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Por culpa de mi trasero me gano una rica cogida
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Tiempo de lectura: 16 minutos

Mi nombre es Fiorella, tengo 21 años, bajita, rubia, culona, con senos pequeños y cara de ángel, trabajo en un restaurante bar, cafetería de día y bar de noche, estoy ahorrando para poder estudiar una costosa especialización en una muy buena universidad pero no me ha salido trabajo en mi profesión de enfermera.

En la cafetería entraba a trabajar a las nueve de la mañana, tenía que organizar las mesas, hacer limpieza general y preparar la caja registradora, era lunes y mi rutina comenzaba a las siete de la mañana, me despertaba con el sonido de la alarma del celular, eran dos alarmas con diez minutos de diferencia para dormir un poco más, me levantaba de la cama y mi novio ya no se encontraba en la cama ya que él trabaja muy temprano, se levanta casi a las cinco de la mañana, me despide con un beso y se va a las seis. Yo me preparaba, desayunaba y a las ocho y media ya estaba en metro de camino a mi trabajo.

Cuando llegue mi jefa ya se encontraba en su oficina, cuando me vio entrar me hizo señas con las manos para que me acercara y después de entrar me contó que por problemas de salud de su madre se tenía que retirar una semana de trabajar pero que estaría de encargado su sobrino, no tenía mucha experiencia pero como era muy urgente no tenía algo mejor.

Me dedique a lo mío hasta que cerca de las once de la mañana llegó el Fausto, el sobrino de mi jefa, realmente no era lo que yo esperaba, alto, joven de unos 30 años, ropa muy formal, casi pareciera que fuera hacia alguna reunión religiosa por que no era un traje ejecutivo, tenía un aspecto malhumorado pero tranquilo, entró a la cafetería y saludó a mi jefa que estaba en la caja registradora, hablaron el resto de la mañana hasta que ella se fue, se despidió y me comento que no dudara en llamarla si tenía alguna duda.

No hubo ningún inconveniente durante la jornada diaria, somos dos meseras de día y en la noche se nos une una mesera más para un total de tres y el chico que cuida la puerta de entrada, yo me retiro a la una de la tarde para estar en mi casa con mi novio en la tarde y luego trabajo nuevamente de 10 de la noche hasta las dos de la mañana, para no cansarnos de la rutina la jefa nos va rotando entre horarios nocturnos, de esta manera es más llevadera la jornada de trabajo.

Esa tarde llegue a casa a las dos y me encontré a mi novio descansando en el sofá, comí algo y tome una ducha, cuando me estaba enjabonando entro mi novio al baño, lo vi desvestirse detrás de la cortina trasparente que separaba la ducha del resto de la habitación, mis pezones oscuros se pusieron duros de pensar que él estaba a punto de entrar, corrió la cortina suavemente ubicándose a mis espaldas, comenzó a darme un suave masaje en la espalda,

«¿Quieres que te ayude a enjabonar tu espalda?» susurro a mi oído.

No le respondí nada, solo le pase el jabón por encima de mi hombro y abrí un poco la llave de la ducha para que saliera un pequeño haz de agua, mi novio comenzó a enjabonar mis hombros suavemente, bajo hacia mi espalda haciendo círculos para luego pasar a la parte baja de mi espalda.

«Estas un poco estresada, te siento tensionada», «creo que tengo que darte un masaje más completo.»

Se me acerco un poco, lo suficiente para sentir su polla ubicarse entre mis grandes nalgas, él era un poco más alto que yo pero no pasaba el metro con sesenta y cinco, paso las manos a mi pecho y comenzó a enjabonarme los senos sin tocarme los pezones, yo estaba comenzando a excitarme, sentía como se humedecía mi coño.

«Si quieres puedes agacharte un poco para que te pueda enjabonar bien las piernas», dijo mi novio mientras se separaba un poco de mí y comenzaba a agacharse y prácticamente quedar su cara a la altura de mi cintura, en ese momento sin doblar las rodillas me incline un poco hacia adelante, colocando mis manos al lado de la llave del agua y separando un poco mis piernas, mi novio comenzó a enjabonar mis pies, yo sentía su respiración muy cerca de mis labios un poco hinchados, fue subiendo sus manos por mis piernas hasta terminar una en cada nalga, con un poco de presión las comenzó a separar.

Mi respiración ya estaba acelerada y mis mejillas enrojecidas, sentir su lengua recorriendo mi coño me robo un gemido apagado, estuvo besando y lamiendo mi coño unos momentos hasta que comenzó a subir su lengua haciendo pequeños movimiento circulares, antes de tocar mi agujero más preciado lo rodeo con su lengua sin llegar a tocarlo, le dejo caer un poco de saliva justo en el centro y comenzó a pasar la lengua como si de eso viviera, aunque ya llevamos tres años de noviazgo no le he dado mi virginidad anal ya que me da miedo que me haga daño.

Él no tiene un gran miembro pero lo máximo que hemos llegado es solo la mitad de su dedo meñique, pero él no se rinde, estando ahí los dos el comenzó a tratar de penetrarme con su lengua, a mí me gustaba mucho como se sentía pero nunca llegaba a relajarme lo suficiente como para que me pudiera hacer algo más, pasando su mano hacia adelante comenzó a pellizcarme un pezón y con la otra un masaje a mi botoncito, yo estaba ya cerca al orgasmo, él se detuvo por un momento y se levantó poniendo su polla en la entrada de mi coño, todo fue premeditado ya que tenía puesto un condón.

«Este masaje es para relajarme también», dijo mi esposo colocando una mano en cada lado de mi cadera, como la punta de su polla estaba justo en la entrada de mi coño solo basto con dar un empujón, entro toda sin resistencia por nuestro estado de calentura, comenzó el vaivén y yo sentía que estaba en el cielo, sin darnos cuenta habían pasado ya 15 minutos y a mi novio se le estaba haciendo tarde para volver a salir de nuevo al trabajo, él me estaba dando mucho placer pero yo ya estaba pensando en que no le iba a alcanzar el tiempo así que lo detuve.

«Tesoro, acuéstate en el piso boca arriba»

El entendía mis intenciones y se tiró al piso, yo me agache y le puse mi trasero en su cara, hicimos un sesenta y nueve, le quite el condón y le devoraba la polla como podía, él también me estaba dando mucho placer pero por el tiempo yo siempre tenía mi arma secreta.

«Tesoro, creo que me están dando ganas de tener algo en mi agujerito, ten cuidado, sabes que soy muy estrecha» dije con voz de niña consentida, él no desaprovecho la ocasión y me empezó a lamer el ano, lo llenaba tanto de saliva como podía, con las dos manos me abría las nalgas a todo lo que daban, tengo que admitir que en esos momentos yo también quería satisfacerlo totalmente, así que empecé a dar pequeños salticos sobre la lengua de mi novio, me la estaba follando literalmente, no soy muy experta en el sexo oral pero dadas las condiciones tome la decisión de ser más agresiva, cuando mi novio colocó la punta de su dedo pulgar en la entrada de mi culito junto con su lengua yo aproveche para meterme su verga hasta el fondo de la garganta, cosa que no hago casi nunca, al sentir eso mi novio alcanzo a meter la primera falange de su dedo en mi culito y comenzó a moverlo muy rápido pero sin sacarlo, también movió sus caderas a un ritmo más rápido fallándome la boca, no resistió mucho y vacío todo su semen en el fondo de mi garganta, yo no pude contenerme, mi reacción fue sacarme su polla y masturbarlo con la mano, el sabor de su semen era algo que no probaba hacia mucho, en definitiva esa fue una tarde muy caliente.

Eran ya las siete de la noche cuando llego nuevamente mi novio de trabajar, cenamos juntos y nos despedimos ya que yo tenía que trabajar esa noche de diez a dos de la mañana, lo bueno era que el siguiente día ya no madrugaba tanto. Para ir de mesera al bar mi jefa siempre me pedía que fuera un poco más ligera, ya que eso atraía más clientes y me pagaba por comisión, no era obligatorio pero si hacía mucho la diferencia, mis compañeras vestían mas zorras de lo que era necesario, por mi condición de que tenia pareja yo no hacía mucho esfuerzo por vestirme provocativa pero en algo si me especializaba, me gustaba provocar a algunos clientes que me gustaran en situaciones que parezcan accidentales y así se quedaban y pagaban más bebidas, nunca había tenido algo que lamentar y ningún ebrio que enfrentar, lo mejor era que no estaba engañando a mi esposo porque solo era rozamientos inocentes así que cada vez era más elaborada.

Al entrar al bar no había mucha gente entonces me dispuse a organizar la nevera, recordando lo que me había dicho mi jefa decidí ver que estaba haciendo mi nuevo jefe, pase por la oficina con la excusa de preguntarle por el horario de mañana, cuando entre no me esperaba la serenidad y tranquilidad que reflejaba Fausto, incluso me sentí un poco apenada por estar ahí «vigilándolo».

«Hola Fausto, quería confirmar si mañana mi turno comenzaba a las 9 am» dije tratando de sostenerle la mirada.

«Mañana puedes venir a las 9 am, pero hoy sales a las 2 am, mi tía me dijo que hacías buenas ventas, así que estaré muy al tanto si necesitas algo», cuando termino de decir eso se levantó de la silla y pude ver que se le marcaba un buen bulto, me di media vuelta y salí a continuar con la nevera.

Cuando el bar se comenzó a llenar, entonces visualice a un tipo alto. Moreno, estaba con un grupo de varios hombres en una mesa apartada, me acerque a ellos y les tome el pedido, trataba de mirar a este hombre a los ojos pero sin parecer interesada, cuando perdía la mirada trataba de dejarme sorprender mirándole el pecho o los brazos, cuando pasaba por el lado de los hombres que me gustaban, trataba de parecer lo más inocente posible y hacer rozamientos innecesarios sin llegar a nada comprometedor, la verdad lo disfrutaba, esa noche el moreno alto me llamo 10 veces más por bebidas y cada vez yo iba aumentando las miradas, él se daba cuenta de mi interés así que también me comenzaba a mirar con un poco de descaro, ese día yo usaba una falda a medio muslo, suelta y de color negro, una blusa ajustada y ropa interior blanca de encajes, unos zapatos medio altos pero cómodos de color negro igualmente.

En la pedida numero 11 el me llamo desde el otro lado de la mesa así que fui hasta allá y se me acerco bastante, susurrándome en el oído me dijo: «Quisiera saber a qué hora sales, para conocerte mejor» yo desvele una breve sonrisa, el me miro a los ojos y se acercó para intentar besarme, en el último segundo yo gire la cara y le di un pico en el cachete, yo podía volver por donde había venido pero decidí darle una pequeña despedía a mi nuevo casi-amante, así que me di media vuelta y con la espala a él, pase lentamente muy pegadita, con mi gran culo pude sentir como se elevó un mástil de acero entre mis nalgas, pare solo un segundo y levante casi imperceptiblemente mi cola y la baje raídamente.

Seguí mi camino sin mirar atrás, tenía una calentura subiendo por mi cuerpo y necesitaba tranquilizarme, entro al baño de mujeres, hace mucho no me acercaba tanto a un hombre que no fuera mi marido, tal vez era porque todavía estaba caliente por el sexo con mi novio en la tarde pero sentía que quería más, como no alcance a sentir mi orgasmo creo que me estaba matando por dentro, pensé por un momento en mi novio pero me tranquilizaba la idea de que no lo estaba engañando, solo era algo de coquetería. Ya era a 1am, y el ambiente ya estaba cargado de licor, yo no acostumbro tomar y menos en el trabajo, me llamaron nuevamente de la mesa de mi casi-amante pero no fue el, uno de los acompañantes se me acerco y me pidió una botella de ron, yo estaba atenta tratando de escuchar ya que la música estaba muy alta, cuando siento que pasan por mi lado muy suavemente pero haciendo énfasis en rosarme mucho, subo la mirada y me encuentro con la mirada de mi moreno, no sé si era por la música o porque me tomo por sorpresa pero comenzó a abrazarme casi sin darme cuenta y acercar su cara a la mía, yo nuevamente evadí cualquier intento de besarme y volví a ver el muchacho que me estaba pidiendo más bebidas, aunque mi mente estaba más concentrada en las manos que se apoyaron en mi cintura y comenzaron a abrazarme poniendo algo grande y duro justo en la mitad de mis nalgas.

Como yo soy bajita y este moreno es alto él tenía que agacharse un poco, en ese momento pase mis límites de tocamientos con alguien que no fuera mi novio e casi inconscientemente subí un poco mi trasero, poniéndome en punta de pie muy despacio y dándole a entender a mi acosador que podía seguir con el juego que me estaba proponiendo, él con el sonido de la música estaba haciendo movimientos de cadera y por el calor que producíamos yo ya estaba cediendo más a sus intenciones, sus manos que aún seguían en mis caderas hacían movimientos tentativos de querer subir por mi blusa o meterse debajo de mi falda, pero por alguna razón las devolvía nuevamente a mis caderas, eso me alegraba enormemente porque no quiero engañar a mi novio, estuvimos en esa posición como un minuto y cada vez que el movía su cadera hacia mi gran cola yo me sentía derretir, cuando el muchacho termino de pedir yo me hice fuerte hacia atrás sincronizando con el movimiento del moreno y así despedirme de el con un último restregón, lo que no me había dado cuenta es que varias personas me estaban mirando, entonces él llama mi atención con una caricia en mi espalda y siento claramente como baja la mano, yo rápidamente paso mi mano junto con la de él y me doy cuenta que con el movimiento de hace un momento la falda se me había subido hasta casi comenzar mis nalgas, con las manos juntas y al mismo tiempo bajamos mi falda a su estado natural y el de paso aprovecha y me da un apretón en mi nalga derecha.

Yo estaba sonrojada por todo lo que acababa de pasar, me retire rápido a la barra y solicite las bebidas, mientras me las servían me dirigí nuevamente al baño, mirándome al espejo sentía que había permitido algo que no debía ser, me prometí en ese momento que no iba a continuar más con ese juego, aunque había algo que me estaba preocupando mucho y era el hecho que tenía las bragas súper mojadas, estaba muy húmeda y no me estaba sintiendo cómoda, hace años no me mojaba de esa manera, así que tome la decisión más obvia, me quite las bragas y las guarde en mi bolsillo, tenía planeado no interactuar más con mi moreno ni con nadie más para evitar cualquier malentendido, yo siempre he sido una mujer fiel y no quería ser una zorra como mis compañeras, salí del baño y tome el pedido de la barra y lo lleve a la mesa del moreno, por la hora esa era la última ronda de tragos que iba a llevar, cuando llegue a la mesa no se podía distinguir bien donde estaba el muchacho que me había pedido el trago ya que había un poco de humo y la luz era muy mala, la oscuridad camuflaba muchas cosas, deje el trago en la mesa y cuando visualice al muchacho de los tragos le comente acerca que iba a ser la última ronda, me voltee para volver a la barra pero al dar el primer paso me encontré de frente con el moreno, venia de bailar, me pregunto: ¿Ya te vas?,

Pensé que venias a despedirte, yo no le conteste y solo le mire a los ojos, le sonreí y pase a su lado queriendo volver a la barra pero algo me detuvo, parece que alguien había tirado bebida en el piso casi llegando a la barra, entonces le avise a una de mis compañeras y fue a limpiar de mala gana el piso, yo mientras tanto ya estaba alistando todo para el cierre, ya era la 1:45 y se había cerrado, no hubo más encuentros con el moreno pero yo todavía estaba excitada, estaba esperando la hora para poder ir a la casa y follarme a mi esposo, cuando ya estaba todo listo mi jefe me llamo a su oficina, era un cuarto de 3×3, había un escritorio u al lado un sofá pequeño, él estaba sentado llenado algo en el computador y me pidió que me sentara en el sofá, tan pronto me senté él me dijo:

«Fiorella, quiero ser sincero contigo, te llame porque quiero proponerte un negocio, ¿puedes regalarme unos 30 minutos más de tu tiempo?»

Yo, aunque un poco sorprendida pensé que sería mejor escuchar que tenía para proponerme, «Fausto, es un poco tarde para eso pero me gustaría escucharlo.»

Mira Andrea, estuve revisando el negocio en general y veo que podrías ayudarme más en la parte administrativa que de mesera, mi tía me contó acerca de tus estudios y tu sueldo incrementaría lo suficiente para que solo trabajes de día y no tengas que estar lejos de tu esposo en las noches, que te parece?

«Claro Fausto, pero está seguro que su tía estará de acuerdo con ese ascenso?

«De eso no te preocupes, ya hice las cuentas y no habrá necesidad de discutirlo dos veces con ella, pero hay algo que si tenemos que aclarar»

Intrigada le pregunte «yo estaría muy feliz de aceptar así que ¿Cuál es su inquietud?

En ese momento Fausto se paró de la silla y se dirigió a mí, estaba un poco intimidada ya que se quedó un poco pensativo mirándome, se volteo y me mostro la pantalla de la PC.

«Estuve mirando cual de ustedes como meseras podría ocupar mejor el puesto pero creo que este video es la clave para tomar mi decisión»

Delante de mi apareció la imagen de la cámara de seguridad que está instalada dentro del bar, donde se veía claramente todo lo que pasaba, a pesar de que el bar era oscuro la cámara tenia visión nocturna y una muy excelente resolución, el video me dejo de piedra, con los ojos cerrados y con un moreno a mi espalda se veía como si me estuvieran follando la cola duro pero lentamente, por la falda levantada, la posición que teníamos y el Angulo de la cámara no se podía distinguir si me estaban o no penetrando. En ese momento se me vino el mundo encima, no supe que responder y solo pensaba en mi novio, mire con temor la cara de Fausto y le dije:

«Yo sé que parece muy comprometedor pero le juro que ahí no pasó nada, yo soy una mujer comprometida y nunca que engañado a mi novio con otro hombre»

«Fiorella, no se preocupe, yo no voy a hacer público este video, y tampoco quiero que le sea infiel a tu novio conmigo, aunque tener relaciones con los clientes está prohibido no entiendo como espera que le crea que no pasó nada con ese hombre»

«Yo no hice nada con él, solo le coqueteaba un poco y se salió de control, aunque en ningún momento el me toco ni yo a él, solo fue un pequeño baile»

«Para ser directo contigo quiero proponerte lo siguiente, necesito que me hagas un baile como el que le hiciste a ese hombre, ese culo que tienes me trae loco desde el primer momento que lo vi, todos vamos a ganar, voy a borrar el video, te voy a ascender y lo mejor es que no vas a engañar a tu novio»

Mientras decía esto él se sentó en el sofá al lado mío, se bajó los pantalones y se dejó el bóxer puesto, se le veía que tenía una verga de buen tamaño y muy gruesa, yo no me esperaba nada de eso, sentía que no era mi vida la que ese día estaba viviendo.

«Que pasa si no quiero» pregunte con voz tímida

«Nada, sigues de mesera y el video no se borra, se lo muestro a mi tía y ella tomara la decisión acerca de tu caso.»

Necesitaba el dinero, no iba a engañar a mi novio y lo mejor era que me iban a ascender, así que le pregunte:

«Como me garantiza que me va a ascender?»

«Mira lo que está encima del escritorio»

Me pare y mire un documento donde describía mi nuevo cargo, tenía mi nombre, el sueldo que era un poco más del doble y ya estaba firmado por él.

Volví a mirarlo y se había sacado la verga y se la estaba tocando despacio, era blanca y venosa, hizo que algo en mí se encendiera y sentí como me empezaba a humedecer de nuevo.

«Mira, no se bailar como creo que quieres que te baile, así que no sé cómo va a funcionar esto»

«Sencillo, ven, súbete la falda y siéntate en mi regazo, ambos tenemos ropa interior puesta así que no va a ver penetración y yo tampoco voy a intentar tocarte, solo mis manos en tu cintura»

Se acostó a lo largo del sofá y yo pensaba mientras tanto, Que mal, yo no tenía ropa interior y el tenía la verga afuera, así que le pedí que se la metiera dentro del bóxer, cuando lo hizo yo hice muy despacio lo que me pidió, pude sentir la tela de su bóxer apoyada en mis labios, cuando me termine de sentar sentía que había mojado todo de lo húmeda que estaba, mi respiración aumentaba pero yo trataba de concentrarme,

«Uff, estas mojada y caliente, creo que ambos vamos a disfrutar mucho de esto»

Me tomo de la cintura y comenzó a moverme muy despacio de atrás para adelante, eran movimientos suaves y cortos, yo sentía como cada vez más su verga palpitaba más fuerte, cuando él se puso el bóxer se la acomodo mirando hacia arriba mirando a su ombligo, por mi gran trasero yo sentía como la punta de la verga se había salido por el elástico del borde y se acomodaba en medio de mis nalgas, yo estaba cada vez más excitada, esa herramienta era muy tentadora pero yo estaba segura que iba a serle fiel a mi novio, no había pasada nada todavía.

El movimiento cada vez era más alargado y sus manos cada vez me detenían más tiempo cuando me tiraba hacia él, quedando la punta de la verga cada vez más cerca de mi coño, mis flujos ya habían empapado todo el bóxer de Fausto y yo hasta alcanzaba a sentir las venas, todos en el bar ya se habían ido pero un sonido familiar me saco del trance, en mi bolsillo comenzó a vibrar mi celular, me detuve un poco y vi la pantalla donde decía «Esposito», que momento tan malo para llamarme, así que lo puse en silencio y lo iba a meter en mi bolsillo cuando Fausto dijo

«Es mejor que le contestes, así no se preocupa ya que es muy tarde, son las tres y tu salías a las dos»

Él tenía razón así que volví a tomar el teléfono y le conteste

«Hola amor, estas bien, es tarde paso algo en el bar?»

«Hola bebe, no solo que hubo que cuadrar cuentas –no, por favorrr»

Fausto había metido una mano debajo de mi falda y se estaba bajando el bóxer, mientras me decía al oído.

«Mira que andas sin nada debajo de esa falda y quieres que crea que no pasó nada con ese moreno, yo soy un caballero y voy a cumplir mi palabra, no va a ver penetración pero por lo menos déjame disfrutar mejor ese culazo que tienes»

«Amor no entiendo, que quieres que pare» dijo mi novio al otro lado del teléfono que sin saber lo que pasaba.

«No nada, es que mi compañera se quiere ir y no me quería esperar»

Mientras yo decía eso Fausto volvió con el movimiento de caderas, ahora sin nada entre nosotros sentía claramente el tronco abrir mis labios, rozar mi clítoris y la punta casi tocar mi ano, Fausto seguía haciendo cada vez más énfasis en demorarse más cuando me tenía así.

«Amor, creo que es mejor que termine esto y cuando este en camino a casa te llamo, para así terminar más rápido –ahí nodo»

La punta de la verga de fausto se había atascado un poco contra mi ano, haciendo un poco de presión pero no había entrado nada.

«Vaya que si me decías la verdad, creo que esto no se ha usado nunca» dijo Fausto en voz alta mientras retomaba su movimiento de caderas

«»Que ha sido eso amor? Pensé que estabas sola con tus compañeras?»

«No amor, es el guardia de seguridad del bar, nos acompaña mientras cerramos.

«Bueno mi chaparrita, entonces acá te espero»

«ahiii nooo»

«que paso ahora cielo»

«ahiii, es que me ufff lastime un poco,  la muñeca… chao… chao…  adiosss»

Tuve que colgar porque en ese momento estaban unos 5 cm de verga de Fausto dentro de mi coño, aunque yo era consiente que fue accidental, por la cantidad de humedad que tenía entro como un jabón, lo único que lo freno fue el grosor que tenía, Fausto aunque se había detenido no resistió la tentación y comenzó a moverme de nuevo, yo sentía que me estaban partiendo en dos, pero no era solo dolor lo que sentía, de hecho era mucho más placer de lo que me imaginaba.

«Fausto para, ese no era el trato»

«Tienes razón, pero si paro ahora todo se cancela e igual rompo el contrato»

«Está bien pero no puedo serle infiel a mi novio, eso no es justo…»

Fausto se detuvo y me empezó a levantar, el pedazo de verga que me había entrado comenzaron a retirarse de mi interior, yo me sentía vacía, quería más pero no podía engañar a mi novio, debía ser una buena novia…

«Fiorella, tengo la solución para que los dos ganemos», diciendo esto nos paramos los dos del sofá.

«Pon ambas manos en el escritorio e inclínate un poco»

Yo hice caso sin entender muy bien que era lo que quería, me levanto la falda hasta la cintura y se agacho, pude sentir su respiración justo al frente de mi coño.

«Andrea, yo lo único que quiero es disfrutar de tu hermoso culo, así que si me dejas Lamerlo y después hacerme una paja con el creo que cerraríamos el trato»

«Está bien pero no te pases de nuevo…»

Fausto comenzó a comerme el culo, pasando la lengua lentamente por todo mi agujero, ambas manos me separaban las nalgas y me magreaban al mismo tiempo, después de un momento comenzó a comerme el coño y se alternaba, yo ya estaba muy cerca del orgasmo, sentía que en cualquier momento me llegaría, cuando sentí su lengua empezar a evadir mi agüerito me llego otra clase de placer, no era el mismo pero tampoco era malo, duro como 10 minutos que fueron muy tortuosos para mí ya que siempre que estaba a punto de llegar a mi orgasmo se paraba y me intentaba abrir más mi agujerito con los dedos y la lengua. Se detuvo y saco algo del bolsillo de su pantalón que reposaba al lado del sofá.

«Te voy a aplicar aceite para poder pajearme con tu enorme trasero, no te preocupes que esto va a acabar pronto, además el aceite también es caliente y tiene un ingrediente que lo hace calmante de dolores»

Sentí que bajaba por la raya de mis nalgas un líquido caliente y espeso, con la mano el me lo comenzó a esparcir por todo el canalillo hasta terminar en mi agujerito que por todo el trabajo que le hizo estaba ya un poco dilatado, sentí como en un momento utilizo dos dedos para que el líquido entrara un poco en el interior de mi agujerito, volvía mirarlo y observe como se esparcía aceite por la verga, estaba medio roja y palpitante, la puso en medio de mis nalgas y comenzó a moverla como si de una cubana se tratara. Cada vez que tomaba impulso la punta de la verga baja un poquito más acercándose peligrosamente a mí agujerito, yo estaba súper mojada, sentía que mi vagina goteaba de lo mojada que estaba.

Fausto se movía más fuerte y rápido, en una su verga bajo mucho y de un resbalón entro de un solo golpe en mi cerrada pero muy babosa y húmeda vagina, sentí como si me hubiese desvirgado y pegue un grito de placer, él se quedó quieto dentro de mí y sentía como palpitaba su verga dentro de mí y yo sentía unas cosquillas riquísimas, sentía que mi vagina succionaba esa enorme verga gruesa, el me tomo fuerte de las cadera y empezó arremeter contra mi unas cinco veces y tuve un rico orgasmo en su verga que se la moje toda y el saco su verga de mi vagina. Sentía que me temblaban las piernas.

«Fiorella, creo que tu teléfono está sonando de nuevo» diciendo esto vi como el me alcanzaba el celular pero yo no lo había escuchado sonar, se me hizo un poco extraño, cuando vi la pantalla había una llamada saliendo de él y contestaron…

«Hola amor, ya vas saliendo de tu trabajo?» Era mi novio al otro lado de la línea, el muy imbécil de Fausto lo había llamado mientras me pasaba el teléfono…

«aaa… noooo… aaaa» La punta de la verga de fausto había entrado en mi colita y se había clavado unos 5 cm en mi interior, el dolor era fuerte pero empezó a bajar rápidamente.

«Amor que paso? Quieres que vaya a recogerte???»

«No amor, ufff, mmm, ess, que, se… marco… sin culpa el celular… aaaa, nooo mas, por favor» Otros 5 cm de verga estaba entrando en mi culito, despacio Fausto presionaba su verga contra mi culo y por el aceite iba entrando centímetro a centímetro por mi ex-virginal agujero…

«Que pasa amor, ya me estas asustando…»

«novio mio, perdóname… es que aaaa, me estan… cla… sobando la muñeca que me lastime… y me duele…»

Fausto comenzaba tomar más confianza y sacaba un poco de verga y metía nuevamente, ya tenía casi toda la verga dentro pero lo que más me preocupaba es que me estaba empezando a gustar, y mucho…

«Te llamo… cuando terminen de… aaaa, abrirme… el –la… mano.. sobar… la… mano» se comenzaban a escuchar los sonidos del choque de las bolas de Fausto contra mi coño, el muy Imbécil me estaba ya follando en toda la gloria mi culo, sentía mucho dolor pero no quería que parara…

«Bueno pero no te demores…»

«Aa, si, esoo… chao… chao… »

El mete saca era cada vez más fuerte y a mí me estaba encantando, con un gemido al unísono ambos comenzamos a venirnos al mismo tiempo

Aaa que rico aaaa, gritaba Fausto

Nooo pares aaa dame durooo, fuerteee, aaaa, mi culooo.

Mi mano hace rato se había pasado a mi coño y lo estaba acariciando haciendo que me fundiera en el orgasmo más rico de mi vida…

Cuando Fausto saco su verga de mí, empezó a salir semen en grandes cantidades de mi culo, realmente no me dolió pero es que tampoco lo sentía, estaba abierto, muy abierto…

«fiorela, creo que mañana te puedes tomar el día libre, no sé cómo vas a hacer para explicarle esto a tu novio pero yo doy fe que le has sido fiel»

Mire a Fausto, no dije nada, tome mis cosas y me retire de la oficina al baño a asearme

Esa noche tuve que decirle a mi novio que me dolía todo e inclusive lo convencí que debíamos dormir en camas diferentes para que no me lastimara de noche sin querer.

A partir de ese día tengo un mejor trabajo y le di a los pocos días la «prueba de amor a mi novio que tanto quería», aunque a veces dejo que Fausto y el moreno disfruten un poco mejor mi gran y hermoso trasero.

Gracias por sus cometarios.

Si gustan pueden escribirme, respetuosamente y tener una linda amistad y yo con gusto les responderé cada vez que pueda

[email protected].

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