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Nuestros primeros brasileros

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Un relato basado en una historia real.

Somos una pareja mexicana en nuestros 30 con demasiadas aventuras que contar, y esta es la primera vez que haré el intento.

Mi señora Javi es un bombazo, heterocuriosa, de personalidad amable, muy inteligente y realmente tiene una alegría que contagia al ambiente.

Con 30 años es la definición de una diosa, mide 1.62, cabello castaño claro largo, ojos color almendra, unos labios gruesos que invitan a la perversión, piel blanca y delicada. Siempre arreglada, con uñas largas de colores, pestañas retocadas y dientes perfectos.

Muy fitness por el deporte y el gimnasio, con un par de senos DD que se juntan al medio, una cintura delgada con un piercing en el ombligo y unas piernas tonificadas muy fuertes... y sobre eso para coronar, tiene la mejor cola del universo. Siempre le dicen que debe ser brasilera o colombiana, porque realmente tiene un culo de infarto, grande y apretado, por lo que ya se imaginaran, como se da vuelta la gente al pasar.

Yo soy heterosexual, moreno, pelo negro y ojos verdes (que siempre me los complementan), 170, simpático, coqueto, exitoso profesionalmente y harto gimnasio.

Como matrimonio llevábamos años queriendo experimentar, ella siempre un tanto mas tradicional por lo que ha sido mi trabajo ir de apoco buscando, encontrando y exacerbando su puti personalidad que si bien está algo oculta, es muy intensa. Por lo que siempre la incito a que use ropa atrevida, sea coqueta y se atreva a disfrutar sin miedos.

Y dentro de estas aventuras es que conocimos a nuestra pareja de amigos brasileros; B y Sandra.

Ambos en sus 40, fuimos sus primeros.

B muy simpático alegre, pelo castaño y buen físico, Sandra todo lo que uno espera de una MILF brasilera; pelo castaño, ojos café oscuro de mirada lasciva, labios gruesos carnosos, y cuerpo muy voluptuoso con un par de tetas de infarto que saludaban desde un marcado escote de su vestido rojo, y por supuesto un culo que le hacía honores a su nacionalidad.

Nos conocimos por una app de citas y si bien ellos eran muy precavidos ya que nunca habían hecho nada con otras personas y estaban fuera de su país, nos logramos poner de acuerdo e ir a un restaurant.

Luego de las introducciones pertinentes y la timidez inicial, bastaron un par de copas para que salieran chispas. Los 4 tuvimos química inmediatamente. Mi señora Javi no paraba de coquetear y se le notaba en los ojos las ganas de tocar, desvestir y probar a B, si tan solo no hubiésemos estado en un lugar público, hubiese rogado para que se la cogieran.

Mientras que por mi lado hubo una atracción inmediata con Sandra, se podía sentir en el aire, me acariciaba la mano mientras me miraba con la cara mas insinuante que puedan imaginar.

Nos trasladamos a nuestro departamento para seguir la noche. Preparamos un par de tragos y Javi ya caliente por toda la situación y para hacer sentir comoda a Sandra la comenzó a besar y tocar como si no hubiese mañana. Esta era la primera experiencia lésbica de Sandra.

Dejamos a las chicas divertirse mientras miramos embobados con B. A lo que de apoco se fueron sacando la ropa y se acercaron hacia el sillón donde estábamos...

Para sorpresa de ambos, Javi se dirigió a B, y Sandra hacia mi, en completa complicidad...

Ambos nos sacamos la ropa y quedamos sentados con las vergas a punto de explotar.

Rápidamente mi esposa comenzó a recorrerle le polla a B como una verdadera actriz porno. En ese momento supe que ella había sido poseída por el demonio de la calentura, y ya poco importaba lo que yo pudiera decir u opinar... pero para mi beneficio no hay nada que me caliente mas, que ver a mi esposa siendo una verdadera putita.

Sandra no se quedó atrás, y recorrió mi polla con habilidad, haciéndome sentir maravillas con su lengua y sus carnosos labios.

Luego de hacer un esfuerzo de no corrernos, casi en sincronía, ambas parejas invertimos roles; y enhorabuena, ya que algo que me tenía muerto de ganas era recorrer cada centímetro de Sandra con mi boca.

Sus tetas eran un exquisito manjar, y mientras las saboreaba, ella al oído me susurraba calientes e indescifrables palabras en portugués.

El verdadero deleite vino a la hora de saborear su conchita, estaba depilada y completamente empapada en sus jugos. Esto, sumado a la calentura de escuchar como mi Javi gemía con las caricias, besos y lengua de B en su cuerpo, me instaron a comerme la concha de Sandra como poseído. Siempre he disfrutado de dar sexo oral a las mujeres y puedo decir que soy bastante habilidoso, por lo que luego de unos minutos Sandra se contorsionaba en lo que fue su primer orgasmo de la noche... unos minutos mas tarde mi esposa Javi disfrutaba del mismo hechizo con B.

Siempre habíamos tenido intercambios en la misma habitación, pero esta vez mi putita tomó la iniciativa y se llevó a B a nuestra habitación para follarselo en privado, lo que me puso cachondisimo.

Por mi parte con Sandra nos dimos un festín. Follamos primero de perrito en el sillón.

Ella completamente empapada, cedió ante mis brazos.

Por un minuto me detuve con mi polla tiesa, a admirar tremenda escena;

Ahí tenía a Sandra, una fiera brasilera, voluptuosa y candente, con un culo de infarto completamente ofrecida ante mi y rogándome que la penetrara.

Su vagina era perfecta, pero quise hacerla sufrir, por lo que puse la cabeza de mi verga en la entrada de su conchita y lentamente me deslizaba un poquito adentro y luego salía, solo para que me rogara que la cogiera. Finalmente la penetré lentamente despacio y fuerte al son de sus gemidos, y ella con una de sus manos aprovechaba de acariciar mis testículos.

Mientras nosotros follabamos, nos deleitábamos además escuchábamos los gemidos de mi esposa Javi y B en la habitación de al lado. El morbo de eso nos dio combustible para estar follando hasta perder la noción del tiempo.

Finalmente nos juntamos los 4, nos vestimos y despedimos.

Mi señora luego me contó como B la cogió sin parar, disfrutando de su gruesa polla y pidiéndole que se corriera en sus tetas.

Este fue el inicio de una serie de encuentros que repetimos, pero quedaran para un siguiente relato...

Esperamos ambos leer sus comentarios, ¡gracias por leernos!

(9,11)