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Reponiendo en cuatro

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Ella cajera hace unos meses en ese minimarket, él reponedor del mismo lugar.

Ella 31 años, él 23. Ella de novia con un hombre 10 años mayor, que le daría un mejor pasar y que la quiere mucho, él soltero sin compromiso. Ella 1.50 m, él 1.85. Ella sabrosa, él juguetón.

Ellos se miran, regularmente y todo el día...

Ellos se sonríen regularmente y todo el día...

Ellos se calientan con mensajitos de whatsapp regularmente y todo el día...

Ellos se arrancan a la bodega regularmente y todos los días...

¿Y qué pasa en la bodega?

En un día cualquiera, algo así:

Ella llega y lo mira a los ojos, le sonríe con cariño, lo empuja contra la pared, en esos pequeños 4 metros cuadrados de espacio libre que hay. Mete sus pequeñas manos bajo el poleron del reponedor, acaricia su piel, suave y tibia... Él la mira desde arriba con calor, con pasión, con amor. Se besan, besos húmedos, besos con mucha lengua, mucha saliva, se chupan sus labios y se sonríen.

Él la toma de las caderas y la aprieta contra su cuerpo para que ella sienta su miembro duro, muy duro. La aprieta y la suelta para mirar su cara de felicidad al darse cuenta que su compañero está listo como siempre. El la atrapa con sus brazos largos, ella se hace pequeña dentro de ellos... El besa su cuello ella se baja el chaleco en la parte de adelante para exponer sus pechos. El saca el pecho izquierdo del sostén y chupa ese pezon oscuro y duro... Ella gime... Eso lo excita más, él la toma y la gira. Besa su cuello, busca su boca y mete su lengua de manera agresiva, quiere chuparla... Lo excita mucho estar por atrás...

Con sus largos brazos la envuelve entera. Toma su pecho izquierdo con su mano izquierda y con la derecha la masturba sobre el pantalón... Ella gime, con sus ojos cerrados, ella disfruta esas manos inquietas que la recorren por completo... El baja su pantalón y saca finalmente su pene. Durísimo a punto de explotar. Ella se baja los pantalones y los calzones mientras él se pone el condón. Él le empuja la espalda y la obliga a agacharse. Ella se dobla a nivel de las caderas, pone sus manos en el piso... Completa... Piernas estiradas. En esa posición intenta antevertir su pelvis aún más para exponer su vagina a su amante.

-Cuanta flexibilidad, me vuelves loco. -Le dice él mientras enfrenta su pene a la húmeda vagina de su compañera.

Debe flectar sus rodillas y abrir sus piernas para aquella hazaña pues es mucho más alto que ella.

El la agarra de sus caderas y empuja fuerte. Se lo mete bien adentro, acomoda sus manos nuevamente y vuelve a entrar con fuerza. El mira fijamente como su verga entra y sale de esa vagina y le observa el ano... Tiene muchas ganas de cambiar la entrada... Aunque sabe que no puede así... Sin lubricante y con bestialidad... Mete su pulgar derecho y la estimula mientras sigue penetrándola.

Ella se flecta más y se apoya con firmeza en el piso formando un ángulo cerrado con su cuerpo... El, al ver y sentir esta posición en la que se expone un poco más todo el interior de su compañera, le da una nalgada y se apura con fuerza. Ella se afirma más fuerte para no caer y siente como ese pene casi la atraviesa con tanta energía. El la toma firme de las caderas, baja su pelvis un poco y se la mete desde abajo y atrás, ella apenas se sostiene en pie y el golpe de sus cuerpos resuena en toda la bodega.

-Aaayyy siii dale fuerte.

El solo puede empujar y empujar fuerte... Hasta que termina...

Ella se levanta, él la abraza por detrás y la masturba, pone su palma por sobre sus labios y clítoris... Moviendo con firmeza ella gime de placer, está a punto de llegar... Extiende su cabeza sintiendo el cuerpo de su hombre quien sigue masturbándola hasta hacerla tener un orgasmo maravilloso...

Después de aquel encuentro, sólo se miran, se ríen, se limpian rápidamente y vuelven, ella a la caja y él a reponer.

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