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Nunca pensé llegar a ser corneador

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Sucedió no hace mucho. Por esto del trabajo tengo la necesidad de contratar proveedores y muchas veces hacemos cierta amistad, pero nunca pensé que llegaría a tanto con la esposa de uno de ellos.

Como ya les he platicado en otros relatos, no tengo mucha experiencia con esto de la dominación y mucho menos con ser corneador ya que pienso que no solo es cogerse a la esposa de otro sino que implica la seducción de la mujer y de la dominación que se vaya teniendo con el marido de ella. Es todo un juego de roles muy pasional e interesante. Siempre he creído que la seducción es lo más importante y darle a la mujer todo el respeto que se merece al igual de toda la lujuria que ella desee.

Este proveedor era nuevo para mí así que lo cité en mi oficina para tener una junta inicial y poder ver su catálogo de productos y servicios. Llegó a la hora indicada y venía acompañado de su esposa. Una mujer de aproximadamente unos 35 años, pero con un cuerpo divino. Traía un vestido entallado, arriba de la rodilla donde se podían percibir unas piernas blancas y delineadas por ejercicio, una cintura muy definida y unas tetas medianas, pero en una forma escultural.

Me presenté, los invité a tomar asiento y empezamos a platicar. De inicio buscaba solo la atención del esposo (mi proveedor) pero no podía evitar mirarla de vez en cuando y apreciar ese maravilloso cuerpo.

Supongo que él se dio cuenta ya que cuando ella se levantó para ir al baño me descubrió mirándola directo a las nalgas. Su respuesta a eso me dejo algo confundido de inicio.

- Tiene bonitas nalgas verdad? - Me dijo con una sonrisa picara.

- Tienes un mujeron con todo respeto- Atiné a contestar.

Ella regresó del sanitario y siguió la junta muy normal. Quedamos de cerrar trato en una semana y nos despedimos, A él le estreché la mano y a ella le tome las manos y le di un beso en la mejilla. Olía delicioso. Su esposo le dijo - amor, pero despídete bien, dale un abrazo al Lic. Entonces ella me abrazo y pude sentir esas tetas tan deliciosas pegadas a mi pecho y me excito bastante. Yo puse una mano en la espalda y la otra en la cintura tocando muy discretamente el borde superior de sus nalgas a lo cual ella no dijo absolutamente nada.

Durante días tuve contacto con él para ir organizando lo del pedido de productos pero siempre salía a colación su esposa. El la mencionaba mucho y hacia hincapié en que saliéramos a beber algo los 3 para conocernos mejor y como agradecimiento a la compra quería que aceptara dicha salida.

Quedamos de acuerdo de ir a un bar cercano a la oficina. Llegué primero, pedí mesa y un bourbon para empezar. No tardaron mucho en llegar. Ella venia con una minifalda blanca, una blusa color negro con un escote muy sexy y unas zapatillas blancas que la hacían ver tan antojable, tan deseable que no pude quitarle la mirada de encima. Me puse de pie para saludarla y le di un beso en la mejilla muy cerca de los labios y un abrazo muy fuerte ya que quería sentir el calor de su cuerpo y llenarme de ese olor tan delicioso que emanaba.

Pasadas unas horas y varios tragos la conversación fue subiendo un poco de tono. Ya hablábamos de experiencias sexuales y de fantasías. En algunos momentos me paraba a bailar con la esposa y no perdía oportunidad de acariciarla y mirarla. Mientras bailábamos la miraba a los ojos y acariciaba su cintura. En cada vuelta aprovechaba para rosar esas nalguitas tan deliciosas y en ocasiones llegue a sentir sus tetas muy cerca de mis manos.

Ya entrados en tema le confesé a el que su esposa me gustaba a lo cual solo respondió - Te gustaría coger con ella?

No puedo negar que me desconcertó su pregunta pero obviamente le dije que sí. Que deseaba cogérmela pero que me gustaría que el mirara. Que fuera testigo de cómo me cogía a su esposa. El mencionó que si su esposa estaba de acuerdo, no habría mayor problema.

En la siguiente pieza que bailamos me le acerque al oído y le dije que de verdad me gustaba mucho. Que disculpara el atrevimiento pero que debía saber que la deseaba y que cada momento que pasaba quería más y más hacerla mía. Ella se aparto un poco y me miro fijamente al compas de la canción, así estuvimos unos segundos y le robe un beso. Al principio fue suave y romántico pero se empezó a poner más intenso y termino siendo un faje a media pista. De ahí nos fuimos a la mesa y seguimos tomando. Yo ya la tenía abrazada y discretamente acariciaba sus nalgas o le ponía la mano en las piernas. Su esposo solo era testigo de todo ello. No hubo la necesidad de decir más. Les dije que si querían ir a otro lado, mas privado y el dijo que si su esposa quería el no tenía inconveniente. Ella asintió y pedí la cuenta, se la pasé al esposo y el pagó todo.

Le pedí al esposo que manejara para yo irme con su esposa en la parte de atrás del coche. Le dije que nos llevara a un motel cercano a lo cual el accedió.

Ya rumbo al motel me dispuse a disfrutar de su esposa. La comencé a besar mientras mis manos acariciaban sus piernas e iban levantando esa falta poco a poco, subiendo de manera sutil, con el roce de mis dedos, sin ser invasivo pero si persuasivo. Cuando llegue justo a su entrepierna mi sorpresa fue grande al sentir que no traía ropa interior. Eso hizo que mi verga se pusiera más dura de lo que ya estaba y comencé a deslizar mis dedos surcando el borde de esa vulva deliciosa, sintiendo lo mojada que ya estaba y mi otra mano no dejaba de acariciar esas tetas divinas por el borde de su blusa. De repente ella bajo la bragueta, metió su mano a mi pantalón y saco mi miembro, me miro fijamente y me pidió permiso para chuparlo, diciendo que s esposo solo era nuestro chofer, que ella deseaba poder probar mi verga. Le pedí, le ordené que lo mamara, que se lo acabara por completo y así fue. Durante lo que restaba de camino ella fue dándome una felación de lo más delicioso y al llegar al motel el esposo le dijo al de la entrada: Cuanto por la habitación, solo traigo a mi esposa y su amante.

El del hotel volteo hacia la parte de atrás del coche y con un poco de morbo pregunto si estaríamos los 3 en la habitación. El esposo solo dijo que el seria un observador. Se acercó un poco más a la ventana del coche y miro la vagina de ella, que traía las piernas abiertas y una teta de fuera mientras seguía chupándolo.

Nos asigno cuarto y entramos. Ya dentro la desnude por completo y ella seguía pegada a mi verga, así que la puse de pie, la lleve hacia el tocador y la senté ahí, justo con las piernas abiertas a u costado de su esposo que estaba sentado en el silloncito. Me dispuse a penetrarla sin quitarle la mirada al esposo. Ella gemía cada vez mas. La penetraba fuerte, duro. Se podía escuchar ese choque de caderas, ese chasqueo que hacia su vagina jugosa y lubricada.

La baje de ahí y la puse en 4. Sus manos estaban apoyadas en las rodillas de su esposo y quedaron frente a frente. Con cada empujón que le daba casi podían besarse pero no se tocaban, solo se miraban. Ella seguía gimiendo casi en la cara de su marido mientras yo no dejaba de penetrarla. Moje mi pulgar con mi boca y comencé a metérselo por el culo mientras montaba. Sentí como se vino por el chorro que empezó a escurrir por mis piernas y eso me hizo sentir que ya me venía por lo cual la puse de rodillas, le pedí que tomara la mano de su esposo mientras ponía mi verga en su boca y explote, la llene de leche caliente y abundante. Podíamos ver el esposo y yo como le escurría semen de la boca. Ella lo trago y fue entonces que beso a su esposo.

Después de un rato, nos dimos un baño, no cambiamos y nos fuimos.

Después de esa experiencia hemos tenido algunos otros encuentros, pero lo dejaré para otros relatos.

Les dejo mi correo para saber si les ha gustado mi experiencia [email protected].

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