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Ruta en moto (2): El complot

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Como recordareis en mi anterior relato, todo comenzó con una ruta en moto donde descubrimos una posible infidelidad y que como afectados estábamos dispuestos a aclarar, estos hechos fueron reales y el complot entre Lola y yo además de muy positivo, aclaró la situación y nos sirvió para estrechar nuestra confianza y amistad.

Después de la comida, decidimos irnos a la pinada, a disfrutar del frescor de la brisa que soplaba del mar, tumbados sobre las agujas de los pinos como sobre un mullido colchón natural comentamos planes futuros, sin embargo, el sopor de la digestión parece que fue venciendo la voluntad y el sueño se apoderó de nuestros cuerpos, o al menos eso era lo que en apariencia ocurría.

Pensaba en mi visión, Noel con el pantalón semi bajado y el miembro de Carlos entre sus manos, ¿pensaría follárselo?, ¿sin condón?; creo que fue aquello lo que la podría frenar o tal vez no, porque Carlos atacaba sus tetas con una pasión exagerada y no creo que mirase prendas en una situación tan excitante y excitados.

Todos dormían o fingían, pero a mi entender en la mente de todos estaba en ese momento los hechos ocurridos, conociendo a Noel apostaría no estar equivocado, si nuestro retraso hubiese sido de cinco minutos más, creo que la escena hubiese sido mucho más fuerte, en mi subconsciente lamenté haber llegado tan pronto, me intrigaba lo que podía haber ocurrido.

Muchas preguntas surgieron, ¿estarían liados mucho tiempo antes? ¿Lo harían a menudo?, mi mundo se llenó de dudas y me propuse averiguarlo.

Eran ya las 17 h y teníamos más de dos horas de camino a casa, así que nos pusimos en pie y nos preparamos para el retorno.

Noel le pregunto a Lola por la espalda y su dolor le sirvió de excusa para retornar de nuevo conmigo en mi moto.

Nos pusimos el equipo y nos colocamos para salir, vi a Noel poner su cuerpo apretado junto al de Carlos, un escalofrió recorrió mi vientre, se agarró a él dejándose caer y salieron hacia la carretera.

Lola se subió conmigo y también noté que se pegaba a mí, otra ración de morbo me invadió.

Superado el tramo de curvas sinuosas y ya en carretera de menos riesgo, Lola, a través del intercomunicador me pregunto, ¿qué te ha parecido le escenita? ¡la verdad que no me la esperaba!

Yo: Yo tampoco, creí que Noel me era sincera siempre, pero tenemos que planear algo para averiguar lo que está ocurriendo entre ellos.

Lola: ¡Lo tengo medio pensado, has dicho que el viernes tienes guardia, por lo que Noel se va a sentir libre, entonces se me ocurrió decir en la comida que había quedado con unas amigas y compañeras en tomar una copa esa tarde y cenar juntas por la noche; no es cierto!, ¡voy a ver si puedo espiar a Carlos, me arreglaré y sobre las 18 h saldré de casa, si tienen plan van a provechar la tarde que los dos la tendrán libre, a ver si sale y se va a por tu mujer, pero veo difícil seguirlo sin que se dé cuenta!

Yo: ¡Yo no tengo guardia lo dije para dejarle a Noel la tarde libre, puede que todo sea un calentón en la moto, pero me gustaría ver si hay algo más y comprobar que ocurre!

Lola: Jajaja, somos malévolos, parece que la cuestión de cuernos nos pone en la misma onda.

Yo: Hay que planearlo muy bien, tenemos que estar en contacto estos días, se me ha ocurrido que vamos a necesitar una pequeña ayuda!

En mi empresa hay un chico aprendiz que por las tardes noches reparte pizzas, obtiene una ayuda económica y puedo pedirle que siga a Carlos el viernes por la tarde y nos informe puntualmente que hace, si se ve con alguien, donde van o lo que hacen, si es que hacen algo, porque a lo mejor ha sido un calentón pasajero. De todas formas, debemos estar pendientes de sus actuaciones, ya no me fio de ellos.

Lola: ¡Pero el chico no conoce a Carlos! ¿cómo lo va a seguir?

¡No conoce ni a Carlos ni a Noel, pero le daría la matricula del coche de Carlos y el modelo. El lo aparca siempre en la puerta de tu bungalow, o cerca, y que lo espere cerca del coche, el lleva moto y se mueve bien por la ciudad, así que por seguirlo no vamos a tener problemas.

Lola: Jajaja ¡Veo que no has parado que pensar!

Yo: ¡La verdad que no, pero tengo que pulir el tema y ver si el chico acepta, estate pendiente del teléfono esta semana que te iré informando!

Guardamos un silencio, cada uno iba maquinando parte del plan y de repente recordé una frase que me dijo Lola cuando por la mañana subíamos hacia el restaurante, le pregunté...

¿Pero tu vida sexual con Carlos es buena?

Lola: ¡Lo era, pero ahora está muy flojo!, ¿no recuerdas cuando veníamos para el restaurante que me dijiste que mi culo era un jardín de flores, o algo así?

¡Si, y me dijiste que era para un capullo, que no le hacía caso!, ¿es que no tenéis sexo?

Lola: ¡Pues poco, está muy inapetente conmigo, yo creía que la monotonía le había hecho estragos, ahora sospecho de otras cosas, porque solo algún fin de semana de los que salimos a cenar y bailar parece que se anima, a veces he pensado que se calienta bailando con tu mujer y es cuando me busca!

Me quedé bastante impactado con aquella confesión tan clara, las cosa empezaban a cuadrar.

¿Y no lo habéis hablado?

Lola: ¡A veces incluso hemos discutido por el tema, no quiero que te lo tomes a mal, pero ocasión como esta no vamos a tener otra!, ¿te puedo hablar con sinceridad?

¡Claro, te lo agradezco incluso!

Lola: ¡Quiero mucho a Carlos, además de eso, congeniamos muy bien en casi todas las cosas, últimamente lo veía poco apegado y algo distante, llegue a decirle que si no está a gusto conmigo que podemos dejarlo, pero me jura y perjura que me ama sobre todas las cosas, pero que el sexo se ha vuelto una monotonía y que desea poner algún picante en nuestra vida sexual, algo que nos despierte, aunque sea de tarde en tarde y esporádico, así que me propuso, hacer un trío o buscar una pareja para intercambio o ir de vez en cuando a un club de parejas para conocer ese ambiente, que al parecer le llamaba y excitaba!

¿Y qué decidisteis?

Lola: ¡Le dije que no, que no me veo con otra chica compartiéndolo jugando los tres y follar con un tío que no me dice nada, ni conozco tampoco!, así que le admití después de mucho insistirme ir a un club de parejas juntos a conocer el ambiente.

Escuchando aquello me había quedado de piedra, pero mi morbo aumento más que las revoluciones del motor y se me vino el pensamiento de que a mi me ocurría lo que a Carlos, entonces le pregunté…

¿Y qué pasó en el club?

Lola: ¿Vosotros conocéis estos sitios?

¡No, nunca se me había ocurrido ir! ¡Si hemos estado en playas nudistas!

Lola: ¡Jajaja, el día va de sorpresas, nosotros también! ¿y como no nos habéis dicho nunca nada?

Yo: ¡No se nos había ocurrido que os podía gustar y como nunca hemos tocado los temas de intimidades, tampoco ha venido al caso comentarlo, además Noel es muy cortada y no le gusta encontrarse con amigos o conocidos, es muy reservada!

Lola: ¡A mí también, además tengo un tatú en la pelvis, una paloma con las alas abiertas, y todas las miradas van al mismo sitio, me da corte, pero sales y te liberas del entorno y la mente se abre, nunca sabemos como reaccionaremos en situaciones inesperadas, ya ves que hoy Noel no ha tenido problemas por bajarse el pantalón y dejarse tocar las tetas por Carlos, y no sabemos si hay mas cosas!

¡Es cierto, estoy tan sorprendido como tú!, ¿y que pasó en el club de parejas, estoy intrigado, jajaja!

Lola: La mente se te ha calentado. Pues entramos y nos enseñaron los distintos sitios, salas privadas donde las parejas hacían sexo sin curiosos, un cuarto oscuro para bailar y que te soban a través de unas rejas por gente que apenas ves, piscina de hidromasajes, sala de sado, salas privadas y mas cosas, todas con el mismo fin y una zona separada para chicos donde las parejas se pasan en busca de hacer tríos con el que te cuadrara. Nos preguntaron si era nuestra primera vez, le que respondimos que sí, nos dijeron las normas de esos lugares y que sobre todo imperaba el respeto, nos dijeron que había que estar desnudos por la zona de parejas y así lo hicimos. A pesar de mi resistencia entramos, yo también comencé a sentir curiosidad, pasamos y nos desnudamos en un cuarto con taquillas al efecto, había unas chanclas y un gran toalla y con esa indumentaria salimos a curiosear, creí que iba a sentir pudor, a pesar de que todos me miraban el tatuaje que llevo en el pubis. pero la verdad es que no, todas las parejas estaban en pelotas picada, el que se tapaba con la toalla, desentonaba.

Pasamos por una cama enorme donde varias parejas follaban sin pudor unos junto a otros, por el interés que ponían seguro que no era con su pareja, llegamos a una piscina con chorros de hidromasaje, había también varias parejas. Entonces se me ocurrió preguntarle lo que podría ocurrir si una pareja nos comprometía, me respondió. ¡Pues follas y disfrutas, esto no tiene nada de sentimental es solo disfrutar! Te juro que me dejó descolocada, creí que era mas celoso, viendo el plan que tenía me arme de valor y decidí pasármelo bien si la ocasión era adecuada, pensándolo bien casi le di la razón, era solo cuestión de placer.

Llegamos a la piscina donde había una pareja follando, la tenia cogida del culo y se la metía, apretándola contra la esquina, nos salimos por lo fuerte de la situación, pero me daba mucho morbo lo que estaba viviendo, ver a la gente follar con tanta naturalidad como si se tomaran una copa. pasamos de nuevo por la gran cama, Carlos me empujó para tumbarme junto a dos parejas que follaban, no sé si intercambiados o cada cual con la suya, me negué a entrar en ese juego, también nos salimos de allí pero cada vez me encontraba mas cachonda y morbosa y por ultimo nos metimos en un cuarto oscuro con música donde se veía muy poco.

Nada mas entrar los dos, Carlos me abrazó para bailar y estando muy pegados unas manos me tocaron el culo, me estremecí y me dijo Carlos que aguantara y disfrutara, Carlos también tocaba a quien podía pero yo abrazada a su cuello no lo dejaba separarse hasta que se giró y se agarró a la chica de una pareja que estaba a nuestro lado, yo me vi sola y me cabreó su abandono, me arrimé a la pared que resultaron ser unas rejas, como por arte de magia, nada mas arrimarme varias manos me acariciaron, eran manos de hombres, me tocaron los pecho y el sexo casi de inmediato, caliente y cabreada por el comportamiento de Carlos que junto a mi estaba con la pareja metiéndole mano a la chica, me deje hacer, no solo me dejé sino que vi con la dificultad de aquella penumbra que quien me tocaba era un chaval muy musculoso que desnudo estaba tras aquellas rejas, me pegue a las mismas y sus manos recorrieron mi sexo y mis tetas junto a otras que se habían sumado al festín, deje de observar a Carlos y también pensé en mí, acaricié al chico, su piel muy tersa y suave, sus pectorales fuertes me parecieron de una persona joven y musculosa, baje mis manos por su culo prieto y sus nalgas culminando mi deseo, mis manos tropezaron con su gran polla gorda y dura, era la de un semental fuerte y duro, estaba a mil, a punto de correrme por que me tocaba mi coño y su voz cálida me susurró al oído.

Chico: ¡Quieres follar!

Si, lo deseo, ¿pero dónde?

Chico: Sal fuera, nos metemos en un reservado.

Miré a Carlos que estaba ciego con la pareja, salí y ni se dio cuenta.

Me esperaba el chico, era un ejemplar de tío, de unos 28 a 30 años, musculoso de piel morena, unos brazos como pilares y buenas piernas con una polla de un buen tamaño semi erecta.

El calentón me había nublado la mente y el ver a Carlos que sin miramiento me había dejado a mi ventura, me quitó los prejuicios. Nos metimos en una salita con una cama ancha, entramos y cerró la puerta, nada más cerrar me tumbó sobre la cama y me comió el cuello, la boca, las tetas y el coño que estaba chorreando jugos y me corrí con su lengua. Me pidió que se la chupara, estaba erecto, a duras penas me cabía en la boca, chupe con mis artes que en ese aspecto no son pocas y que a Carlos le encanta.

Me tumbó de espaldas y aquella masa de músculos y polla duros se me echo encima, abrí las piernas cruzándolas en su estrecha cintura, sentí entrar en mí algo, que rompía mi cuerpo, duro como el granito y que me penetraba, lentamente, muy lentamente, metía y sacaba aquel falo duro gordo y suave, dio una embestida y comencé a gemir o gritar ya no sé, su polla me llenaba totalmente no me habían follado nunca así, me estuvo follando mas de diez minutos, sin dejar de moverse, su polla entraba en mi sin contemplaciones arrollando en su movimiento mi hinchado clítoris las sensaciones de mi vagina eran tremendas, su grosor y su tamaño de polla parecía diseñada para mi ansioso coño, mis corridas eran continuas, me volvía loca y sus manos pellizcaban mis pezones aumentando los orgasmo y el deseo, sudando se dejó caer sobre mí también exhausto.

Chico: ¡Follas de maravilla, me gustaría verte otro día por aquí!

Lola: ¿Me vas a conocer? Le pregunté.

¡Nunca olvidaré la paloma de tu sexo!

Me reí y salimos de la cama, al pasar por la barra con un rotulador pintó un número de teléfono entre mis ingles.

Yo me fui de nuevo al cuarto oscuro y allí vi a Carlos, tenía a la chica sentada sobre un reborde que había junto a una pared y se la estaba follando, me cogieron otras manos, pero ya mi atención estaba en Carlos que se corrió y se acordó de que yo estaba por allí, miró y cuando me vio me cogió del brazo y salimos, le dije ¡bien se te ha dado!, él me dijo que me había visto como me tocaban en las rejas y para dejarme disfrutar me dejó estar y se lio con esa pareja, pero que lo hacía por mí. Nos fuimos al vestuario y retornamos a casa, donde antes de ducharme anoté el teléfono que lucía entre mis nalgas, pensé que nunca es malo saber donde recurrir en caso de necesidad.

La moto devoraba kilómetros, la confesión de Lola me había dejado de piedra y empalmado.

Yo: ¡Que fuerte, me he quedado de piedra!, y ¿no le contaste nada a Carlos de tu aventura?

Lola: ¡No! Me hice la enfadada y le dije que había estado allí viéndolo todo, casi codo con codo, por favor, no le comentes nada a Noel de esto, ni a Carlos, si algún día averiguo que piensa Noel de estos temas, tal vez le relate el episodio, aunque creo que tu mujer por lo de hoy ha follado más de lo que crees, y a tus espaldas, jajaja.

Me dio que pensar su afirmación, Noel tenía libertad y si hubiese querido no había tenido problemas para engañarme.

De pronto vi a Carlos que iba delante hacer señales para parar en aquella estación de servicio.

Yo: Lola estamos en contacto y te informo de los planes para el viernes.

Lola: Ok, mantenme informada y veremos que pasa, ahora ya paso a la moto con Carlos y nos iremos a casa.

Así lo hicimos, paramos una media hora y terminada la consumición pedida nos despedimos. Lola me dio un abrazo y se me pegó más de lo habitual, estaba muy sensible.

El próximo día os relataré lo que ocurrió en fechas posteriores.

Un abrazo.

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