Un regalo para mi hombre morboso.
Él no estaba y vendría recién al otro día.
Esa desolada tarde casi noche de tormenta alguien golpeó la puerta. Comenzaba a llover fuerte. Muy fuerte.
Al abrir veo a un hombre de cincuenta y pico bien largos con un papel en la mano que parecía perdido.
Y me doy cuenta que era ciego.
Me dijo que un remís lo había dejado diciendo que esa era la dirección de un primo al que le quería dar una sorpresa visitándolo. En realidad el remisero lo engañó; lo había estafado.
El tipo era de zona oeste y no conocía nada.
Me dio ternura y, como se estaba empapando, le dije:
-¡Pase, pase!
Entonces….
Me acordé de mi Oso y su morbo.
Decidí prepararle un té, gustos especiales de bergamota, jengibre, miel recién extraída del culo de las abejas y lo acompañé con un trozo de tarta de arándanos con una fina crema de terciopelo sabor a lima y a lavanda… No dejaba de mirarlo, un cuerpo esbelto pasaba al metro 80, brazos largos, piernas firmes, caderas amplias y un prominente miembro que podía notarse bajo las ropas mojadas qué traía puestas.
Fui a nuestro dormitorio, el corazón me temblaba fuerte, no podía dejar de pensar en mí hombre y en este deseo irrefrenable de verme colmada de placer, atragantándome de leche de otro pene que no fuera el de él.
El miedo de aquel visitante sus manos temblorosas, suaves y de dedos muy largos, me convocaron a poder cobijarlo mucho más que con esa taza de té y ese manjar hecho por mis manos.
Empezó una charla muy hermosa la cual fue transformándose en una charla íntima donde le pregunté al viajero si podía entrevistarlo para un trabajo que estaba realizando sobre erotismo y la falta de algún sentido en nuestro cuerpo.
Él se sonrío, y dijo con voz muy suave, más que sus palabras me convence su perfume, más que su perfume me convence la lengua, cada uno de estos sabores qué mi mente interpreta, cómo así interpretó una necesidad en su lengua, la noto temblorosa también, como si su boca pretendiera decir más cosas de las que está diciendo.
Se acercó apoyo su gran mano sobre mi rodilla despojada de ropas ya que cuando subí al cuarto me puse un bello vestido sedoso para que su tacto pudiera también sentirlo y le diera la sensación de suavidad en sus manos. También puse perfume en mi entrepierna alrededor de mis pezones en las muñecas… Le pregunté su nombre me dijo que se llamaba Óscar, y que ya no sentía miedo que en realidad lo mejor que le había pasado esa noche era transitar por la experiencia de quedarse solo en medio de la lluvia, y qué eso ocurre cuando una ninfa del placer espera sedienta de nuevo sabores en un paladar tan caliente como ese pedazo de torta que no pudo esperar enfriarse para que lo comiera. En este momento la que estaba nerviosa era yo, porque realmente me gustaba ya no era solamente un morbo sabía que lo que sentía en mi vulva era más que complacer los deseos de mi amado, que necesitaba filmar todo este escenario pero que la calentura y el desenfreno iban a ser reales…
Sentía que mis pezones tenían que ser probados con esa fina crema, y que él tenía que seguir comiendo esa tarta sobre mí pubis poco angelical a estas alturas, ya que me sentí endemoniadamente ardiente.
Él me preguntaba en qué pensaba, me dijo notó tu respiración acelerada y puedo sentir que el perfume que te pusiste en el pecho si hace más hermoso cuando el latido de tu corazón se acelera, realmente estar delante de ese hombre que no podía ver me mostraba en sus palabras que todo su cuerpo me miraban y entonces imaginé que sí me miraba su cuerpo sus manos su piel y sus sensaciones como me miraría su verga dura, Le ofrecí ropas de lino de mi gran amado, como sin ese gesto buscará que entre ellos dos hubiera una alquimia sexual poderosa y excitante dónde podría sentir el perfume de mi hombre la sexualidad y Óscar todo en un mismo lugar todo en un mismo momento, se levantó quedó parado frente a mí agarró el plato de cerámica japonesa, un regalo muy especial de luna de miel de mi hombre, una vajilla celosa qué elegía muy poco para usar pero esa noche era especial.
Agarró la cuchara de plata cortó un pequeño trozo del pastel lo envió en la crema y me lo dio de comer… Abrir la boca me dijo suavemente voy a meterte cosas en la boca y quiero que lo disfrutes y ahora la que no va a ver vas a hacer tú… cierra los ojos no hagas trampas…
Con el dedo de la mano izquierda tocaba mis labios tocaba mi lengua y con la cuchara introducía suavemente el pastel dejando caer entre las comisuras de mis labios parte de la salsa, la salsa iba directo a mi escote no lo podía evitar porque al ser alto yo subía el mentón y automáticamente todo lo que entraba en la boca que fuera líquido iba a caer sobre mis pechos.
Comida lentamente movía la lengua para que la sintiera entre sus dedos y la comida cuando termina el bocado de pastel empecé a chupar sus dedos como si fuera su pija. Y con la otra mano empecé acariciarlo tenía una erección superlativa.
Pantalón de lino facilitaba las cosas porque tenía una abertura donde yo podía poner lentamente mis dedos y escurrir mi mano sobre sus huevos cálidos suaves depilados como si supiera que esa noche iba a entregarse a una mujer especialista en goce especialista en erotismo y especialista en un masaje sensorial erótico que básicamente hace de que un hombre pierde la conciencia moral entre mis manos.
Le pregunté si quería escuchar música y me dijo que no que la música para él era mis gemidos mi respiración es lo que pasaba en mi piel cuando él me acariciaba que tenía tanto tacto y tanta sensorialidad en sus manos que podía sentir hasta como los fluidos de mi vagina empezaban a escurrirse hacia mis piernas.
Me dice abrí las piernas lentamente, y mientras yo besaba sus huevos el introducía sus dedos y yo repleta de mi semen podía sentir que me concha abrazaba sus dedos como si pidieran a gritos seguir tocándome, no sé cómo pero mi boca se abría cada vez más podía sentir la punta de la pija acariciando el fondo de mi garganta, respire profundo por la nariz y la cabeza totalmente desprovista de piel superaba mi campanilla y el movía su cadera ondulante mente para que yo sintiera todo el poder de su masculinidad mi boca mi lengua llegaba tocarle los huevos los la mía los chupaba los llenaba de baba, y él mientras me seguía masturbando ahora con las dos manos.
En un momento al ser tan alto y yo estar sentada en un banquillo cubierto de piel el mismo que mi hombre usa para tocar su bajo, voy a sentir el aroma de su cuerpo en las ropas de lino y en este pequeño adminículo que él utiliza tan copiosamente.
Nosotros en nuestra casa tenemos cámaras ubicadas y escondidas para que yo pueda filmarme afirmarnos y después largas noches de desvelo mirarnos y ser nosotros mismos los que nos calentamos.
Justo el banquillo de una cámara donde si abro las piernas se puede ver perfectamente todo lo que ocurre en mi sexo mientras Oscar lame chupa me mete su lengua tan adentro qué puedo sentirla como parte de su miembro, mueve las piernas las apoya contra la pared y hacemos un 69 sentados.
Qué manera de chuparme la concha ese hombre qué manera de hacerme gozar qué manera de refregar los huevos en mi cara la pija en mis tetas…
En ese instante cerca mío estaba el celular con el volumen totalmente bajo era mi hombre sin dudarlo mientras Óscar me lamía la concha como si fuera la primera vez en su vida y no podía dejar de hacerlo. Tomó el celular dejando solamente la cámara visible poniéndome ropa sobre el respectiva de que en una videollamada él podría ver todo lo que estaba pasando en ese momento.
Y ahí supe lo que si necesitaba, que él estuviera presente necesitaba que él estuviera mirando me sentí totalmente habilitada totalmente perra totalmente puta. Y podía imaginar que el salía del teléfono y si un día nosotros en un trío maravilloso.
Yo sabía que mi hombre tenía ganas de verme repleta de leche que de mi boca saliera borbotones todo el semen posible y que en esa pija siguieron erección tan potente que pudieran metérmela en el culo y volverme acabar muchas veces.
Gimo grito lloro de felicidad acabó lo mei íntegro…
El gira su cuerpo atlético me toma de las caderas se arrodilla en el banquillo de mi amor… Todas las cámaras el celular daban justo a mis nalgas a mis caderas calientes se veía mi concha brillante lamida colorada llena de fuego abierta estimulada… Comienza nuevamente a chupársela pero esta vez lentamente sabiendo que mi hombre estaba mirando por el celular.
Lo miraba los ojos me metí a la cabeza solamente dentro de mi boca y con mis manos acariciaba sus bolas su culo. Lo escupí lamía de su tronco entero él se tomaba la cabeza gritaba con una mano me sostenía la nuca y mi metía su pija hasta donde no podía más Manoseada mis tetas las apretadas… mis pezones los escupía y con la rodilla me seguía masturbando cómo me disfrutaba ese hombre como disfrutaba saber que él me miraba qué le estaba viendo como ese gran hombre alto musculoso morocho de piel suave y con lentes negros que nunca se sacó me estaba cogiendo frente a sus ojos.
Oscar me levanta me ponen 4 empieza a cogerme el culo… Su pija era gorda venosa larga dura como si alguien la hubiera dibujado justo para esa ocasión a mí nunca me interesaron las pijas grandes ni gorda ni duras ni venosas pero para esta ocasión era ideal se tenía que ver bien tenía que hacer un hecho artístico dónde podía contemplar ese hombre que me enloquece que me hace hacer estas cosas y disfrutarlas.
… Merecía ver todo completo todo en su máximo esplendor.
Le digo Oscar penetrame suavemente… Quiero sentir cada cm esa pija tan dura quiero que me abras el culo, quiero sentir que llegan tus bolas a mí concha y cuando lleguen las bolas me agarres de las caderas disfrutes y vuelvas a sacarla entera y me la pongas nuevamente empezar suave profundo refrigam el habían sácala entera pégame con la pija en el en los cachetes… reflejarme la pija entre las piernas que se vea que se note que tu gran poronga no solamente me la metes en el culo.
Refriega, dame la pija en un contorno de las piernas en las caderas en la espalda masturbarme tócame las tetas méteme la pija de vuelta. Y los dos empezamos a gemir a gritar me abrazó contra su pecho levantó las piernas y se podía ver claramente desde el pequeño silloncito desde la cámara donde mi hombre miraba como ésta pija me podía entrar en el culo ella mientras me masturbaba… Me sigue cogiendo por minutos hasta que acaba y se puede ver como la leche entre el gozo de su hija y el agujero de mi culo brotaba… corro las ropas se podía ver a mi hombre también con erección superlativa me miraba fijo como un lobo caliente un león enceguecido como si quisiera salir del teléfono para seguir cogiéndome tenía la pija dura roja casi bordo y empezó acabar al mismo tiempo que nosotros… Se puso a llorar de felicidad no podía hablar porque sabía que estaba el volumen bajo y me pidió que siga movió su cabeza y me di cuenta que él quería seguir mirando.
Entonces me extendí en el sillón grande un sillón de 4 cuerpos tranquilamente pueden coger 6 o 10 personas. Está preparado para eso para que nuestro remanso la gente pueda sentirse cómoda.
Hicimos el amor toda la noche no había forma de que se hombre se le bajara la pija no había forma que se ciego no me viera través de las cogidas.
Para mirar milagroso justamente yo estaba escribiendo una tesis sobre como un cuerpo cercenado de algunos de sus sentidos podía gozar sin que dependiera de eso.
Estaba pasando allí mismo en nuestro remanso en nuestro lugar como si todo concordar a entre el morbo de mi hombre en la necesidad De ese visitante viajero en complacerme por haberla rescatado de esa tormenta como las que se dan entre montañas.
Al otro día llegaba mi hombre le pedí que se quedara que me hiciera el favor que él después se iba a entenderlo pero así como yo había entregado mi hogar mi cuerpo mi sensorial mis orgasmos necesitaba pedirle un favor…
Sabiendo en mi interior que vamos a pasar unos días extremadamente sensoriales entre mi hombre y ese viajante…
Y así fue se quedó tres días y cada día de esos tres oasis de sexo donde los tres mantuvimos con intermitencias diferentes encuentros sexuales donde participa vamos los tres participábamos los dos finalmente lograr que ellos dos también podrían tener una experiencia como las que a mí me gustan donde yo quiero ver y luego sumarme.
Así son los cuentos del remanso así son los relatos eróticos reales que sucederán porque cuando existen dos almas que se unen ningún prejuicio las puede separar.