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Primera vez con dos hombres y ninguno era mi esposo
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hola soy Yesica y siguiendo con mi relato anterior les cuento que con mi jefe Adrian cachondeábamos delicioso durante el trabajo. A escondidas en su negocio él chupaba mis hermosas tetas mientras acariciaba mi vagina sobre la ropa, aunque con prisas y los nervios de ser descubiertos, de vez en cuando me provocaba ricos orgasmos. A mí me gustaba hincarme frente a él y chupar su gorda verga y saborear sus venidas. Eso era lo más que hacíamos, pues siempre había gente en el cybercafé o su esposa estaba con nosotros. Coger, no lo habíamos repetido.

Adrian tenía un amigo de nombre Jorge, el cual lo visitaba a menudo en el negocio y de vez en cuando tomaban algunas cervezas estando su esposa y yo presentes. Aunque también hubo ocasiones en las que su esposa no nos acompañaba. Hicimos buena amistad.

Debo decir que Adrian me pagaba mucho más de lo que empecé ganando, pues los favores sexuales que le hacía no eran gratis, le pedí que aumentara mi sueldo y él accedió. Así ganaba más que mi novio y podíamos ahorrar más para nuestra casa, diciéndole que yo hacía muy buen trabajo y por lo bien que iba en el cyber mi jefe había aumentado mi sueldo, razón suficiente que Gery creyó.

Adrian y Jorge no eran lo que se pudiera decir unos galanes, no eran guapos. Muy tímidos y serios, eso sí muy confiables y agradables. De esos amigos cómplices que se saben guardar secretos, aunque pervertidos y muy calientes.

Creo que en su amistad Adrian le contó a Jorge de las travesuras que hacíamos. Así que eran muy frecuentes sus visitas al cyber y siempre con unas cervezas que compartíamos los tres. Entre pláticas y confianza llegaron a hacerme una pregunta hipotética de cuánto cobraría por hacer un trío con ellos e hipotéticamente les dije un precio alto, entre risas comentaron que debían ponerse a ahorrar. Su propuesta me puso muy caliente y quien disfrutó de esa calentura fué mi novio, pues apenas regresé a casa le hice el amor tan rico y yo con la idea del trío con Adrian y su amigo, tuve unos ricos orgasmos. Satisfecha con mi novio.

Adrian y Jorge planearon todo. Se escaparían de la esposa de Adrian diciéndole que irían a arreglar unas computadoras juntos, mientras ella se quedaba en el cyber y para mí era el día de descanso. Me preguntaron si me animaría a hacer el trío pues ellos ya habían juntado el dinero, yo hacíendome un poco del rogar terminé por aceptar. Gery trabajaba ese día así que no tendría problema en salir con ellos.

Me vestí con liguero y medias que siempre me han encantado y un brasier transparente que dejaba ver mis pezones. Todo esto bajo unos jeans y blusa discreta. La sorpresa era para dejarlos boquiabiertos dentro del motel.

Pasaron por mí en su coche y nos dirigimos a un motel retirado, entramos sin problema. Estaba muy excitada por lo que iba a pasar y el hecho de cobrar me tenía caliente y nerviosa. Entramos al cuarto y Adrian prendió la tele buscando un canal porno mientras Jorge, con timidez me entregaba un sobre con la cantidad de dinero que les había dicho. Ambos se sentaron en la orilla de la cama y me causaron una especie de ternura que me hizo sonreírles. Les hice señas para que se pusieran de pie y quedé entre ambos. Me besaba en la boca con Jorge mientras Adrian me acariciaba las nalgas y tetas desde atrás, estaban ansiosos por desnudarme, dejé que lo hicieran a su modo pues para eso me habían pagado. Se tomaron muy poco tiempo para apreciar mi lencería, para ellos no fue importante, en pocos minutos mis medias, liguero y brasier estaban en la cama. En segundos estábamos desnudos los tres. Cuatro manos y dos bocas recorrían mi cuerpo, parecían desesperados por penetrarme, pero mis planes eran otros. Los tomé por sus vergas y los recosté en la cama uno al lado del otro y de rodillas sobre ellos empecé a mamarles alternadamente sus vergas, casi del mismo tamaño aunque la de Adrian más gorda. Ellos gemían y se retorcían entre mis labios, con delicadeza acariciaban mi cabello mientras se la chupaba a uno y a otro. No quería que terminaran pronto así que cuando empezaban a gemir como si se fueran a venir, apretaba con fuerza las bases de sus vergas y dejaba de chupárselas y así hice varias veces. Quería hacerlos venir al mismo tiempo como en las películas que veíamos, ellos de pie sobre la cama y yo hincada entre ellos, mientras acariciaba sus huevos se vaciaban sobre mis labios y yo dejaba salir su esperma resbalando por mi cuello hasta llegar a mis tetas. Exprimí sus vergas con mis manos, saqué hasta la última gota. Se notaban satisfechos pero todavía faltaba mucho más.

Entré a limpiarme al baño, al salir ellos tenían la mirada en la televisión y las vergas duras de nuevo. Me acosté entre ellos. Jorge se puso entre mis piernas, con delicadeza retiró mi tanga y se dispuso a penetrarme, pero antes de que lo hiciera le pedí que me hiciera sexo oral, sin dudarlo hundió su cara entre mis piernas, yo escurría de deseo así que mientras disfrutaba de la boca de Jorge me besaba con Adrian al tiempo que acariciaba su verga y luego de un rato la metí en mi boca. Me sentía tan caliente y tan puta que disfrutaba estar abierta de piernas y con una verga en la boca, no tardé en venirne sobre los labios de Jorge quien disfrutó de mi orgasmo y siguió jugando con su lengua en mis labios vaginales prolongando mi disfrute.

– Hagan lo que quieran, soy toda suya. Sólo no se metan con mi ano – Les dije dispuesta a ser su muñeca sexual por el tiempo que nos quedaba en el motel. Con condones puestos fue Jorge el primero en entrar en mi vagina, levantó con sus brazos mis piernas y metía y sacaba su verga haciendo el papel de actor porno mientras Adrian, dándole la espalda a su amigo, hacía el mismo movimiento en mi boca y yo apretaba mis labios alrededor de su verga tratando de que sintiera el mismo placer que si estuviera en mi vagina. Yo acariaba mi clítoris y alcanzaba un orgasmo intenso, con gemidos ahogados por la verga de Adrian en mi boca, pero bien disfrutado.

Hacerlos venir al principio les dio mucho batería y aguante. Así parecía que no tenían para cuando terminar. Adrian me puso de perrita a cuatro patas y metió su verga en mi rajita, disfruté de su grosor que me estimulaba muy rico, mientras Jorge acomodaba su verga a la altura de mi cara para que se la chupara, lo cual hice y él tomaba mi cabeza, embistiendo mi garganta muy rico y provocándome una que otra arcada, pero yo estaba tan caliente siendo usada así, para mí era una nueva sensación, la sensación de infidelidad me hacía disfrutar mucho más. Los dos se vaciaron en mí casi al mismo tiempo, llenos de sudor, el condón de Adrian lleno en mi vagina y de mis labios escurriendo el semen de Jorge mezclado con mi saliva. Todo muy parecido a una película porno.

Me metí a bañar y ellos entraron al baño tras de mí, el agua sobre nuestros cuerpos reavivó nuestras ganas, se pusieron duros de nuevo. Así que mientras enjabonaba sus vergas y acariciaba sus huevos, inclinada les volví a mamar sus ricas vergas, mientras ellos enjabonaban mi vagina y sin querer pasaban sus dedos por mi ano provocándome un cosquilleo muy rico que hacía que moviera mi hermoso culo en círculos. Intercalaba mis mamadas en una verga y en otra mientras cuatro dedos jugaban dentro de mi vagina poniéndome más caliente de lo que ya estaba.

En esa posición me sacaron del baño sin secarnos el agua. Hincados sobre la cama y yo a cuatro patas seguí chupando sus vergas y ellos jugando dentro de mi vagina, encontrando el modo de hacerme venir intensamente que tuve que sacar sus vergas de mi boca para gemir con libertad y dejando caer mi torso sobre la cama, disfrutando ese orgasmo.

Con la vagina escurriendo me incorporé para recostarlos boca arriba y poniéndoles condón a cada uno monté primero a Adrian, entrelacé sus dedos de las manos con los míos y comencé un sube y baja sobre su verga intentando hacerlo venir. Me moví en todas direcciones mientras él gemía y trataba de aguantar su orgasmo pero no se lo permití, al ver que ya no aguantaba más aceleré mi movimiento haciéndolo gemir intensamente y vaciándose dentro de mí. Me incliné sobre él dándole un beso en la boca a manera de agradecimiento.

Me recosté boca arriba a un lado de Jorge, abrí mis piernas y él sin perder tiempo metió su verga en mi vagina, levantó mis piernas hasta sus hombros y comenzó unas embestidas bien ricas que el golpeteo de su cuerpo sobre el mío me excitaba mucho, al igual que sentir sus huevos rozando mis nalgas. Mientras trataba de abarcar lo más que podía de mis tetas sirviéndoles de apoyo para mantener el equilibrio. Yo tomaba sus manos con las mías y las movía en círculos sobre mis tetas mientras él apresuraba sus metidas en mí buscando su orgasmo y en unos instantes más, llenaba el condón dentro de mí. Se dejó caer sobre mi cuerpo y así, estando abierta de piernas recibiendo los últimos espasmos de su verga, lo atraje a mis labios de la misma forma que con Adrian, comiéndome sus labios en un intenso beso. Mi forma de agradecerle a los dos por el rico sexo y la buena paga que me dieron.

Ya teníamos que salir del motel, así que nos empezamos a vestir. Fue hasta que me volví a poner mi lencería que ellos me dijeron lo bien que me veía, aunque tarde, agradecí sus piropos.

Pasaron a dejarme cerca del cuarto donde rentábamos con mi novio y yo esperando que aún no hubiera llegado. Al entrar y ver que no estaba, guardé el dinero que había ganado con el sudor de mi cuerpo y me desnudé quedándome en la lencería que había usado para Adrian y Jorge. Esperé así desvestida a Gery, quien al entrar y verme así, me hizo el amor mientras acariciaba mis piernas y tetas sobre las medias y mi brasier transparente. Su saliva en mis pezones y los fresco de su aliento me los ponían más duros. Yo trataba de tomarlo de las nalgas para atraerlo más dentro de mí, pero no había necesidad, él desde siempre ha sabido cómo llenarme y yo sabía volverlo loquito vestida así. Mi calentura por el trío recién hecho me tenía a mil, nos pusimos tan intensos que no pude evitar arañar su espalda cuando nos veníamos al mismo tiempo en un intenso orgasmo de los dos. Diciéndome como siempre cuánto me ama y yo respondiéndole de la misma forma. Felices, satisfechos y enamorados.

Sentía un poco de culpa pero siempre nos ha ganado la calentura, debía encontrar el modo de decirle a Gery la cantidad que me había ganado. Y la forma de decírselo llegó de una manera inesperada y de alguna forma complicada. Pero bien librada. Lo escribo en el siguiente relato.

Si alguien quiere comentar, he descubierto al leer algunos comentarios de otros relatos que me excita lo que escriben. Así que quien guste, bienvenidos sus comentarios.

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