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Quiero coger con un hombre mayor

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“Mi nombre es Yessenia y tengo 18 años. Vivo en la Florida, pero soy hondureña. Encontré su perfil en esta plataforma y créame que no busco un “sugar daddy”, lo que busco es una buena experiencia con un hombre mayor y que tenga mucha experiencia sexual. Usted me parece un hombre muy elegante y por su descripción y leer lo que busca, creo que usted es la persona que yo también estoy buscando. Yo no tengo mucha experiencia sexual, pero he tenido la mala suerte de encontrarme con dos chicos de mi edad y al igual ellos no tenían mucha experiencia tampoco. Me gustan los hombres mayores y elegantes como usted, pero nunca me he atrevido a acercarme a alguno, quizá porque no tengo confianza con ninguno y la mayoría han sido mis profesores o amigos de mis padres. Usted es un desconocido y quizá por eso me interesa. Yo no vivo muy lejos de su ciudad y si está interesado espero su respuesta. Un beso… Yessenia.”

Este fue el primer texto que Yessenia me escribió hace tres semanas, aunque yo lo leí hace unos diez días atrás. La contacté inmediatamente y ella se sorprendió pues ya habían pasado días sin respuesta. Intercambiamos teléfonos y correo electrónicos y de esa manera nos conociéramos mejor, pero ya para el tercer día de contacto ella estaba decidida de dar ese paso para un encuentro. Desde el primer momento fue toda una plática con sentido sexual, eso era lo que ella buscaba todo el tiempo y me decía que se calentaba demasiado con solo hablar conmigo y que literalmente deseaba coger con un hombre mayor como yo, pues me decía que le parecía guapo y que desde la primera llamada había sentido esa química. No lo dejamos para más y este pasado viernes nos pusimos de acuerdo en encontrarnos en un motel de su sugerencia en la ciudad donde ella vive y que lo haríamos usando protección porque ella no está en control de natalidad. Salí rumbo al hotel el cual el GPS me indicaba me tomaría dos horas y seis minutos en llegar.

Llegué a eso de las nueve de la mañana, una hora antes de lo acordado. Encendí la tv sin la intensión de mirar nada y me dediqué ha revisar de nuevo las fotos que Yessenia me había compartido y donde se mira con pantalones bastante ceñidos, con minifaldas donde se le miran unas bonitas y alargadas piernas y quizá la única comprometedora donde se muestra con una tanga blanca mostrándome el trasero y otra de enfrente donde se cubre los pechos con sus manos y brazos. Me hablaba de que media un metro y sesenta centímetros y que era delgada con pechos medianos. Viendo la foto se miraba muy sensual, de esas flacas petit que me encantan con un culito redondito y que se miraba sólido. Pasa el tiempo y ella me llama diciendo que está en el estacionamiento. Yo ya le he dado el número de habitación e irónicamente es el numero 69 lo que nos hizo reír a ambos y que posteriormente lo practicábamos dándole sentido a la coincidencia.

Le abrí la puerta al tocar y veo que llega con un vestido de tubo de color fucsia y cuya falda era corta que se le miraban los muslos de su pierna muy sensuales. Le di un beso pequeño en la boca y ella correspondió el beso dándome un cumplido de como me veía. Iba vestido formalmente, incluso corbata, pero sin el chaleco del traje. Ella miró alrededor de la habitación, se acercó a la cama y luego a una ventana donde se aseguró en que la cortina estuviera bien cerrada. Me dijo que pasaría al baño y quizá solo pasó a inspeccionarlo o darse un retoque que no escuché el desagüe de nada. Iba bien maquillada, ojos delineados, labios bien pintados y un tono rosa en sus mejillas. Debo decir que su rostro no es de los más bellos que he visto, pero tampoco es fea Yessenia. Creo que su cuerpo llama la atención, de esos cuerpos esculturales y bien tonificados y con un trasero redondo mediano que se notaba igual de tonificado. Esta chica iba a lo que iba y saliendo del baño me dijo de esta manera:

-Ya estamos aquí ambos… quiero que me enseñe de todas esas cosas que me han calentado tanto cuando hemos hablado por teléfono. Solo dígame que no lo he decepcionado… ¿soy la persona que esperaba?

-Definitivamente no decepcionarías a nadie y creo que eres más linda que las fotos que me enviaste. – le contesté sinceramente.

-Usted se mira también más guapo en persona y definitivamente más alto de lo que imaginé. Dígame… ¿Qué me va a enseñar?

-¿Tú has desvestido a un hombre alguna vez?

-No… ¡nunca!

-¡Me lo imaginé! Ven, acércate y desnúdame.

Creo que a todos los hombres nos gusta desnudar a las mujeres e incluso lo hacemos todo el tiempo con la imaginación, pero también creo que es algo que las mujeres también pueden disfrutar y especialmente una chica de solo 18 años y con la poca experiencia que Yessenia me había comunicado que tenía. Se acercó y comenzó a removerme la corbata, luego desabotonó mi camisa y se acercó a mi pecho y me dijo: -Te miras jovial, tienes una piel muy bien cuidada… no aparentas los años que dices que tienes. – Me removió el cinto y desabotonó mi pantalón y a este lo dejó caer y quedé solo con mi bóxer. Mi verga todavía no reaccionaba a esta aventura y Yessenia me pedía que me sentara en la cama y poder removerme los zapatos. Hincada ante mi me miraba a mi rostro y una de sus manos la introdujo en la manga del bóxer y me tocó la verga y esta ahora si comenzó a reaccionar. Ella solo me dijo:

-¡Se siente grande!

-¿La quieres ver?

-No solo la quiero ver… se la quiero mamar. Usted me tiene caliente.

-¿Qué tan caliente te tengo?

-Tengo ya las bragas empapadas… ¡Usted me excita demasiado!

-Bueno, si quieres comenzar mamándome la verga deja te remueva tu vestido para no salpicarlo de ningún fluido. ¿Te parece?

Se puso de pie ante mi y solo levantó los brazos y yo bajé un cierre y aquella tela cayo dejándome ver un sostén y una tanga de color negro. Le removí el sostén y ante mi quedaban dos melones de medio tamaño y pezón de piel clara. La acerqué hacia mí y le di un masaje con mi lengua a cada uno mientras ella me sostenía con sus manos la cabeza y miraba como se le erizaba la piel. Definitivamente estaba caliente, pues ya esa tanga se podía ver muy húmeda, pero no se la quité en ese momento. Seguí sentado a la orilla de la cama y Yessenia se volvía a hincar y comenzó con una felación divina que aquello de lo inexperta parecía ser una mentira. En esta posición le dio una buena chupada a mis huevos y paseaba su lengua por mi perineo que, pensé iba llegar hasta mi ojete. Estaba rica la mamada y hasta sentí que intentaba hacerme una garganta profunda y supe de lo caliente que estaba esta joven chica de solo 18 añitos.

Le dije que me tocaba a mi y ella me dio una advertencia: -Póngase el condón, que no creo que aguante tanto y quiero que me haga correr con esa verga. Se puso en posición de misionero y le he abierto las piernas y hecho la tanga de un lado la cual estaba super mojada y he saboreado su conchita de jugos frescos y salados que disfruté por dos minutos y ella me interrumpió diciendo: -Tony, métemela, que ya me va a hacer correr. – Ya tenía el condón puesto, solo me lo ajusté en algo y lentamente de forma como hincado ante ella le he puesto el glande en su abertura y este desaparece lentamente. Empujo un poco y esa conchita se sentía apretada típica de una chica flaca, de este tipo de cuerpo. Ella me ponía freno con sus manos, pero eventualmente mis 21 centímetros se hundieron y podía ver el rostro de Yessenia y esas expresiones eróticas disfrutando de mi verga y ella como que me halo hacia ella y le he dejado caer el peso de mi cuerpo y ella solo me abrazaba y me decía: ¡Que rica se siente tu verga! No la imaginaba así de grande, pero que delicioso se siente. – Me decía casi gimiendo.

Comencé con un vaivén semi lento, pero con estocadas fuertes y eso fue lo suficiente para encaminarla a la gloria. Fruncía sus labios y me agarraba las nalgas halándolas en contra de ella y no pudo más y de repente solo me lo decía repetitivamente: -¡Me corro, me corro! No pare… métame los huevos si quiere, pero no pare. Se le escapaban algunos gemidos y era delicioso ver a esta chica haciendo todos aquellos gestos cuando se corría. Me volvía a poner hincado y le metía y sacaba la verga en esa posición y me dio esa sonrisa erótica de satisfacción cuando abría sus ojos. Pensó que yo también me había corrido, pero cuando le aclaraba lo contrario me preguntó: ¿Cómo quiere ponerme?

La puse en posición de perrito a la orilla de la cama y esta vez sí le quité su tanga mojada y pude observar una conchita totalmente depilada, de labios gruesos y clítoris bastante pronunciado. Ese ojete era precioso y en sí, ese paisaje de tenerla en cuatro con ese redondo culito la verdad que era un poema. Quizá no se lo esperaba y me agaché a meterle mi lengua a ese ojete. No sabía cómo iba a reaccionar, pero le habrá gustado tanto que solo me respondió con un gemido diciendo: -Uf… ¡Qué rico! -Pasé de nuevo a hundirle mi verga en su conchita y podía ver a la vez como esta chica contraía el ojete. Comencé a taladrar la conchita y podía escuchar ese aplauso de sus nalgas y mi pelvis y pasé a también a frotarle con mi pulgar derecho el ojete a esta chica mientras mi verga entraba y salía haciendo ese erótico chasquido de nuestras secreciones. Eso de sentir mi pulgar en su ojete como que la encendió y me lo dijo de esta manera: -Usted si sabe coger… de pronto me hace acabar de nuevo.

Lo que quizá una chica de su edad no sabe, es que un hombre de mi edad tiene más control en la eyaculación y en mi caso se cómo cambiar de mentalidad para no eyacular sino hasta cuando yo quiera. Arremetí contra esa conchita y la cama crujía a los compas de ese vaivén del mete y saca. Y a todo esto, mi dedo pulgar se hundía en el culo de esta linda chica de nombre Yessenia. Le echaba saliva a mi dedo y se lo hundía de nuevo y esta chica solo eran gemidos que me hubiese gustado ver las expresiones de su rostro. Diez minutos de embates a todas velocidades y a aquella chica se le volvían a despejar los cielos y cuando gritaba la tomé de sus brazos con los cuales se apoyaba en la cama, se los hale hacia mi y su cuerpo quedaba como en el aire y aquel ruido del cacheteo se hizo más intenso aún. Yo no me quise correr porque quería impresionarla y terminar mi primer polvo en su culito del cual me dijo estaba virgen.

Esto ya lo habías platicado por teléfono y ella estaba dispuesta a hacer el sexo anal, pues lo había mirado en películas, pero a ella sus dos anteriores machos de quienes describía de inexpertos como ella, nunca se lo habían pedido. También me contaba que era primera vez que se corría en posición de perrito, pues con esos dos chicos que había follado, no parecían aguantar mucho en esa posición y ellos se corrían antes a ella sentir acercarse a esa erupción sexual. Le había encantado y definitivamente estaba a ese punto satisfecha, pero se asombraba que le dijera que todavía no me había corrido y le expliqué que a mi edad y con condón como que se me hacía más difícil correrme y por eso quería irme en su culo pues habíamos acordado no usar preservativo cogiéndola por el culo. Ella solo me dijo: -Pues venga, póngame como quiera, que usted me esta enseñando cosas que nunca esperaba y que me han hecho disfrutar de este momento.

Nuevamente la puse en cuatro a la orilla de la cama y me volví a ir por sobre ella a chuparle de nuevo el ojete lo cual supe le había gustado y que posteriormente ya al final me lo confirmaba. Le recorría con mi lengua desde el clítoris hasta llegar al ojete y hacía ese recorrido lamiendo o frotando mi lengua en círculos de una manera de toque delicado. Su conchita escurría jugos vaginales y ese ojete se le miraba brilloso de tanto chuparlo. Por diez minutos o más me pasé comiendo ese culo y concha, pero los últimos tres minutos me concentré en ese culo y me aferré a quererle penetrar con la punta de mi lengua para sacarle su primer orgasmo netamente anal. Luego Yessenia me lo pedía: -Si, así, así… siento que me va a hacer correr… siga así así, ¡que rico, que rico… por Dios, que rico! -Sentí que sus piernas le temblaban y tenía una especie de tic nervioso en los músculos de sus nalgas y gimió con un alarido diciendo: ¡Me corro! -Se fue en contra de la cama y yo la alcancé para seguirle chupando el culo. Gemía de placer y luego me decía cuando recuperaba la respiración: -Usted me vuelve loca de la manera que folla. Nunca me espere esta follada.

Se me ofreció en cuatro para darle por el culo y lo que me admira de muchas chicas que por flacas que se miran y de un culo apretado, no tienen mucho problema siendo penetradas analmente, pues me he encontrado con chicas de culo grande y son las más lloronas y las que más se quejan de la penetración anal, mas creo que es una manera de relajarse y no oponerse a la invasión lo mejor en este caso. Esta chica respondía al pie de la letra mi consejo y en un par de minutos mi verga se hundía con pausas de segundos para que ella respirara y se relajara. Si se sentía apretado ese culo, pero mi verga entraba y salía fácilmente una vez asimilaba el grosor y tamaño de mi verga. Vino el cacheteo que sonaba a aplauso y la cama crujía nuevamente a los compas de esta culeada. Le saqué mi verga del culo y le hundía la lengua. Le quedaba bien abierto y parte de mi lengua se le hundía y me la apretaba. Estuvimos así por varios minutos hasta que me lo volvía a anunciar: -Tony métame esa su verga que siento me va a hacer correr de nuevo. Sabía que estaba en el borde de correrse después de algunos minutos de haberse corrido y es por eso por lo que me admiran las mujeres, esa facilidad anatómica que muchas tienen para correrse múltiples veces. Le dejé ir un embate violento y Yessenia comenzó con sus alaridos y a decirme: -Si… así, así… deme así, que me corro, entiérreme su verga que me vengo. – Solo parecía que bufaba y fue cuando me lo dijo: -Échame esa lechita, quiero sentir su leche caliente en mi culo… démela, démela…. Uf que rico. -Mis testículos se contrajeron al escuchar su petición con esos gemidos eróticos y expulsaron una abundante corrida, la cual fue mi primera de esta mañana, después de las cinco corridas que le había sacado a esta joven chica de solo 18 añitos de nombre Yessenia.

Me mamó la verga y los huevos pues ella se vino por sobre mi sin limpiarse el semen entre sus nalgas y al igual que antes me chupó el perineo, pero esta vez en esa posición llegó hasta mi ojete provocándome otra erección después que mi verga se ponía flácida de la corrida. Esta chica me la volvía a parar con esa rica chupada. Me volvía a poner el condón porque esta vez me quería montar. Se hundía mi verga mientras le apretaba los pezones con mis dedos. La verdad que Yesenia es multiorgásmica, pero según ella me decía era la primera vez que se corría tantas veces que al terminar aquella sesión de 4 horas llevaba contadas diez corridas a solo tres de las mías. Me traje el calzón, la tanga negra que Yessenia vestia como recuerdo, pues después de aquella cogida antes de salir del hotel, me confesaba que iba a aceptar a un chico como su novio y por eso se había tomado la libertad de procurar este encuentro para no sentirse que le era infiel.

La verdad que la cogida con Yessenia no me la esperaba y eso me llena la interrogante que tuve años antes si a mi edad tendría la capacidad de cogerme chicas así de jóvenes sin que no fueran chicas de paga. Yessenia es una más de ellas que desean y tienen esa fantasía de coger con un hombre mucho mas mayor que ellas y creo tener la seguridad que no será la ultima y todo es no ignorar esos correos que de vez en cuando aparecen. Yessenia es un buen palo y la verdad que me gustaría volvérmela a coger y ojalá me llame alguno de estos días. Lo que si se que nunca olvidara tremenda follada que le di, pues a pesar de su juventud se miraba bastante agotada. Y al igual en mi época, como olvidar esas ricas culeadas con mujeres mayores que yo y que me dieron ricas experiencia. Dime si te gusto esta experiencia y no tengas pena en escribir a mi correo o dejar tu comentario.

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