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Regalito de Navidad
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Elizabeth trabaja en un organismo del estado. Sus labores por años las realizó en una oficina que compartía con una compañera; pero hace un tiempo atrás la dependencia a la cual pertenece, reestructura y unifica varios sectores. Pasando de ser dos personas a quince compañeros.

La relación entre sus compañeros es muy buena, ya que se conocen hace muchos años, pero que hasta ese momento no compartían oficina. Ellos comparten entre 7 u 8 horaas diarias durante 5 días a la semana. La buena onda es tal que cada tanto, se reúnen a compartir alguna comida o a celebrar algún cumpleaños que otro.

Los últimos en incorporarse son tres muchachos, que son trasladados de otro Ministerio.

Uno se llama José, el otro Aníbal, y el tercero Fernando. (25, 21 y 26)

Fernando es incorporado a la tarea que Elizabeth realiza, en forma de ayuda al comienzo para más luego dividirse la tarea y alivianar el trabajo de ella. Así su relación comienza a ser más fluida.

Como les conté anteriormente, Elizabeth es una mujer muy apetecible. Tiene una figura perfectamente contorneada con unos buenos pechos. Ella está transitando casi los 50 años, pero me atrevo a decir que cualquier hombre desearía tener algún acercamiento con ella. Hasta los más jóvenes se atreven a decirle algo, piropeándola. Como hoy en día se diría, a tirotearla. Este también es el caso de sus compañeros de trabajo. Entre bromas y gracias, siempre está el piropo de doble sentido, con ella y con alguna compañera más.

Todos los días al llegar a la oficina, no pasa desapercibida. Siempre perfumada, muy bien arreglada, y por sobre todo muy femenina. Su color favorito es el rosa. Así que siempre lleva alguna prenda de ese color. También sus implementos personales como el teléfono, la agenda, la mochila etc. etc. etc., son de ese color o en esa gama. Es por esto que le han puesto el sobrenombre de Pinky. Así que para llamarla, lo hacen con ese apodo.

Fernando es un muchacho bastante estilizado y se nota que su cuerpo está trabajado en el gym, de 1,80 cm de altura.

En esta oficina no es necesario llevar uniforme alguno, pero él siempre va vestido con algún ambo, camisa y sin corbata. Así que podríamos decir que siempre está bien vestido y presentable. Se ve que es un muchacho que cuida su estética.

La relación laboral, y el contacto estrecho con ella, por la tarea que deben cumplir hacen que cada uno se sienta cómodo y puedan hablar abiertamente de cualquier cosa.

El muchacho tiene novia, pero está mujer madura lo estaba conquistando sin buscarlo. Fernando estaba sintiendo una atracción hacia ella. Pensaba que más allá que Pinky le llevaba bastantes años, imaginaba sentir su piel, acariciarla y poseerla. Como perro con su dueño, cada mañana él sentía, apenas ella salía del ascensor, el perfume característico. Tomando todos los recaudos para impresionarla, él se arreglaba el pelo, olfateaba su ropa para saber qué olía bien, y la saludaba con un beso en la mejilla. Fernando deseaba que Pinky posará la mirada sobre sí, disfrutando cada día cuando la saludaba a su llegada a trabajar. Transcurriendo la primavera y con los primeros calores, Pinky se había puesto un lindo vestido primaveral de una tela muy finita lo suficientemente fit que se le pegaba a su cuerpo, marcando perfectamente sus curvas y sus buenos pechos.

-Buen día a todos!!! Cómo va? Está lindo el clima! Parece que hoy va hacer calor!

-Hola Fernando!! Cómo estás? -Dice ella.

-Buen día!! -Le contestan los compañeros!

-Hola Pinky! -Dice alguno.

-Hola Hermosa! -dice otro

-Mmm! Parece que llegó el calorcito!!! -Dice otro, por el vestido que llevaba puesto.

-Hola Pinky!! -Le da un beso en la mejilla.

-El vestido te queda hermoso! -Dice Fernando.

-Soy hermosa Fernando! Jajaja -se ríe ella.

-De eso no hay duda!! -Dice él.

Ella se sienta en su escritorio, deja y acomoda sus cosas para arrancar el día.

-Me voy a preparar un café. Querés uno? -Le dice Fernando.

-Ehhh bueno! Pero con un poquito de leche por favor. -Ella contesta.

A los 5 minutos vuelve Fernando con las dos bebidas. Ellos compartían el escritorio, separados por las pantallas de los monitores de sus computadoras enfrentados. Después de unos minutos a Fernando se le cae la cucharita al suelo, ésta rebota quedando a la mitad del escritorio. El muchacho está obligado a agacharse a buscar la cucharita y cuando la estaba por levantar, observa que a Pinky se le podía ver la pequeña tanga blanca al estar sentada con el vestido. No podía creer lo que estaba viendo.

El pequeño banderín blanco lo había puesto loco. Se queda unos segundos observando el hermoso espectáculo. Pinky entreabría sus piernas, quedando a la vista del muchacho, sin saberlo. Hacia pequeños movimientos de piernas involuntariamente, y como si fuera el telón de un teatro, se abría y cerraba mostrando la blanca telita de algodón con encaje. Él se levanta y se hace el distraído. Comienza a fantasear y pensar en ese banderín, en esa diminuta tanga… Casi intenta ver otra vez, pero quedaría en evidencia si tiraba algo para agacharse. Así que se le ocurre bajar el celular, activar la cámara y grabar unos minutos en video y sacar algunas fotos, inmortalizando el momento para sí. Mientras ella le habla de cosas de trabajo, el asiente con una pequeña sonrisa en su rostro, cómo si escuchara. Pero su mente imaginaba que le decía…

-Querés ver más? Te gusta mirarme? -Mientras ella se frota los dedos sobre su bombacha.- Querés que te muestre más?

Todo esto producto de su imaginación y calentura. El muchacho no podía concentrarse en el trabajo.

El día laboral transcurría con relativa normalidad, pero Fernando estaba disperso. Pinky lo estaba notando y le pregunta.

-Te pasa algo Fernando? Te noto un poco distraído.

-No no, no me pasa nada, sólo un poco cansado. Pero estoy bien. -Dice Fernando.

-por qué no te tomas unos minutos? cambias de aire y volvés. Seguramente te hará bien. -Dice ella.

-puede ser. Me voy al baño y salgo unos minutos al patio. -Dice Fernando.

El muchacho sale unos minutos, va al baño, y aprovecha para ver el vídeo otra vez.

Se mete a uno de los inodoros, y reproduce el vídeo. Se había grabado perfectamente. El triángulo blanco lo estaba excitando, se imaginaba probar esa vagina, tocarla y juguetear con ella. Mientras miraba y fantaseaba comenzó a tener una erección. Empezó a tocarse por arriba de su pantalón, sentado en un inodoro, baja el cierre de su pantalón, saca la pija y comienza a masturbarse mirando el vídeo. Toma su pene por el tronco por debajo de la cabeza, sube y baja una y otra vez. La punta de la pija le brillaba de las gotitas que le salían de la calentura. Hasta que le llega el momento. Toma un trozo de papel, se tapa la pija para no mancharse y acaba violentamente en la carpita de papel. Varios chorros de leche dedicados a Pinky.

Al acabar descomprime su calentura va al patio y al ratito vuelve a la oficina.

Ya estaba con otro semblante y Pinky lo notaba.

-Ahh, se te ve mejor!!! Ya descansaste unos minutos. Lo necesitabas parece! -Dice ella.

-sí, tenías razón Pinky, necesitaba unos minutos para descomprimir! -Le Dice Fernando.

De esta manera transcurre el día laboral.

Ya habían pasado varios meses desde ese episodio, y nada más significativo había sucedió, salvo los pensamientos de Fernando, que ya estaba enganchadisimos con esta mujer. En su intimidad de masturbaba a menudo pensando e imaginando tener sexo con Pinky.

Estaba transcurriendo noviembre, y en la oficina, a algunas compañeras se les ocurre jugar al amigo invisible. Que es un juego donde uno le regala algo a otro pero sin saber de quién viene el obsequio. Todo a modo de regalo navideño. Introducen los nombres escritos en una urna, y van sacando de a uno por vez un papelito. Cada uno saca un papel y el nombre que figura será su destinatario del regalo de cada uno.

Llegó el turno de Fernando mete la mano, revuelve y toma un papel.

Para sorpresa, el nombre era Elizabeth o Pinky para ellos. No podía exclamar la alegría que tenía, así que con la energía contenida, esboza una sonrisa y se guarda para sí el papelito. Mientras seguían sacando los papeles entre jolgorio, él ya estaba pensando que regalarle a la mujer que lo estaba atormentando de calentura.

Sabía que no podía quedar mal, que tampoco podía ser irrespetuoso ni desubicado. Si fuera por él, le regala una cita para disfrutar juntos y terminar poseyéndola.

Que podría regalarle que fuera lindo, que le gustará a Pinky y que le diera alguna posibilidad de acercamiento.

El muchacho pensaba…

-tendrá que ser rosa! Pero qué?

Así pasa el tiempo… Una noche estaba mirando la televisión, y en un magazine la entrevistada dice. En forma graciosa.

-a todos los hombres… Regalen a su mujer, novia o amante una ropa interior rosa!!! Para esta navidad se estila regalar eso! Y tiene varios significados! Desde hace años, es costumbre en nuestro país regalarse entre mujeres una bombacha rosa en navidad para usarla en año nuevo. Cambiemos lo de entre mujeres, y atrévanse a regalar ustedes los hombres y comiencen un año juntos apasionadamente. El mito dice que esto brindará prosperidad para el año entrante. No importa el modelo que sea, puede ser vedetina de encaje, culotte de lycra, tanga o colaless, mientras que sea específicamente rosa. -Dice la entrevistada.

Fernando exclama…

-si si es esto. Una tanga rosa!!!

Con mucha excitación está contento y se pone en campaña en buscar la tanga. Pinky pensará que es una mujer su amiga invisible. Así que le encantará su regalo. Hasta que sepa que soy yo quien le regala la prenda. Veremos qué sucede…

Ya era casi mitad de Diciembre y Fernando había comprado un tanga de algodón rosa, era bastante simple, pero al tacto era muy suave. Él se imaginaba rosando sus yemas de los dedos por el suave algodón que copia los labios de la vulva de Pinky.

Faltaba muy poco para el festejo de la Navidad. En la oficina habían preparado un árbol navideño pequeño en un rincón donde ponían las diferentes salutaciones que les enviaban por el trabajo. Así que allí iban a dejar los regalos del amigo invisibles y cada uno se llevaría el último día hábil de trabajo antes de la fiesta navideña. El día llegó!

-HoHoHoHooo! -Dijo uno.

Preparo unos vasos plásticos con un poco de sidra, algún pan dulce, para un brindis simbólico. Listos para unos minutos de relax y terminar la jornada laboral.

Fernando la miraba a Pinky con mucha incertidumbre. Nervios de que pasará cuando sepa quién le regaló la bombachita.

Brindan saludándose y dando buenos deseos y finalmente uno a uno se retiran de la oficina.

Pinky abre su regalo, rompe el papel y se encuentra con una caja de forma de corazón con la bombachita dentro. Era hermosa. A Pinky se le iluminaron los ojos, le había encantado el regalo. Era una tanga hermosa de color rosa. Ya casi se habían retirado todos, pero Fernando todavía seguía por ahí dando vueltas, no quería perderse ver la cara cuando abriera el regalo.

Por dentro Fernando grito gool!! Le encantó!!

Una de sus compañeras le pregunta a Pinky quien había sido su amigo invisible… que se había portado de tan buen gusto.

Y de atrás se escucha…

-soy yo -dice Fernando un poco nervioso y sonrojado.

-ahhh pillín!! -dice la compañera.- como te portaste ehh! Muy bien!! -Le dice.

Sonrojado, Fernando se sonríe y se rasca la cabeza.

Pinky lo mira, se dirige hacia él y le agradece con el lindo abrazo y un beso en la mejilla.

-que lindo regaloooo!! Me encantó!! -Dice ella.

-me alegra que te haya gustado. No quise ser irrespetuoso, solo que vi por la tele que era una costumbre regalar para navidad algo rosa. Y que se debería usar para recibir el nuevo año. -Dice Fernando.

-ahh, que lindooo!! Me la voy a poner para año nuevo!! -Dice Pinky.

Fernando tomo valor se acerca a su oreja y le dice:

-te voy a confesar que me imaginaba viéndote con la prenda puesta. Sos una mujer hermosa y te debe de quedar excelente. Cómo me gustaría ser la persona con quién comiences el año con la bombachita rosa!!

Pinky lo mira, se sonroja…

Después de la situación y haber escuchado eso, le queda un pensamiento ambivalente, no sabía qué hacer. Estaba confusa pero le gustaba y se imaginaba esa situación…

Unos minutos después ella le dice:

-Gracias Fernando por el regalo, me encantó, y de lo que me dijiste, te voy a ser sincera, me encantaría, no sé si está bien o mal. No te voy a decir que no. Dejémoslo acá y veremos.

Pinky estaba extasiada, sorprendida. Se sentía alagada, pero pensaba también que era su compañero de trabajo, un chico mucho más joven. No quería que está situación le provocara algún inconveniente laboral.

La semana transcurrió sin sobresaltos, sus miradas se entrecruzaban, y cada uno de ellos podía sentir el deseo sexual por el otro. Llegó la despedida laboral del último día del año. Después del brindis en la oficina todo se despiden con buenos deseos. Ella se acerca a él y le dice:

-Bueno Fer, pensé mucho lo que me propusiste, y sabes que soy una mujer comprometida y no podrá ser que iniciemos el año juntos…

Fernando obviamente que tenía claro que esto sucedería, y el No, ya lo tenía, así que no se sorprendió. El muchacho le contesta…

-Pinky, no pasa nada, sos una mujer hermosa, ya el solo hecho de que supieras y pensarás en la posibilidad me deja satisfecho. Me hubiera encantado…

-Que tengas un buen comienzo de año, muchas felicidades!!!

Fernando le da un beso en la mejilla y un abrazo.

5, 4, 3, 2, 1… Feliz año nuevo!!!

Entre brindis y saludos Pinky con su familia y amigos celebran el comienzo del año como cada año. Los saludos van y vienen. Y también comienzan los mensajes de los diferentes móviles. Ella vestía un hermoso vestido blanco ajustado al cuerpo, con un gran escote mostrando perfectamente la unión de sus pechos, terminando de la cintura para abajo suelto. Estaba perfectamente maquillada, con los labios pintados de rojo.

En un momento se va al baño y como es costumbre en las mujeres, se saca una fotos tipo selfi contra el espejo. En ese momento piensa en Fernando y en todo lo que había sucedido con el regalo del amigo invisible.

Esa noche, en honor a ese momento, se había puesto la tanga rosa que el muchacho le había regalado. Sus pensamientos iban y venían. Se empezó a sacar fotos cada vez más sensuales… Cómo si él estuviera mirando, comenzó a posar para la cámara de su teléfono. Mostraba la unión de sus pechos, se levantaba un poco la falda mostrando el culo. En un momento se sienta en el inodoro, abre sus piernas y cuasi tapando la bombachita con una mano, con una mirada sensual, le muestra a cámara que estaba con el regalo puesto.

Pinky estaba caliente y realmente quería que Fernando disfrutara del año nuevo con ella. Aunque no estuvieran juntos, le dedicaba la sesión de fotos a él.

En esa posición, pone en forma de vídeo el celular y comienza a grabar….

Con sus piernas abiertas, comienza a acariciarse la concha por encima de la bombacha rosa. Sus dedos iban y venían por la rayita que se marcaba en la tela, haciendo caricias circulares en el clítoris. Con la otra mano, sobaba sus pechos, que en un movimiento los saca mostrando sus hermosas tetas.

Pinky se imaginaba a Fernando viéndola hacerse esa tremenda paja. Con sus ojos cerrados, jadeaba de placer, la tanga se estaba humedeciendo. Se mete los dedos en la boca para humedecerlos, los baja mojados a la concha y comienza a tocarse, introduce dos dedos en su agujero, entra y sale, entra y sale. Su vulva estaba empapada…

-para vos Fer, para vos!! Espero que te guste!!! Ahhh ahhh ahhh!!

Cómo me hiciste calentar!! Ahhh ahhh! -Dice Pinky a cámara.

Su respiración se comienza a agitar y a entrecortar, su vientre se estaba poniendo duro, comenzó a tener unos pequeños espasmo y acaba tremendamente!!!

-aaah, aaaah, aaahh.

Acaba toda mojada. Se lleva los dedos empapados a la boca, se los relame y se lo dedica al muchacho!

-para vos Fer, Feliz año nuevo!

Deja de grabar y regresa a su festejo familiar contenta y muy relajada.

Luego Pinky le envía unos mensajes de saludos a Fernando.

-Muy feliz año Fer!!! Que tengas un buen comienzo!! Tengo un regalito para vos! Le escribe por mensaje, y le envía las fotos y el vídeo…

Continuará…

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