Nicolás le agarré la verga y mientras orinaba lo pajeaba, me gustó verlo y sentirlo orinar, estábamos en eso cuando entró un desconocido vio lo que pasaba, no dijo nada sólo sacó su pene y me lo ofreció.

Tenía dos penes uno en cada mano, mientras meaban cuando terminaron no pude aguantar y los limpié con mi boca, luego me puse a chupar a uno y otro hasta que ambos se corrieron llenándome se moco la boca, el desconocido salió rápidamente y Nicolás me hizo acabar entre sus dedos, luego salimos del baño y seguimos caminando.

Esos cuatro días fueron intensos, tragué todo el moco de macho que no había tragado en mi vida, Nicolás me dejó muy abierto el agujero con su pene que en cualquier momento lo tenía dentro, no sé cómo su esposa no se dio cuenta de nada, mamá tampoco, el único que me parecía que algo captaba era papá, de pronto los veía conversar con Nicolás muy compinches y reían como contándose un secreto.

Cuando volví a casa mi esposa no estaba, la llamé a la casa de su abuela y me dijo que tendría que quedarse unos cuantos días más porque la abuela estaba enferma. No puse ningún reparo, todo lo contrario, le dije que no se preocupara, que me las arreglaría para comer y esas cosas.

Ese domingo fui a ver a mis padres y estaba Nicolás con su mujer, nos saludamos, les conté lo de mi esposa y mis padres me dijeron que por qué no me quedaba con ellos, me pareció una buena idea, después de almorzar, las dos mujeres se arreglaron y se marcharon al cine y después a tomar algo, querían estar lejos de los hombres según ellas. Nos quedamos los tres.

Ayudé a lavar loza y ordenar, luego papá se sentó en su sillón favorito sacó una cerveza y se puso a beber, Nicolás hizo lo mismo mientras aparecía en pantalla el equipo de futbol que les gustaba.

Yo quería comerme el trozo de carne de Nicolás y lo miraba con ansias, sonó el celular de papá, era su otro amigo Juan, papá le dijo que se pasara por la casa y al poco rato apareció Juan, un hombre de la edad de papá delgado con cara de niño. Nos sentamos los cuatro, yo me senté al lado de Nicolás y Juan con papá.

Nicolás puso una mano sobre mi pierna, quería que la retirara, estábamos con papá y otra persona, pero Nicolás insistió y poco a poco comenzó a acariciar mis piernas, me calenté, de repente me di cuenta que papá estaba mirando me puse rojo de vergüenza, pero papá sonrío, Nicolás me metía mano abiertamente, me tocaba el culo, empezó a morderme el cuello, miré a papá y con sorpresa vi como el hombre de nombre Juan se había puesto de pie y papá le chupaba la verga.

Al rato estábamos los cuatro en bolas, mi papá a cuatro patas era ensartado por Juan y yo también a cuatro patas era ensartado por Nicolás, nos mirábamos con papá y nos sonreímos cómplices. Cuando se corrieron en nuestros culos, dieron cuenta de nuestras vergas y Juan y Nicolás nos hicieron corrernos abundantemente en sus bocas, quedamos tirados en el piso cansados, no hubo que dar explicaciones ni nada entre papá y yo.

(9,20)