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Nunca me había fijado en la señora del aseo

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Conozco a Rosa desde hace 10 años, es una señora bajita, como de 45 años, un poco gordita, sin ningún encanto especial, nunca me había fijado en ella como pareja sexual.

Hace 2 años terminé con mi anterior pareja, tengo 60 años, y tenía muchas ganas de sexo, andaba ansioso y todas las mujeres me llamaban la atención, las vecinas, la señora de la tienda y todas las que veía en la calle; me masturbaba, pero no quedaba satisfecho.

Ese día, como todos los lunes llegó Rosa, normalmente no estoy en casa, pero era un día festivo y no fui a trabajar, estaba desnudo en la cama, siempre duermo así, dormido y no la escuché cuando entró, ya que ella tiene llaves, subió y me vio, no dijo nada, solo se bajó otra vez a la planta baja y se puso a trabajar.

Solo imaginarme la escena me excitó y pensé en como cogérmela.

Me puse la bata y bajé a desayunar, ella andaba de acá para allá, muy seria y sin hablar; de rato le hablé y se acercó, se le notaba la pena; le pedí disculpas, le dije que no sabía que llegaba tan temprano, ella me dijo que estaba bien, que no pasaba nada.

Seguí comiendo mi fruta, ella hace limpieza en varias casas, le pregunté si nunca le había pasado y me dijo que sí, una vez encontró a una pareja cogiendo y en otra casa, a la que ya no iba, el señor le mostraba su verga de manera disimulada.

Le dije que esperaba que no se hubiera molestado y que ya no quisiera trabajar para mí, me dijo que no, que era un accidente y que no la molestó.

Siguió limpiando la casa, ese día traía un vestido rojo y unas sandalias y la veía que pasaba, no podía evitar verla y pensar como cogérmela.

Ella es casada, tiene tres hijos, incluso tiene una nieta y yo estaba excitado.

Cuando terminó le dije que si iba a trabajar y me dijo que no, ese día solo trabajaba conmigo, le pedí de favor que me trajera unas cervezas, ya estaba haciendo mucho calor, se fue a la tienda y trajo dos six, me dijo que ya se iba, le dije que se tomara una cerveza conmigo, para el calor. Ella titubeó, y aceptó.

Al calor de las cervezas ella se relajó y se volvió muy platicadora, le pregunté por sus hijos y su familia, me contó que estaban bien y que ya se iba porque su esposo era muy celoso, le dije “¿Algo habrás hecho para que te cele?”, se puso roja y se empezó a reír, ya estaba un poco tomada.

Ja, ja, me reí, “si ya ni me digas nada, ya me imagino”, se rio también y dijo, “es que a veces dan ganas”; “si -le dije- así ando ahora que no tengo pareja”, me dijo “pero tiene amigas”, “si -le dije- pero las amigas, son amigas nada más”.

Seguimos tomando y ya no dijo nada de irse, volví a decir que tenía pena con ella por lo de la mañana, me dijo que no debería tener pena, que todavía estaba bien, en realidad si hago mucho ejercicio y me conservo bien, jaja, me reí, le pregunté qué tanto me vio, me dijo “¡todo!”.

Ja, ja, me reí, “espero te haya gustado, ya no volverá a pasar”, ella se rio y me dijo que si, que le gustaría verme otra vez, eso me excitó más y le dije “pues eso cuando quieras”, se me quedó viendo y me dijo “¿En serio?” “si -le dije- cuando quieras”, se tomó su cerveza y me dijo “pues ¡¡ahorita!!”.

Me le quedé viendo, me paré y me quité la bata, estaba muy excitado y mi verga estaba al 100, ella solo me veía, luego estiró su mano y empezó a tocarme la verga, luego me acarició las piernas y las nalgas, de rato volvió a tocarme la verga y así sentada, me acercó y se la empezó a meter en la boca, es una de las mejores mamadas que me han dado, Rosa sabía hacerlo muy bien.

La tomé de la mano, la llevé a la recámara, le quité la ropa, su vestido, su brasier y los calzones, la acosté en la cama, en la orilla, le subí sus piernas a mis hombros y le metí la verga, ella solo cerró los ojos y gemía quedito, estaba mojadísima cuando se la metí, tenía tantas ganas que terminé muy rápido.

Nos quedamos acostados, al rato ella empezó a tocar mis piernas y mi verga y me volví a excitar, ella se volvió de espaldas y se sentó en la verga, entraba y salía. Yo solo veía sus nalgas y me excitaba cada vez más, duramos buen rato, ella terminó dos veces, pero no dejó de moverse hasta que terminé en un orgasmo muy rico.

Se pasó al baño y se limpió, se despidió, siempre me habla de usted y se despidió, le dije “te espero la semana próxima” y me dijo que sí, y se marchó.

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