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Perla, la dueña de la tienda (2)

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Esto es lo que siguió pasando después de que me cogí a Perla la de la tienda. Después de aquella cogida que le di en la tienda, le seguí hablando por qué obvio quería darle por ese culito sabroso que tenía, lo que hice fue invitarla a dar la vuelta el fin de semana.

Perla me escribió en un mensaje: me quieres volver a coger verdad, te quedaste con ganas de más, está bien acepto salir este sábado.

En lo que llegaba el sábado me mandaba fotos desnuda de todo su cuerpo, eso más me excitaba a mi, y tenía que irme a masturbar para bajar esa calentura, hubo un día que me hizo una videollamada y se estaba masturbando y gritando mi nombre, y me dijo que quería ver como me masturbaba y pensaba en ella, por lo que le hice caso y ahí me ven masturbándome en una videollamada con ella.

Llegó el sábado por lo que pase por ella, fui a comprar una botella de tequila ya que me dijo que le gustaba el tequila don Julio 70, comenzamos a dar la vuelta en el carro, ya con unos tragos de tequila, comenzamos a darnos caricias y se fueron subiendo de tono hasta que me dijo que me desabrochara el pantalón que quería ver cómo están mi pene, yo le dije que estaba listo para la acción, deja me ver respondió. Desabrocho mi pantalón me levanto poquito para bajármelo y también mi bóxer y sale mi pene erecto duro, ella comenzó a tocarlo y adarme unas pequeñas masturbadas, me dijo: conduce que yo me encargaré de este pene, se acomodó el pelo, se agachó y comenzó a mamármelo, no saben lo bien que chupa el pene, parecía una experta, parecía artista porno, de echo tiene un parecido a la artista porno brandy love, volviendo con el relato, así siguió gran parte del camino, mamándome y masturbándome el pene, y le dije que ya iba termina por lo que aumento el ritmo de la mamada y después de unos segundo salieron mis chorros de leche, limpio cada gota de leche y me dejo el pene con saliva.

Perla: quiero que ahora tú me des

Yo: vamos a un hotel

Perla: no, quiero que me cojas aquí en el carro, quiero sentir esa adrenalina que alguien nos pueda encontrar.

Por lo que me quedé asombrado y busque un lugar donde estacionarme y lo encontré un parque oscuro donde no se veía nada de movimiento.

Nos pasamos a la parte trasera de mi camioneta patriot, donde doble los asientos y quedaron como una pequeña cama, me acosté y ella empezó a desnudarte completamente, adiós pantalón pegado, fuera blusa ombliguera verde, adiós brasier blanco, adiós calzón verde, ahí estaba Perla completamente desnuda lista para montarse sobre mi pene, y así lo hizo se subió sobre mi, y comenzó a cabalgar lentamente, diciéndome al oído que la nalgueara que la nalgueara fuertemente, su gemidos se empezaron hacer notar, después su corazón comenzó agitarse, fue subiendo de ritmo, y sus gritos eran algo fuertes, me hizo saber que ya se iba venir, bajo el ritmo y soltó un suspiro, ahí mismo le di vuelta y me coloque yo encima de ella para seguir dándole, hasta que le inunde su vagina de leche los vidrios de la camioneta estaban empañados, nosotros sudados por qué el aire acondicionado no daba abasto, la puse de espalda la comencé a besar, le di besos en el cuello, la espalda, hasta llegar a sus nalgas, comencé acariciarlas, le daba besos y pequeñas mordidas, separé sus nalgas y deje ir mi lengua a su ano color rosado, ella comenzaba a calentarse, me comenzaba a mover las nalgas sobre mi cara, se comenzaba a mojar de nuevo, hasta que dijo la palabra mágica, ¡¡¡métemela yaaa!!!

Tuve que abrir la puerta y nos bajamos se colocó de perrito poniendo los pies fuera del carro y su cuerpo acostado en los asientos, le abrí los pies y coloqué en la punta de mi pene en la entrada de ese maravilloso ano, la tome de su cintura, y lo fui introduciendo lentamente, ella gemía, no sé si de dolor o placer, solo que comencé a darle de una manera lenta para disfrutar ese hermoso culo, ella apretaba su abdomen para que yo sintiera su culo apretado.

Perla: vamos nalguéame y sube e ritmo quiero unas embestidas fuertes.

Y así fue como le di sacaba casi por completo mi pene y se lo metía de un solo golpe, hasta que chocaran mis huevos con sus nalgas, le daba de tremendas nalgadas, y le jalaba el pelo, era tan hermoso disfrutar que no quería terminar, ver su cuerpo erizado y marcado por las nalgadas que le deba eso me tenía excitado, hasta que ya no pude más le dejé el culo lleno de leche, y ella con un orgasmo vaginal estupendo. Terminamos y nos subimos a la camioneta así desnudos, hasta llegar a su casa.

Perla: vamos quédate a dormir, mis hijos no están en casa

Yo: quieres seguir cogiendo?

Perla: siii, tengo unas esposas y un látigo que quiero que uses conmigo.

No pude resistirme a tal invitación que tuve que dormir ese fin de semana con ella. Pero eso después se los contaré. Nos vemos en el próximo relato…

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