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No resistí y terminé con él
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Tiempo de lectura: 2 minutos

No resistí las ganas. 

Trabajo con un equipo y somos 7 personas, convivimos día a día y todos nos llevamos bien, unos mejor que otros y así.

Pues a mi esposo le tocó salir de viaje. El tema empezó realmente como tres semanas atrás donde habíamos peleado por temas tontos del trabajo y apenas y nos hablábamos y mucho menos cogíamos.

Pues durante todo ese tiempo a pesar del trabajo intentaba distraerme porque yo la verdad muy caliente, así que platicaba con la gente. Y en una de las charlas empecé a platicar con una chicha y me comenzó a contar que conoció un chico y bueno nos hicimos buenas amigas a tal punto que me contó cosas más personales y pues yo caliente le preguntaba detalles, ella se apenaba, pero yo insistía un poco pues me ponía aún más caliente y mi sorpresa fue cuando me dijo que ese chico era un compañero mío y resultó ser Marco, le pondremos así, es un chico más joven que yo.

Pues bueno en esa semana de viaje de mi esposo teníamos que terminar nosotros un trabajo y a mí se me ocurrió decirle que fuera a la casa y le saque plática de la otra chica que no había contado que pasó si somos amigos.

Pues empezamos a platicar y la verdad él no me dijo nada relativo al sexo, pero yo le pregunté, ah ella me dijo que estaba muy complacida contigo, con tu boca, ambos reímos y él me dijo que eso creía que cuando quisiera me daba la muestra y yo ni tarde ni perezosa le dije que a ver.

Yo ya estaba caliente y aunque no me lo esperaba obedecí cuando me dijo “bájate el pantalón y las bragas”, me puse contra la mesa, me abrió las piernas y me empezó a comer el culo y las nalgas, toda su boca su lengua me recorrían delicioso, sentía su saliva y mis jugos ir escurriendo, sus manos abriendo mis nalgas, mi culito, su lengua era una cosa bárbara se movía sin control.

Debieron pasar minutos pero me corrí en su boca de la comida de coño que me dio y que hace mucho no recibía algo así, se me doblaban las piernas, quizá estaba yo muy necesitaba, pero en mi orgasmo, escuche sus pantalones caer y sentí una tremenda verga abrirme que si no hubiera estado mojada me desgarra, me sentía llena y me arremetía con fuerza que me sentía como si un animal me follara, solo cerré mis ojos y me vine de nuevo.

Tuve que ponerme de rodillas porque de verdad acabe muy rico, y al voltear pude ver su polla deliciosa, mojada, blanca por mis jugos seguramente y no pude más que comerla hasta que se corrió.

Ahora es mi marido el que me busca, pero yo ya no quiero nada, solo quiero hacer cosas nuevas.

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