Nuevos relatos publicados: 10

Playa, brisa y besos

  • 5
  • 8.878
  • 9,40 (25 Val.)
  • 0

Era una tarde de algún día del mes de junio las playas cristalinas de San Andrés, ella había decidido encontrarse con un amigo en la playa, dado que desde hace un largo tiempo no se veían, ella residía en México por motivos laborales, ella profesora universitaria de literatura latinoamericana y él músico de una reconocida banda de salsa, se habían conocido por unos amigos y si bien, habían compartido espacios y salidas grupales cuándo él viajaba a México por motivos laborales nunca habían tenido tiempo para estar a solos.

Es que desde el momento en que se conocieron hubo una "chispa, una conexión".

Y fue finalmente ese 28 de junio que pudieron verse a solas.

Ella estaba un poco nerviosa, no sabía que iba a pasar, pero aun así deseaba que pasara justamente eso que su cuerpo imaginaba.

Ella anhelaba que esas manos fuertes le acariciaran, tomaran sus piernas, sus nalgas, pero a la vez, no se decidía si eso que evocaba su deseo se iba a dar o no.

Y finalmente, se vieron, salieron a almorzar a un excelente restaurante de comida de mar llamado La Marea Azul, ella tenía puesto un vestido verde claro con pequeñas mariposas amarillas, mochila -tipo Wayú-, sandalias... Y debajo de su hermoso vestido, llevaba su vestido de baño color amarillo.

Él llevaba una bermuda color rojo, camiseta blanca y chanclas playera.

Luego de ella haber degustado unos deliciosos Langostinos apanados en salsa de uchuvas acompañados de patacones verdes, ensalada primavera y una deliciosa limonada de coco y que él comiera un filete de salmón en salsa marinera acompañados de cuatro canastillas de plátano con camarones y ensalada griega y una limonada de mango.

Decidieron ir a la playa eran aproximadamente las 2:45 pm, se ubicaron en una de las pequeñas carpas color verde que estaban acompañadas por dos sillas de madera y de una diminuta mesa, ella le solicitó a la persona que les iba a atender una cama asoleadora, y mientras que le traían el objeto donde ella pensaba broncearse, iban tomando sus cocteles -una piña colada y un mojito-, entre sorbo y sorbo ella sentía que esa conexión entre ambos crecía cada vez más.

Ella es una mujer de piel blanca, su estatura es de 1.68 aproximadamente, sus ojos color café claro, cabello corto, color castaño oscuro, amante del fútbol, de una buena conversación y un buen café, le encanta la buena salsa -Héctor Lavoe, Rubén Baldes, Hermanos Lebrón.

Mientras él mide 1.80 aproximadamente, de fuertes brazos, manos grandes, y fuertes piernas. Es un tipo atlético, le gusta además de tocar el piano y la guitarra hacer ejercicio en su tiempo libre, prefiere el capuchino, le encanta los boleros y el son cubano.

Posterior a que ella decidiera acostarse a tomar el sol él le propuso que si le podía aplicar el bronceador. Ella no dudó ni un segundo en decir que sí. Y él empezó por sus lindas y gruesas piernas, luego llego a sus glúteos...ella sintió esas manos grandes en sus pequeñas y redondas nalgas, le encantó como él recorría su cuerpo y además ya empezaba a sentir que esos tres cócteles y la brisa, el sol, la música de fondo y esas manos en su cuerpo poco a poco la excitaban.

Luego de estar un tiempo en la playa y que por fin se dio el primer beso, un beso suave y sin prisa, ambos un poco nerviosos, sin saber que iba a suceder después, pero ambos deseosos de sumergirse en el cuerpo del otro.

Decidieron ir al hotel donde ella estaba hospedada. Una vez estando en la habitación, ella puso algo de música, y sirvió dos tragos de vodka con jugo de naranja. Y luego de brindar se dieron el segundo beso, con más confianza.

Él llevo su mano derecha a su mejilla derecha, mientras ella puso su mano izquierda en su pierna derecha. Y poco a poco, entre besos y caricias. Se iban despojando de la ropa, él la llevo hacía la pared al lado del minibar.

Y ya habiendo quitado el top del vestido de baño decidió no quitar la tanga, comenzó a besarla y acariciarle la vagina, por encima de la tanga y a la vez tocarle sus nalgas...ella tenía unos hermosos senos talla 38, ella sentía que esas manos y la lengua hacían contacto con su zona V. Luego él se puso de pie y nuevamente se besaron. Fueron a la cama, y empezaron hacer un 69. Ella gemía, sentía mucho placer, sentía como sus piernas temblaban, él mientras introducía dos dedos en esa muyyy húmeda y caliente vagina, ella se llevaba a su boca ese pene erecto, duro, grueso, lo chupaba con muchas ganas.

Ella no sólo disfrutaba como su vagina se humedecía cada vez más, sino también chupárselo y escucharlo como gemía. Luego de ella venirse en la boca de él. Decide ponerse boca arriba y él tomó la pierna derecha y la llevó a su hombro izquierdo y comenzó a penetrarla suavemente, ella sentía que esa verga dura y gruesa entraba a su vagina.

Era tal el placer que ella arqueaba su cuerpo, acariciaba sus senos, sentía mucho placer, quería verlo como él movía su cadera, por eso miró hacia su costado derecho que había un espejo grande y disfrutaba el movimiento de cadera de su amante.

Luego él tomó la pierna izquierda y se lo puso en su hombro derecho. Ella sentía una embestida profunda. Lo que la hizo gemir más fuerte e incluso ambas manos agarraron fuerte las sábanas de la cama.

Ella sentía que esa verga grande le entraba y salía a gran ritmo. Sentía como subía y bajaba el ritmo. A la vez él le acariciaba sus senos. Senos que tenían los pezones muy duritos. Él, dejó de penetrarla y comenzó a besar sus grandes y voluptuosos senos, mientras ella lo abrazaba, y cogió y le dio vuelta y se puso encima de él. Y comenzó a cabalgarlo hacia adelante y hacia atrás. Mientras él la tomaba de la cintura y la veía como ella cerraba los ojos.

Luego ella se llevaba su mano a derecha al seno izquierdo. Él se levantó un poco y la abrazo, ella se movía cada vez más rápido.

Ambos sentían que estaban por venirse y finalmente en ese fuerte abrazo.

Ambos emitieron un gemido que les salió desde lo más profundo.

(9,40)