Nuevos relatos publicados: 0

Olga, una madura muy puta

  • 10
  • 36.665
  • 9,71 (41 Val.)
  • 0

El relato que les voy a contar pasó en las anteriores vacaciones de mitad de año en pleno verano. 

Me encontraba en la playa ejercitando un poco la vista, había niñas muy lindas tomando el sol con pequeños vestidos de baños.

Seguía yo mi recorrido por la playa cuando de repente divisé a lo lejos un trasero espectacular, el cual me pareció bastante conocido.

Me fui acercando cautelosamente, cuando estuve cerca confirmé que era mi vieja amiga Olga (en la actualidad tiene unos 48 años, pero parece de 25 años, gracias a las cirugías), vestía una pequeña tanga seda dental de color negro que dejaba ver todo el esplendor de su hermoso culo y un sujetador que solo le cubría los grandes pezones de sus ricos pechos, ¡nos pusimos a conversar por un largo rato y cada vez se ponía la conversación más caliente y subida de tono.

De un momento a otro, se me dio por preguntarle que cirugía se había realizado ya que lucía como mujer de 25 y me dijo que hacía dos meses se había practicado una operación en la vagina para quedar como si fuera virgen.

O: ¡Nene no ves como tengo mi pubis sin un pelito ya que para esta operación me depilaron totalmente!

En realidad, su pubis estaba lindísimo, abultadito y completamente plano, Mejor dicho, como manjar de obispo.

Seguimos hablando y me dijo que asistía dos horas en la tarde al gimnasio; le pregunté a cuál estaba inscrita y me dijo: Body Fitness, yo le contesté que yo también asistía (era mentira al día siguiente me fui a inscribir) en las mañanas.

Nos pusimos de acuerdo para encontrarnos al día siguiente. Esa noche no pude dormir bien de pensar lo linda que se encontraba mi vieja amiga.

Llegó la tarde y me vestí con la ropa adecuada para hacer mis ejercicios y de camino al gimnasio se pasaron muchas morbosidades por la mente con decir que llegué con mi miembro bastante alterado.

Me encontraba haciendo mi rutina de ejercicios, cuando para sorpresa mía veo venir a mi amiga Olga, lucía una espectacular lycra negra con una pequeña seda detal roja y un pequeño top que le delineaba sus bellos pechos.

Desde que la vi se me paró la verga, ¡parecía carpa de circo! Estuvimos hablando un rato y me dijo que entraría a la clase de aeróbicos y luego nos encontráramos, al alejar solo veía como se contoneaban sus hermosas nalgas y yo con un deseo de convertirme en ese hilo que separaba esas masas de carne firme.

Nos encontraos hablamos un poco y quedamos de vernos nuevamente al día siguiente.

De camino a casa solo pensaba en mi amiga y lo hermosa que estaba, se me ocurrió comprar un par de bicicleteros en lycra (uno de color negro y el otro de color blanco) bien ajustado para provocar a mi amiga.

El día de la cita me coloqué el bicicletero negro y se me notaba todo el mazo, cuando llegue al gimnasio ella se encontraba haciendo sus ejercicios de calentamiento, la sorprendí por la espalda y la abrasé fuertemente y solo sentí como su hermoso trasero se acomodaba para dar paso a mi verga.

O: ¡Luis!!!

L: Quisiera ser tu ropa interior y olerte todita…

O: Está muy cachondo, ¿no?

L. Adivina de quien es la culpa!

O: ¿Jajá, mía acaso?

Pero de ese cachondeo no pasó y nos dispusimos a hacer la rutina de ejercicio, la cual me costaba trabajo al ver como se empinaba mi amiga enseñándome su duro trasero.

Al día siguiente me coloque el bicicletero blanco y por su confección trataba de ponerse transparente llegue al gimnasio y muchas señoras me miraron morbosamente, pero eso subía más mi ego.

Hicimos nuestros ejercicios, ella finalizó primero, y se me acercó y me dijo;

O: Ese mazo quiere probar mi cirugía, en el día de hoy te voy a dar un pequeño adelanto, ¡chao nene!

Cuando entré al vestidor a cambiarme de ropa encontré sobre mi maletín una diminuta tanga seda dental blanca enrollada; la inspeccioné cuidadosamente y estaba bastante sudada, percibía un olor a perfume vaginal y anal que combinación más perfecta, se me puso el corazón a mil y por consiguiente la verga se me paró, no me importó y salí en busca de ella, cuando la alcancé se encontraba en el carro y me dijo:

O: ¿Te gustó mi regalo bebe?

L: ¡Me tienes enloquecido!

Mientras hablábamos en el parqueadero del gimnasio ella con su uña del dedo índice acariciaba mi verga hasta el punto de ponerla bien erecta, por mi cuerpo pasaban miles de voltios de corriente hasta el punto de decirle que me podía venir, me contestó:

O: ¡Eso es lo que quiero a cambio de mi regalo hoy!

Me masturbó con su uña hasta venirme por completo, saqué un chorro salvajemente abundante de leche caliente; el olor a semen la enloquece, me dio un beso sobre la mancha de leche y me dijo “esta noche te espero a eso de las 8.30 en mi casa para que recordemos viejos tiempos!”

Cuando llegué a su casa, timbr´r y me abrió ellas tenía un baby doll transparente negro con adornos de color rojo y debajo una diminuta tanguita transparente negra, cuando vi semejante espectáculo se me paró la verga y me dije esta noche hay buena faena.

Nos dimos un beso en la boca bastante apasionado, hubo intercambio de legua y saliva, un poco de escaneo corporal y la textura de su pijama me ponía más atento.

Nos sentamos en la sala hablamos tomamos un poco de whisky, música suave, nos pusimos a conversar y ella me dijo ponte cómodo que veo que estas maltratando el trozo de carne que pienso comerme esta noche, me sonrojé un poco, pero eso era el objetivo de nuestro encuentro dársela con todo y por los tres orificios que tiene toda mujer.

Me quedé en trusa, nos pusimos a bailar un poco de música romántica, nuestros cuerpos estaban bastante juntos ella sentía la erección de mi bulto y cada vez hacía movimientos más sensuales, hasta el punto de empezar a percibir en el ambiente un olor a perfume vaginal intenso.

El baby doll se fue escurriendo por su cuerpo y solo quedó con su pequeña tanguita negra transparente y me dijo:

O: Lo que más me excita es que un hombre me saque el hilo que tengo en medio de las nalgas.

L: ¡Tus deseos son órdenes para mí!

Le bajé la tanga y empecé a olerla, era un olor culo-vaginal indescriptible, me percaté de la hermosura de pubis bien depilado y parecía el de una niña de 18 años, sus labios estaban ocultos, el cirujano había hecho una buena labor.

O: Quiero que esta noche me des de verga solo por el culo y si eres buen amante te daré el gusto de desvirgarme por segunda vez en mi puta vida.

Comenzó la sección de manoseo tenía unas tetas grandes con pezones rosado erectos, los cuales le chupé hasta la saciedad, me sentía como cuando mi madre me amamantaba, mientras volvía a mi infancia acariciaba su pubis me dijo “solo caricias con mi chocho”.

La acaricié y noté que su vagina estaba completamente humedecida, me bajé y comencé a lamer como un perrito faldero sus deliciosos flujos vaginales y con mucho cuidado fui abriendo paso con mi lengua en medio de sus labios hasta llegar al clítoris era sensacional, estaba bien erecto, parecía una almendra.

Lo lamí y gocé un buen rato de su perfume y de su flujo, cada vez que lamía su clítoris esta mujer saltaba de la excitación y me cogía la cabeza con su mano diciéndome que le siguiera haciendo feliz que se sentía en la luna…

Pero, ella me dijo “tú has gozado conmigo un buen rato ahora es mi turno”, me cogió la verga y comenzó a masajeármela hasta llegar a un buen punto de erección, comenzó a lamer el contorno del glande, este estaba rojo y brillante, me hacía correr por mi cuerpo miles de voltios de corriente, de un momento a otro, fui sintiendo el calor y la humedad de su boca…

O: ¡Uhm!!! Que delicia, es dura, por eso me encanta!

L: ¡Continua, que rico!

Me la mamó un buen rato y me dijo “bebé quiero hacerte una “rusa” bien buena”. Se acostó en el piso, me monté en su pecho y puse mi verga en medio de ese par de naranjas que iban a exprimir mi verga, masturbé hasta el punto de sentir que ya no podía aguantar más y me vine en su cara, le arrojé un chorro de leche caliente y espeso en su toda su cara.

O: ¡Uhm que rica leche papi!

L: Dios, eres fenomenal, ¡acabas conmigo!!

O: Sí, ¡me encanta tenerte en mis manos!

L: ¡Olga, estas buenísima!

Mi verga se puso un poco flácida y ella empezó a darme unos masajes con su lengua y me dijo “ahora quiero que me comas por el culo”; le dije “claro que te voy a dar buena verga por ese lindo culo”. La cogí y le di la vuelta y descubrí unas hermosas nalgas en forma de melocotones con diminutos bellitos mono, metí en medio de su lindo culo mi nariz y percibí un olor que no era el característico de un culo. Me dijo “tranquilo que me he aplicado un lavado con esencia a rosas para que disfrutes sin ningún temor de heces fecales durante la penetración”.

Al parecer era más puta que antes y eso me encantaba, ¡Olga sabía como ponerte a mil!

Le acaricié el ano con mi dedo índice por unos minutos, con el objeto de lograr una pequeña dilatación, mientras yo hacía esta actividad ella se contoneada porque sentía placer. Cuando vi que era el momento justo para dar la estocada, la puse en cuatro patas y mi verga iba abriendo paso y cuando ya estaba en la entrada de su ano me dijo fuerte:

O: ¡Métemelo como todo un varón bebe!!

Se lo metí de un solo empujón y solo sentí un grito desgarrador que se escuchaba en medio de la noche, el mete y saca de mi verga y el golpe de mis bolas en sus nalgas eran fuertes, solo veía que empuñaba sus manos sobre la alfombra como queriendo apaciguar el dolor que sentía por tener mi verga en su hermoso culo.

O: ¡Ah!!! ¡No pares, cógeme, ah!

L: ¡Me encanta tu culo, uhm!!

O: Así, métela, ¡hazme tu puta!

L: ¡Si, que rica puta eres!!

Ambos nos movíamos con una sincronización perfecta, su culo apretaba de maravilla mi verga, le daba de nalgadas y le apretaba las tetas, arañaba su espalda. Me estaba dando gusto con mi amiga veterana.

Me senté y ella se dejaba caer en ricos sentones anales, el olor no era a ano si no a perfume, mi verga ya estaba empapada del sudor anal de Olga, que continuaba dándose de sentones en mi dura verga.

O: ¡Oh, así papi así!

L: ¡Que rico culo!!

La volví a poner en cuatro, ahora me empujaba con todo, ella gemía, gritaba, mordía la almohada, la faena era buena, ¡mi amiga era mía! cuando ya estaba pronto a venirme me dijo “chorréame el culo de buena leche!”.

Me vine en medio de sus monumentales nalgas y solo veía como escurría mi leche en medio de su culito.

Nos acostamos en la alfombra por un largo rato para recobrar fuerzas y le pregunté porque no quería practicar sexo vaginal y me dijo que estaba muy reciente su operación y todavía tenía algunos puntos.

Desde que quedó viuda ella comenzó a darle vuelo a la hilacha y yo sería quien le quitaría su virginidad operada nuevamente, pero eso se los contaré después.

(9,71)