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Por amor a la familia (Día 5: Parte 7): Su mujer

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El camino fue más bien tierno, el policía nos quitó totalmente la emoción, yo creo que mi tío también se había asustado un poco, a pesar de la serenidad que mantuvo y su risa posterior. Yo estaba casi quedándome dormida, acurrucada por mi protector. Sus manos acariciaban mis hombros desnudos y su boca me besaba eventualmente en la frente o en la cabeza.

Estaba entre dormida y despierta cuando escuche la puerta de la cochera automática abrirse, ahí me enderecé porque mi tío uso sus dos manos para tomar el volante. Trataba de reaccionar mientras el estacionaba bien el auto, cerro la cochera y bajo del auto, me abrió la puerta, me dio su mano y me ayudo a bajar, sinceramente el glamour de mi parte se había perdido un poco, no tuve cuidado en mi posición al bajarme, pero en mi defensa, estaba algo dormida, afortunadamente estaba obscuro y no se notó nada, de lo contrario, quizá hubiera sido regañada.

Al colocar mis pies sobre el piso y sentir aquellos tacones a los cuales no estaba acostumbrada, la emoción volvió como quien enciende un interruptor, me recordó mi situación, el me abrazo para ayudarme en mi caminar y entramos a la casa, avente mi bolso (como era mi costumbre como chico) sobre el sillón de la sala, a mi tío no pareció importarle, me soltó y yo comencé a subir las escaleras con cuidado, el venía detrás mío, observando mis muslos. Llegando al pasillo me quede quieta, estaba en una disyuntiva, a que habitación debía ir? El pareció notarlo, me tomo del rostro y me dijo: “hija, ve a mi recamara, ahí dormirás”

Entre al baño de mi tío y no pude evitar observarme en el espejo, a pesar de lo desaliñada que estaba, aún seguía siendo hermosa. Al colocarme frente al baño, recordé que era una chica, me puse de espaldas al wc, levante mi vestido e intente bajar mi ropa interior, había olvidado que el liguero había quedado por encima, así que lo desabroche y logre bajarlas, me senté e hice lo que tenía que hacer. Mi ano aún se sentía extraño, la entrada del mismo estaba aún mojada por los líquidos de mi tío y míos, aproveche estar en el baño y me asee, seque bien mi cuerpo y abroche el liguero, enseguida subí la tanga acomodando mi inútil miembro, aun a esa hora de la noche, yo debía mantenerme como toda una chica.

Salí del baño y mi tío me sorprendió, me tomo del cuello, me jalo hacia él y comenzó a besarme apasionadamente, me presionaba contra su cuerpo mientras agarraba mi trasero, me fue guiando sin soltarme hacia la orilla de la cama, nos sentamos con cuidado sin separar nuestras bocas, me costó un poco de trabajo mantener mis piernas juntas, pero me senté como toda una señorita, una mano me tomaba de la nuca y la otra de la cintura, poco a poco fuimos cayendo hasta quedar recostados, el un poco sobre mi, yo mantenía mis manos inertes a mis costados.

Estábamos nuevamente excitados, él se subió en mi, yo instintivamente abrí mis piernas quedando el entre ellas, se movía como si hubiera una penetración imaginaria mientras el beso no cesaba, ahora lo rodee con brazos y piernas, al hacer esto, sentí como los tacones chocaban entre si, me excito mucho eso, además el rose de cualquier cosa sobre mis piernas con medias me provocaban sensaciones maravillosas, al doblar mis piernas, sentí como los resortes del liguero empujaban un poco mi ropa interior, haciendo que esta presionara mas mi pene.

Mi tío se levanto agitado, me levanto con una fuerza impresionante de la cintura y me giro, quedando yo a gatas sobre la orilla de la cama, busco mi trasero dentro del abultado vestido y comenzó a acariciarlo con brusquedad, tomo la orilla de la tanga y la bajo de un solo movimiento hasta la mitad de mis muslos, mi miembro quedo liberado y semi erecto, mi ano medio lubricado por mi liquido recibió un frescor provocado por la exposición. Me paso el canto de su mano por mi rajadura, masajeo un poco mi ano por encima con sus dedos y finalmente pude sentir como se clavaba ahí con su rostro y su lengua comenzaba a lamerme. La sensación es increíble, suspire de placer y mi cuerpo perdió tensión.

Escuche el sonido de la hebilla de su pantalón cayendo al suelo, voltee a tratar de ver y pude ver la mayoría de su ropa tirada en el suelo, pero no lo veía a él, estaba poseído tratando de introducir su lengua en mi. Entonces se levantó y me tomo de la cintura, pegado a mi cadera, sentía sus manos sujetándome fuertemente y jalándome hacia él, bajándome un poquito para quedar mas a su altura, las panties en mis piernas estaban al límite de su elasticidad. Fue cuando sentí su pene sumamente erecto colocarse en la entrada de mi levemente dilatado ano. Empujo con fuerza, y gracias a su saliva, entro su glande en mi, yo brinque de dolor, contraje mi cuerpo, apreté las sabanas con las manos al tiempo que un reflejo apretaba mi orificio, pero había un cuerpo extraño impidiéndolo.

El dolor era inmenso, pero a él no parecía importarle, seguía entrando mas y mas, un centímetro tras otro hasta que sentí sus enormes testículos colgantes chocar contra los míos, yo le decía que me dolía, pero él no me escuchaba, soportaba el dolor estoicamente pero su peso y fuerza me vencieron, mis brazos se doblaron y caí sobre la cama, el cayó sobre mi sin salir, soltó mi cintura y me sujeto mis manos con las suyas, quedando yo como una prisionera, mientras él se movía y el dolor iba desapareciendo. Cuando me di cuenta, yo estaba gimiendo, no era consciente, no era yo, era mi cuerpo independientemente de mi quien hacia esos sonidos, cada vez que entraba mi boca exhalaba junto con un grito.

Mis gritos parecían excitarlo aún mas porque me embestía con mas brutalidad, mi cara oprimida contra el edredón azul apenas me permitía respirar por un costado, mientras la saliva salía por la comisura de mi boca. Entonces se apiado de mi y levanto el peso de su cuerpo, bajo desesperadamente el cierre de mi vestido dejando visibles los listones del corset. Saco su pene repentinamente y se levantó, me tomo de la cintura y me jalo hacia él, quedando ahora parada en el piso, mis tacones hacían que mis piernas quedaran estiradas totalmente, me enderezo y me dio la vuelta, bajo mi vestido hasta el suelo y me arrojo a la cama, yo caí con mis manos indicando sorpresa, el vestido en el suelo fue pateado por mi ahora totalmente desnudo tío. Me levanto las piernas y me quito la ropa interior.

Doblo mis piernas hasta casi mi cabeza dejándome totalmente a su disposición, dejo caer su cuerpo sobre mi y con una precisión de arquero, su pene entro en un solo movimiento hasta el fondo de mis entrañas. Me empujo con su pelvis hacia mas adentro de la cama y el quedo arrodillado también sobre ella, me tomo de los tobillos y me levanto las piernas, quedando yo en posición de “V”. Se movió así durante mucho tiempo, su miembro rosaba las paredes internas de mi cuerpo en una mezcla de dolor y placer, yo tocaba mi cuerpo sobre el corset, supongo que me veía muy sensual.

Soltó mis piernas y se dejó caer sobre mi, metió su brazo bajo mi cintura, por la espalda y la otra mano la metió detrás de mi nuca, comenzó a besarme nuevamente pero esta vez con mas pasión, sin tanto salvajismo, sus movimientos eran mas lentos, pero mas profundos. Mis piernas estaban dobladas, clavando los tacones en el colchón. Jamás me imagine que se pudiera hacer esta posición entre un hombre y una chica travesti, pensé que era exclusiva de las mujeres por la posición de sus genitales, pero no era así, además la posición era muy intensa, muy íntima. Su lengua jugaba con la mía mientras me percataba de que estaba siendo penetrada por un macho, mi macho, me sentía completa, llena, realizada.

Tomo mis piernas y las coloco sobre sus caderas, yo con gusto lo abrazaba entrelazando mis tacones y ayudándolo con unos a penas permitidos movimientos, no tengo ni la mas mínima idea de cuánto tiempo pasaba o había ya pasado, pero podía ver entre los huecos de las cortinas que la noche ya no era tan obscura, cuanto había pasado? 1 hora? Tres? El tiempo nos había abandonado. En un momento en que mis piernas se cansaron de abrazarlo, las libere un poco, dejándolas nuevamente casi libres sobre la cama. El me tomo de una de ellas y con un movimiento ágil giro sobre el mismo, quedando yo montada sobre él y el recostado boca arriba, a pesar de su destreza, su pene salió de mi, pero sin dolor alguno, solo sentía mucha humedad, mucha lubricación.

Tome su pene por detrás de mí y lo coloque en mi entrada, deje caer mi peso y quede ahí empalada. Ahora era yo quien lo controlaba, mis movimientos eran lentos al principio, después mas rápidos, hacia adelante y hacia atrás, en círculos, hacia arriba y hacia abajo. Yo sonreía mientras lo veía fascinado, estaba complaciendo a mi hombre. Después de un buen rato en esta posición, mis rodillas se cansaron, así que las doble hacia adelante, quedando sentada como en cuclillas con su duro falo dentro de mi, pero esta posición si era algo dolorosa, llegaba mas adentro que en las anteriores ocasiones, mis movimientos ahora eran mas hacia afuera que hacia adentro mientras mi rostro delataba mi sentir, mi tío parecía gustarle mucho que me doliera, porque me jalaba de mi cintura hacia abajo, cuando yo sentía que me picaba, brincaba y trataba de sacarlo un poco, él estaba como niño de escuela molestando a una niña, entre más veía que me dolía, mas me bajaba hacia él, gozaba con mi dolor.

Cuando se cansó de molestarme, me soltó mi cuerpo y con sus hábiles manos comenzó a desatar las correas de mis zapatos, me lo quito uno a uno, a pesar de haber disfrutado toda la noche de esos tacones, sentí un placer enorme al quedar liberados, era realmente una tortura usarlos, pero la emoción no me había permitido darme cuenta de eso. Moví los dedos de mis pies para relajarlos, las medias sobre ellas hacían que se sintiera divertido.

Empezamos a relajarnos un poco, la energía de tanto tiempo se había agotado, estaba casi amaneciendo, ya no podíamos engañar a nuestros cuerpos que pedían descanso, mis movimientos repetitivos estaban arrullándome, él lo noto, con ternura me levanto de mi cintura, su pene salió con facilidad y me coloco a su lado, jalo una sábana que quedaba a su alcance sin levantarse y me cubrió, su cuerpo se acercó a mi y pude sentir que su pene aún seguía erecto, pero como podía seguir así???

Levanto un poco mi pierna izquierda y volvió a penetrarme de lado, como coloquialmente se dice: “de cucharita” yo me encorve para darle mas facilidad, paso un brazo bajo mi cabeza y otro sobre sobre mi cintura, me apretó contra él mientras seguía moviendo su miembro dentro de mi, yo gozaba mucho, pero estaba en estado de relajación, comenzó a apretarme con más fuerza y sus movimientos se hicieron mas veloces, su jadeo en mi oído me provocaba excitación, mordía mi oreja que ya no tenía aretes (quien sabe dónde habían quedado) sus gemido se hicieron mas fuertes y constantes hasta que su cuerpo se quedó quieto contra mi y un solo grito grueso invadió la habitación, su pene palpitaba, podía sentirlo en mi ano, al tiempo que un calor intenso llenaba mis entrañas, nunca había sentido eso, ni siquiera había imaginado que así se sentiría, estaba descargando todo su ser dentro de mi, estaba llenándome con su semen, espasmos de su cuerpo hacían que entrara eventualmente mas profundamente, estaba llevando demasiado tiempo, era un orgasmo enorme. Finalmente se relajó aunque su pene parecía no hacer lo mismo, sus jadeos fueron en disminución.

Todo esto hizo que yo me despertara un poco, pero él ahora estaba a punto de quedarse dormido, aun dentro de mi, como es costumbre en mi mente, recapitule nuevamente lo que pasaba, acababa de ser poseída, penetrada, había descargado su semen dentro de mi, ahora tenía algo de el en mis entrañas. Un hombre acababa de llenarme con sus espermas mi ser. El círculo estaba completo, me acababa de convertir totalmente en una mujer, en su mujer.

Se relajó totalmente, su pene ya no tenía la misma dureza, pero no estaba flácido, su semen dentro de mi comenzó a provocarme una sensación extraña, como cosquillas, pero al tiempo sentía que trataba de escurrir fuera, aun teniendo su órgano dentro de mi, trate de levantarme para correr al baño, pero él me sujeto con fuerza, como un niño que sujeta su oso de peluche, lo intente nuevamente, pero me apretó con más fuerza. No me quedo más remedio que desistir, y quedarme ahí a su lado, sintiendo esos seres caminando dentro de mí, esperando que mi cuerpo los absorbiera, me relaje y me quede profundamente dormida con un pensamiento en mi cabeza, acababa de ser inseminada.

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