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Pam y su vecino

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“Ya he pasado los treinta, es hora que me vaya a vivir sola” eso pensaba Pam entre sì, mientras subía los peldaños de esa horrible escalera con las cajas llenas de las mil cositas que había acumulado en esos años. Y si que tenía un novio, Marcos, pero justo ese día se le había ocurrido viajar a barranquilla por no se sabe qué asunto, plantándola en plena mudanza.

Que quede claro, ese de Marcos, no era algo serio, era mas por evitar de parecer una solterona después de los treinta, que por amor. Es que la vida de pareja no era para Pam, muchas reglas y convenciones, y Pam en su casa pretendía ser básicamente anárquica.

Eso, obviamente solo en el perímetro doméstico, porque afuera, sobre todo en el trabajo, era considerada una profesional preparada e impecable, y la verdad es que a ella trabajar le gustaba, y sobre todo le gustaba la independencia económica que había logrado casi de inmediato, y que le había permitido cultivar sus pasiones…

Ah… ya… sus pasiones… porque Pam tenía varias pasiones, ante todo los perritos, sobre todo su Morita un french bulldog negro como la noche, luego la salsa, los viajes… a pesar de su miedo por los aviones, tattoos y en fin los tacones, siendo bastante bajita, le encantaba de repente ser más alta de unos 10 cm.

Regresemos a las escaleras, ya vamos al tercer piso, y de repente el bulto se hace mas liviano. “Que milagro es este?... Pensó de principio, y en eso ve un hombre que la ayuda hasta llegar a su departamento. El hombre en cuestión resultó ser su vecino, André, directamente llegado a Colombia desde Portugal por cuenta de una Multinacional telefónica. Se presentaron y descubrieron de inmediato que André vivía en el departamento justo en frente, así que la ayudó sin problemas con el resto de la mudanza.

André era un cuarentón bien mantenido, pensó Pam, se nota que hace ejercicio, sin llegar a ser un fanático, rapado, con barba, y un brazo tatuado… ya con solo el último detalle, no podía no llamarle la atención.

La mudanza anduvo bastante bien, Marcos en los días siguientes la acompañó, y en una semana, ya estaba instalada en su apartamento.

Llegó el verano y aunque las interacciones entre André y Pam no fueran seguidas, a menudo se conocían mejor. Pam apreciaba ese toque exótico y André ese aire despistado y soñante acompañado por una sensual andar con tacones por las escaleras del edificio.

Una noche André tomaba una copa de vino en su terraza que estaba justo al lado del departamento de Pam, cuando escucho unos sonidos, Pam y Marcos habían llegado, sonidos comunes de una joven pareja, pero, al momento de apagar las luces, los “sonidos se hacen mas “interesantes”. Están claramente haciendo el amor, André, que no tenía nada mejor que hacer, se queda allí a la escucha, esperando captar algo atrevido, pero en 5 minutos, todo se acabó, con un jadeo masculino seguido casi instantáneamente por un ruidoso ronquido. “Vaya mala suerte esta pobre vecina, pensó André”.

Episodios como ese, se volvieron a presentar algunas veces más en el verano, y la dinámica era siempre la misma y los pensamientos de André también: “¿Cómo puede una chica tan sexy, acostumbrarse a esa rutina?”. Pero André siempre fue un caballero, así que sus fantasías no iban más allá de las fantasías, hasta uno de los primeros días de octubre. Esa noche André había salido con unos amigos y regresando a hartas horas de lo noche se cruzó en la escalera con Pam, con cara de pocos amigos sentada en las escaleras.

Se sentó con ella a conversar en la escalera y resultó che se había peleado con Marcos por algún asunto estúpido, y se había olvidado que las llaves de su departamento estaban en su carro, y ahora, ni muerta lo hubiera llamado a ese imbécil para que se las devolviera.

La noche de repente se volvió más interesante de lo esperado, así que André invitó Pam a su departamento, ya que no podía dejar que pasara la noche en las escaleras, y se quedaron conversando un rato en la terraza de André, ella con una Coca-Cola (casi se me olvida, Pam es totalmente abstemia) y el con una copa de vino. La conversación pasa a ser mas íntima y cae sobre lo que se escucha desde las respectivas terrazas, así que mientras André sutilmente se burlaba de la rapidez de los actos sexuales de Pam y su pareja, por el otro lado, Pam se burlaba, picara, de las travesuras que escuchó por su lado.

Después de muchas risitas… entre los dos bajo un silencio bastante largo e incómodo que los dos resolvieron, besándose, allí mismo en la terraza en esa misma chaise-longe donde Pam escuchaba las travesuras de André, y donde a menudo había imaginado encontrarse. Los besos entretanto se volvieron mas atrevidos, y André consiguió quitarle su vestido dejándola solo con tanga y tacos…

La hizo echar en la chaise-longe y comenzó a recorrer su cuerpo con la boca, sus senos, tan grandes y duros, su abdomen, hasta bajar a su ingle, en eso la desnuda dejándola con solo sus sandalias turquesas… y comienza suavemente a besar su cono… lo lame, lo saborea, sin prisa, atento a las reacciones de Pam, la escucha jadear mientras pasa la lengua por los labios de su vagina… hasta llegar a su clítoris, chupándolo con detenimiento hasta sentir los gemidos siempre más altos. En eso con dos dedos comienza a penetrarla, despacio con dos dedos, aprovechando su humedad. Pam agarraba la cabeza de André empujándola hacia su cono, con los muslos abiertos, hasta que su cuerpo comenzó a temblar, corriéndose por fin entre sus labios…

Todo fue tan repentino que ni siquiera se fijaron en el hecho, que André seguía vestido, mientras Pam estaba desnuda en plena terraza… la cosa le dio una risita picara a los dos, así que la propuesta de Pam fue: “o te desnudas tú también, o nos vamos adentro”. André que no era nada tímido, comenzó en la oscuridad a quitarse su camisa, los pantalones y en fin los calzoncillos… lo que Pam vio, le llamó la atención, ya que el tatuaje de André desde el brazo izquierdo seguía hasta su hombro… y además su pene, era mucho más grueso de lo que estaba acostumbrada.

Lo agarro con la mano, mientras besaba el pecho de André, despacio sensual, bajando lentamente, hasta metérselo en la boca, saboreándolo, mientras tocaba sus testículos con la mano derecha…

“Mírame… mientras lo haces”… la voz de André casi la despierta… “Te gusta que te mire mientras me como tu verga?” esa vulgaridad inesperada, a André le dio mucho morbo, así que agarró la cabeza de Pam, hasta meter casi toda su verga en su boca. En seguida le quitó su verga… ”me muero de las ganas de follarte”… y en seguida Pam se montó encima de André y comenzó a moverse sobre él, hasta sentir toda su verga adentro… mientras André le sujetaba su cola con ambas manos... “Me dan mucho morbo esos senos tan grandes en un cuerpo tan esbelto”… ”Comételos”... fue la excitada respuesta de Pam.

Los gemidos de hicieron más seguidos, ambos jadeaban diciéndose porquerías al oído, a Pam le daba mucho morbo que André la tratara como su puta, y en eso, mientras le acariciaba el culo, tuvieron su primer orgasmo juntos…

To be continued

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