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Pequeña orgía matinal

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Estábamos en un hotel durmiendo en nuestro cuarto. Era un hotel para adultos y despuntaba el sol de nuestra primera mañana allí. La noche anterior había sido intensa, excitante y si bien pensábamos que sería para tantear el terreno en el hotel, acabó siendo una noche con mayores interacciones, conociendo a algunos huéspedes y personal del mismo, que nos había dejado ciertamente agotados llegando en plena madrugada a nuestra habitación.

Me sacabas de mi sueño acariciando mi pene y mis testículos para decirme que te habías despertado escuchando a unos vecinos hacer de las suyas, que estaban en la terraza contigua. Ya te habías asomado y allí estaban haciéndolo. Me dabas unas chupadas deliciosas y profundas a mi pene, saboreando mis primeras gotas.

Nos incorporamos y acercamos a la ventana. Los podíamos ver desde nuestro ventanal, encima del camastro de la terraza de su cuarto. Ella lo monta arriba, dándonos la espalda, cogiéndole su verga que ya se veía dura y larga. Subiendo y bajando de ese mástil.

Abrimos la puerta de vidrio que lleva a la terraza y escuchamos mejor cómo ella ya estaba muy mojada, se dejaba caer en la verga de su pareja y lo mucho que lo estaba gozando. Tu y yo los observamos de pie.

Las divisiones entre terrazas tienen poca altura de separación, ya que son unos macetones rectangulares con planas ornamentales de poca altura ligeramente separados entre ellos y permiten apreciar muy bien toda la acción en ambas direcciones. Un barandal a media altura en una parte y un poste de alumbrado rematan la división entre terrazas, dando un baño de luz tenue durante las noches.

Nos acostamos en nuestro camastro que es grande, para alojar a dos personas y te quito parte de tu playera para dejar expuestos tus senos y tocarlos, mientras tu liberas mi pene de su encierro. Desde allí los vemos y nos pueden ver, pero están muy entretenidos. Te pregunto si te gusta observarlos y me dices que te excita verlos coger, que ambos se ven bien, antojables y cogen rico. Del otro lado, la terraza siguiente ya tiene espectadores también, que se recargan en la división contigua. Ella de buen cuerpo, le toca la verga dura a su pareja y él le acaricia su espalda, el costado, sus senos y llega hasta la entrepierna de ella. Entonces nuestros vecinos inmediatos se dan cuenta que tienen audiencia por ambas partes. Todos nos reímos y saludamos a distancia.

Nos acercamos a la división, y podemos verlos mejor. De pie te pones delante de mí y me levantas tus nalgas para que te coja, inclinando tu cuerpo hacia adelante, apoyándote en el barandal. Estas muy mojada de la excitación y te penetro por detrás profundamente. Nuestra vecina ve todo y le excita verte ensartada y recibiendo verga. Ella sigue montando a su pareja. Y la amiga de la otra pareja se inclina para chupar a su amigo, vemos cómo la puede meter completa en su boca y ocasionalmente se mete los testículos de su pareja para chuparlos intensamente. Tú, mientras, empujas tu cadera hacia mí para sentirme más adentro y tus senos se bambolean rico, acorde a la cogida.

Nos invitan a los 4 a acercarnos más y brincamos la separación. La vecina extiende su mano hacia ti y te jala hacia ella, besándose deliciosamente en la boca. Mientras yo me acerco a ustedes, veo cómo te aprieta contra su cuerpo y le restriegas tus senos en su costado dejándole sentir lo ricos que están y lo erecto de tus pezones. Entonces ella se levanta, se desensarta, le toma la verga a su pareja y se inclina para chuparla, sin soltar tu mano.

Tú y yo nos besamos y te toco tus senos y con una mano te siento mojado tu sexo, producto de tu excitación creciente. Entonces ella te jala de nuevo y lleva tu mano sobre la erecta verga del vecino. Tú te apresuras a rodearla con tu mano, te acercas más y lo empiezas a masturbar, mientras ella te besa de nuevo en la boca y tu cuello intensamente. Te pregunta si te gusta lo que tienes en la mano y le dices que sí. Que si se te antoja y le dices que sí, ya con una voz que denota tu excitación, mientras atestiguas que la tiene gruesa, venosa y larga.

Te ubicas entre las piernas de él, ella lleva tu cabeza a esa verga dura y sin reparo abres tu boca, lo miras a los ojos, ves deseo en su mirada, y sin perder contacto con él, te inclinas, dándole un espectacular ángulo de tus senos, sacas tu lengua y le empiezas a lamer el glande, recorriendo su tronco a lo largo, sujetándolo con tu mano. Mientras, ella se me acerca, como está en cuclillas toma mi verga y se la lleva a su boca, abriendo sus labios para chuparme, lamiendo la punta y rodeando con sus labios el glande para ir recibiéndolo poco a poco. Yo veo cómo tu cabeza sube y baja en esa verga y la lames a todo lo largo, hasta sus testículos, llevándotelos a tu boca, primero uno y luego el otro, hasta acomodar los dos dentro de ti.

La vecina se incorpora, nos abrazamos, besamos y acariciamos y me dice que se la chupas muy rico, mientras vemos como el vecino empieza a estremecerse con tu mamada tan rica e intensa. Por tu posición, tu trasero queda expuesto y nuestra vecina te lo empieza a acariciar. Al sentir sus caricias, tú se lo levantas y ofreces. Ella voltea a ver a los otros amigos y los llama. La besa a ella, acariciando su cabello, luego lo besa a él y le toma su verga, la recorre con su mano y siente lo dura que está, y me voltea a ver. Sus intenciones son claras, llevar esa verga a tu vagina, que te coja por detrás. Te la acerca mientras tú sigues chupando la verga del vecino cogiéndolo con tu boca intensamente, acariciando sus testículos y rozando su esfínter, lamiéndolo hasta las proximidades de su culo. Tus caricias lo tienen al borde del orgasmo. El vecino, por respuesta, arremete levantando su cadera para profundizar su penetración en tu boca.

La vecina no deja de mirarme y yo asiento. Ella te empieza a rozar tu línea entre las nalgas con la punta del duro pene del amigo, abriéndose paso hasta acomodarla en la entrada de tu vagina muy mojada y hace que te ensarte profundo. Al momento de sentirte invadida, gimes y levantas la cabeza sintiendo que te tienen ensartada. La expresión en tu rostro es de deseo y lujuria. Sabes que no soy yo y eso te excita más, sin dejar de masturbar a nuestro vecino. El amigo te agarra de las caderas y empieza a cogerte. Tu regresas a chupar la verga del vecino, gimiendo de lo rico que te está cogiendo y disfrutando de la verga dura de nuestro vecino de cuarto. Nuestra vecina acomoda a la amiga al lado del vecino en el camastro y ellos dos se besan inmediatamente, mientras la vecina le abre las piernas y se agacha a comerle su vagina y clítoris, levanta su rico trasero y me lo ofrece. Yo recorro con la punta de mi erecto pene su rajita encontrando su vagina y la penetro profundamente.

Está muy mojada y resbala toda mi verga en su interior. Ustedes dos se voltean a ver, la vecina te enseña como le come el coño a la amiga, mientras le penetrar con un dedo y tú le muestras cómo le chupas la verga a su pareja, y ambas se ven cogidas por detrás. Te dice que si lo disfrutas y dices que así te encanta, chupar una buena verga y que te coja otra mientras tanto. Y tus orgasmos no se hacen esperar mojando al nuevo amigo frecuentemente.

Yo me cojo a la vecina sintiendo lo mojada que está y veo como nuestro amigo intensifica sus embates hacia tu trasero y saca toda su ya dura, ancha y mojada verga para meterla de nuevo de golpe en ti, provocándote excitación en demasía y generando otro orgasmo intenso en ti. Le pides más. Sientes que está próximo a venirse. Su pene se ensancha en ti, anunciando su corrida. El empieza a retirarse y le dices que no salga, que se venga dentro, y él vuelve a ensartarte toda, empuja violentamente en tí varias veces, golpeteando tus nalgas con su cuerpo y, sujetándose de tus caderas, comienza a descargar intensamente su semen en tu vagina.

La imagen es tan excitante que el vecino empieza a venirse en tu boca y tu no desaprovechas ni una gota de su semen, saboreándolo todo. Esa sensación te hace venir de nuevo temblando de lo intenso del momento. Las caricias de nuestra vecina hacen efecto en la amiga y se corre viendo a su pareja venirse en ti. El amigo se recarga en tu espalda y busca tu boca para besarte y lame tus mejillas que tienen semen del vecino. Entonces le besas y compartes parte del botín que acabas de obtener, embarrando con tu lengua sus labios y boca.

Todo ello me pone muy excitado y saco mi pene de la vagina de la vecina, que se voltea y me dice que me venga en su boca. Se acerca, mete mi pene, me toma de los testículos, me da unas chupadas intensas y empiezo a descargar en su boca y mejillas. Tú te acercas, mientras la amiga va a chuparle su pene a su pareja, saboreando los jugos de ambos con sus dedos, chupando el pene de su pareja. Te besas con la vecina compartiendo mi semen y el vecino te toma del brazo y te jala hacia él.

Su verga está semidura, y te busca abrazar para besarte en la boca mientras te dice algo que no escucho pero tu asientes, lo besas en la boca y bajas a chuparlo de nuevo para ponérsela dura. Le tomas su verga, se la recorres con la lengua hasta lamer sus testículos, lo miras observarte y preguntas si así lo quiere. Sólo gime por respuesta.

Con tus caricias y tu boca le provocas una nueva erección en poco tiempo. Esa verga que chupaste antes, ya está lista para más. Te subes en él, le haces que te vea y le dices que si así quiere verte coger su verga, mientras con tu mano la restriegas en tu entrada. Sólo asiente, acomodas la punta en tu vagina y te vas montando en ella hasta meterla toda en ti. Con tu mano buscas sus testículos y se los aprietas y acaricias. Te llega profundo y le dices lo rica que la tiene y lo empiezas a coger lentamente, sintiendo cómo te va invadiendo tu vagina recién cogida y llena de semen del amigo anterior, lo que te excita mucho.

Vemos cómo te lo coges, como subes y bajas su tronco, vemos tu expresión de gozo y disfrute, te gusta sentir una verga dura en ti. La vecina me toca, sintiendo mi excitación, nos abrazamos, nos besamos y recostamos al lado de ustedes mientras los amigos se despiden y se van. Nos quedamos los 4 en su terraza.

Vemos como te restriegas en el duro pene del vecino y empiezas a mojarlo, disfrutando su ya muy dura verga. La vecina me masturba y con su otra mano acaricia tu muslo y cadera. Yo la tocó penetrándola con dos dedos, disfrutando de verlos coger.

Es excitante ver cómo lo haces sentir y tu disfrutas cogiéndotelo. Le pregunto que si le gusta verte coger a su pareja y dice que si. Que te le antojas a ella. Tu mueves tu cadera, te inclinas hacia él y le das a chupar tus senos que se apresura a meterlos a su boca, lamiendo uno y luego llenándose lo más que puede para succionarlo fuerte, tú le sostienes su cabeza para que llegue más adentro tu seno en su boca. Tu cadera se encarga de cogértelo. Le preguntas que si así te quería tener, si así te quería sentir y solo asiente excitado. Le dices que lo vas a exprimir todo, que quieres todo su semen. Que ya te chupaste su semen antes, lo probaste en tu boca y ahora quieres más en tu vagina. Te da una nalgada que te excita.

Te sabes observada y te encanta sentirte deseada, verte siendo cogida, penetrada, y a la vez cogiendo rico, intensamente. Nos besamos la vecina y yo y me dice que eres muy intensa, sensual y lujuriosa. Que coges muy rico y que sabes hacer sentir a tu pareja del momento excitantes sensaciones. Le digo que lo hacemos siempre que se puede. Seguimos observando la excitación creciente del vecino y la tuya.

Volteas a ver a la vecina y entre gemidos y movimientos de tu cadera, con tu cara de deseo le pides permiso para dejarlo venirse en ti y ella dice que si. Intensificas tus movimientos, tu excitación es también evidente disfrutando de esa verga ajena y empiezas a correrte de nuevo. El empuja hacia ti.

Tu cara deja ver lo mucho que lo deseas, mojándolo rico, subiendo hasta la punta, casi sacarlo y dejándote caer en su verga varias veces para que llegue a lo más profundo de tu interior, hasta que lo haces correrse en ti. El gime, te sujeta de las caderas para penetrarte toda y dejarte su semen. Suelta su carga y podemos ver su verga palpitar dejando dentro de ti su eyaculación. Por tu entrepierna empiezan a resbalar los jugos de ambos. Mientras, acabas de exprimirlo con más movimientos de tu cadera, te acercas a él, lo besas y le dices lo mucho que te gustó sentirlo dentro y lo sacas de ti abrazándote a él por unos momentos. Le sigues recorriendo con tu mano su verga para tomar de sus jugos y probarlos. Le llevas tus dedos a su boca y mientras los chupa, simulas follarle y le dices algunas cosas al oído que no alcanzamos a escuchar. El solo asiente y chupa tus dedos como si de otro pene se tratara.

Ella mientras me masturba con fuerza mi pene mojado de mis gotas, mis dedos la penetran y se estremece en cada corrida. Nos besamos intensamente y me dice que quiere hacerme venir en su mano. Tú le dices al vecino que vea cómo me hace venir su pareja y lo fuerzas que nos vea mientras sigues acariciando su pene y testículos. La masturbación que me hace la vecina va logrando su cometido y mi verga está dura, a punto de explotar. Tú le preguntas al vecino que si le excita ver a su pareja coger con otro y dice que sí. Que por eso van a lugares así, para coger con otros. Llevas tu mano a su culo y le metes un dedo. El vecino abre más sus piernas y se deja hacer. La vecina chupa mi pene y se incorpora para montarse en él.

Lo toma con la mano y lo frota en su entrada, llevándolo desde su culito hasta su clítoris mientras ve como te coges a su pareja ya con dos dedos en su culito. Se masturba con mi glande. Ella lo acomoda en la entrada y empieza a metérselo nuevamente. La verga del vecino está dura de nuevo y tu cogida a su culo va dando resultados, sabes que lo tienes bajo tu control. Te incorporas y con tu otra mano lo masturbas, lamiendo su verga ocasionalmente.

Él cierra sus ojos y tú le describes como va metiéndose mi verga la vecina. Le dices lo excitante que se ve montada en mi verga. Cómo se levanta para sacarla y meterla de nuevo. Le describes mi verga dura, penetrándola. Ella goza de ese sube baja y comienza a gemir con mayor intensidad. Me va mojando en cada movimiento. Como ella me da la espalda, le acaricio sus nalgas, las separo y le llevo un dedo a su culito, presionando en la entrada del mismo. Lo mojo con mi saliva y lo introduzco poco a poco. Ella reacciona con otro orgasmo mojando mis testículos y muslos. Se inclina hacia ustedes para dejarme meterle más mi dedo y dentro puedo sentir mi pene cogiendo su vagina a través de la pared de su intestino.

La vecina mueve su cadera para sentirse bien cogida. Tú sigues cogiendo el culo del vecino y masturbándolo fuerte. Y le preguntas a la vecina que si ella lo coge así. Ella solo gime y niega con la cabeza. Tú ya metes tres dedos en él y sólo podemos escuchar sus gemidos al ser penetrado por ti. La vecina intensifica sus movimientos cogiéndose mi pene y mi dedo, su excitación está al tope. Vuelve a venirse sobre mi gimiendo su orgasmo y yo comienzo a eyacular dentro de ella. Se estremece y mientras, tú vuelves a hacer que se venga su pareja, disparando su semen intensamente y rápido te llevas su verga a tu boca para disfrutar de su eyaculación, succionándolo para sacarle hasta la última gota. La vecina siente sus últimos estertores y se separa de mi pene, voltea a besarme y agradece los momentos tan intensos.

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